Capitulo 5 - ¿Equipo?
Todos los animales estaba sorprendidos, el dragón azul no era un profesor aburrido de literatura, si no un oficial de policía en cubierto, este se molestó mucho, y apartó al oso, colocando a su enamorado detrás de el.
– Ok chicos, si, me describieron, pero, si me riegan a lo que vengo, cualquier rumor, les juro que conocerán la prisión muy pronto... – dijo mirando a todos los animales que se encontraban ahí, a excepción del oso.
– Por favor, señor... Parecemos niños chiquitos rogándole, a ver... Si no quiere que le ayudemos, por qué a ese wey mariquita le dejó ¿Eh? – dijo el oso mayor con una mirada desafiante al dragón, pero está mirada se convirtió en espanto, al ver el rostro furioso del celeste.
– ¡Vamos profesor! Déjenos ayudar, también queremos sentir que se siente ser policía... – dijo el tigre de bengala apoyando su mano en la del oso mayor.
Aquel dragon celeste, tenía el rostro de disgusto y arrogancia, pero, dio una pequeña mirada a aquel oso que estaba algo nervioso, y le devolvió la mirada, el celeste se sonrojo, suspiro para proceder a abrir los ojos y mirarlos a todos.
– Bien... Supongo... – decía con una actitud arrogante, mientras que los demás alumnos a excepción del oso menor, celebrarán, este al notar sus gritos de victoria, chito a cada uno de ellos, obedientes, cerraron sus bocas – Si llego a saber que corrieron el rumor... Ya saben lo que les va a pasar... Ahora, acompañen a este dragón a un lugar donde no escuché mucha gente... –.
El dragón volteo a ver al pequeño oso, y el celeste le dio una pequeña sonrisa, y un gesto con su cabeza que indicaba que lo acompañará, mientras el sonreía y guardaba poco a poco las sobras de su lunch.
El celeste y los demás animales a excepción de ambos osos; el mayor miraba al pequeño oso recogiendo sus cosas lentamente.
– ¿Tu también irás con el? – decía con un leve tono de burla el oso mayor.
Ambos osos se diferenciaban por forma física y color de pelaje. Esaú tenía un pelaje castaño claro, como la piel de un humano, mientras que Jeff era se un color más oscuro, como el de un tronco de árbol.
– Debí decirle a el que los maricas no están permitidos... – decía sonriendo y riendo a unas cuantas carcajadas.
– Ya te dije que no soy marica – decía en un intento de defenderse, este oso como era alguien sensible, comenzó a tener un coraje, que hacia que se le formara un nudo en su estómago.
Aquel oso de mayor tono de piel levanto al oso, para darle una mirada amenazante y una sonrisa pícara.
– ¿No eres marica? Eso no es lo que dijiste hace unas semanas... ¿Aún te duele tu culo? – decía riendo mientras el pequeño oso intentaba soltarse.
– Y dices que soy el marica... Cuando tu mismo me seduciste... ¿Por qué me molestas ahora? Cuando estuvimos juntos luche por nuestra relación... Mientras tú me gritaban que largará y fuera de tu vida... – decía el oso empezando a lagrimear...
El oso mayor le robo un beso en los labios al menor, este no se dejaba, y golpeaba sin excito el pecho del hombre quien le había robado un beso... Al separse de ese incómodo y asqueroso beso para el menor, el mayor tomó con fuerza, el mentón de su "amado".
– Aún te amo... Yo te hice mío... Siempre lo sedas aunque me llores por qué te deje ir... – este oso sonrió maliciosamente.
– ¿Me amas...? ¡En serio! –.
1 año antes...
Aquel oso de pelaje claro, en el su habitación, destrozado, tirando una pequeña caja que contenía un regalo que su amado tanto anelaba...
Esaú vio con horror y tristeza en sus ojos, como una chica rebotaba en el miembro de Jeff... El oso marrón al notar la presencia del oso, solamente le mostró el dedo de en medio a su ahora expareja.
A la mañana siguiente, detrás de un árbol del parque, llorando a más no poder por todo el trauma de ver al oso que una vez amo, dándole a otra persona...
Actualidad...
– ¿Si tanto me amas? ¿Por qué hiciste eso? Por qué me rompiste el corazón en mil pedazos... ¡Ahora quieres volver! ¿Para qué? ¡Se lo perro que eres! Eres el "fuck boy" de la universidad... Cada vez que vas a una fiesta tienes sexo con más de una chica... ¡Así es como me demuestras que me a...! – no termino de hablar cuando Jeff le dio un fuerte golpe en la mejilla. Tirándolo al suelo, esté estaba ya llorando.
– Maldito imbécil... No importa lo que me digas... ¡Eres mío! ¡Entiendes! – este le dio otra patada en la cara, dejando al oso tirado sangrando de la nariz y llorando...
– Espero que llegues a tiempo... "Amor..." – dijo para limpiarse el puño con su camisa y largarse de ahí.
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