Asustada y jadeando, corría aquella directora en un intento desesperado por salvar su vida, un enmascarado la perseguía lentamente en el plantel educativo.

La directora no tenía a dónde ir, se encontró con un pasillo sin salida, aterrada miró a sus alrededores encontrándose con los baños de los alumnos. Sin pensarlo, corrió hacia uno de ellos, abriendo un cubículo y cerrandólo con fuerza, retumbando todo el lugar.

Se sentó en el inodoro, levantando sus piernas quedando en posición fetal para no ser descubierta por los pies que quedaban a la vista debido a un pequeño espacio que separaba la puerta y el suelo. Cubrió su boca y nariz, así evitando que los sollozos y jadeos se escucharan.

Los pasos se comenzaban a hacer más intensos, aquel enmascarado de acercaba lentamente. Abriendo con fuerza cada cubículo, la señora Estela, se encontraba en el último cubículo.

El misterioso se detuvo en el último, la señora podía ver los pies de aquel hombre. Cerro los ojos con fuerza, el cubículo se abrió lentamente, dejando ver la silueta de un animal fornido, tomo a Estela del cabello, ella se quitó las manos de la boca y comenzó a gritar alocadamente. El forastero levantó su mano, sostenido un cuchillo con el puño para clavarlo con fuerza en el cuello de la señora quien soltó un gemido ahogado de dolor. El enmascarado soltó aquel cuerpo agonizando, la señora cayó en el suelo, sintió un pie en su nuca, presionando poco a poco, hasta que se quedó sin aire... Dejando de sufrir para partir a otro mundo.

Aquel forastero pateó la cabeza del cuerpo sin vida de aquella gata inerte en el suelo, dió una carcajada para largarse de ahí lentamente, dejando el cuerpo sin vida de lo que se conocía como la directora.

A la mañana siguiente, unas horas antes de que los alumnos entrarán, el conserje se encontraba limpiando los sanitarios, cuando vió las manchas de sangre que derramaba el último cubículo, se dirigió a el pensando en lo peor. Y fue así, ahí estaba el cuerpo de la señorita Estela, el hombre dió un gritó de espanto y de echo a correr.

Dos horas después...

En las oficinas policiacas, se mostraban los antecedentes de la directora Estela... Una pantera, quién era el jefe de la policía, mostraba los portafolios de la muerte de la gata a nuestro dragón celeste...

- ¿Y esto? ¿Qué hay con ella? - preguntó el celeste revisando todas las carpetas.

- Bueno ¿Qué no vez las noticias? Fue asesinada ayer por la madrugada... - la pantera se echó a reir un poco.

- Oh... Supongo que ya fueron... ¿No es así? - preguntó el dragón a lo que la pantera le asintió - ¿Entonces que quieres que haga? No entiendo... - exclamó el dragón algo furiosos para dejar los papeles.

- Mira, hablamos con sus familiares, decían que no hablaba con nadie, revisamos su teléfono, y no, no había rastro de algún sospechoso que no sea parte de la escuela... - la pantera comenzaba a caminar en círculos por la oficina - Hablamos con cada uno de los profesores, y todos mencionan que tenía un pésimo carácter, y escucharon a varios alumnos decir que se atrverían a hacerle daño, pero, hay mas de 400 estudiantes... Por lo tanto... - el dragón miraba confundido.

La pantera tomó una carpeta, saco unos certificados en literatura a nombre de "Marco Antonio Hernández", nuestro dragón protagonista, este al ver los papeles de los certificados se asombro a más no poder.

- ¿Es en serio esto...? - miró a la pantera con una sonrisa sarcástica.

- No preguntes, tu trabajo será ser el profesor favorito... Hablar con cada estudiante... Haste amigo de uno para que tengas más información... Uno de los mayores sospechosos se encuentran en el grado del primer semestre, grupo C... Por lo tanto... Serás profesor de literatura en ese salón, prepárate, empiezas en dos semans el sub director sabe todo esto... - dijo para sonreír y largarse de ese lugar.

El dragón reía ingenuo, no se creía nada de lo que acababa de escuchar...

- Si a penas se escribir bien... - decía sarcástico, puesto que los certificados eras ciertos, tenía experiencia en la literatura.