La sala del consejo estaba caldeada con los humores de los miembros más viejos quienes se mostraban reacios a que su alfa abriera las puertas de su manada para recibir la nueva oleada de cambiaformas migrantes que huían de las manadas hostiles.

—Alfa, no creo que sea una buena idea abrir las puertas de nuestro territorio, sería como declarara la guerra a las otras manadas, —dijo Abel, un cambiaformas toro de lidia, el tipo tendría cerca de setenta años y estaba casado con una cambiaformas oveja, él había llegado en la época en que el padre de Khalé había comprado las tierras y abierto sus fronteras para recibir a parejas interespecies.

—Entiendo tu preocupación Abel y te lo agradezco de verdad, pero muchos de los migrantes tienen cachorros a los que hay que proteger y sabes que me mantengo fiel al legado de mi padre, esta manada aceptará a quien sea que venga siempre y cuando contribuyan al crecimiento de las manadas y no solamente eso, sino que se sometan a nuestras reglas, por lo demás crecer y diversificarnos nos permite tener poder, nos permite un crecimiento económico que tanto bien nos ha dado con familias como los Daeran, Lonesco y los Dunhill, pero son bienvenidas las familias que aporten para brindar y expandir nuestras oportunidades, —Khalé miró a cada integrante del consejo antes de continuar con su argumento, —esta manada inició los cambios que están ahí afuera, esta manada es la que ha demostrado que somos una verdadera unión, que sabemos crecer y respetar pero que también vamos a luchar si somos atacados, creo en la diplomacia, pero también sé que no todo se soluciona en una mesa de dialogo, así que espero ustedes me respalden, así como han respaldado mi matrimonio y la adopción de mis hijos.

Abel incomodo desvió la mirada, pero mantuvo una voz firme, —nos tuvimos que oponer Khalé, con tu unión, creí que ceder a la manera de pensar de las manadas hostiles era una buena idea y de esa forma los tendríamos apaciguados, pero vi que no era así, espero me perdones. Khalé observó por un momento al viejo amigo de su padre.

—Sin rencores Abel, solo espero que tu juicio no sea nublado por presiones externas, pero si volviera a suceder, el consejo tendrá que revisar a sus miembros, pues somos una manada radical, no somos como los hostiles, —todos los miembros del consejo asintieron en acuerdo y con eso resuelto, la manada Renning se enlazó en videollamadas con los líderes y consejos de las manadas aliadas, estableciendo pactos, acuerdos y alianzas de crecimiento tanto económico como demográficos, mientras se daba la alerta de que grupos paramilitares hostiles estaban infiltrándose en las manadas e intentaban crear daños.

—César, hijo, acaba de llamar Falen, la directora de la escuela, y ha dicho que hay lugar en los dos grupos, tanto para Lando, como para Toby, eso nos deja con Froilán. —al escuchar su nombre el bebé miró y sonrió, —Gracia extendió sus brazos y empezó a besar las redondas mejillitas de osito, mientras el bebé reía complacido.

—Creo que las abuelas cumplimos un rol muy importante en la crianza de los nietos, así que cuenta tanto con Danira, como conmigo para ayudarte con los niños, mientras tú ayudas al alfa a establecer a los migrantes, — Danira y Gracia habían hablado de su rol como abuelas y para ellas fue muy agradable saber que ambas estaban en el mismo canal en cuanto a los nietos.

—Gracias mamá, gracias Danira, les tomaré la palabra en cuanto al cuidado de los niños, porque tal como vimos en la televisión, los éxodos son masivos en las manadas y se avecina mucho trabajo.

—Sí hijo, — la mano de Danira apretó ligeramente la de César, pero en su mirada había preocupación y alarma, —muchas manadas hostiles van a recrudecer su trato con todas las mandas que apoyan la diversidad.

—Eso es algo que ya están haciendo, —aclaró César con una sonrisa débil, —ya ven que ahora hay reunión de consejos y alfas de las manadas aliadas, los conservadores están cerrando sus fronteras y no quieren comerciar con las manadas radicales y las relaciones entre conservadores y radicales están muy álgidas.

—Los conservadores siempre fueron un dolor de muelas, desde que el padre de Khalé y yo compramos estas tierras, ellos empezaron a hacer una campaña en contra, una vez que quedó claro que no éramos solamente una pareja adinerada, sino que empezamos a recibir familias y parejas de diferentes especies, pero ahora que el mismo Khalé ha hecho muy publica las reformas de la manada en cuanto a adopción sin que sea necesario que los padres sean de la misma especie, o estar casados y se ha casado con un lobo, pues ha quedado muy clara su postura. Solamente cumplió con el formalismo que Abel impuso a la junta, creyendo el iluso que eso calmaría las malas relaciones ya existentes.

—Lo importante es que Abel se ha disculpado, lo aclaró el día de la unión, pero no creo que haya sido lo correcto políticamente hablando, Khalé no quiso crear tensiones y decidió dar su lugar al consejo para que podamos adoptar, pero de inmediato la ley interespecies y estado civil, se aprobó. Así que es un pequeño precio que solo aceleró las cosas para favorecer a muchos que ya están planeando adoptar y casarse, como Brandon y Yelaím, quienes hubieran tenido que hacer algo solamente simbólico.

—ahora el gran oso no podrá escapar de casarse con el muy dulce Yelaím, —dijo Gracia, con aquella sonrisa traviesa que la hacía parecer mucho más joven.

Froilán se frotó los ojitos y César extendió los brazos, —es hora de que este muchacho duerma la siesta, —mientras Danira puedes acechar a los niños para saber si se están poniendo al día y comprobar que la tutora nueva no ha cometido infanticidio, porque Toby no quería hacer las tareas y estaba de muy mal humor.

—Claro, también sería bueno hijo, que te prepares para salir y verificar las viviendas, —recuerda que eres ahora el esposo del alfa, y esas labores recaen sobre tus hombros, —Danira se había levantado del sillón, pero a diferencia de Gracia quien ya estaba en la cocina, esta se había quedado cerca para darle la recomendación a César.

—Sí, tan pronto deje todo listo para que Froilán y los niños estén cómodos, saldré a la zona este, ahí está Brandon creo.

Justo cuando César y Danira hablaban, la televisión mostró disturbios que estaban sufriendo las manadas hostiles, por parte de su población inconforme porque estaban atrapados en sus manadas sin posibilidad de salir. Pero también se mostraban ataques que las manadas radicales estaban sufriendo por grupos paramilitares conservadores, que aprovechando que las manadas radicales tenían sus fronteras abiertas, estaban infiltrando miembros para atacar a los alfas de las manadas y desestabilizarlas, hasta ahora ningún alfa había resultado herido, pero se había creado la incertidumbre y estaban en estado de alerta.

—¡llamaré al cubil!, por la hora creo que aún deben estar reunidos ahí, así que mientras más rápido nos enteremos de las medidas de seguridad que debemos seguir será mejor, —Danira nerviosa se frotaba las manos mientras se dirigía a la cocina para tomar el teléfono y hacer la llamada.

César fue a acostar a su bebé que roncaba tan inocente y ajeno a lo que en el mundo de los adultos se gestaba.

—Papá, —Toby levantó la mirada de la libreta en la que trabajaba, mientras la joven maestra que habían contratado para ayudarlos a regularizarse asentía y revisaba la tarea de Lando quien también se levantaba para ir a donde su padre y darle un abrazo.

—Hola cachorros, ¿todo bien?, César paseaba la mirada de la joven tutora a los pequeños que sonreían radiantes y orgullosos.

Toby, el que evidentemente lideraba a Lando fue quien pasó por delante e hinchó el pecho con orgullo, —Papi, papi, la tutora dijo que no hay mucho que trabajar conmigo, porque soy muy listo, —Lando parecía más inseguro, más tímido y callado, así que no habló.

—¿es eso cierto?, —la pregunta era para la tutora en realidad, quien se levantó de la pequeña silla, llevando con ella dos libretas.

—Hola señor Renning, —César se sonrojó, nunca en su vida pensó que le llamarían así, y no creía acostumbrarse algún día, pero este era un buen momento para intentarlo, así que se aclaró la garganta y sonrió.

—Hola, espero que mis hijos no te hayan vuelto loca, y déjame decirte que es muy amable que Falen haya considerado el enviar a alguien a evaluar a mis hijos.

La tutora se echó el cabello atrás y sonrió de forma profesional, mientras rebuscaba en una de las libretas para mostrarle a César quien acarició los cabellitos suaves de sus cachorros, —chicos por favor vayan con sus abuelas, ellas les darán fruta para que merienden, —los pequeños no esperaron más y salieron disparados rumbo a la cocina, dejando a la tutora y a César solos.

—Señor Renning, sus hijos son muy impresionantes, hasta donde he observado me permito decirle que son brillantes, Toby como supongo ya lo notó, es un alfa, y es muy bueno con matemáticas, le encantan los números, pero no está nada mal en lectura y escritura, creo sería bueno hacerlo observar para que su potencial sea ampliado, sus trabajos no son tan limpios y es propenso a no cuidar de sus cosas, pero supongo que es un rasgo de su personalidad, solo por favor refuercen en casa el orden y la limpieza, por el contrario, —la tutora sacó la libreta de Lando, que estaba en muchísimo mejor estado que la de su hermano, —Lando es muy concentrado, muy detallista y perfeccionista, es muy pacífico y le gusta pensar lo que dirá, y él calma lo suficiente a Tobías cuando este le cuesta medir su fuerza, así que estimo que Lando también dará alguna sorpresa en cuanto a su aprendizaje.

—Muchas gracias por sus observaciones, entonces asumo que mis hijos están listos para incorporarse a la escuela.

—Así es, será un gusto ayudarle a usted y al alfa para que, junto a sus hijos, el recibir conocimientos sea más como un juego, como algo relajado, la educación es en casa, pero el conocimiento eso es algo que nos gustaría proporcionarles.

—Estoy muy agradecido, —César se sentía orgulloso de sus hijos, —y mañana entonces ya deberán ir con el uniforme del colegio, ¿es correcto?

—Así es y me tomé la libertad de traer algunas camisas de gala y de deporte, lo mismo que los pantalones cortos que usarán hasta que pasen al quinto grado, —traje varias tallas así que nos divertiremos probándolos, no sé si quiera usted ayudar o ¿será alguna de las abuelas de los chicos?, justo en ese momento un leve toque sonó en la puerta y esta se abrió lo más suavemente.

—César, hijo sería bueno que llames a Khalé y asegúrate de hacer la llamada desde la biblioteca, —era Danira que sonreía sin dejar saber a los demás la tormenta que traía en sus hombros.

—Gracias Danira, ahora lo haré y oye, ¿puedes ayudar a la tutora con los chicos?, ya que trajo algunos uniformes y quiere que se los prueben para que ya mañana vayan uniformados.

—Radiante Danira asintió y entró con libertad a la recámara mientras ella y la tutora platicaban de lo bonitos que se verían los chicos en uniforme.

César caminó hasta la biblioteca, algo le decía que era una llamada importante, aspiró y exhaló tres veces mientras se conectaba la llamada al cubil alfa, directamente al teléfono de Khalé.

—Soy yo, César, —el joven lobo saludó sin más preámbulos.

—Hola bebé, —la voz de Khalé se escuchaba cansada, —mira te llamo para alertarte, los guardaespaldas están yendo a casa, han entrado conservadores a nuestra manada, pero no se les ha podido encontrar, —no quiero que ni tú, ni nuestras madres o los chicos salgan sin escolta. Por favor bebé esta es una situación muy tensa, parece que uno de los grupos paramilitares atacó la caravana en donde estaba Arslan Lonesco, el sobrino de Drago y Úrsula, se dirigía a nuestra manada en busca de asilo, pero decidió viajar con los migrantes para ayudar a protegerlos y ahora no han podido encontrarlo, no saben si está vivo o muerto y los migrantes que quedan están muy preocupados, porque al parecer es un muchacho muy joven, y no coincide con los datos que nos dio Drago Lonesco, a los cuales tampoco hemos podido contactarlos, ya que también salieron a buscar al chico.

César escuchaba, mientras trataba de comprender toda la información que Khalé decía, y por supuesto sabía quiénes eran los Lonesco, el dinero viejo siempre traía una historia con ellos, pero nadie en la manada podía identificar qué tipo de cambiaformas eran, y eso a veces los ponía nerviosos, pero en todo el tiempo que habían vivido en la manada, los Lonesco no habían sido más que una fuente de empleos, de recursos económicos y también diplomáticos, y se rumoraba que eran rivales financieros de los Dunhill y que eran dueños de títulos nobiliarios del viejo mundo.

—Está bien amor, —César sentía como su voz calmaba al alfa, —aquí nadie saldrá y me imagino que la escolta en turno está notificada.

—Positivo, ellos ya saben, así que, por favor, dile a mi madre y a la tuya lo que consideres deban de saber, que los chicos no vean la televisión y establece a la escolta en el cuarto de controles, está cerca del cobertizo, te daré la contraseña.

—Entendido, Khalé, —César no sabía que su esposo tuviera tal cosa, pero de nuevo, no sabían mucho uno del otro.

—Ese cuarto lo instalé apenas empezaron las amenazas de los hostiles, pero realmente nunca pensé ocuparlo, diles que ahí hay monitores y armas, que las revisen y por favor, mantente alerta, yo llegaré apenas me desocupe.

Con eso la llamada se cortó, Cesar sabía que su esposo probablemente no regresaría en la noche, su manada era su vida y la seguridad de su territorio estaba en juego, así que rápidamente salió de la biblioteca y se encaminó al patio, siguiendo el corredor que llevaba al gimnasio, la sala de entretenimiento, hasta que llegó a la puerta trasera del patio.

Rápido uno de los corpulentos guardaespaldas viendo que era el esposo del alfa se acercó, al tiempo que un convoy entraba por el patio.

—Señor son los nuevos refuerzos, el alfa nos ha avisado, —el enorme tipo con lentes oscuros se ajustaba el auricular, mientras escuchaba lo que sea que le dijeran ahí, —Me informan mis superiores que el alfa tiene un lugar para nosotros, —los masivos brazos del tipo descansaron cruzados sobre su pecho mientras su mirada vagaba por el lugar, viendo a sus compañeros acercar el vehículo blindado hasta el cobertizo.

—Así es, por favor sígame, le mostraré el lugar y, —César sonrió al teclear el código, era la fecha que estuvo hospitalizado y el alfa se mantuvo a su lado.

Algunos escoltas igualmente enormes, se adueñaron del lugar, y prendían monitores y revisaban las armas, mientras César miraba atónito como su esposo se había preparado para ese momento.