Capítulo único
Caminaba por las calles hacia ese local de café y meriendas. Miró hacia todas las mesas y decidió sentarse al aire libre, en una pequeña mesa con un par de sillas y una sombrilla. Se acomodó y un empleado de la cafetería le trajo la carta del menú.
–¿Qué va querer, señorita?– preguntó amable
–Dos jugos de naranja, por favor– contestó la asiática
El camarero la miró extrañado– ¿Dos jugos? – cuestionó al notar que la chica estaba sola
La joven notó su duda y musitó– Espero a alguien, tranquilo.
El camarero asintió y se fue a buscar su pedido.
Kagami se sentó a esperar, mientras se distraía con su teléfono. Se dió cuenta de la hora cuando el empleado volvió con los jugos.
–5 minutos tarde– rió, no la sorprendía. Bebió un poco de su jugo y miró a los lados buscando con la mirada– no debe tardar en llegar– se dijo a sí misma.
Y en efecto, unos segundos después se escuchó el ruido de alguien tropezando con la mesa, Kagami alzó la mirada.
–Perdón, Kagami. No me di cuenta de la hora y perdí el autobús...– se excusó
–Marinette, no te preocupes.– sonrió para tranquilizarla– toma asiento, ya pedí tu jugo también– la ojizarca obedeció sonriendo algo avergonzada
–Gracias, ¿Cómo has estado, Kagami?– saludó procediendo a tomar algo de jugo
–Bien, gracias. Todo bien con mis actividades y mi madre me dió el permiso de venir porque gané en la competencia de tiro con arco.
–Wow, eso es increíble. Tienes muchas habilidades– halagó
–Gracias, y a ti ¿Cómo te ha ido?
–Muy bien, he estado más ocupada últimamente pero aún así mis notas siguen bien y el fin de semana pasado fui con mis amigas a tomar un helado.
–Me alegro pero me refiero más a ¿Cómo te ha ido con Adrien?– preguntó directamente
Marinette sabía que su amiga preguntaría eso, pero no sé había preparado para responder. Bajo y la vista y carraspeó la garganta antes de decir algo– Nada ha cambiado...
Kagami fijó su mirada avellana en Marinette– ¿Por qué?– preguntó firme pero con tono pausado
–Seguimos siendo amigos, pero él no sabe nada de lo que siento.– dijo en voz baja
–Marinette, ya hablamos que debes decirle antes de que sea demasiado tarde. ¿Qué pasa si en realidad, Adrien está secretamente enamorado de ti pero es igual de tímido? Si sigues haciendo como si no te interesa él puede pensar que es verdad, y lo alejarás.
–No creo que Adrien este enamorado de mí.
–Yo creo que hay una posibilidad de que sí. Es decir, para él eres una persona muy importante, y deberías fijarte en la forma en que te mira.
–Si lo hago, me fijo en todo, pero así mira también a los croassants de la panadería...– Kagami se llevó una mano a la frente.
–Escucha, cuando era su novia, podía notar que yo le gustaba, pero no estaba enamorado de mí... Estaba enamorado de otra chica.
–Eso no significa que sea yo. Piénsalo, no soy el tipo de chica en la que él se fijaría. Si se fijó en ti es porque eres segura, decidida, valiente... Yo soy todo lo contrario.
–Escucha, Marinette. Tu eres igual o más valiente que yo, además, no necesitas parecerte a mi para que Adrien se fije en ti. Es cierto, soy todo lo que mencionaste, pero aún así nunca logré que se enamorara de mi; en cambio agrega a tus cualidades: encanto, ternura, habilidades para resolver problemas y ayudar a tus amigos y a todo aquel que lo necesite– expresó con seguridad
–Tengo miedo... eso es lo que pasa. No quiero que me rechace, dolería mucho– dijo bajando su mirada celeste.
–Es normal tener miedo, y siempre existirá la posibilidad de que te rechacen pero no es el fin del mundo. Lo que de verdad importa es enfrentarse al miedo con valentía, si no lo intentas te arrepentirás porque nunca sabrás que hubiera pasado.
–No creo que valga la pena siquiera intentarlo...– apartó la vista porque sus ojos empezaban a cristalizarse y una presión en su pecho se hizo presente– he hecho cada cosa que me aconsejaste y que me han aconsejado para prepararme y –titubeó– y nada... Sigo siendo una cobarde. Cuando intento hablar con él, lo veo y me veo a mí y sé que no estoy a su altura, Adrien es demasiado perfecto y yo...– tragó seco– simplemente soy yo.
–¿De qué estás hablando? Marinette, en primer lugar Adrien no es perfecto, porque nada en este mundo lo es, así que métete eso en la cabeza. En segundo, deja de verte como una persona inferior, porque tú vales mucho más de lo que crees, mírate, en cualidades físicas puedo mencionar que eres hermosa, tu cabello es hermoso, tus ojos son bellísimos y tus facciones te hacen ser una chica preciosa, y aún así eso es lo menos importante, porque no es nada comparado a qué ayudas a los demás, eres tierna, considerada, amable, sociable, inteligente... Así puedo estar toda la tarde, y cualquier persona que te valore lo suficiente puede hacer lo mismo.– la atención de la ojizarca se fue a lo que decía su amiga– Así que puedes dejar esas inseguridades, porque no vale la pena tenerlas.
–¿En serio crees eso?– pudo sonreír ante esas palabras, secando las lágrimas que escaparon
–No solo lo creo, estoy segura. – le afirmó– Aún así ¿qué importa lo que yo piense?, lo que importa es que lo pienses tú. Siéntete segura, aprende a amarte tal y como eres. Si él no te ama, ¿Qué importa? Él se lo pierde, y tú ya tienes a alguien que siempre te amará... tú misma.
Marinette rió– Tienes razón, Kagami. Gracias de verdad. Aún necesito algo de tiempo para estar lo suficientemente preparada, primero debo hacer crecer mi autoestima y seguridad. Debo amarme para quererlo, no quiero cometer la equivocación de querer a alguien más que a mí misma.
–Estoy orgullosa de ti. Igualmente puedo ayudarte si quieres tener una pareja, aunque la verdad no la necesitas. No necesitas una pareja para ser feliz por ti. Pero no estoy en contra de que seas feliz con alguien y te apoyaré.
Se sonrieron entre sí y rieron.
–A propósito, hablando de tus habilidades...¿El domingo puedo ir a ver tus nuevos diseños?– la asiática preguntó entusiasmada
–Claro... Además puedo enseñarte a hacer galletas de zanahoria y avena
–Me encantaría.– Kagami sonrió con satisfacción, al sentirse bien con la felicidad de su amiga.
Sus ojos avellana recorrían todo el salón, saludando cordialmente a los demás invitados.
–Kagami, tengo que ir a resolver unos asuntos de negocios, espero que te comportes mientras tanto– después de todo una Tsurugi no podía dar una mala impresión en público, en especial si era en medio de una fiesta súper privada donde los invitados son las personas más influyentes en todo París.
–Cuenta con eso, madre– respondió la menor. Tomoe asintió y se fue siendo guiada por un asistente.
Kagami estaba en una de las galas más elegantes que recordaba, y aunque llevaba un vestido hecho para la ocasión, no haría daño ir a divertirse un poco ¿Verdad?
Exploró la sala llena de jóvenes, todos hijos de los invitados. No quería toparse con su compañero de esgrima, aún no había arreglado del todo las cosas con Adrien y verlo sería incómodo.
Lo que ella no sabía es que no tenía nada de que preocuparse, Adrien no asistiría a la gala por motivos de salud.
Se adentró explorando el lugar, la música no era para nada aburrida como pensó que sería por ser una fiesta de adultos importantes, así que sin importar los demás se acercó a la pista de baile y empezó a moverse a el ritmo de la música, ella disfrutaba más de lo clásico pero este ritmo no estaba mal.
Pronto muchos se unieron a bailar animados al ver a Kagami. No era un escándalo puesto que no hicieron alborotos, pero se estaban divirtiendo igualmente.
La japonesa bailaba tan distraídamente que por accidente chocó con alguien.
–Lo siento no me fijé, perdona– se disculpó rápidamente.
–Agh– se quejó la rubia– ¿Qué no ves por dónde caminas?– Chloé se volteó a enfrentarla, abriendo los ojos en sorpresa– ¿Tú? – Kagami también se sorprendió al ver con quién había tropezado.
–¿Tú?– se enfrentó
–No puede ser, claro que eres tú... Quién más tendría ese feo estilo– Kagami solo frunció el entrecejo no iba a caer en su juego infantil. Chloe dió una sonrisa ladina– ¿Pero quién diría? Que la "niña perfecta" hubiera cometido un error y haya sido tan torpe para tropezar– río en burla
–Te aclaro algo, Bourgeois, no soy perfecta, soy humana y por accidente tropecé contigo, así que me disculpé. Eso es todo– dijo en el tono más seco y sereno que encontró, luego se dispuso a retirarse pero Chloé la tomó del brazo.
–¿A dónde crees que vas? No he terminado de hablar contigo.– dijo con recelo, Kagami soltó su brazo bruscamente de inmediato.
–No me interesa hablar contigo, y creí que te había dejado claro que no quería que me volvieras a tocar.– Chloé la estaba sacando de sus casillas.
El ambiente se volvió tenso, y los demás jóvenes concentraron su atención en las chicas.
–No he terminado contigo, así que te quedas–repitió
–No me interesa escucharte– intentó volver a irse pero la ojizarca se lo impidió.
–Ya hablé, tengo aún cosas que decir sobre ti, mocosa presumida– Kagami la fulminó con la mirada– ¿Quien diría que una chica tan pretenciosa como tú estaría bailando está música tan mala?– dirigió su mirada al dj– y tú no tienes gusto musical– el chico hizo una mueca, y Chloé volvió a dirigir su atención en la de pelo azabache– nunca había hecho esto porque no había tenido oportunidad tan grande de humillarte en público, pero lo haré ahora: dime ¿De dónde sacaste tu peinado? Mejor no me digas, es espantoso el como te dejaron – Kagami solo mantuvo una postura serena, mientras la veía con odio– ¿Te crees bonita? Te diré algo, cariño, he visto sapos más bonitos que tú– Mientras Chloé se burlaba, Sabrina la acompañaba e incluso uno que otro más se reía– Admito que tienes un gusto espantoso para vestir, ¿Conseguiste tu vestido en un basurero? De verdad eres tonta como para creer eso...
–Basta– cortó ya harta– escúchame bien, rubiecita... No toleraré más insultos. Y para tu información este vestido lo diseño mi amiga, Marinette Dupain-Cheng.
–Con razón está tan espantoso, ¿Qué se espera de una tonta como ella?– atacó y rió
–Que te calles– pronunció tajante– si no te permito meterte conmigo, menos te permitiré meterte con mis amigos, Bourgeois.
–¿Y como me empedirás hacerlo? ¿Eh?– volvió a burlarse– ¡escuchen todos!– llamó a la multitud– ¡Kagami Tsurugi!– la presentó e hizo un ademán– Una chica sin gusto, miren sus zapatos ¡Qué asco! Y por favor esa flor en tu cabello, es anticuada– señaló la flor de cerezo que tenía puesta–
–¡Suficiente! ¿Quién te crees para burlarte de mí?, eres tan infantil que empezaste esto por un simple tropiezo. Y como te metiste conmigo creo que necesitas una cucharada de tu propia medicina...–
A pesar de que Kagami no le importaba ninguna de sus palabras, pues ella sabía perfectamente que no son verdad, aún así no iba a permitir que siguiera queriendo humillarla. La dragona de su interior estaba molesta e iba a atacar:
–Para empezar tú no tienes ningún derecho a juzgar los gustos de los demás, tampoco puedes atacar contra mi físico, para mí yo soy hermosa, así que no te funcionará intentar bajar mi autoestima.–dijo firme– Tengo cosas que decir sobre ti ahora, eres una malcriada y mimada, tan poco inteligente emocionalmente que prefieres humillar a lo demás para intentar sentirte mejor y dar apariencia de un ejemplo a seguir, pero en vez de hacer que te admiren haces que no te soporten, de hecho tu única compañía es ella– señaló a Sabrina– pero no creo que ni siquiera la valores suficiente.
Chloé suspiró indignada– ¡Claro que sí me admiran! – defendió– soy su ídolo– Kagami dió una risita burlona
–¿Ídolo?– volvió a reír– ¿¡Hay algún presente que le tenga admiración a Chloé Bourgeois y a su actitud?!– preguntó dirigiéndose a las personas que las estaban mirando– ¿Alguno?– repitió, pero nadie levantó la mano.– ¿Ves, Chloé? Sólo tu amiga levantó la mano, pero lo que me da tristeza es que tú la tratas como si no valiera...– dió una pausa y continuó– no puedo decir nada de tu atuendo, pues sí tienes buen gusto, que lástima que tu actitud no sea igual.
Los adolescentes empezaron a hablar entre sí, dándole la razón a Kagami, susurraban palabras desaprobatorias hacia Chloé, y algunos incluso empezaron a burlarse.
–¿Qué tanto hablan? ¿Eh?– sintiéndose humillada, la rubia se fue corriendo del salón con Sabrina siguiéndola.
Kagami la miró alejarse– escucha...– un chico se acercó a ella– fue increíble como pusiste en su lugar a Chloé, siempre se burla de nosotros pero nadie se atrevió a enfrentarla. Usted es increíble, señorita.
La japonesa lo miró y asintió– No hay de qué– respondió simple antes de irse, tampoco tenía ganas de socializar con él.
Por otro lado Chloé se fue a una sección apartada del lugar, se sentó en un escalón y puso una mano en sus ojos para empezar a derramar lágrimas. Algo de karma ¿No? Quiso buscarle problemas a Kagami y ella terminó perjudicada.
–¿Chloé? ¿Estas ahí?– de una esquina apreció su amiga queriendo saber cómo estaba– Chloé no le prestes atención– musitó acercándose
Kagami que por casualidad buscaba el baño, pasó por ahí y al escuchar la voz de Sabrina, decidió querer investigar. Se escondió detrás de un muro y guardó silencio.
–Vamos, Chloé, ella no...– la pelirroja fue interrumpida
–¿Qué haces aquí? ¡Lárgate!– bramó– Estoy bien sola, déjame y vete ¡No te necesito!– Sabrina se quedó estática en su lugar, asustada
La asiática no iba a intervenir, escuchaba en silencio analizando la situación.
–Pe-pero... Chloé– titubeó
–¡Pero nada!, ¿Qué no escuchaste? ¿Qué esperas? ¡Lárgate!– Sabrina se fue corriendo de ahí, con el corazón roto y lastimado.
Al irse por fin Sabrina, Chloé se quedó sola
Sola...
Un término algo triste, acababa de alejar a la única persona que la quería. Al darse cuenta, volvio a echarse a llorar.
–Soy una tonta– se dijo a sí misma– Sabrina merece a una mejor amiga que yo...– y volvió a lloriquear
–¿Chloé?– llamó la japonesa, la rubia levantó la mirada
–¿Tú otra vez?– se paró con una postura alzada– ¿Qué? ¿Viniste a decirme más cosas?– dijo a la defensiva, fulminandola con la mirada, secando rápidamente el rastro de lágrimas.
–De hecho... No. –dijo tranquila y sincera, la rubia hizo una mueca confundida
–¿Entonces qué? ¿Burlarte de mí? ¿Es eso?– volvió a atacar.
–No– repitió con el mismo tono. Y con tranquilidad se sentó a un lado del escalón– puedes estar tranquila, no voy a atacarte.
Chloé no sabía porqué confiar en ella, pero se volvió a sentar.
–Escuché lo que pasó con tu amiga...– empezó por decir
–¿Me seguiste?
–No, buscaba el baño. Fue una casualidad. ¿Por qué la alejaste? Ella solo quería hacerte sentir mejor.
–¿Qué te importa?
–¿Puedes dejar esa actitud? No vengo a juzgarte, solo vengo a hablar.
Chloé se quedó callada un momento, sin saber que decir pues estaba algo vunerable– No quería que ella me viera llorar, quería estar sola.
–Ella no lo sabía, la lastimaste.
–¿Crees que no lo sé?– lloriqueó– No merezco a Sabrina, tienes razón, soy una mala amiga, y mi actitud es insoportable... Pero ella siempre estuvo conmigo.– recordó cada momento feliz con la pelirroja, y una punzada de dolor se hizo presente, las lágrimas fueron incontrolables.
La asiática no perdió la compostura, solo siguió hablando– Chloé... Creo que en el fondo no eres una mala persona.– la rubia la miró sin comprender– ¿Sabes? No necesitas humillar ni maltratar a lo demás para creerte superior, mírate, eres muy bonita, y ya te lo dije, tienes un estilo fabuloso, cuentas con lujos que no todos tienen... Y sé que hasta fuiste una super heroína. Tu problema es que no terminas por aceptarte a ti, y por eso cubres tus defectos recalcando los de los demás... Tienes que aprender a aceptarte completamente, eso incluye tus defectos, acéptalos y luego repara tus errores. No tapes ni ignores tus inseguridades, más bien trabaja que cambien a mejor, hasta que te sientas cómoda sin dañar a nadie.
Chloé no se atrevía a hablar...
–Conozco algo de tu historia, intentas llamar la atención de tu madre. Pero creo que con una actitud amable, llegarás más lejos que comportándote como una niña malcriada.
–Tienes razón– le costó decir– cuando te conocí a ti, vi una amenaza, eres bonita, y si tienes muchas virtudes, más de las que yo podré tener. Verte junto a Adrien no me gustó para nada, y ver cómo te defendías me hizo sentir insegura, ya que la mayoría hace lo que quiero porque soy cruel con ellos...
–No me puedo dejar hacer sentir inferior, y tú debes hacer lo mismo. Sé la gran superheroína queen bee, con o sin disfraz. No digas que no tienes virtudes porque si las tienes, por ejemplo cuando hiciste lo correcto y salvaste a París junto a Ladybug.
–Eso no cuenta, ya no soy una superheroína. Por mi culpa Hawk Moth casi triunfa. Y ahora hay una nueva chica, dice que se llama "Vesperia"– se lamentó
–Hey, no seas tan dura contigo, te sentías mal, y seguramente Hawk Moth te manipuló contra Ladybug. No importa que no tengas un miraculous, puedes seguir siendo una superheroína sin disfraz. Cambiando de actitud, no solo lograrás ayudar a los demás con tus acciones, también te ayudarás ti misma porque te sentirás más segura, confiada y terminarás amándote. Sin mencionar que tendrás más amigos, y amigos verdaderos.–Kagami terminó sonriéndole un poco.– ¿Qué opinas?
–Creo que lo pensaré...– aunque en el fondo estaba de acuerdo– te debo una disculpa, Tsurugi, no debí tratarte de la manera en que te traté.
–Estas disculpada, yo también te debo una pequeña disculpa, fui muy dura.
–Me lo merecía, tranquila–
–Creo que deberías hablar con tu amiga– comentó
–Si, lo haré. Me disculparé con Sabrina.– aseguró– ¿Esto significa que somos amigas?
–No, aún no me caes muy bien.
–Entiendo, tampoco quiero serlo– sin más que decir Chloé se fue
Terminaron la discusión en buenos términos y Kagami se retiró del lugar.
–Señorita Tsurugi, su madre desea su presencia en la sala– Kagami que se levantó de su cama y asintió hacia el mayordomo, dejó el cuaderno en el que escribía, en su lugar y se dirigió hacia donde la llamaban.
¿Qué querría su madre? Se preguntaba, por ahora sus actividades iban bien y no es usual que la llamen para hablar.
–Kagami, siéntate– ella obedeció y se acomodó en frente de su madre– te llamé para notificarte algo, hoy en la tarde vendrán los Agreste–
–¿Qué?– pronunció sorprendida– ¿Por qué?– según hasta donde ella sabía no tocaba reunión de negocios.
–Según lo que me comentó, Gabriel. Adrien está bajando su rendimiento en esgrima, esta tarde él practicará contigo
Kagami iba a protestar, pues esa tarde tenía planeado usar su momento libre para leer mangas, pero ahora tendría que cancelarlo para de remate tener que hablar con él.
–Madre, pero...– la interrumpieron
–Nada de peros Kagami, ya acepté ayudar a Gabriel y además aprovecharás a practicar tu también.
–Sí, madre...– dijo rendida
Volvió a subir a su habitación, no quería hablar con Adrien pues aún estaba molesta y resentida.
–Papá, he intentado decirte que Kagami y yo estamos en malos términos– dijo el menor de los Agreste– se sentirá incómoda.
–No me interesa nada personal, tú estás bajando mucho tu rendimiento y no permitiré que lo sigas haciendo. Estoy muy decepcionado de ti, Adrien. También haz bajado tus calificaciones, lo bueno es que Nathalie te ayudará con eso. Pero no toleraré más. He estado cancelando muchas de tus sesiones de fotos porque te he notado cansado y me temo que si sigue así prohibiré que sigas saliendo con esos amigos tuyos.
Adrien no había salido con sus amigos en mucho tiempo, esa no era la razón de su decaimiento. El último mes hubieron muchas akumatizaciones, y no ha podido descansar muy bien, ya que también debía terminar sus deberes.
Nadie dijo una sola palabra más durante todo el camino. Al llegar bajaron de la limusina encontrándose con madam Tsurugi quien los esperaba en la puerta.
–Un placer volver a verla– saludó Gabriel con tono neutral
–Que bueno que llegan– respondió
Avanzaron en silencio hasta el salón de esgrima de la mansión. Adrien ya venía preparado vistiendo su uniforme.
–Mi hija no tarda en llegar– les dijo Tomoe
Kagami mientras tanto terminó de ponerse su uniforme y tomó su espada. Se intentó relajar pues aunque practicarían no había razón de hablar con Adrien. Bajó las escaleras y se dirigió a el salón.
–Buenas tardes– dijo al entrar, se dirigió hacia su madre para ponerse a su lado.
–Que bueno que llegas, Kagami– los ojos de la asiática miraron al rubio de manera recelosa– joven Adrien por favor empecemos el entrenamiento– ambos adolescentes asintieron y se colocaron en posición
Los adultos, se sentaron en una banca para presenciar el entrenamiento.
–Recuerden chicos quiero un combate justo– dijo el entrenador
Por un lado Adrien sabía perfectamente que Kagami seguía molesta, en sus ojos se veía. Por otro lado la japonesa se mantenía serena, a pesar de seguir algo resentida, no volvería a intentar pagarla con él.
–En garde– pronunció el entrenador– pret?– ambos esgrimistas se pusieron en posición– Allez– Adrien lanzó un ataque pero Kagami respondió en defensa y contraataque–
–Touché–
–Arrêt, bien hecho señorita Tsurugi. Tenga precauciones señor Adrien.– el ojiverde solo asintió
Después de varias rondas, en las que Adrien perdía, Gabriel estaba molesto. Con una mirada se lo hacía saber a su hijo.
Kagami notaba algo realmente triste en él– Madre ¿podemos tomar un descanso?– pidió– es que llevamos ya bastante rato así...
Su madre lo pensó– ¿Tú qué opinas, Gabriel?– el hombre solo lo pensó, no le parecía este descanso después de ver ese rendimiento–
–Por favor, será solo un pequeño rato – insistió la japonesa
–Esta bien– cedió
–Pero solo 10 minutos– dijo su madre
–De acuerdo, madre. Estaremos en el jardín– Adrien la miró confuso– Vamos– lo llamó para que la siguiera. Aún no sabía porqué pero el rubio lo hizo, tomaron sus botellas de agua y al llegar al jardín se sentaron en una banca.
Abrieron las botellas y después de calmar su sed, Adrien se dispuso a empezar a hablar pero Kagami lo interrumpió– Quiero hablar contigo, por eso te traje.–en ese momento Adrien creyó que Kagami lo trajo para arreglar su amistad– Y no, no es por lo de nuestra relación, si estoy hablando contigo es por algo más importante que eso
Adrien la miró más confundido y algo decepcionado, se sentía mal por no poder arreglarse con ella– entonces ¿Qué es?
–No pensé que enserio tuvieras esa decadencia, estás ejecutando terrible los pasos. –el rubio miró al piso avergonzado– Y me preocupas Adrien, jamás te había visto tan decaído. ¿Qué te ocurre?
Suspiró pesadamente– La verdad, Kagami... Es que estoy cansado. Cansado de...– se cortó así mismo
–Continua... Cuentas conmigo– lo animó
–Estas últimas semanas, han sido muy, muy ocupadas y estresantes, he tenido tantas cosas que... Me acuesto a dormir tarde completando mis tareas. Pero de lo que estoy cansado es de los comentarios negativos de mi padre.– un nudo en su garganta se presentó y su mirada se hizo triste– Nunca hago nada de lo que él pueda sentirse orgulloso... Pero siempre reclaman mis equivocaciones– sus ojos se cristalizaron– simplemente no soy suficiente.– y una lágrima corrió en su mejilla
Kagami lo miró triste, pues le afectaba su estado de ánimo.– Oye...– lo llamó, pero él miró hacia otro lado– no voy a sentir lástima por ti, mírame– el ojiverde alzó lentamente su mirada hacia la avellanada de la japonesa– entiendo el porqué te sientes insuficiente, pero, no lo eres. Tu padre es cruel al hacerte sentir como si no hicieras nada, y como si no te esforzaras. Haz intentado de mil maneras, debería de bastar para que se sienta orgulloso de ti, pero si él no lo ve, es su culpa
–Kagami... No sirvo para mucho, además tal vez es cierto, yo también estoy decepcionado de mí.
–No digas eso, Adrien. Tu padre te ha recalcado tanto tus errores que dejaste de ver tus propias virtudes. Fíjate que eres una persona que sabe hacer muchas cosas, y tienes una agenda increíblemente ocupada, eres modelo, esgrimista, estudiante, sabes chino... Todo al mismo tiempo, además ayudas a tus amigos y eres buena persona. Y si tu padre no ve eso entonces no te merece.–Kagami se levantó de su asiento y lo invitó a hacer lo mismo– Vamos esfuérzate, nunca dejes de hacerlo, pero hazlo por ti...
Adrien sonrió y tomó la mano que Kagami le ofrecía para levantarse– gracias, Kagami.
–De nada, pero solo recuerda mis palabras. Jamás olvides que eres suficiente y que hay gente que te quiere.– Kagami le dedicó una sonrisa
–Oye... ¿Esto significa que estamos bien?
–Creo que aún necesito tiempo pero... Estoy segura que volverá a ser como antes– respondió
Volvieron a entrenar, esta vez a Adrien le fue mejor.
Buscar amor y aprobación es importante, pero siempre debemos recordar amarnos a nosotros mismos primero. Dedico esta historia a las personas que se sienten insuficientes, inseguras, y tristes, quiero decirles que no lo son, aprendamos a amarnos por lo que somos, aceptando a nuestros defectos y virtudes, a vivir con nuestro propio amor.
«No hay que cambiar por los demás, hay que cambiar a ser mejores por nosotros mismos. La persona que de verdad nos aprecia, nos querrá como somos sin querer cambiarnos, ya que siempre seremos suficientes»
-------------------------------------
N/A
Bueno...¿ Que les pareció?
Espero que les haya gustado, esta obra me llevo un gran esfuerzo.
Si les gustó comenten y voten, agradezco su apoyo
Espero que pasen una feliz navidad dentro de poco, cuidense y besos.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro