Cuidado responsable de mascotas.
La Rabia es un bichito pequeño, que provoca un nudo en la garganta que duele en todo el cuello y en las cuerdas bucales sin necesidad de apretar la quijada; quizás es así porque ahoga los gritos.
Y llena de lágrimas los ojos sin que nada tenga que ver la Tristeza. O tal vez la Tristeza sí tenga que ver. Porque la Rabia es un reflejo de injusticia y tal vez la Tristeza la alimente a escondidas.
La Rabia tiene una reacción de defensa muy extraña para con su dueño; como un botón de autodestrucción. Es decir "si no puedo hacer que te sientas mal por lo que me haces, me sentiré mal yo, me lo voy a tragar todo hasta que explote. Y cuando te explote en la cara y ambos salgamos perjudicados, aunque en realidad a mí me duela más —porque la Rabia es mezquina y siempre se siente la víctima de todo—, entonces recién ahí vas a poder entender lo que me pasa".
La Rabia siempre llora a solas, enredada en sí misma como un ovillo en algún rincón oscuro de la habitación. Llora pues de rabia y sin que nadie la vea; finge que siempre está bien pero en realidad tiene un agujero negro en el pecho. La Rabia es cuna de las peores víctimas y de los más temibles villanos. La Rabia nace de no poder controlar a los demás, pero también de que los demás te controlen. Existe por no poder comprender a los demás, pero sobre todo porque nadie te comprende.
Y lo peor de todo, es que sólo existe para arruinar a las mejores personas, porque sólo las mejores personas, las más buenas y sensibles pueden tenerla. Y las consume por completo para aislarlas de los demás y transformarlas en mala gente. Y las convence de que en este mundo frío no hay nadie a quienes les importe su asqueroso e increíble dolor.
La Rabia es un parásito que transforma un campo de flores en un desierto, y un haz de luz en un charco de alquitrán. La Rabia hace del amor un hastío asfixiante y reduce a la hermandad en puras cenizas.
Si algún día la sientes, llórala un poco, deja que te acaricie sólo un rato. Pero recuerda que es un animal salvaje; que no puede ser domesticada. Y no consientas escucharla y dejarte convencer con sus delirios de venganza. No te la lleves a tu casa. Y no te dejes poseer por ella, porque sólo está aprovechándose; que ella sabe que solo eres un niño asustado que sólo pedía un poco de consideración.
Y aunque no es domesticable, yo tengo una Rabia. Una pequeñita y anaranjada. No tiene ojos, porque la Rabia es ciega. Y tiene una boca enorme y llena de dientes, porque la Rabia es mordaz y duele. Me sigue a todos lados desde que tengo memoria, o sino viaja en mi hombro a donde sea que voy. Me pregunto si todos tendrán una y esta será del tamaño de sus dolencias. No es recomendable tenerla, lo aseguro. No desatiendas mi consejo. Es mejor no tener ninguna Rabia encima, demandan demasiado trabajo y atención. Y suelen arruinarte el entorno, los viajes y también las ocasiones felices. Yo trato de no alimentar demasiado la mía, porque no tengo demasiado espacio en casa para cuidar de ella. Sería un gran problema tener una Rabia enorme en un lugar tan apretado. Pero es que una vez que tienes una Rabia, ya no te puedes deshacer de ella jamás. O al menos yo no he podido; así que tuve que tomar medidas.
Mi Rabia está bien domesticada, y se lleva bien con cualquiera que la mime por un rato. Le gusta el Amor, y la Tristeza; se lleva bien con la Muerte y con el Miedo. Pero trato de que nadie le de nada de comer. Si acaso un día crezca y se me escape de nuevo. Una vez creció a tamaños colosales, y no tienes idea de lo difícil que es descomprimir una rabia para que vuelva a caber en un maletero... Por eso últimamente siento que debería controlar a la Tristeza para que deje darle remordimientos y desilusiones.
Si tienes una Rabia que necesitas que se reeduque, tal vez puedas ponerla a dieta estricta como hice yo, y sobre todo llevarla a una escuela de obediencia y cuidar sus compañías.
Las escuelas de obediencia para las Rabias en realidad son ilegales, porque no se deben tener animales salvajes como mascotas, así que las escuelas de obediencia para Rabias están camufladas bajo el título "Manejo de la Ira". ¿Las iras serán domésticas y por eso el título legal? No lo sé. Yo sólo sé que mi Rabia se porta mejor conmigo desde que vamos. Ya no me gruñe a mí, sino que quiere cuidarme del resto del mundo; ya no ataca a nadie, y me deja dormir tranquila sin decirme cosas crueles o tentadoras, es más, a veces es ella la que me mima y que me dice que algo no es correcto, o que tengo que tratar mejor a las personas. También le enseñé a no morder, para que no se trague más las palabras que necesito decir.
Nos llevamos medianamente bien. A veces quisiera que se vaya y no vuelva nunca, porque la convivencia se hace difícil. Curiosamente y adivinarás que me hace rabiar bastante. Pero creo que cada uno de nosotros debería aprender a manejar y tolerar sus propias Rabias para que no anden sueltas por ahí y hagan daño a los demás.
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