𓏲 07: ¿Nos parecemos?
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Domingo. Un día en donde la mayoría de personas se quedaban descansando en sus camas hasta tarde. Un día donde dejas a un lado tus preocupaciones y solo te ocupas de descansar.
Pero no, ese domingo 17 de noviembre no era como lo esperaban para Mina y Chaeyoung.
Ya que, desde las seis de la mañana, Chaemi había estado despierta. Y es que al principio no había hecho ruido, solo se movía un poco tratando de buscar una posición cómoda para volver a dormir. Pero al no encontrarla lo primero que se le ocurrió hacer fue llorar.
Chaeyoung fue la primera que se levantó debido al susto que el llanto le había proporcionado. La menor inconscientemente se volteó a ver a Mina, quien también se había despertado pero la cual no tenía ganas de levantarse a ver a la pequeña
— Mina... Chaemi ya se despertó — informó — Mina...— volvió a llamarla pero sin obtener respuesta por parte de su esposa
— Chaeyoung ve tú. Quiero dormir —Fueron las únicas palabras de la mayor antes de volver a conciliar el sueño.
Son dirigió su mirada a Chaemi la cual aún seguía llorando. Se levantó de su cama y se acercó a la cuna de la pequeña.
La levantó y le quitó su manta amarilla para poder cargarla mejor. La acomodó en sus brazos y luego le depositó un beso en su pequeña frentecita; y es que le era inevitable ya que la pequeña esbozaba mucha ternura.
— ¿Porque despiertas tan temprano a mamá Chaeng? ¿Eh? — comenzó a regañarla entre risas — Ayer hiciste que durmiéramos tarde Chaemi, y ahora nos levantas temprano — siguió hablando
Varios minutos después la bebé ya se había calmado. Chaeyoung decidió salir de la habitación para dejar a Mina dormir mejor, ya que últimamente se le notaba bastante cansada.
Bajó a la sala y se sentó en el sillón. Se colocó de costado y acostó a la pequeña frente suyo. La miró y le fue inevitable no sonreír ante lo pequeña y tierna que era.
— ¿Como puedes llorar tanto y luego calmarte como si nada? — le preguntó como si Chaemi pudiera darle la respuesta — ¿Sabes? En menos de dos meses ya es Navidad. Será nuestra primera navidad junto a tí mi pequeña; como familia. — Siguió hablando mientras acariciaba levemente y con mucho cuidado a su hija — ¿que podríamos regalarte?. ¿Un peluche? Aunque por ahora ni los vas a usar —descartó la idea — Ya sé, zapatos. Aunque para eso está Nayeon — rió al recordar que su unnie le había prácticamente prohibido comprarle zapatitos a Chaemi ya que ella se encargaría de eso.
Mientras pensaba en qué otras cosas podría comprarle, su celular comenzó a sonar. Lo tomó rápido de la mesa, que se encontraba cerca de ella, y le bajó todo el volumen ya que Chaemi recién se había vuelto a quedar dormida y Chaeyoung no quería que se despertara por ahora.
— ¿Mamá? — Preguntó apenas contestó el teléfono
— Vaya, si una no te llama tú no lo haces — reprochó sacándole una pequeña risa a Chaeyoung —¿Cómo estás amor? ¿Todo bien? ¿Cómo está la pequeña Chaemi?
Chaeyoung miró casi instantáneamente a su hija la cual seguía dormida. Sonrió nuevamente.
— Muy bien, aunque se levanta muy temprano y a veces duerme demasiado tarde. Con suerte Mina y yo dormimos unas cuatro horas — Ahora la madre de Chaeyoung rió.
— Te dije que sería así
— Mamá — la mencionada rió
— Bueno, Chae, queríamos saber si tenían planeado algo para hoy
Chaeyoung se puso a pensar si había algo ese día. Pasados varios minutos se dió cuenta de que no tenía nada planeado, o al menos ella no recordaba nada, y contestó
— Creo que no. ¿Porqué?
— Hoy tu padre quiere que vengas junto a Mina a la casa para poder conocer a Chaemi
Y es que ni los padres de Mina, ni los de Chaeyoung conocían a la pequeña. Claro que sabían del embarazo e incluso estuvieron junto a Mina durante esos meses, pero desde que la pequeña nació no se había dado la oportunidad para que la conociesen.
En la boda, la bebé solo estuvo unos pequeños momentos, luego fue llevada por Nayeon y Jeongyeon a su casa porque había comenzado a llorar por el ruido y frío del lugar.
Debido a esto, la familia Son y la familia Myoui no conocían a la pequeña.
— Claro mamá. Ahí estaremos — aseguró
— Genial. Tu padre se pondrá muy feliz. Entonces nos vemos a las dos de la tarde. ¿Está bien?— Preguntó
— Sí, no hay problema
Chaeyoung siguió hablando un rato más con su madre, pero luego ella tuvo que colgar ya que debía preparar las cosas.
Se despidieron y luego Chaeyoung volvió a dejar su celular en la mesa. Dirigió su vista hacia Chaemi, quien seguía dormida, y luego la cargó para llevarla al cuarto y así pudiera dormir más cómodamente.
Se podía decir que ya había perdido el miedo de dejarla caer.
Cuando entró, pudo ver que Mina aún seguía durmiendo, así que con mucho cuidado dejó a la bebé en su cuna y la tapó con su colcha. Después, buscó un short y un polo en su armario para cambiarse
Dejó su pijama a un lado y fue hacia el baño. Se cepilló sus dientes y, nuevamente salió del cuarto con dirección a la sala.
Se sentó en el sillón y tomó sus gafas de lectura, las cuales estaban también a un lado de la mesa, mientras hacía tiempo; aún era muy temprano para hacerle el desayuno a Mina.
Porque sí, hoy quería hacer algo especial por la nipona.
Tomó el control de su televisor y luego presionó el botón para que este se encendiera. Buscó entre las aplicaciones y encontró la que buscaba: Netflix.
Le bajó el volumen hasta quedar en uno moderado, y después comenzó a buscar películas o alguna serie que le llamase la atención. Tuvieron que pasar varios minutos para que encontrara una serie que tenía de portada unos seis adolescentes, entre ellos una rubia, una pelinegra, una castaña; y tres chicos, pelirrojo, pelinegro y el otro igual. El título era raro, pero de todas formas la colocó.
Comenzó a ver la serie y luego de varios minutos ya se había enganchado con esta.
Cuando terminó el primer capitulo se dió cuenta de la hora: "9:15 a.m", se levantó y apagó el televisor, para ahora sí, dirigirse a la cocina.
— Bueno, la intención es la que cuenta
Se dijo luego de leer una receta de cómo preparar lo que quería. Se encogió de hombros y comenzó a sacar lo que utilizaría.
Mientras tanto Mina se levantaba en la habitación, extrañada de no sentir a Chaeyoung a su lado. Ella abrió mejor los ojos y se sentó en la cama para dirigir su vista hacia la cuna de Chaemi, ella dormía tranquilamente.
Se destapó y se colocó sus pantuflas para poder bajar a ver si Chaeyoung estaba ahí, ya que era claro que en la habitación no estaba.
Comenzó a acercarse y luego sintió un agradable aroma provenir de la cocina. Confundida, se acercó más para encontrarse con Chaeyoung apagando la estufa mientras tomaba algunos platos del estante.
Sonrió y se acercó a ella, cuando estuvo cerca la abrazó por detrás logrando sorprenderla por su acto. Chaeyoung al ver a Mina sonrió y dejó un beso en su frente, luego siguió en lo suyo
— ¿Y esto? — Preguntó refiriéndose a todo lo que había utilizado
— Hoy quería engreírte, amor — confesó logrando que sonriera por lo tierna que se había oído
— ¿Hiciste dormir a Chaemi? — Preguntó
— Sí, ya que no quisiste levantarte
— Ya era hora. ¿No crees?
— ¡Mina!
Volvió a reír.
Aún seguía abrazándola mientras veía cómo terminaba de preparar el desayuno. Sirvió todo y luego se separó de ella para poder llevarlo a la mesa.
Mina la siguió y luego se sentó junto a ella.
Comenzaron a desayunar mientras hablaban de temas importantes, bueno, quizá solo hablaban de Chaemi. Y como si la hubieran invocado, se escucharon unos llantos desde el cuarto.
Chaeyoung llevó una de sus manos hacia su frente haciendo una facepalm mientras Mina reía.
— ¿Como pueden quedarle lágrimas después de tanto? — preguntó
— No lo sé. Supongo que no le gusta que no le presten atención
— Igual a su mamá Mina — bromeó
— Cállate
Mina se levantó y comenzó a dirigirse a la habitación. Abrió la puerta con cuidado y se acercó a ella
— Quizá nos parecemos más de lo que creía — le habló junto con una sonrisa y luego la cargó para volver junto a Chaeyoung.
Ella sonrió y Mina no pudo evitar chillar de emoción.
Son Chaemi era una bebita demasiado hermosa.
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