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Chaeyoung llegó a casa de Mina pocos minutos después de que ella la llamara.

Al escuchar la voz temblorosa de Mina por teléfono, Chaeyoung supo que era algo importante. Aunque Mina admitió que no estaba segura de cómo decirlo, sentía que era necesario que Chaeyoung estuviera informada.

Al principio, Chaeyoung no logró comprenderlo del todo. Por la mañana Mina le había enviado un mensaje reclamándole por no haber ido a su casa los últimos días, aunque Chaeyoung había explicado que estaba muy ocupada con su trabajo. Luego, y para sorpresa suya, cuando le dijo que iría a verla, ya que estaba desocupada, Mina respondió que no quería saber de ella y que la dejara sola.

Y por si fuera poco, los cambios de humor de Mina no eran nuevos; habían estado sucediendo durante semanas, afectando su comunicación y la posibilidad de compartir sus días.

Por eso temía tanto que Mina la llamara con ese tono serio. ¿Acaso quería terminar la relación? No, eso no podía ser siquiera una opción... ¿verdad?

Con el corazón latiendo nerviosamente, Chaeyoung estacionó su auto frente a la casa de Mina y se acercó a tocar la puerta.

— Hola, bonita —saludó al verla, aunque por dentro estaba nerviosa— ¿Qué pasa? —añadió al notar la angustia en su rostro.

Sin decir nada, Mina le hizo espacio para entrar a la casa y cerró la puerta detrás de Chaeyoung. Rápidamente se abrazó a ella, buscando consuelo. Chaeyoung se sorprendió, pero luego correspondió el abrazo rodeando su cintura con sus brazos mientras Mina escondía su rostro en su cuello.

— Minari, ¿qué sucede? —preguntó dulcemente, pero Mina tardó en responder.

La nipona se quedó con su rostro oculto en el pecho de Chaeyoung mientras ella intentaba calmarla acariciándole la espalda.

— Chaeyoung, nosotras... —Intentó explicarse, pero le costaba encontrar las palabras, sus ojos llenos de lágrimas amenazaban con caer.

Ver a su novia en ese estado le partía el corazón.

— Dime, amor. ¿Que pasa con nosotras? — Chaeyoung trató de que Mina continuara, acariciando su mejilla para poder tranquilizarla a la par que abrazaba su cintura

— Chae... dios no se como decir esto de una mejor forma, así que solo voy a decirlo y ya... — Mina la miró durante algunos segundos que para Chaeyoung se hicieron eternos, y luego agachó su cabeza antes de decir — Estoy embarazada

La coreana no supo cómo reaccionar ante tal confesión de parte de su novia.

¿Embarazada? ¿Serían mamás? ¿Tan... pronto? ¡Ni siquiera se habían casado!

Si bien era cierto que no lo habían planeado completamente, procesando la información dicha por Mina, para Chaeyoung era una oportunidad grandiosa de poder empezar una familia con la mujer que más amaba en el mundo.

Pensaba en que podrían salir a comprar ropa para el pequeño o pequeña. Pijamas de Tigres y Pingüinos fueron las primeras opciones que se aparecieron en la mente de la más baja.

Mientras tanto, Mina se encontraba muy decepcionada y ansiosa al no obtener respuesta, ni siquiera una sola expresión en su rostro, por parte de la rubia, la cual desde la confesión, se había dedicado a mirar un espacio muerto de toda la sala.

— S-Solo quería que lo supieras, no es que necesario que te hagas cargo, Chaeyoung. Si no quieres estar en nuestra vida, entonces yo veré la forma de-... — Mina detuvo sus palabras, las cuales salían muy rápido de sus labios, al notar la gran sonrisa en Chaeyoung y sus ojos volviéndose húmedos de repente —. ¿Estás llorando?

Se alejó del abrazo que compartía con su menor, la cual al sentir la falta de calor que su novia le proporcionaba la volvió a tomar de la cintura para atraerla a ella sin borrar su sonrisa. Mina estaba más que confundida.

— Cariño, ¿Estás segura, no? — La japonesa suspiró

— ¿Crees que bromearía con algo tan serio como esto? — la miró con el ceño fruncido. No estaba de muy buen humor como para aguantar su lentitud.

— ¿Enserio seremos madres? — volvió a preguntar, obteniendo un débil asentimiento de cabeza por parte de Mina — ¡Mina, seremos madres! — Habló aún más emocionada que las veces anteriores, mientras abrazaba a la extranjera, ocasionando que esta sonriera un poco más aliviada.

— ¿Entonces también estás contenta? —Preguntó con temor Mina.

Chaeyoung alzó su mirada conectando sus ojos con los de la nipona. Le sonrió y luego llevó una de sus manos a la de Mina para acariciarla

— No podría estar más feliz ahora que la mujer que amo me acaba de dar la mejor noticia del mundo, Myoui Mina — Habló en un tono firme haciendo que se escuchara una pequeña risilla por parte de Myoui

— Te amo, Chaeng — Susurró Mina acariciando la nuca de la coreana la cual aún seguía rodeando la cintura de su novia

— No imaginas lo mucho que yo te amo a ti, Minari — respondió y luego se agachó quedando a altura del, por ahora, plano abdomen de Mina — Y no sabes lo que te amo a tí pequeño ángel — habló refiriéndose al pequeño que se formaba en el vientre de Mina.

Esta última menciona sonrió ante la reacción infantil de Chaeyoung y no pudo evitar sonrojarse. Apenas tenía un mes de embarazo pero ya sentía que amaba al pequeño que crecía en su vientre.

Quizá este sería el mejor regalo que la vida podía ofrecerles a Chaeyoung y a ella. Quizá era su oportunidad de comenzar una nueva vida al lado su novia.

Y es que Mina no podía estar más que feliz. Ella agradecía poder compartir la oportunidad de ser madre junto a la mujer que más amaba; Son Chaeyoung.

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Nota actualizada: Esta es una de mis primeras historias, pero realmente le tengo mucho cariño así que he decidido (sí, cuatro años después) editarla y volver a subirla para que la puedan disfrutar como yo lo hice en su momento. Ojalá les guste, disfruten <3 💞