♡︎ extra
En los siguiente diez años, muchas cosas cambiaron. Luego de reconciliarse, volvieron a vivir juntas y la vida en familia, las vacaciones fuera de la ciudad, las salidas a restaurantes, los domingos de películas; todo renació.
Y lo más importante, se había sumado una nueva miembro a los Park Manoban: la pequeña Chiquita, que ahora tenía cinco añitos y, para qué mentir, a quien le gustaba hacer enojar mucho a sus mamás.
Pero por más que a veces se les dificultara manejar a aquel adorable demonio, la adoraban con el alma.
Por otro lado, a los quince años RyuJin se presentó como omega y a los diecisiete conoció a una tímida alfa de nombre Lia. Partieron como amigas, pero con el tiempo empezaron a sentir cosas por la otra y, luego de una dulce confesión, se volvieron novias, y ahora llevaban un año juntas.
Por su parte, el ya no tan pequeño Jake se había convertido en un adolescente sociable y popular dentro de su instituto. Y aunque todavía le faltaba un poco para presentarse, algo le decía a sus mamás que sería un alfa como Rosé.
La omega mayor comenzó a trabajar desde casa y Rosé, luego de pasar años quedándose en la oficina hasta altas horas de la noche, sin importar que ya se hubieran ido todos, ahora se había hecho más flexible y procuraba estar lo justo y necesario en su trabajo para pasar más tiempo con sus tres cachorros y hermosa esposa.
***
—Entonces, ¿Me estás diciendo que mami y mamá se divorciaron y después se volvieron a juntar? —cuestionó un Jake boquiabierto.
—Así es. —afirmó RyuJin.
—Dios... Como demuestran su amor a cada rato, jamás lo hubiese imaginado —hizo una mueca al acordarse de lo cursi que era la pareja—. Te apuesto que todo fue culpa de mamá Chaeng. —comentó con gracia y su hermana rió.
—Te estoy escuchando, Park JaeYoon. —habló su madre alfa.
—Que bueno, así también recapacitas que me estuvieron mintiendo por diez años. —respondió alto para que la escuchara.
—Eras un bebé. —se defendió Rosé.
—¡Ay! —Jake pareció pensar en algo—. ¿Pero ahora cómo voy a decirles a mis amigos que se separaron si lo único que quieren es un amor como el suyo? —se preguntó más para sí mismo que para las otras dos.
—¿Con trece años ya andan pensando en tener novio? —Rosé frunció el ceño.
—Yo no. —Jake se alzó de hombros.
—Bueno, me voy a retirar. —avisó RyuJin de repente.
—¿Y a dónde vas tú? —preguntó la adulta, cruzándose de brazos.
—Con Lia. —agarró su mochila.
—¿Le pediste permiso a tu mamá?
—Claro, sino, pregúntale.
—¡Lisa, ¿RyuJin te pidió permiso?! —gritó desde la sala.
—¡Sí, Roseanne! ¡Ahora ayúdame con Chiquita y deja a RyuJin tranquila! —le gritó de vuelta.
Los niños rieron por el regaño de la omega.
—Te hablan. —RyuJin se burló para luego salir de la casa.
Rosé frunció el ceño y subió las escaleras en busca de su esposa y el pequeño demonio.
Jake se quedó en la sala viendo un reality show, aunque carcajeó con ganas cuando escuchó un histérico: "¡Riracha Park Manoban, ¿Qué te hemos dicho sobre rayar las paredes?!", y luego la risita maldadosa de la bebé, acompañada de tres pares de fuertes pasos que indicaban que la persecución: Mamis v/s El demonio, había iniciado.
¡Gracias por leer!
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