❄️capitulo 8
Fueron tantas cosas duras..
Alisté mis maletas y varias cosas.
Mi vientre estaba más grande y..redondo.
Que suerte que no era gordura,me parece algo gracioso imaginarlo. Nunca pensé en cómo me vería con sobrepeso. El entrenamiento me tenía en forma. Y ahora no puedo ni entrenar sin cansarme rápido.
Ir a Siberia y tener a mi hijo allá es difícil. Puesto que estaré solo durante un largo tiempo y nadie estará a mi lado. Después de todo..
Quiero que crezca en donde yo me sentí capaz de seguir adelante.
Acabo de llegar a Siberia. El aire frío que entra a mis pulmones es relajante comparado al de athenas.
Recordando..
Mi cosmos se liberó con mayor facilidad en este ambiente, cuando era niño, no tenía idea de que fuera capaz de convertirme en un caballero de oro.
Nunca lo imaginé.
Ni siquiera sabía que ellos existían.
Y de un día a otro aparecían personas con cosmos dorado explicándome que yo era el caballero de acuario que debía proteger el onceavo templo.
La cabaña fue un obsequio de parte de los pobladores del lugar. Dicen que estaba abandonada y que antes vivía un anciano demasiado amable. No tenía familia.
Cuando llegué, todo estaba completamente cubierto de polvo y telarañas. Fue divertido y cansado poder limpiar todo. La despensa se mantenía por demasiado tiempo sin echarse a perder. Que ventaja la del frío.
Una vez me enfrenté con un oso polar, blanco y grande. Por poco y termina matándome sino fuera por la temperatura que logré descender en ese momento.
Se dice que cerca de la muerte, es donde alguien libera su verdadera fuerza. Quizás en el último segundo. Cuando la desesperación entremezclada con la rabia recorre las venas y te hace reaccionar. Es cierto.
Una semana más tarde nada ocurrió. Me la pasé demasiado aburrido comiendo y recostado al lado de una fogata. Pensando, imaginando, idealizado cosas que hasta hubieran pasado de no ser por mis malas decisiones. Un muchacho como yo con 16 años no debería de estar pasando por esto. Me pregunto que será de mis compañeros, es entrañable.
Si hay algo de lo que Milo tenía razón,es que..soy un idiota.
No soy una chica para poder procrear, no tengo una...
Un momento, voy al baño.
A vomitar..
En la tarde se me antojó un pastel de tres leches. Y no debía de gastar demasiado dinero.
¡Milo es un imbécil!
¿Lo dije? Pues no me acuerdo y lo repito.
Es un im-be-cil.
¿Quien se cree para pensar que lo engañé? ¿Que acaso los anticonceptivos siempre funcionan? Idiota.
Cuando lo hicimos debí tomar la pastilla del día después.
O quizás debí darle una patada en el trasero a que se largue de mi templo por haberme hecho tomar alcohol. Y yo de irresponsable siguiéndole el juego.
Olvidando aquello.
Ya pensé un nombre para mi hijo si es niño.
Kert.
Significa Jardín. Él sería lo que cambiaría mi vida por completo llenándola de distintos colores.
Y si es niña, pues..
-¡Camus! ¡Soy yo¡ ¡Shura! ¡Ábreme!
¡Oh por todos los dioses! Mi amigo la cabra vino a visitarme!
Le abrí en ese mismo instante y estaba vestido con una camisa negra de tres cuartos y un pantalón gris. Pero que sexi se veía..esperen..que estoy pensando?!
-Shura..-dije su nombre emocionado mientras sonreía como un tonto. Él me pegó a su cuerpo abrazándome. Un momento el cual para mí era eterno, hace mucho que nadie me había dado un abrazo tan cálido..tan reconfortante.
Cerré los ojos correspondiéndole. Y en unos momentos el se apartó apoyando sus manos sobre mis hombros.
-¿Cómo están?.-preguntó dedicándome una sonrisa de lo más sincera.
Antes de responderle cerré la puerta y lo hice pasar. Él no repitió la pregunta sabiendo ya que no tardaría en contestar.
-Estoy bien y también mi bebé.-pasé mi mano sobre mi vientre algo hinchado. Shura agrandó su sonrisa esta vez mostrando su hermosa dentadura. ¿Que me pasa? Porqué pienso esas cosas de él, mi amigo..
Pero no sé qué tal sea en la cama.
Oh no.
¡Debo estar alucinando¡ Por favor,debo parar de pensar esas cosas tontas. Al menos disimular la manera en que lo miro.
En verdad no entiendo que me ocurre pero siento la necesidad de estar con él.
-Y...cómo va todo por aquí.-se estiró sobre el sofá mirando la chimenea, sus ojos reflejaban las llamas del fuego rojizo.-¿No te sientes algo solo?
-En realidad si.-contesté sentándome a su lado.-pero ahora estás tú.
-Soy tu mejor amigo Camus, debo estar aquí a como dé lugar.
¿Ya superaste a escorpio? Te ves distinto. Ahora tienes esa mirada de un adulto. Espero no seas un amargado y aburrido viejo.-bromeó.
-Claro que no seré así! Y respondiendo a tu primera pregunta creo que ya no siento nada profundo por él. Me abandonó a mi suerte ¿No? Debo dejarlo hacer su propia vida. No dependo de él siendo que es un imbecil.
-Oye, oye, desde cuando dices esa clase de palabras como cualquier otra?.-regañó elevando una ceja.
-No lo sé..
¿Porqué te ves tan atractivo?
-¿Qué?
-¿Lo dije en voz alta?
-Eh..si, pero que te ocurre, es raro que me digas eso. O sea..ya sé que cambiaste pero tanto no lo creo.
-Shura, es que justamente llegas cuando necesito de alguien,cuando..
En un milisegundo mi rostro estaba tan cerca del suyo que quería besarlo. ¡En verdad quería hacerlo!
Su cara era una de asombro al no poder asimilar en ese instante lo que estaba pasando. Yo prácticamente estaba sobre él queriendo besarlo.
Algo anda mal.
No paré de acercarme tremendamente deseoso de atacar sus delgados labios. Apenas hubo un pequeño roce y Shura me detuvo por los hombros con una mirada confusa.
-No.-murmuró apartándome con delicadeza.-Camus no puedes hacer esto.
Yo no soy alguien con quien puedas olvidar a Milo. No debes.
Veía como movía sus labios al hablar. No escuché absolutamente nada de lo que me había dicho. Me lancé sujetando su rostro y devoré sus labios con fuerza. Shura se resistía aunque no con demasiado esfuerzo. Pronto cedió sujetándome por la cintura.
Al abrir los ojos..
Comprendí que esto no era porque yo quería simplemente hacerlo con él. Sino que era una reacción más a causa del embarazo. Y Shura era víctima de eso.
Este bebé y su dominio sobre mí.
Me recostó sobre el sofá de modo que yo quedara debajo de él.
No lo había pensando en lo más mínimo. No sabía si es que Shura venía solo o no.
Afrodita y Death Mask estaban parados en la puerta viéndonos con los ojos más abiertos que sus propias bocas. Y Shura se percató un poco después, saliendo por su lado fuera de la cabaña con el rostro rojo.
Yo... simplemente me limité a sentarme bien sobre una silla tomando entre mis manos un libro para disimular aquello que claramente se vió.
-¡Ejem!.-carraspeó Afrodita apoyando su mano sobre sus labios.- Camus, supongo que sabes bien lo que voy a hacer. Vamos a hablar muy seriamente de esto...Y tú Death, ve con Shura a buscar pingüinos por ahí.
Lo último lo dijo claramente para que el de cancer se retirara y dejarnos así solos a Afrodita y a mí.
-¿Será una charla larga?.-pregunté sin apartar la mirada del libro algo nervioso.
-Digamos que..equivale al discurso que le dí a Death Mask cuando arruinó mi jardín.
En cuanto a aquella vez..la retada que recibió Death fue épico. Y vaya a saber Athena que le dijo Afrodita para que Death no volviera a hacer cosas malas en todos sus años de vida que llevaba. Lo único que sé es que le volaron un diente con un rodillazo.
Debió de ser suficiente. O solo una advertencia.
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Sabias que los deseos de tener relaciones en un embarazo son más intensos que antes?
7w7
Cosas raras..lo leí en algún momento del cual no me acuerdo. Pero lo leí 🤣
Que levante la mano la que quiera que se tire a Shura! 🙋io.
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