Uno a uno recorría los templos, sin saber que en el sexto templo el caballero de virgo se encontraba meditando. Claramente no tenía idea de que al pasar por cada casa, debía de pedir el permiso de su respectivo dueño.

Recorrió despacio, o bueno, ya muy agitado de subir tantas escaleras. Y miraba a lo alto con las esperanzas de que en algún momento, llegaría, quizá sacando la lengua y sudando como esclavo, pero llegaría con Shura y Camus.

-Di tu nombre.-la voz de la reencarnación de Buda lo asustó por completo.- No creo haberte dado el permiso para cruzar este templo.

-¿Pedir permiso?..de ser así, perdón. Solo busco a mis padres.-contestó tratando de calmar su agitada respiración. Y mostrando un tanto de respeto al rubio que se le aparecía en frente suyo.

-Muchacho, debes estar equivocado. Nadie aquí tiene hijos, solamente discípulos y noto que tú no podrías ser alguno de ellos.

-¡En efecto! Yo no soy discípulo de nadie. Solo el hijo de Camus y Shura..

El asombro de shaka era evidente. Sus finas cejas se elevaron y apretó sus labios con notable seriedad.

-Si dices ser el hijo de ambos caballeros. No deberías de pisar este lugar.-espetó acercándose más a él.

-¿Por qué..?

-No tengo por qué decirte. Solamente advertirte del riesgo que pasas al estar aquí. Puedes pasar mi templo pero ten en cuenta, que existe un pasado el cual se ha tratado de olvidar por obvias razones.

-¡No entiendo! Todos me dicen que pasó peligro! Pero, no sé por qué..¡Yo no veo nada malo!

-Ve y aclara tus dudas con tus padres. Y no menciones que eres hijo de ambos a ningún otro caballero de las 12 casas.

-caba..caballeros?

-vete.

Estaba confundido.."caballeros". Nunca había escuchado sobre caballeros. A menos de esos que se hablaban siglos antes o denominados caballeros por su porte y elegancia. Pero de esa clase de caballeros que vivían en doce casas ¡jamás!

En los siguientes templos no había nadie, solo la suave brisa tibia del día que silbaba sobre sus oídos. Tomó una bocanada de aire y subió unas cuantas  escaleras más abrazando exhausto un pilar de cerca.

Al mirar abajo. Sus dos "tíos" caminaban como si nada, pasando al instante el templo de virgo. Y él acababa de pasar el templo de escorpio. Al mirar hacia arriba pudo ver a Camus bajar mirándolo justamente a él. La alegría lo invadió por completo y siguió subiendo los templos que faltaban.

-¡Ma..!.-exclamó una vez y llegó cerca de él. Lanzándose a abrazarlo con fuerza.

-¿por qué viniste? ¿Ya terminaste tus estudios?.-le cuestionó tratando de no enfadarse el de acuario, pues bien sabía que el chico, no tenía la culpa. Sea como sea que llegó ahí, alguna razón podría haber sido la causa .

-No los encontré en la cabaña, me dieron un reconocimiento y además, encontré algo en medio de tus libros. Allí se hablaba sobre una misión en parejas, ¿Qué hacen en este lugar? Nunca me hablaron de esto y saben que no me gusta que me oculten cosas.

-Solo ven conmigo. Hablaremos cuando Shura esté presente. ¿Te parece?

Al principio, ambos parecían sentirse incómodos con el silencio, pero después se concentraron en lo que los rodeaba, quizás el ambiente estaba perfecto para una charla entre hijo y progenitor.

-Ma, perdón por haber venido sin su permiso.

Camus miró a su hijo con nostalgia, el caballero que parecía ser el más frío de todos en ese instante era como un niño más sin saber que hacer o cómo actuar. Solamente lo miró esperando que alguno de los dos empezara.

-Kert..
Perdón por haberte ocultado esto. Yo quería protegerte, porque este no es un lugar para tí.
Sabes que antes de vivir en la cabaña con Shura, hubo un conflicto personal. Entonces solo me quedé a cuidarte.

-Lo se.- exhaló colocando su jopo rojizo por detrás de su oreja.- pero jamás me enteré por qué.

-Yo soy el caballero que representa a la urna dorada, acuario. Y Shura..a capricornio. Defendemos a una diosa. Y no es bueno que vengas a este lugar porque te pueden asesinar al ingresar a los templos sin ser miembro del refugio.-soltó con duda, tratando de ocultar el miedo que lo invadía por estar a punto de revelarle la verdad. Ya estaba grande, su niño había crecido tanto y en poco tiempo el ya lo superaría en tamaño.

- No hice nada malo.-sonrió al ver la expresión del peliverde.-No tienes por qué preocuparte porque ya puedo cuidarme solo.

Puso esa sonrisa llena de arrogancia que tanto caracterizaba a su verdadero padre, que le provocó un estremecimiento en todo el cuerpo.
Agachó la mirada y en cuanto levantó el rostro, trato de sonreír como solía hacerlo estando con su familia en casa.

Interceptaron a Shura cuando seguían subiendo cada grada.

-Eh! ¿Cómo llegaste aquí?.- lo recibió Shura con entusiasmo, abrazándolo con una sonrisa, Camus se dió cuenta a la perfección que Shura escondía molestia y preocupación en su mirada.- Ni se te ocurra decirme que te expulsaron del colegio porque te mando de regreso como castigo y verás tú cómo te las arreglas.

-¡No papá!.-exclamó emocionado.- no me expulsaron, solo que salí con honores, me sirvió de mucho heredar el carácter de mamá ya que no me molestaban como a varios. Tengo un amigo, se llama Leo y les manda muchos saludos. Ahora bien, pueden explicarme sobre eso de que son caballeros?.-añadió como si hablará de un tema cualquiera.

-Eh..

-¡Anda padre! Si no me lo dicen, tarde o temprano me enteraré, y prefiero oírlo de sus propios labios.- sonrió elevando sus hombros.- además, prometo no enfadarme. Estoy emocionado por saber que protegen a una diosa ¡Es genial! ¿Yo puedo hacer lo mismo? Ustedes saben que siempre quise aprender a pelear cuerpo a cuerpo, desde pequeño quise aprender pero no me dejaron.-hizo un mohín de tristeza.-¡pero no crean que me voy a rendir! Seguiré insistiendo. ¿Puedo quedarme a vivir aquí?

-N..no kert! No eres un caballero.

-¿Qué diferencia hay? También tengo esos poderes raros de los que tanto he tratado de esconder.

-Hijo..

-No, no me salgan ahora con que no puedo porque es peligroso, ¡Siempre me dicen eso! No pueden asesinarme aquí porque soy el hijo de ustedes. Quiero entrenar como he visto en la arena, ¡por favor! Ya estoy lo suficientemente grande..

Indudablemente, el pelirrojo usaba todo ese problema a su favor, quería entrenar, quería aprender y por fin usar esa energía que descubrió desde que era un niño. Le gustaba jugar con ese poder que cambiaba de dorado a escarlata. Y no se rendiría tan fácilmente, por algo estaba emocionado. No le importaba qué problema hallan tenido sus padres en el pasado, pero quería aprender a luchar.

-Si aceptan, les prometo, no, les juro por esa estatua gigante de esa mujer con un escudo, que no diré por nada del mundo que son mis padres a los demás caballeros. ¡Aunque quisiera decirles que soy su único hijo y que los quiero mucho!
No sé porque me quieren matar, pero antes de que ellos me maten, yo sabré defenderme como es debido.- dijo alegre entrelazando sus manos con nerviosismo. Rogando por dentro que esa manera de decirlo les haya convencido.

-Está bien..

-¿Qué? Pero camus..

- Déjame hablar shura.- dijo con esa seriedad de estar hablando enserio, aunque literal, siempre hablaba enserio.-Si eso es lo que quieres, te voy a entrenar yo. Pero no aquí, sino que vivirás en el pueblo de Rodorio para tu seguridad. Esto no es sólo un santuario, hay reglas que si se rompen, puedes morir, y nosotros como caballeros no teníamos permitido crear una familia, rompí las reglas.
Es nuestro deber proteger a nuestra diosa y es por eso que te hemos mantenido a salvo en el lugar que me autoentrené.
Esa es la verdad.

Primero el pelirrojo asimilaba todo lo dicho con seriedad, después su sonrisa se fue ensanchando con emoción.

-¡Genial!.-gritó elevando su puño al aire..- ¡podré entrenar como ustedes al fin!

-Por esta vez, no hay castigo por haber viajado sin nuestra autorización. Pero para la próxima jovencito, no te salvarás.- dijo Shura desbaratándole todo su cabello. Recibiendo un quejido de disgusto por parte del pelirrojo.

-Estamos todos iguales, ustedes me han ocultado que son unos guerreros y yo apenas y les hago enojar.
Pasé seis largos meses sin verlos y no sería justo.

-Justo no es el que estés en el templo de Capricornio. De haber sido otra persona tendría el deber de echarte a patadas, hijo.

-Si, si, me lo imagino padre. Pero soy más rápido que tú.

-¿seguro?

-Bueno, solo es una corazonada.

Por ese día, no le dirían más.
Dejaron a kert en el templo para ir a entrenar dándole estrictas órdenes de no salir de ahí.
Pasó como media hora en que analizaba toda la cocina. Después de eso subió a la habitación de su padre, pero había una que estaba al lado con llave.

Mientras tanto en el coliseo Camus y Shura entrenaban, pero sin usar el cosmos como solían hacerlo algunas veces. En un descuido, acuario se dejó golpear en la boca del estómago. Al instante el de Capricornio se disculpó ofreciendo un descanso para poder hablar sobre su hijo.

-Te descuidaste, ¿Qué ocurre?

-No tenía que salir así, no era momento para decírselo. ¿Y si se entera de quién es hijo realmente? Me odiaría de por vida shura, kert me odiaría.-dijo mirando a un punto inexistente.

-Cam..ven.-lo abrazó contra su pecho.- No se va a enterar. Todo va a estar bien. La mayoría en el santuario creyó que tu hijo estaba muerto. Es mejor no levantar sospechas con nuestra actitud.

-Si no somos nosotros, su cosmos lo va a delatar. Sabes bien que tiene uno demasiado similar al de escorpio. Sería un problema que sea su sucesor.

-Habría que hablar con el patriarca, él está al tanto de nosotros. De seguro que nos dará su opinión al respecto.
Nos aconsejará.

-Iremos entonces cuando caiga la noche. A esas horas se encuentra menos ocupado con los asuntos del santuario. Aunque no debemos tardar, pues también se dirige a Star Hill.

-Como tú digas. Es molesto que de un momento a otro todo ese problema regrese a atormentarnos.

-Fue mi culpa, lamento haberte metido en todo esto.

-Me enamoré de ti, no fue tu culpa. Simplemente las cosas sucedieron.
Mejor regresemos a ver qué es lo que hace kert en mi templo. Espero no se acabe las galletas que preparé esta mañana.

- Estoy seguro de que tus galletas ya dejaron de existir.

-Cierto, este muchacho come por tres personas.
Tendrá algo que ver con su crecimiento..-suspiró.

-Ya casi es un hombre. Es un chico demasiado tierno aveces, afrodita y death lo consintieron mucho de niño.
No sé cómo agradecerles por todo lo que han hecho.

-Nunca los menosprecies. Son grandes personas, algo gritones y emotivos pero son buenos.

-Recuerdo cuando usó por primera vez su cosmos.

-Ni lo menciones, casi encendió el colchón en donde dormíamos, despertó gran cantidad de cosmos de forma repentina. Es bueno que no recuerde ese momento.

Camus sonrió y dirigió su mirada al cielo que empezaba a nublarse.

-Nos reímos bastante aquella madrugada, son los tiempos que me gustaron más.

-y yo recuerdo la vez en que casi pierdes la cabeza porque el niño no paraba de llorar.

-Pasé varios meses sin dormir bien..

-Es una buena excusa camus.-acarició su rostro.- pero entiendo que no fue fácil. Para nosotros no lo fue.
Pero míralo ahora..

-Si, ha crecido bastante.

-Exacto, es un regalo de los dioses. Pero vamos de una vez, desde aquí puedo ver que está trepando sobre mi templo como todo un curioso.

-Lo asustarás fingiendo estar enojado?

-Claro, nunca pude enojarme de verdad con él.-bufó.-Es mi hijo, y no podría gritarle, solamente mantener en línea su comportamiento, es mi deber hacerlo.

Shura, aceptó que..no es su verdadero padre, pero hizo lo posible por ocupar ese puesto el cual Milo rechazó.
Y Camus, en el fondo lloraba lleno de rabia, pues sabía que de no ser por su inmadurez, nada de eso habría pasado y no tendría esa cicatriz en el pecho.
En cambio, jamás se arrepintió de haber tenido a un muchacho como él, y le estaría eternamente agradecido a Shura, porque le entregó lo que nadie jamás, le dió ni le daría, amor de verdad.

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-¡Lamento la tardanza! Ahora aprovecho porque mis padres se fueron de fiesta y me gusta escribir cuando estoy sola :)

Kert: y en plena cuarentena?!

-Entre amigos que nunca salen, hay confianza y protección, y más si la tienda está a unos metros xd
Salud! (Bebiendo limonada)