❄️capitulo 12❄️
——Advertencia, lemmon del más pésimo que hayan visto en su vida xd——
Shura estaba de espaldas, nada fuera de lo normal en él. Picaba ciertas verduras con tanta agilidad que daba envidia.
Al principio traté de controlarme, respiré profundo pero..¡Era imposible! Tenía a un hombre que podía hacerme correr con tan solo frotar su miembro con el mío!
Me acerqué despacio, sin hacer nada de ruido en mis pasos y lo giré por lo hombros, no perdí el tiempo para presionar sus labios con los míos arrinconándolo en la pared.
Sentí sus delgados labios temblar al comienzo, a unos segundos nuestras lenguas danzaban al compás de cada caricia que empezaba, sus brazos viajaron a mi cintura y me presionaron a él.
La piel ardía, la respiración se entrecortaba y los latidos eran cada vez como tambores anunciando una batalla de suspiros.
Mis brazos rodearon su cuello soltando un jadeo al sentir sus manos apretar mis muslos para levantarme y cambiar de lugares. Ahora mi espalda era sostenida por una gran tabla apoyada ahí.
Soltó mis labios, estaba caliente, y mordió mi cuello sin dejar de sujetar y apretarme contra él.
Mi miembro ya estaba erecto, desde el principio a decir verdad. Pero el de él, a pesar de que nunca me lo imaginé, parecía ser algo grande y estaba duro. ¡Muy rápido!
-Cam..-su voz era débil,casi un susurro que me hizo cosquillas sobre el pecho. Me sujeté de su moldeada espalda con fuerza a pesar de clavarle las uñas.
Lanzó un gruñido sujetándome con una sola mano. Con la otra, soltó el cinturón y liberó su empalmado miembro, lo vi y sonreí, no entiendo por qué lo hice, pero era enorme.
No quise dejarle todo el trabajo a él e hice lo posible para deshacerme del pantalón que traía puesto, o al menos hasta donde no estorbe lo que estaba por venir.
Sus mordidas y las forma de recorrer mi cuerpo con sus labios eran suaves y estremecedoras.
-¡Ah!
No pude evitar lanzar un pequeño respingo al tener la punta de su miembro húmedo en mi entrada. No hacía falta dilatación despues de estimularnos durante varios segundos, directamente ambos estábamos muy calientes para hacerlo. Él empezó a empujar, despacio temiendo hacerme daño. Pero eso era lo que yo quería! ¡Que duela y después que ese dolor pase al máximo placer que jamás sentí en la vida! No había entrado ni la mitad y le forcé a meterla toda, se disculpó por nada, de hecho me gustó demasiado la sensación. Se movió y una de mis manos pasó a su cuello mientras mordía su pecho y esos pezones hasta dejarlos completamente rojos y erectos.
Ese no era yo, pero al diablo, no iba a arruinar tal momento. Dió paso el vaivén rápido, mi espalda golpeaba la pared haciendo tremendo ruido, más me excitaba que mordí uno de los hombros de Shura.
El hizo lo mismo, después lo abracé para una mayor penetración y el sonido de nuestros cuerpos azotándose uno contra otro era genial.
Aunque succionara cada parte de su cuello de todas formas no acallaba mis gemidos. Pensaba que era algo gritón pero daba igual, cada vez se movía más rápido. Lo sentía dentro de mi y lo estaba gozando como nunca, cada empuje lograba que cierto punto dentro sea tocado y me oscurecía la vista por la sensación.
El sonido de la carne golpeándose podría describirse como algo cruel, pero ahora, realmente era excitante.
Mi miembro en su abdomen se frotaba inigualablemente, tanto que ya casi alcanzaba el éxtasis.
Shura volvió a besarme,tratando de no gemir igual que yo. Lo disfrutábamos y clavé mis uñas en su espalda sin quererlo realmente. Los espasmos me hacían gritar, morder los labios no funcionaba
Sus dedos apretaron mi entrada con fuerza, sentí dolor por un momento, mis ojos se cerraron con fuerza, pero era lo que me hizo correr entre ambos curveando mi espalda al sentir esa corriente eléctrica que me hizo sonreír nuevamente.
El duró más y siguió golpeándome contra él con más fuerza de lo normal. Su voz fue ronca a la vez que succionaba mi clavícula.
Admito que una vez más volví a correrme por aquella acción suya.
Sentí su esencia llenarme por completo mientras mi respiración volvía a la normalidad. Salió de mí y me dejó allí parado con las piernas temblorosas.
Vi mi propia esencia en su abdomen, cierta vergüenza tornó mis mejillas de rojo, quise limpiarle, pero Shura negó en una mirada tibia, me acompañó hasta la ducha, dijo en un murmullo cerca de mi oído que me dejaría bañarme solo, que aún me respetaría como antes y que se daría su propio tiempo para esto.
La forma en que lo dijo, cada letra, hacia que mi corazón latiera con más fuerza.
Fui a darme un baño aunque me temblaba todo de la cintura para abajo. Vaya que lo había disfrutado. Estaba satisfecho, no digo que lo haya usado,solo..necesitaba hacerlo. De todas formas, podría denominar a Shura, como el nuevo padre de mi hijo si así lo quiere.
En cuanto salí, el ingresó evitando mirarme al rostro, había timidez en sus ojos, después hablaría con él cuando se sintiera un poco más cómodo.
No es que yo lo hubiera obligado..o si?
Pero por lo menos, debía hacer que estuviera más tranquilo.
Me cambié, al hacerlo, me dolió de pronto los muslos, al fijarme hallé las marcas de los dedos de Shura, para mí que también lo había gozado.
Sonreí por el hecho de haber sido con él y no con alguien más.
Me recosté sobre la cama exhalando un breve suspiro. Miré al techo pensando en cómo seguiría todo si no estuviera en estado de gestación.
Fue repentino, sobre todo que me viajara, pero en Siberia, me siento en casa.
Sentí el repentino deseo de comer unas cuantas manzanas y me enfadé al no encontrarlas, tomé dinero, más del que podría necesitar, una chamarra y con el cabello aún húmedo salí.
Shura estaba confundido y le daría tiempo para que lo piense, hasta eso, yo me iba al pueblo por..¡Comida!
¿Se imaginan? Ahí se me abriría el apetito en seguida, y me voy a dar unos pequeños gustos como el caballero que soy.
Empecé a tararear una canción. No sé donde la oí, pero se me pegó el ritmo.
¡Ya lo recuerdo! De hecho cuando se reabrieron los juegos Olímpicos en Athenas-Grecia, la cantó una joven en honor a los santos de Athena en general. Con razón se me hacía conocida.
Al llegar ,había tantas cosas, vi a demasiada gente ese día, tumultos aquí y allá. Muy incómodo.
En el primer puesto había manzanas y otros frutos de buena calidad. No dudé en comprarlos y llevarme una buena cantidad por si acaso se me ocurría comer a plena madrugada.
De lejos, puede divisar a una madre con tres hijos, uno en brazos como de un mes por lo menos, otro de ocho y el pequeño de cinco. Creo que esa edad les calculaba. La mujer era joven, pero denotaba tristeza. Tenía cierto aire de que algo malo le pasaba.
Por curiosidad me le acerqué y le pregunté si algo le ocurría, clavó sus ojos tristes en los míos y empezó a llorar desconsolada.
-Ya no tengo dinero.-me comentó tratando de frenar el llanto.-Soy madre soltera y hace poco que no tengo qué darles a mis hijos.
-¿Y el hombre que la embarazó?.-le miré inquisitivo, era claro que estaba algo molesto, si el niño en brazos parecía de un mes al menos,¿Donde estaba aquel ser con el que se había acostado?
Tardó en responder, pero sus lágrimas se hicieron más abundantes. Su llanto me ablandada completamente el pecho.
-Yo no quería..-sollozó.-Me obligaron.
-No es posible..-estaba tan asombrado que mis labios se entreabrieron.-¿Quién la obligó? Yo puedo ayudarla.-le dije antes de que le entrara desconfianza de mi forma de actuar. Mis brazos se extendieron como para sujetarla, pero me detuve, podría espantarla.
Me miró asustada, no, no era a mí, era detrás mío. Al girar, un golpe me asestó en un lado del rostro sin lograr derribarme.
Por la mirada aterrorizada de los niños y de la mujer suponía que esa persona era la que les hacía daño.
Ese lado de mi rostro, definitivamente era desafortunado, cada golpe lo recibía sin compromiso. Mala suerte tal vez?
-Él me obligó...!.-soltó apuntándole con temor. Me bastó para querer asesinarlo, hacerle eso a una mujer, obligarla y someterla a estar desconsolada por sus niños..
-¡Callate!.-el hombre de por lo menos 39 a 40 años la amenazó con el puño en alto.-Te dije que no salieras, tienes prohibido salir de..!
Antes de que siguiera, le regresé el golpe con rabia. Tal escoria no merecía seguir viva. No pensaba usar mi cosmos en ese instante ya que seguramente me desvanecería en un momento crítico por mi estado.
-Eres un...!
El golpe que le atesté, no lo derribó, al parecer yo estaba algo debilitado y eso no era bueno. Era veloz al esquivar sus golpes, las personas se amontonaron a nuestro alrededor solo para mirar, y me descuidé en cuanto pude presenciar parte del rostro de Shura entre las personas acercarse.
Me tomó del cuello y me lanzó al suelo poniéndose encima mío. Cerré los ojos al sentir sus manos presionar mi cuello.
No utilizaría mi cosmos, pero la situación lo ameritaba. Sujeté sus puños y se los congelé lanzándole una patada que me lo quitó de encima. El hielo se derritió rápidamente y volvió a atacarme, justo antes de que me pusiera en postura de lanzar mi polvo de diamantes, Shura se puso en frente mío sujetando con un brazo el puño de ese hombre bastante grueso de cuerpo.
Lo ví, pensé que era mi imaginación.
-Alguien como tú, merece ser muerto de la forma más cruel.-habló Shura apretando su puño, escuché claramente como sus huesos crujieron y el grito no se hizo esperar.
Shura lo tomó de un brazo y lo llevó lejos de ahí sin mirar atrás, estaba con el ceño fruncido y su voz era más gélida de lo normal,en esos instantes, parecía ser un caballero de hielo como yo. Por poco y me estremecí, jamás vi tal expresión en su cara, helada, tajante, intimidante.
Giré el rostro, y pude ver a la mujer abrazar a sus niños, me dio ternura y tristeza verlos en esa posición.
Saqué todo el dinero que traía encima y se lo entregué, añadiendo unas cuantas manzanas que compré.
Ellos lo necesitaban más que yo.
-Gracias.-me dijo con una sonrisa.-Te prometo que..en algún momento te lo pagaré.
-No hace falta.-le dije mirando al suelo.-No hice mucho de lo cual debas agradecer. Tienes dinero suficiente para conseguir alimentos y un lugar donde dormir por semanas, hasta eso, no olvides que debes salir adelante por ellos, por tus hijos.
Ella sonrió y sus hijos también.
Me recordó a mí mismo. Salir adelante, eso era lo que estaba haciendo ¿No?.
En el camino a casa, Shura me alcanzó. Me tomó del brazo obligándome a mirarlo.
-¿Por qué no me dijiste que saliste al pueblo?.-Me regañó cortante.-Estuviste en peligro, y si no te hubiera ido a buscar, ¿habrías podido pelear contra ese tipo?
Estaba algo enfadado, se notaba, y creo que también lo había preocupado.
-Lo siento.-contesté mirando a otra parte.-Sentí la necesidad de salir. Además..la situación podría haber mejorado incluso sin ti.
-Vaya forma de agradecérmelo. ¿Acaso no piensas en tu hijo?
Podría haberte lastimado y a él también. Nadie quiere eso Camus. Nadie. Me tenías con el corazón en la boca..
-Pero no pasó nada malo, mi hijo y yo estamos en buen estado. Gracias..-aproximé mis labios para darle un beso en la mejilla.-
¿Qué hiciste con ese hombre?
-Nada en especial.-me soltó delicado, adelantándose y mirando al frente determinado.-Lo lancé al agua helada aunque me dijo que no sabía nadar. Se lo merece,si aprendió a nadar antes de morir congelado habrá sobrevivido, si no lo hizo, no me incumbe.
Que ser tan frío..
Después de varios minutos de caminar, le hice una pregunta.
-¿Te preocupé demasiado Shura?
Se detuvo, me miró de reojo y siguió caminando. A los segundos que creí que no me contestaría, respondió.
-Entonces ¿Cuál fue la razón por la cual salí a buscarte si no fuera porque me preocupé? Deberías de haberlo entendido, ya te pareces a Death Mask en ocaciones. Si por mí fuera,te habría pedido que salgas conmigo desde que teníamos ocho años.
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No puedo escribir una escena Hot, lo siento! 😬🤧
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