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01

adaptación autorizada por: Hobibuba ¡!

Mi hombre mayor es un hombre malo, pero...

TaeHyun despertó por la luz del sol pegando en sus ojos.

Soltó un quejido bajo, fastidiado al ser despertado a esas alturas y volteándose para así acurrucarse contra BeomGyu, pero notó que la cama estaba vacía. Volvió a quejarse, ahora por el dolor en su cadera, sus muslos pegajosos y sucios, y no tardó mucho en parpadear, tratando de acostumbrarse a la iluminación suave del lugar.

Se fijó, entonces, en una nota que estaba sobre la almohada a su lado.

Estuviste magnífico anoche, mi amor.

Te devolví la tarjeta. Pórtate bien si esperas que no te la quite otra vez.

Cómprate algo lindo si lo deseas. Te quiero ver más tarde en mi oficina.

B.

Resopló, enderezándose, y la sábana de seda se deslizó hacia abajo por su estilizado e impecable cuerpo, mostrando una cintura delgada, unos muslos llenos de mordidas y un redondo, pero pequeño trasero.

La puerta fue tocada y un rostro joven se asomó.

— Omega Choi — dijo JungWon, con su cara avergonzada al verlo desnudo, y bajó la vista —, he recibido órdenes de acompañarlo en su día de compras.

Hizo un leve mohín al escuchar el apodo. Todos en esa mansión le conocían, desde hace dos años, como Omega Choi, aunque no hubiera ninguna marca en su cuello. Aunque su verdadero apellido fuera Kang.

Pero todos allí sabían que, de alguna forma, le pertenecía a Choi BeomGyu. Incluso TaeHyun lo sabía, a pesar de que la idea todavía no le convencía por completo.

Sin embargo, daba lo mismo. A esas alturas, luego de dos años, ¿qué importaba? BeomGyu le pagaba muy bien todos los servicios que hacía por él, pues simplemente era eso: TaeHyun se prostituía por el dinero de BeomGyu.

— ¿Me esperas, JungWonnie? — dijo TaeHyun, sonriendo medio amodorrado por el sueño. — Voy a bañarme y a tomar el desayuno. Luego podemos salir.

JungWon sonrió.

— No se apresure, puedo esperar — afirmó JungWon, saliendo de la habitación y dejándole solo. TaeHyun se puso de pie, haciendo una mueca por el leve dolor en su cadera.

Una vez entró al baño, miró su reflejo: dios, BeomGyu se puso demasiado salvaje esa noche. Tenía chupetones y mordidas por todo el cuello, al igual que en sus muslos, marcas en sus caderas por el agarre, y su pobre culo...

BeomGyu le azotó veinte veces, sin compasión alguna, hasta que fue un desastre lloroso y suplicante.

Se estiró, murmurando maldiciones y pensando que no debía hacer rabiar más al Alfa aunque, en el fondo, sabía que lo seguiría haciendo más adelante. TaeHyun adoraba desafiarlo, a pesar de que después se lo cobrara en el sexo.

No importaba tampoco. A TaeHyun le gustaba el sexo duro, sucio, que le dejaba adolorido por todas partes.

Sin embargo, había algo que no le gustaba, y era que BeomGyu le quitara la tarjeta de crédito, como hizo esa última semana. TaeHyun tuvo que mendigarle casi todos los días para que le diera dinero y poder darse sus lujos a los que ya estaba acostumbrado. Sin ir más lejos, en muchos almuerzos tuvo que arrodillarse bajo la mesa, comerse su polla y tragarse su semen, esperando que ese día sí le devolviera su tarjetita, pero obteniendo solo unos billetes a cambio.

Sin embargo, debía admitir que esa vez sí se pasó: BeomGyu era celoso -era un Alfa puro, después de todo- y TaeHyun no encontró nada mejor que sacarlo de quicio, coqueteándole a uno de sus socios, Woo Jiho. No era tan raro que TaeHyun lo hiciera, en realidad, porque se ponía juguetón con todo el mundo, pero a BeomGyu no se le había ocurrido nada mejor que dejarlo en abstinencia por dos días luego de enfadarse con él. El verdadero problema de ese castigo fue cuando lo encontró a punto de chuparle la polla a su amigo, escondidos en los baños. No es como si él realmente lo iba a hacer, solo quería sacarle algunos celos a BeomGyu, pero el Alfa no escuchó explicación alguna y procedió con su duro castigo que, en el fondo, el Omega disfrutó.

Ah, sí. Kang TaeHyun, además de ser un Omega que disfrutaba del dinero, era también un poco adicto al sexo. Lo peor de la calaña, según toda la sociedad.

Fue así como BeomGyu lo descubrió tres años atrás: TaeHyun trabajaba en un club nocturno como bailarín, vendiendo su cuerpo siempre al mejor postor cuando iba, no por menos de tres millones de wons. Un precio razonable, según él, pues era tan adicto al dinero que esa suma de billetes fácilmente se le podía ir en dos días.

Ya se hizo con una clientela habitual, así que TaeHyun, con veintidós años, se daba una buena vida porque tampoco estudiaba. Ninguna universidad aceptaba a Omegas hombres, pues los de su categoría eran casi basura. Debido a ello, no podían conseguir buenos empleos y debían recurrir a trabajos como ese, pero a esas alturas, a TaeHyun le importaba una mierda porque tenía una buena vida -en comparación a otros.

Entonces, Choi imbécil BeomGyu apareció en su vida.

Pagó por él siete millones de wons, por un fin de semana completo con él, luego de verlo bailar en un tubo con una bala vibradora metida en su culo, lubricando con fuerza y dejando el club lleno de sus feromonas. TaeHyun no podía estar más feliz porque tuvo una buena venta, pensando ya en lo que se gastaría todo ese dinero.

BeomGyu había regresado al mes siguiente. Luego, apareció en tres semanas. Después, fueron dos. TaeHyun no le tomó importancia, acostumbrado ya a atraer a clientes que le iban a ver de vez en cuando. Las dos semanas se transformaron en una. Finalmente, fueron tres días.

Quiero que seas mi exclusivo — le dijo BeomGyu una noche, mientras lo anudaba por tercera vez y llenaba de semen, tanto que su estómago ya estaba algo hinchado —, ¿lo serás?

TaeHyun se rio de él, siendo el primer error que cometió. Se había reído en la cara de Choi BeomGyu, que no lo encontró nada de gracioso.

Cariño — le dijo —, yo no soy exclusivo de nadie. No le pertenezco a nadie.

BeomGyu gruñó antes de embestirlo, arrancándole un chillido.

Creyó que el tema acabaría allí, que no iba a insistir, pero BeomGyu no era alguien que se rendía. No era alguien que dejaba que un Omega que le gustaba se escapara.

Y TaeHyun le encantaba.

Siguió insistiendo por un mes más, con su voz suave y casi suplicante, sin embargo, TaeHyun se mantenía con firmeza negándose. Así que BeomGyu cambió su técnica.

No quiero ser malo, TaeHyunnie — le dijo, besándole el cuello —, pero si sigues así, no tendré más motivo que serlo.

TaeHyun decidió cortar por lo sano: se negó a acostarse más con él.

BeomGyu volvió dos veces más, con el Omega echándolo porque no quería saber más del Alfa. Era guapo, sí, dominante y atrayente, un dios sexual, lleno de dinero que no escatimaba en gastarlo en él. Sin embargo, TaeHyun disfrutaba también de buenos encuentros sin rencor, solo lo carnal de por medio y sin querer que nadie lo atara.

No volvió una tercera vez y fue cuando los clientes comenzaron a escasear. Cuando ya nadie quería comprarlo. Cuando nadie le ofreció ni un poco de dinero.

BeomGyu apareció dos semanas después de eso, con un TaeHyun algo alterado por dos cosas: no tenía casi ningún billete y su libido sexual estaba subido a mil por el poco sexo que tuvo esos días. Ver a BeomGyu fue casi un milagro para él, por lo que lo aceptó sin dudarlo esa noche, y mientras montaba su gruesa y gorda polla, fue que BeomGyu lo sostuvo del cuello.

Gimoteó, con su excitación subiendo a mil.

Te lo preguntaré una vez más — dijo, y su voz era grave, ronca por el sexo —, ¿serás mi exclusivo, TaeHyun, o voy a tener que deshacerme de todos tus clientes como he estado haciendo hasta ahora?

¿Qué? — jadeó, sorprendido. — ¿Tú...? ¡Ah, mierda!

TaeHyun experimentó un fuerte orgasmo esa vez, enloquecido por la dura follada, y solo cuando se derrumbó sobre BeomGyu logró hilar un pensamiento coherente.

¿BeomGyu, tú...?

Nunca me has preguntado mi apellido — comentó BeomGyu, y sus dedos suaves acariciaron sus cabellos —, soy Choi. Mi verdadero nombre es Choi BeomGyu, pero todos me conocen como Choi Ben. ¿Te suena ahora, TaeHyun?

TaeHyun sintió un escalofrío en su espina dorsal, enderezándose, viendo los ojos profundos y endurecidos del Alfa frente a él.

Choi Ben, líder de la kkangpae coreana más fuerte del país. La más poderosa, tanto que incluso el Gobierno la dejaba en paz para no meterse con ella. TaeHyun había escuchado superficialmente de él y tenía claro que enrollarse con ese tipo de Alfas era algo más que peligroso.

Oh dios, oh dios...

¿Serás mi exclusivo, o tendré que mandar a cerrar el club en el que trabajas, también? — advirtió BeomGyu, tranquilo y calmado, como si no lo estuviera amenazando.

TaeHyun se había metido en la boca del lobo y, aunque al principio lo detestaba, ahora le encantaba estar allí.

Una vez se duchó, no tardó en vestirse con unos shorts y una sudadera naranja, recuperando su personalidad juvenil. Aunque le gustaba vestir cosas caras la gran mayoría del tiempo, otras veces se desencantaba por un aspecto más ligero.

No tardó en llegar al comedor, viendo el desayuno servido y a JungWon sentado, leyendo unos papeles que no le interesaban. El Beta frente a él era uno de los hombres de confianza de BeomGyu, un año menor que TaeHyun, por lo tanto, el Alfa decidió dejarlo cuidando de su niño, como lo llamaba cuando estaba de buenas.

— Omega Choi — dijo JungWon al verlo —, debería ponerse unos pantalones largos, sabe que al jefe Choi...

— Cargaré con las consecuencias — dijo TaeHyun con un gesto ligero, sabiendo que, si se compraba unas braguitas y se las ponía esa noche, BeomGyu se lo perdonaría.

Por mucho que estuviera obligado a permanecer en ese lugar, sabía también que BeomGyu comía de la palma de su mano. Y el pensamiento de que el hombre más poderoso de Corea del Sur le complaciera en todo enviaba una ola de felicidad por él.

Media hora después salieron de compras junto a un guardaespaldas. TaeHyun iba a usar la tarjeta que BeomGyu le devolvió en comprar más ropa (que probablemente nunca se pondría), prendas interiores para ocasiones especiales y maquillaje, contento con el hecho de poder darse tantos lujos sin hacer mucho a cambio. Solo debía tener feliz al Alfa y listo.

Incluso invitó a comer a JungWon junto al guardaespaldas, Park JongSeong, volviendo cerca de las cinco de la tarde a la mansión. JungWon le dijo que BeomGyu llegaría en media hora, así que fue a darse un baño, limpiándose profundamente, perfumándose y poniéndose una bata para ir a la oficina del Alfa.

Aquella ala de la mansión se había quedado vacía, ya que todo el mundo sabía que no debían estar cerca si no querían oír todos los gritos escandalosos de TaeHyun.

Se desnudó, sintiendo su interior lubricando por la excitación previa, y miró el escritorio sin papeles, despejado, subiéndose a él.

Escuchó el auto de BeomGyu llegar.

— ¿Dónde está TaeHyun? — oyó la pregunta de BeomGyu.

Se volteó, quedando boca abajo, y elevó su culo.

— En su oficina, jefe Choi — respondió JungWon.

— Que nadie nos moleste.

— Como usted diga.

Sintió los pasos así que separó sus piernas, apoyando su mejilla en la madera. Llevó sus manos a sus nalgas y las separó también.

— ¿Bebé?

— Papi — dijo con voz dulce —, papi, ¿quieres jugar conmigo?

La puerta se abrió y BeomGyu soltó un gruñido al verlo en toda su gloria: desnudo, su ano abierto, lubricando, y su miembro erecto.

— Siempre quiero jugar contigo, mi vida — dijo BeomGyu, caminando mientras desabrochaba sus pantalones y la puerta se cerraba de golpe.

¡Gracias por leer y darle la bienvenida a la nueva historia!

Cosas a tener en cuenta si se van a quedar a leer esta historia:

Al inicio parecerá que no hay mayor trama, pero les juro que sí la hay. También habrá mucho smut, así que espero que no me bajen el fic.

Este fic tiene de todo, así que preparen los pañuelos para cuando llegue el momento del drama y angst.

Las cosas se irán explicando capítulo a capítulo, para que no se desesperen y comprendan bien todo.

Aviso desde ya que, si no están de acuerdo con uno de los temas que se menciona, no lean la historia o la denuncien, porque es un trabajón total tener que adaptar una obra, que vale la pena totalmente ser leída, para que después te la bajen (o peor aún, la cuenta) y tener que empezar de cero todo.

No lo digo en modo de regaño, pueden ir leyendo y dejarlo cuando crean que ya no pueden soportarlo. Por otro lado, voy a ir subiendo otras historias durante estos días, así que va a sobrar contenido para que lean.

Sin más preámbulos, les agradezco por estar aquí siempre apoyando cada cosa que subo. Son los mejores. ❤🥺

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