¿ y si me das una última oportunidad?
Rewrite the star — James Arthur & Anne Marie
Maddisson Cooper.
No puedo creer que Taylor tenga el valor de pedirme el volver a verlo, no lo quiero volver a ver. Nisiquiera tenía planeado encontrarlo hoy, pero tal parece que la suerte nunca está de mi lado.
Llegó a mi departamento y dejo todas las bolsas con las compras que hice, y me tiró en el sofá intentando despejar mi mente un poco, luego de todo lo sucedido la tarde de hoy. Quisiera decir que mi corazón no se aceleró de la manera en que lo hizo, pero estaría mintiendo como una vil cobarde y se supone que mis tiempos de terapia fueron para aceptar de mi misma todo lo que por mucho tiempo reprimi.
Se suponía que ya no sentía nada por él, se suponía que ya todo ese supuesto amor que decía tener por mi amigo, se enterró en lo más profundo de mi corazón y mente. Pero no aquí estaba analizando el recuerdo de cada una de sus facciones, recordando sus sonrisas y en la forma en que me miraba y me hacía sonreír como un niña con su primer juguete.
Que patética.
Y para colmo me encuentro analizando la posibilidad de aceptar su propuesta de volver a verlo, pero por más que intento convencerme a mí misma de que estoy bien y que estoy lo suficientemente prepara para enfrentar la conversación que tenemos pendiente se que no es así.
Nadie sabe lo que pueda pasar, y todo el dolor que vaya a salir a través de las palabras. Toda mi vida se ha basado en cuestionarme lo que está bien o lo que está mal, y la verdad ya no lo quiero. Simplemente quiero tomar por primera vez una decisión que me haga sentir en paz conmigo misma y no tener que torturarme con recuerdos del pasado que lo único que generan en mi estabilidad emocional es sentirme insegura, que no me sienta lo suficientemente bonita y digna para alguien.
A la única persona que he querido ver desde que llegué, es a la que menos me he encontrado y no se si es una advertencia del destinó riéndose de lo patética que has sido toda tu vida, al querer tener un amor bonito, sincero y de seguridad. Que solo me recuerda que jamás podré tener eso que desde niña he soñado, solo me aterriza a la triste realidad y que nada nunca será de color rosa.
Que primero debemos sufrir hasta más no poder, para si; la vida llegué a compadecerse de uno mismo y pueda darte lo que tanto le has pedido al universo. Una simple cosa que puede hacer de tu vida una gran alegría.
Felicidad..
Algo muy difícil de obtener en estos tiempos, porque como puede ser en mi caso; la persona que amas, no te ama, y la que te ama tu no la amas. ¿Que irónico cierto?, El que hay una persona allá afuera que está sufriendo al igual que tú por no ser un amor correspondido, y que en muy pocos casos se haya dado la oportunidad de rehacer su vida con alguien más y permitirse ser feliz.
Como él
Rindiendose al no poder tener el amor de la persona que quiso, pero dejándose amar por alguien más. Suspiro sintiendo una opresión en mi pecho que no me deja en paz, que me hace respirar entrecortadamente e intento calmarme, se lo que vendrá después de eso y no quiero, no quiero volver a sentir esta angustia que puede llegar a destruir todo lo que he llegado a construir a pequeños pasos.
Me levanto del sofá y camino hasta mi habitación, comienzo a quitarme la ropa y preparo la bañera colocando algunas sales aromática para luego introducirme en ella y comenzar a relajar mi cuerpo, coloco la cabeza en el borde de la bañera y cierro los ojos dejando que mi mente se vaya a un lugar bonito y me haga sentir que puedo ser feliz siendo yo sola.
✨✨
A la mañana siguiente me levanto con las pilas recargadas, y un poco más optimista que ayer por la tarde, la ducha me ayudó a refrescar mi cuerpo y a no dejarme llevar por la ansiedad que se tiende a generar en mi ser. Preparo el desayuno y como con calma, saboreando cada una de las frutas que hay en mi tazón.
El primer año que estuve en Nueva York, mi estado físico y mental era un asco total, hasta tal punto en el que llegue a dejar de comer y dejé que la angustia, el dolor y la rabia se apoderará de mi cuerpo, pero sobre todo el desgano y el llanto a no poder tener lo que por una vez ena vida quería y había luchado con tanto esmeró. Pero por el cual no tuve ningún resultado no al menos positivo.
Al terminar dejo todo en el fregadero automático, y voy hasta mi habitación para cambiarme de ropa he ir al trabajo, me decido por un top negro, junto a unos blue jeans rotos y unos tacos igual negros, combinándolos con una pequeña cartera negra con lo necesario.
Salgo de mi departamento un tanto apurada, la hora paso en un abrir y cerrar de ojos y Erika ya me ha dejado unos que otros mensajes para nada amables.
Que considerada mi jefa.
Al llegar al estacionamiento quitó la alarma de mi auto y me subo en el, colocándome en marcha al estudio. Mi teléfono comienza a sonar por lo que coloco el altavoz y contesto sin mirar quien es.
E.R.R.O.R
lo que menos me espere, era lo que obtenía por la mañana.
—¿Bueno? — Contesto con la vista en la carretera.
—¿Maddi?, Es Taylor — mi pies se unde en el freno de golpe haciendo que los autos que venian detrás piten armando un escándalo.
—Taylor — digo voz baja — ¿Por qué me llamas a estas horas de la mañana? — pregunto sintiendo de nuevo esa opresión en mi pecho.
—¿Estás bien? — pregunta — Escuché algunos Claxon sonar — habla con pena — lo siento no quiero generarte un accidente.
—No, está bien no pasa nada — digo colocando el auto en marcha y ahorillandome un poco de la calle — ¿Que necesitas?— susurro en voz baja.
¿Que me pasa?
No entiendo porque actuó de esta manera tan sumisa cuando no debería nisiquiera haberle contestado la llamada, pero aquí estamos conversando por la mañana.
—¿Vas camino al estudio? — no entiendo porque pregunta eso, nisiquiera sé cómo sabe que volvi a trabajar con Erika. —Malcolm— Quería invitarte a almorzar luego de que termines tu trabajo.
—A....ah y-yo — Carraspeó para salir de mi sorpresa — no creo que pueda la verdad, Erika quiere que haga unas sesiones de fotos que había tenido guardadas exclusivamente para mí y no creo que tenga tiempo para ir a comer — miento descaradamente, la verdad no quiero volver a verlo, no tan pronto.
Ayer fue la primera y la última vez que lo quiero ver, pero se que eso no será posible. Aunque no quiera debo volver a verlo, tarde o temprano así que sin darle más vuelta al asunto hablo.
—¿A qué hora?—Pregunto directamente— puede que haga un espacio y podamos hablar.
—¿En serio? — su voz suena emocionada, haciendo que un pequeño suspiro salga de mis labios sin pensarlo — Podría pasar a recogerte y lueg......
—No — lo corto sin más — solo dime el lugar y allí estaré.
—oh bueno — suena un tanto impactado por mi arrebato — puede ser en el Nithg Sex— se que es un bar — dice antes de que pueda objetar algo — pero por el día han colocado una especie de restaurante y quisiera ir.
—Muy bien entonces ahí será — acepto de mala gana — solo pasa la ubicación y ahí estaré — cuelgo sin espera una respuesta de su parte.
Sigo mi camino hasta el estudio dónde me espera Malcolm con una gran sonrisa que le borro de un puñetazo en el abdomen.
—¿Que?.... — exala aire con rapidez — ¿Porque me golpeastes?.
—¿por que carajos le dijistes a Taylor que volví al estudio y que tenía el mismo número de teléfono? —pregunto molesta, adentrándonos al lugar.
—Yo no... — lo miro con advertencia — él me suplico lo juro, y puede que me haya dejado convencer con una torta chocolate — menciona dejando salir su niño interior.
Niego con la cabeza soltando un bufido de exasperación, Malcolm cuando quiere puede llegar a hacer como un niño y meter la pata, pero se que no lo hizo con mala intención. Si no lo conociera diría que está tratando de darme el empujoncito que necesito para aclarar todo con Taylor.
Luego de pasar toda la mañana entre fotos y eligiendo cuáles serán las siguientes sesiones, salgo del estudio despidiendome de las chicas y pongo rumbo al sitio donde me pidió vernos Taylor. Al llegar el mantras me dirije a la mesa donde se encuentra mi amigo y noto que ha estado moviendo la pierna.
Eso solo lo hace cuando está nervioso.
Ignorando ese pensamiento me siento en frente de él, notando que no ha dejado de mírame desde que entré al local. No me cambié la ropa luego de la sesión de fotos ni me quite el maquillaje así que podría ser eso. No le doy muchas vueltas al asunto.
—Aqui estoy, ¿Que era eso que querías decirme? —Pregunto dejando mi cartera a un lado y tomando el menú.
—¿Quieres que sea directo? —lo miro analizando su rostro, años de terapia me da ha saber que lo que me dirá bien podría no gustarme.
—Si— asiento si más dirigiendo mi vista la carta entre mis manos.
—Bien —hace un silencio— ¿Y si me das una última oportunidad?.
✨✨
No olviden votar y dejar su comentario, espero les guste el cap, pido disculpas por no actualizar durante tanto tiempo, solo diré tareas de la universidad 🥺
Ig: RosPerez995
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro