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Visita Inesperada

Maddisson Cooper

Termino de darme una deliciosa ducha en la cuál me tomé mi tiempo para que el agua tibia relajara todos mis músculos tensos desde hoy por la mañana, mi cabeza a estado dándole vueltas a todo lo que pasó hoy y sin saber aún como reaccionar o en todo caso que decisión tomar.

Estoy segura de que no quiero volver con Taylor, bueno aunque haya curado gran parte de mis heridas y de todo el dolor en el pasado, eso no quiere decir que no merezca una segunda oportunidad. Somos humanos a fin de cuenta todos cometemos errores, y la verdad él se veía sincero cuando me dijo que quería volver conmigo.

Todo este embrollo me volverá loca.

Cierro la llave haciendo que la lluvia artificial deje de salir, exprimo mi cabello con mis manos lo más que puedo; y tomo la toalla que está aún lado de la ducha para comenzar a secarme, al salir a la habitación unos toques en la puerta principal me hacen mirar la de mi habitación.

—¿Quien podrá ser a esta hora?— murmuró en voz baja.

Ya es pasada las diez de la noche, no creo que Malcolm o algunos de los chicos hayan decidido venir. No, al menos me hubieran avisado antes para estar al pendiente de su llegada.

No quiero ni imaginar que sea Taylor, ahorita no estoy para otra charla de las que tenemos pendiente aunque por la mañana le haya dicho que no había más nada de que hablar, simplemente lo dije para salir del agobió que estaba comenzando a sentir con cada palabra que salía de su boca.

Al llegar a la puerta de la entrada tomo el pomo en mi mano y lo giro lentamente, haciendo que la puerta suene un poco por el movimiento. Levanto la vista de los pies de la persona que se encuentra del otro lado de la puerta y siento que mi respiración se atasca entre mis pulmones de manera abrupta, haciendo que un leve mareo me haga sostener de la puerta y fijé mi vista con más fuerza sobre la persona que se encuentra de pie enfrente de mi.

—Fabrizio —mi murmuró se escucha por el largo pasillo, haciendome notar que mi voz ha salido más chillona de lo esperada.

—Hola Maddisson.

—¿Q-que haces a-aqui?— mi voz sale con un leve tartamudo que me remover en mi lugar.

Me siento ligeramente vulnerable al tenerlo en frente, con su intensa mirada me hace girar la mirada hacia el largo pasillo donde todas las puertas permanecen cerrada y sin ninguna intención de abrirse, no al menos por estos minutos.

—¿Puedo pasar? —su voz me hace respingar y colocar mi mirada de nuevo sobre su rostro.

Asiento sin decir nada, mis cuerdas vocales han decidido irse de vacaciones. Me hago aún lado de la puerta y levanto mi brazo en una señal de que se puede adentrar a mi hogar, el cual se nota muy pequeño ante su inmensa figura. La cuál no pierdo tiempo en repasar y fijarla en su espalda que se marca por el andar de su caminar.

Carraspeó para salir de la enseñanza en la que entre y en la que un recuerdo intenta posarse sobre mi, y hace que mi vientre tenga un leve dolor por lo que llevo mi mano allí y trato de aliviarlo.

Cosa que es casi imposible

Recorro el mismo camino por el que ha pasado Fabrizio y me detengo en la pequeña sala de mi departamento.

—¿Que te trae por aquí? — intento sonar casual, o al menos que mi cuerpo no reflejé el nerviosismo que ha comenzando a sentir.

—Solo.... —pausa — Solo pasaba por esta calle y decidí ver cómo estabas nada más — dice con la voz un poco dudosa.

Lo miro analizando su rostro, creo que años de terapia con Patricia me ha hecho aprender el como leer a la personas y sus actitudes o eso creo.

—Oh —es lo único que logró decir— pues... Ah, ¿quieres tomar algo?, ¿Sentarte?.

—Un vaso con agua estaría bien —asiento sin más, observando como dirige su mirada al pequeño retrato que adorna el pequeño buró.

Sacudo la cabeza, tratando de darle tanta importancia a la pequeña fotografía y camino hasta la cocina toma el vaso y haciendo todo con rapidez para así volver a la sala y bajar un poco la ansiedad que mi cuerpo a comenzando a sentir.

O debería decir que la ansiedad ya es parte de mi cuerpo.

Al llegar lo veo sentado en mi pequeño sofá en forma de L y con la vista fija en el pequeño objeto que tiene en sus manos, por lo que rápidamente me acerco y detallo lo que es.

Nuestra foto.

—A-aqui está el agua — tiendo el vaso con un leve temblor en mi mano — está fresca como te gusta.

Levanta la mirada al escucharme hablar, pero lo que me hace volver a retener la mirada es ver cómo alza las comisuras de sus labios en una pequeña sonrisa que me hace suspirar.

—Aun lo recuerdas.

—Si, bueno no es como que si fuera algo difícil — trato de no mirarlo a los ojos.

—Pence que ya no la tenías — Frunzo al ceño ante sus palabras.

—¿Porque no la conservaría?.

—No lo sé, quizás todo lo que ha pasado —pausa — todo lo que has pasado, es comprensible que no quieras tener nada de tu pasado.

—El hecho de que en el pasado haya sufrido no quiere decir que tenga que deshacerme de ella —señalo el pequeño retrato en sus manos — te puedo decir con seguridad que es una de las cosas que más conservo y cuido, no porque sea parte de mi pasado —tomo una fuerte respiración— si no porque es lo mejor que conservo de ella.

Suelto sin más dejando que asimile mis palabras y entienda lo que quiero decir con ellas, Fabrizio jamás será un error o algo de lo que deba lamentarme toda mi vida. Es... Es lo único que si pudiera conservaría de mi pasado y lo demás lo borraría lo dejaría en el olvido.

Pero no siempre se puede tener todo lo que uno quiere, fui muy egoísta al no contesta sus llamadas o mensajes, pero ahora que lo tengo aquí en frente quisiera poder decirle todo lo que no le dije a nadie.... Solo a Patricia pero ella no cuenta o ¿Si?, Ella solo fue mi psicóloga en ese momento no mi amiga.

—Madd, de verdad que intento —pasa una mano por su cabello despeinadolo — intento por todos los medios entenderte, saber que fue lo que hice mal para que no contestarás ni una sola de mis llamadas o mensajes —me mira frustrado— trate de comprender y joder que solo Dios sabe cuándo lo intente, pero cada vez era peor, cada vez sentía que me ahogaba de dolor, de molestia al saber que me sacastes de tu vida así, sin más sin darme una sola explicación. —lo miro intentando no llorar — pero al ver que los meses pasaban y tú, no buscabas la forma de hablar conmigo entendí que no me quería allí, que no querías tener en tu vida a las personas de tu pasado. Pero ahora vengo aquí, intentando no se que demonios y ver este retrato de nosotros.

“no se que más pensar, no se que hacer y se supone que nisiquiera deba estarme cuestionando eso, ¿Sabes? — ríe sin gracia, desgarrando un poco más mi alma — pero lo hago malditamente lo hago, desde que volví a verte y lo que más me molesta es no saber que es lo que aún siento por ti y si es que lo siento. Estoy por casarme joder, y vienes y apareces así sin más como si nada hubiera pasado. Como si no me hubieses dejado colgando en lo que se suponía que teníamos, aunque ahora que lo pienso; tu y yo nunca tuvimos nada solo fue sexo en Rusia y ya. Nunca pudistes dejar a un lado ese amor tóxico que tenías por Taylor y tratar de descubrir que era lo que sentías por mi y mierda no sabes cuándo te odio y pero a la vez quisiera decirte que te amo pero ya no se si eso sea lo que siento."

Un sollozo sale de mis labios sin poder contenerlo, los muerdo intentando retener todo el dolor que se ha acumulado en mi garganta en ese horroroso nudo que se ha formado y amenaza con desgarrar mi garganta.

—Fabrizio yo... N-no — nisiquiera se que decir, nisiquera se que excusa poner ante todo lo que ha dicho — L-lamento tanto que hayas tenido que sufrir tanto por mi culpa, no era lo que quería, si pudiera...

—¿No querías? — vuelve a reír sin gracia —¿Si pudieras?, Joder Maddisson de todo lo que te dije, ¿eso es lo único que se te ocurre decir? —niega frustrado.—Nisiquera debí venir, no se en que estaba pensando.

Deja el vaso sobre la mesita redonda junto al retrato y se levanta para luego pasar por mi lado, no se que me lleva a ser tal cosa pero no lo pienso mucho y lo tomo por el brazo acentuando mis uñas en el.

—No te vayas por favor — Suplico con la voz rota.

Mi alma está rota. De nuevo.

—¿Que hago al quedarme? —limpia una de mis mejillas — solo quiero dejar este capítulo de mi vida cerrado, y no tener que preocuparme de como actuar ante ti y solo enfocarme en mi boda.

Lo miro con dolor, porque fui tan estúpida de dejarlo ir; de dejar que un hombre que si quería lo mejor para mí. Si pudiera devolver el tiempo lo haría, trataría de darme esa oportunidad que no quise que ni intenté.

—¿Es lo que quieres?, ¿Que esos sentimientos que tuviste hace años, se queden en el olvido? —pregunto sintiendo un aterrador miedo.

—Es lo que quiero Maddisson—su firmeza me termina de devastar, y más lágrimas fluyan de mis ojos sin control.

Me mira acariciando suavemente la mejilla por lo que cierro los ojos e intento contener todo el llanto que quiere salir y que por tantos años he mantenido guardados.

Algún día espero poder decírtelo, por ahora solo perdóname es lo único que te pido.

Abro los ojos y me fijo en los suyos que se mantienen vidriosos y su ceño fruncido.

—Fab —sus ojos brillan con intensidad — solo espero que algún día me perdones.

—Puedes estar segura de que no tengo nada que perdonarte, no has hecho nada de lo que deba sentir decepción por tí — trago profundo.

—Si debes fabrizio pero solo espero poder decírtelo algún día.—carraspeo tratando de aligerar el nudo en mi garganta —Solo... —Suelto un suspiro tembloroso —Solo déjame darte un mejor adiós.

Acerco mi rostro de forma lenta al suyo, dándole chance de que me detenga pero al ver que no lo hace; acaricio sus labios con los míos sintiendo como su aliento me envuelve en una nube de sensaciones que me están matando.

—Detenme por favor — susurro — si no lo haces no podré detenerme y no quiero que tengas problemas después.

—Al diablo los problemas —susurra de vuelta — ya luego veré que hago con ellos, por ahora esto es lo único que me interesa hacer.

Termina de acortar el espacio de nuestros labios y me besa de forma ruda y exigente dejándome sentir lo mucho que me extraño, y yo hago lo mismo. Su lengua explora cada rincón de mi boca haciendo que suelte un gemido, cosa que hace que rodee sus brazos en mi cintura y me cargue.

Olvidandonos de todo lo que ha pasado en cinco años, en todo el dolor, y los problemas. Los muchos problemas que vendrán al hacer lo que estamos a punto de hacer. Pero como Fabrizio acaba de decir esto es lo único que ahora nos interesa.

Darnos un último adiós, o tratar de descubrir que sentimos el uno por el otro.

✨✨

@Rosperez995

#TeamFabrizio o #TeamTaylor.

☝️☝️ Las leo déjenme sabes que team son.





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