Franz subió a la terraza encontrando en el balcón a una nostálgica y triste Madeleine sumida en sus recuerdos esos agridulces por los que había pasado..

— ¡Hey! Aquí estabas

Ella lo ignoro, ella estaba en estado ausente

— Señorita...

Nada, ni caso le hizo

— Madeleine ¿le sucede algo? contésteme por favor

La tomó del brazo bruscamente hacia él para sacarla de aquel estado y...

— Has... ¿has estado bebiendo? ¿qué significa esto?

— Déjame ¿quién te crees que eres prusiano? (estaba algo ebria con la botella de Ginebra que había sacado)
¿Acaso tu me conoces? Lo dudo

—Cálmese... venga baje de ahí

Madeleine había subido al barandal del balcón
— Esta fiesta y todo esto me es tan ajeno y tú no eres nada mío, nada... ¿¡Entendiste!?
Anda vete con los tuyos y déjame a mí con mis recuerdos que es lo único que me queda ¿porqué me tuvieron que mandar tan lejos porqué? — llorando

La volvió a tomar con fuerza y la atrajo hacia él, abrazándola
—Ya, ya pasó no llores más pequeña, cuéntame así quizás te sientas mejor

El también se encontraba algo ebrio pero con el asombro de esa escena se le pasó algo el estado.

—¿Qué haces? déjame eres un aprovechado

—Sólo trato de proteger a mi prima que también es una nueva amiga

—¿Crees que porque salimos a pasear en caballo y porque te serví un plato de sopa tienes derecho sobre mí?— dijo ella intentando zafarse de sus brazos

— Perdón, solo quiero evitar que cometas una locura, seria una situación de la que me culparía toda mi vida

Entonces ella con la mirada abajo y levantándola enseguida suspiró y dijo

—¡Basta ya! no quiero involucrar a nadie en mis decisiones y ya no quiero que nadie tenga culpa de mis actos... ¡no!

Franz comprendió que ella de algún modo había vuelto en si

— Perdón, es que no la vimos en el salón por eso vine a buscarla antes de que todos se den cuenta de su ausencia

—Mejor... no pudo ser su idea y gracias por eso de verdad se lo agradezco.

Ya más cómodos mirando el panorama que daba esa noche estrellada.

— Pensé que empezábamos una amistad Madeleine...
Hace instantes la noté diferente como si fuese otra persona.

— Sabe... hoy es el día de mi natalicio estoy cumpliendo los dieciséis años y...

— Nadie lo sabia, la entiendo créame.
(conmovido por esa confesión) espérame no se mueva, que ya vuelvo.

Ella solo asintió pues tampoco tenía ganas de estar en el gran salón.

Al cabo de un cortísimo tiempo llegó Franz al encuentro de Madeleine

Ella se había soltado el cabello ya que con el forcejeo anterior se había malogrado el peinado que llevaba al inicio de la fiesta.

¿Será producto de las copas de más? pero que hermosa se ve pensó Franz

—Mira Madeleine no tengo ningún regalo pero quisiera tocar música para Ud. ¿se puede?

— Está bien... claro

Y el empezó a tocar el violín que había traído, su melodía era tan bonita no triste pero si romántica, relajante

Ella observaba concentrada al músico y al instrumento que se quedo dormida por el efecto tranquilizante de las notas, el se dio cuenta dejando de tocar momentos más tarde

—¡Vaya que si calmé a la fierecilla!— dijo en voz baja— es una lástima que este algo transtornada ¿qué le pudo pasar? como quisiera saberlo, eres realmente bella y hermosa pero es casi nada lo que mi familia y yo sabemos de ti — decía susurrando mientras la apreciaba acariciando su suave cabello.

En ese lapso de tiempo ella soñaba que Gerard venía por ella de su viaje...
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— Futura esposa no sabes cómo te busqué, no te preocupes pudimos poner en buen recaudo a tus padres, tus hermanas, ya no tienes nada que hacer aquí

—¡Oh! novio mío muchas gracias por todo en serio te lo agradezco

—Lo único que quiero es que ya no llores

—Y así será Gerard ....siento que te quiero un poco más

— Como te extrañe mi petit bon bon

— Supongo que yo también

Y el la besó o al menos eso parecía...

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La verdad todo era un sueño, él que la estaba besando llevado por un impulso era Franz. despertándose ella sorprendida por eso que parecía tan real solo que con otra persona

—¡Pero!... ¿¿qué?? — empujándolo

—Perdón... me deje llevar por la emoción del momento.

— ¿Qué clase de persona crees que soy? Uds. Los jóvenes prusianos si que no tienen nada de decencia

— ¡Perdonad! fui un salvaje lo reconozco ¿qué puedo hacer para que me perdones?

—Nada, porque  no te perdonaré

—¡Vamos! por favor

—Te comportaste como un vil patán, ¿es así como Ud. Trata a los huéspedes de su palacio?

—Prometo hacer lo que me pidas pero no me hagas quedar mal con mis padres

—Así ¿¿que padres?? Eso es lo que más ¿te importa? irrespetuoso

—No, no quise decir eso ¿porqué me pone en esta situación tan difícil?

— ¿Yo?... fijese en lo que dice

En eso un sirviente se acercó

—Joven Franz, los Condes están preguntando por Uds. Y el motivo de su ausencia

—Ya bajamos un momento — dijo Franz

—Por mis tíos finjiré que no pasó nada pero solo con ellos ¿entendido?

— Bueno ya no diré nada más al respecto de esto, que me puede jugar una mala pasada el wiskhy otra vez, discúlpeme Fräulein (Señorita en alemán)

— Si claro... el whisky monseiur (señor en francés)

Al momento casi apareció Ingrid

—Franz, te estuve buscando...

—¿¿Ingrid??

—Mmmm ... Al parecer está es la famosa francesa — dijo Ingrid

— ¿Disculpa?... ¡tengo un nombre!

— ¡Oh si! es que no nos presentaron
Mi nombre es Ingrid von Günderrode futura esposa del futuro Conde de Luxburg

— ¡¡Ah!! y yo soy Madeleine d'Jordaine futura Marquesa de Launay y futura duquesa de Brissac

—¿Brissac?Dijiste ¿donde lo conociste?— increpó extrañamente Ingrid

—Ya olvidaste que soy de Francia... Ingrid, es más a ti corresponde contestarme donde lo conociste

—¡Ah! si claro pero ¿porqué futura Duquesa? —replicó Ingrid nuevamente

— Bueno es obvio ¿no lo crees?—respondió Madeleine

— Obvio... Pues si ya me contarás otro día entonces Querida

— Así... créeme que ya habrá una oportunidad para ello Señorita von Günderrode

Franz quien no entendió nada de aquella extraña charla solo atino a decir

— Señoritas, siganme por favor

Y los tres jóvenes bajaron con dirección al gran salón
Se adelantó Madeleine unos pasos más y se equivocó de pasillo, a propósito y se tropezó con alguien

-¡¡Vaya!! señorita no quise...

— Disculpe Ud.

— Pero... ¿a donde se dirige? Al salón no se llega por ahí

—¿Entonces? — dijo Madeleine

— Permitanme presentarme

— ¡¡Sshhh!!

—¿Qué? — solo atino a decir este desconocido joven

—No quiero bajar con ellos vayamos por otro lado — dijo Madeleine

— Estoy a su merced — dijo el joven

Así Madeleine y su nuevo acompañante se desviaron por otro lado

—Esa mujer es arrogante,licenciosa y no me simpatiza

— jajajaja tal cual es Ingrid, concuerdo con eso "Señorita en apuros"

—Pues si... dijo que era la futura Condesa de Luxburg, deduciendo que es la novia del hijo de los Condes, ¿cierto?
Además no quise ser mal tercio ahí

—Pues de alguna forma... Bueno llegamos que te parece si les decimos a todos que tomábamos el fresco aire de la noche

—Bueno...