Recapitulación
Al día siguiente:
— Hijo... buenos días no pensé que te despertarías tan temprano
— Si madre pensaba decirte algo que no se puede posponer
— Dime amado hijo
— Disculpad mi señora, El joven Jurgen está aquí — dijo el mayordomo
— Hazlo pasar
— Con su permiso mi señora Condesa
— Querido Jurgen buenos días Uds. Si que son incansables
— Jurgen no pensó encontrar a Franz despierto
— Amigo Franz
— Siempre tan puntual Jurgen ¿listo?
— Porsupuesto que si — respondió Jurgen
— ¿Para qué hijo?
— Iré a acompañar en su viaje a mí amigo madre
— Pero... yo vine por traer un encargo departe de mi madre hacia la señora Condesa -dijo Jurgen más confundido
— Entonces Franz... no entiendo hijo
— No madre también nos vamos ¿no es así Jurgen?— haciendo un gesto cómplice
—¡Oh! si iremos a Estocolmo por unas semanas
—Veo que me querías decir eso Franz
— Madre sólo te pido que me disculpes por no poder ayudarte con la joven Madeleine y por favor dame la bendición necesaria para esta travesía.
—¡Oh si! hijo y tú también Jurgen ven para acá. Que Dios los proteja en su camino y guíe en sus vidas
— Que así sea madre
— Muchas gracias, señora Gerturd
Ambos amigos salieron de la gran sala
A su vez en la habitación de Madeleine...
—Mi niña buenos días ¿como amaneció, se divirtió ayer?
—Mmmm... buenos días ¿pero que? hace rato viniste ¿porqué no tocaste la puerta?
—Disculpe mi niña su puerta estaba sin seguro
—¿Así? ¿Qué hora es ya?
— Las 9 am ¿Que porqué lo dice mi niña?
Por nada nana por nada...
Pero eso no era cierto...
—(Dónde está ese atrevido y no está mi vestido roto ¿será que El me trajo hasta mi cama? es como si todo hubiese sido un mal sueño)
—Mira niña el joven Franz también se levantó temprano — dijo la nana mirando por la ventana
—¿Asi? (en tono despreocupado)
—Parece que se va de viaje ya que lleva una maleta
—¿Qué ... cómo? — Asomándose ella también a la ventana
Así que te vas, huye cobarde que algún día me tendrás que dar la cara (pensó Madeleine muy molesta, aún así no pensó en hablar nada por el momento)
Mientras Franz se despedía pudo percatarse de que le miraba alguien
—¡¡Hey!! ¿estas seguro que no te falta nadie para despedirte?— dijo Jurgen que también había notado la presencia de Madeleine en la ventana
—¡Vamos! sube al coche Jurgen
Franz antes de subir hizo un tímido gesto con su sombrero de despedida
— ¡¡jjmmm!! — enseguida ella cerró la cortina. A lo que el se percató
¿Podré cargar con esto que casi me pasa ayer? porqué estoy segura de que un sueño no fue... no lo fue, ¿quizás fue mi culpa? Callaré por ahora
(Maddie suspiró sabiendo que a lo menos evitaría aquel encuentro con aquel salvaje al menos por estos días y se dispuso a bajar al comedor)
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Ya habían pasado unas horas y Franz no hablaba casi nada en el camino
— Amigo ¿para eso vienes? disculpa pero merezco una explicación es obvio que querías huir de tu hogar,.. si era asi no entiendo el porqué tus vacaciones y todo eso.
— Jurgen.. soy un cerdo de lo peor
—¡Ah si!... ni que lo digas borracho a más no poder y con lo que hablabas ayer hasta me dio cierto temor por alguna acción tuya
—¿temor?...Jurgen
— Si menos mal que no se nos cruzó la demente de Ingrid esa si hubiera sido tu caída;estabas .... tú sabes algo descontrolado y muy eufórico
— Pero... Yo no estuve con ella
— Me consta porque te deje en la puerta de tu cuarto
Franz suspiró con un hondo lamento
—¡Hey! Tu cara me dice... No, no espera ¿no entraste a tu cuarto?
Franz solo dió un hondo suspiro, que Jurgen de algún modo entendió que algo había pasado
—¿Y ahora?... qué, por eso quieres huir ¿cual es el motivo? y desmienteme sobre lo que estoy sospechando
—¿Qué sospechas?
— Pues que más... que buscaste a la niña Madeleine, el licor hizo estragos en ti
— Pues yo...
—Franz te considero mi mejor amigo y espero que la confianza sea mutua
— Así es Jurgen
— Entonces confirmas mi sospecha
—Si... pero no merezco tu amistad eres un buen educado hombre de sociedad que no se complica la vida y mírate hasta te vas a casar mientras que yo todo lo contrario, soy un estúpido que puede llevar a su familia a la deshonra
— Bueno.... Cuénteme los hechos entonces quizás haya una solución, además no creo que la doncella sea un sacrificio
— Ayer cuando me dejaste en la puerta de mi cuarto y te fuiste, retrocedí unos pasos porqué me percaté de que había una puerta semiabierta era la de ella, entre forcejeando en contra de su voluntad no me acuerdo que le dije quisiera recordar pero no puedo.
— De seguro cosas sucias y vulgares
— La levanté encima de mi y luego la tiré a la cama le rompí el vestido la besé cual enajenado y creo que acaricie su piel estaba tan enardecido que del resto no me acuerdo....(pausa)
—Ese no eras tú estabas poseído por la lujuria al mismo estilo de Karl
— Y cuando desperté me encontré en su cama semidesnudo, su vestido roto en el suelo y con manchas de sangre
—¿sangre? Y ella donde estaba
En el sillón con un camisón mal puesto la levanté con cuidado la coloqué en su cama y me traje el vestido conmigo
— Amigo perdóname pero eres un sádico, ya fuera de bromas...
¿Porqué complicarte la vida de aquella forma?¿porqué ultrajarla, porque?
— Entiendes ahora porque soy un cerdo
—¿Qué pensabas? Ella vino, buscando amparo bajo la protección de tu familia, sé que te puede gustar... pero ese no era el modo te excediste
— Estoy consciente de eso, pero no sé que me pasó apenas la conozco unos días y no se todo se salió de control desde el momento que la vi ahí desprotegida y sollozando por un pasado enigmático, allá en el balcón de la terraza
— Entonces hubieses empezado por ahí
—Yo estaba tranquilo con Uds. amigos hasta ahí todo normal y bueno con ella pasamos algunos momentos en la mañana anterior nada novedoso a excepción de un plato de sopa que ella preparó y que me dió, bueno volviendo al momento del balcón subí con las mejores intenciones pero la encontré en una actitud algo suicida como si estuviera ida totalmente deprimida, la rescate amigo lo hice, ahí me confesó que era su cumpleaños quise agradarle se lo prometí a mi madre, traje el violín toqué para ella y se quedó dormida, sólo la contemplaba ella empezaba a balbucear palabras y yo no sé cómo acabé besándola
—Entonces.... Ya veo, que esa es la causa de tu locura un beso arrebatador
— Ella me correspondió ese beso con unas angustias... pero no era por mi solo sé que también por un pasado.
— Luego cuando ella despertó me reclamó le pedí perdón pero ella no aceptó y solo me dijo que me iba a tratar con hipocresía por mis padres que lo hacía por ellos. (Suspiró)
Encima apareció Ingrid se presentaron entre ellas, hablaron de un duque de Beisac o algo así, como un conocido en común
— El duque Timoleón de Brissac seguro que de su hijo hablaron, pero ya te contaré lo que se de él en otra ocasión prosigue Franz
— Ante su negativa se escapó de mi y terminó encontrándose con Karl
— Karl von Sckendorff, siempre causando incomodidad ese hombre sin remedio y terminaron bailando y Ud. Mi preciado amigo ni una pieza con ella, el resto de la historia ya me la sé amigo.
— Sé que no es una excusa pero ante su rechazo fui presa del whisky, vodka y finalmente el vino
— Fue el rechazo el despecho que casi te lleva a buscar a Ingrid
—¡Oh si! Dime Jurgen que me aconsejas
—Recapitular Franz nada más.
— Podré ser un buen militar pero en asuntos de mujeres soy un cero al izquierdo.
El viaje les tomó casi cuatro días, Jurgen iba a Estocolmo a ver unos asuntos con su futuro suegro y de paso ver a su prometida, una señorita escandinava que estaba algo mal de salud
Durante este tiempo Franz trato de aclarar sus ideas quería arreglar lo sucedido y por el momento la lejanía era lo mejor
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