Ella puso el dedo índice sobre su labio. Él la miro, un escalofrió cruzo por su espalda.

La chica se dio media vuelta, su vestido ondeando mientras caminaba. Un momento antes de llegar al final del pasillo se detuvo bruscamente, haciendo que él chocara contra su espalda, perdiendo el equilibrio, para caer al suelo. Cerró los ojos por un segundo, tiempo suficiente para no poder más que su cabello y el final de su blanco vestido doblar el pasillo.

Se puso de pie, corriendo para alcanzarla.

Ella ya no estaba allí.