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𝟬𝟮. LOVE AT FIRST STRIKE

▍𖤐  ָ࣪  ╱ CHAPTER TWO
❝ 02. AMOR A PRIMER GOLPE ❞

NAMI LA IBA A MATAR una vez que se enterara porque el plan se había arruinado, eso era lo único en lo que Kana podía pensar mientras el chico de cabello rizado yacía aún inconsciente a su lado. No, no podía permitirlo, debía seguir con el plan.

Con cuidado, se colocó a lado de él, lo tomó de la muñeca y reviso su pulso.

Al menos esta vivo, pensó.

La chica se levantó rápidamente y se giró dispuesta a irse, avanzó un par de pasos y se detuvo. Negó levemente con la cabeza. No era lo correcto. 

¿Desde cuándo ella hacía lo correcto?

—¡Agh, yo y mi maldita conciencia! —se maldijo en voz baja y regresó junto al chico. —Oye, tú, despierta. —le habló. —Oye, te estoy hablando.

Kana suspiró y le dio una bofetada al muchacho, y otra y otra. Cuando estaba apunto de brindarle la cuarta, el se levantó y por la cercanía que tenían ambos, sus frentes chocaron, tirando a la castaña al frío suelo.

La chica se quejó por el dolor. —Lo siento, lo siento mucho. —el se disculpó y ella asintió.

—No hay problema, creo que ahora estamos a mano. —le sonrió y el chico le ofreció su mano para ponerse de pie, ella gustosa aceptó.

Una vez con los pies en la tierra, la chica lo observó bien. Era como unos veinte centímetros más alto que ella, su cabello rizado estaba revuelto y por una extraña razón quería tocarlo, sus ojos eran negros y redondos, y profundos, Kana pensaba que podían mirar su alma. Y debajo de su ojo izquierdo llevaba una cicatriz de dos puntos.

Kana no quería aceptarlo, pero el chico era realmente lindo.

—Creo que podemos ayudarnos. —el de cabello rizado habló, sacándola de su ensoñación.

Ella alzó una de sus cejas. —¿A qué te refieres con ayudarnos?

—Ambos queremos el mapa, busquémoslo juntos. —su mirada era intensa, o al menos así la sentía Kana.

El chico no sabía por qué, pero no quería alejarse de ella.

Ella asintió. —Esta bien, vamos, date prisa. —y emprendió el camino.

Él iba tras ella, como un perrito pegado a su dueño. El rizado creía que estaba loco. Sabía que no podía enamorarse a primera vista, pero ¿se podía enamorar al primer golpe?

Lo averiguaremos.

—De acuerdo, ahora tenemos que actuar natural y llegar a la oficina de Morgan. —Kana vio la ropa tan singular del chico y frunció el ceño.

Iba a ser difícil pasar desapercibidos.

Ensley divisó a lo lejos un par de marines y entró con el moreno a la primera puerta que encontraron. Ambos miraron cuando se fueron y pudieron salir.

Mientras caminaban a lo largo del pasillo, en busca de la oficina de Morgan, este apareció.

Y la habilidad para mentir de Kana, salió a la luz. —Capitán Morgan, señor. Solo estaba escoltando a este prisionero a la mazmorra. Fue arrestado por causar disturbios en la vía pública.

—Si. Prisionero. —el moreno frunció el ceño, no tan convencido de que el rubio les creería.

El hombre se acercó lentamente a Kana y se colocó a su altura.

—Nunca te había visto antes por aquí. —dijo y la chica asintió.

—Me transfirieron de la División 77, señor.

El hombre acercó su mano de hacha a su cuello. —¿Cuál es tú nombre, cabo?

—Kana, señor. —soltó con firmeza, para que el sujeto no notará como le temblaba la voz. —Presenté una solicitud para trabajar bajo su mando.

Esto pareció tranquilizarlo.

—Buena elección. —respondió con un deje de altanería. —Realmente espero grandes cosas de ti.

—Si, ella es la mejor. —el chico le dio una sonrisa de lado y por un momento Kana olvidó donde estaban y lo riesgoso que era el distraerse.

El rubio dirigió su atención hacia él y levantó su ceja.

—Yo... quiero decir, ella es lo mejor de lo peor. Odio a los marinos. —se dio una bofetada mental.

¿Qué demonios estaba diciendo y por qué estaba tan nervioso? El NUNCA estaba nervioso.

—Continúa. —Morgan ordenó y Kana asintió, el se fue, no sin antes golpear "accidentalmente" el costado del castaño.

—Eso fue asombroso. Admítelo. Tú y yo hacemos un muy buen equipo. —Kana le dio una mirada de reproche.

—No somos un equipo. —lo apuntó, dejándolo con la palabra en la boca, él sonrió.

—Lo que digas. —contestó aun sonriente.

Es tan linda, aún molesta pensó.

—Ahora lo único que tenemos que hacer es descifrar como entrar a la oficina de Mano de Hacha Morgan. —Kana colocó su mano en el pecho del azabache, frenando su caminada.

Eso le aceleró el corazón.

Con cuidado de no ser vista por nadie, le mostró un juego de llaves.

Él la miró asombrado. —¿Esas son sus llaves? ¿Cómo hiciste eso?

Ella suspiró. —Soy una ladrona, al igual que mi hermana, ella me enseño a robar. —una pequeña sonrisa apareció en sus labios.

Ambos siguieron caminando.

—Ah. ¿Sabes? Tienes talento para robar, eres muy buena hablando, tus golpes son precisos. —al soltar lo último ella lo miró apenada. —No te preocupes, estoy bien. —continuó. —Y tienes un gigantesco apetito como yo.

Kana suspiró y cerró sus ojos levemente. ¿Acaso había escuchado cuando el marino dijo lo de los 3 platos de spaguetti? ¡Demonios! Se estaba muriendo de la vergüenza.

—No hay nada de que avergonzarse. Me gusta las chicas que tienen gran apetito. —Kana abrió más los ojos. —Me agradan, quise decir me agradan.

Si siempre era tan bueno con los palabras, ¿por qué se le estaba soltando la lengua ahora?

Ella comenzó a caminar más rápido, —Espera. —la frenó. —Lo siento mucho, siempre soy bueno con las palabras, pero definitivamente hoy no es mi día. —Kana lo miró. —Creo que deberías unirte a mi tripulación pirata. —sonrió soñador. —Y si tú hermana también quiere, puede venir.

La chica lo miró confundida, ¿tripulación pirata? tenía muchos problemas, como para agregar más piratas a su vida.

Lo tomó de ambos brazos y lo pegó a la pared más cercana, el nerviosismo del chico pasó desapercibido.

—Vamos a dejar una cosita clara, sombrero de paja. Jamás me uniré a nada que tenga que ver contigo. Odio a los piratas, los aborrezco, son un asco. —y se alejó.

Extrañamente, la sonrisa que llevaba en el rostro se ensanchó aún más de ser posible.

—Eso es porque aún no me conoces. —aseguró para si mismo.

Con cuidado, Kana abrió la puerta de la oficina de Morgan, al entrar ambos quedaron impresionados, era un lugar amplio lleno de cuadros pintados con imágenes del hombre en sus diferentes batallas.

—Este tipo realmente se ama.

—Buscaré el mapa, porfavor ricitos, no hagas nada estúpido. —el moreno la miró ofendido, pero no pudo evitar darse cuenta de como lo había llamado ricitos, definitivamente estaba a punto de saltar de la emoción, pero no lo haría ¿o si?

Sin que ella lo notará, dio pequeños saltitos en su lugar.

—De cualquier forma, ¿por qué quieres el mapa tan desesperadamente? —preguntó intrigada.

Kana sabía porque Nami y ella lo necesitaban, pero un chico como... como... Al fin había caído en cuenta que no sabía cuál era su nombre.

—Usaré el mapa para encontrar el One Piece y convertirme en el Rey de los Piratas. —contestó con seguridad.

Chico soñador pensó la menor.

—Todos los idiotas sueñan con encontrar el One Piece. La gente como tú cree en algo y ni siquiera saben qué es o si existe. —comentó desinteresada mientras buscaba.

—Bueno, si. ¿Tú no? —Kana lo miró seriamente. —Así que. ¿por qué decidiste convertirte en ladrona, fue por tú hermana?

Kana lo miró fastidiada, ¿este chico pensaba antes de hablar?

—No decidí convertirme en ladrona, ni ella tampoco. Las dos necesitábamos comer. Teníamos que hacer lo que sea, lo necesario...—dio un suspiro largo. —para sobrevivir.

—Tienes razón. Nada es más importante que la comida.

—Solo encuentra el mapa y olvida tus preguntas absurdas.

¡Que difícil es! pensaron ambos al mismo tiempo.

El castaño movió una de las decoraciones de Morgan y este abrió un compartimiento secreto bajo su mesa. Ambos sonrieron, lo habían encontrado.

Rápidamente Kana colocó su oído junto a la caja fuerte con la esperanza de poder abrirla, Nami siempre se encargaba de esta parte, pero el plan no había salido como lo planearon, así que tenía que improvisar.

Sin tiempo a pensar en otras opciones, la alarma comenzó a sonar, ya se habían dado cuenta.

—Uh... ¿crees que saben qué estamos aquí? —el sombrero de paja preguntó inocentemente.

Kana rodó los ojos. —No, supongo que están detrás de otra ladrona y otro pirata idiota que quieren robarse un mapa. ¿Tú qué crees genio?

El se recostó a un costado de ella, junto a la caja fuerte. —Que coincidencia ¿no? —la castaña volvió a mirarlo y el sonrió, era tan fácil hacerla enojar.

—Tranquila, estoy bromeando. —ella volvió a su trabajo, fastidiada y él disfruto de la cercanía de ambos. —Pero quizas deberías apurarte.

Kana resopló. —Mi hermana es la buena en esto y tendría que hacerlo, pero alguien estropeó el plan y ahora yo estoy tratando de abrirla, así que no me presiones.

Unos fuertes golpes en la puerta hicieron que Ensley perdiera aún más la concentración, era Morgan y estaba furioso.

—¡Abran! ¡Por la autoridad de la División 153 de la Marina! —el rubio parecía a punto de tumbar la puerta.

—Date prisa. —el chico pidió.

—No puedo. —Kana negó. —Hay mucho ruido.

—Tengo una idea. —ella se retiró.

Él trataba de sacar la caja fuerte del piso con sus propias manos, mientras Mano de Hacha Morgan intentaba abrir la puerta.

—¿Esa es tu gran idea? —se burló.

—¡Si! —contestó casi sin aire, por la fuerza que estaba ejerciendo.

Cuando las extremidades del chico comenzaron a expandirse, Kana pensó que estaba loca. El hombre con la mano de hacha estaba por entrar y la única solución que encontró fue abrazar por el torso a ricitos.

La caja salió volando del piso, y junto con ella ambos adolescentes, también.

Ambos se levantaron y rápidamente el se acercó. —¿Estás bien? —ella asintió mientras se quitaba el uniforme de marino, dejando expuesto su top color rojo, el chico trató de mirar hacia otro lado.

—¿Dónde aprendiste a hacer eso? —preguntó sorprendida.

La conversación no duró más, porque un grupo de marines llegó a donde se encontraban.

Kana no lo pensó dos veces y comenzó la pelea, mientras el de rizos los golpeaba ágilmente con sus extremidades alargadas, ella usaba su arco, tenía una excelente puntería.

El sombrero de paja se tomó unos segundos para admirarla, los marines caían rendidos a ella.

Un fuego abrasador lo cubrió y comenzó un calor por su cuerpo de la punta de los pies a la cabeza, no sabía que le ocurría solo que tenía unas ganas gigantescas de besarla.

Sabía que era algo ridículo, no tenía ni dos horas de conocerla, pero no podía evitar sentir su cuerpo en llamas al verla combatiendo a esos tipos con tanta destreza, concentración y pasión.

Seguro se iba a enfermar, si era eso.

A la pelea pronto se unieron Nami y el chico de cabello verde del bar.

—¡Kana! —Nami corrió en busca de su hermana para abrazarla. —Que bueno que estas bien, pensé que te había pasado algo. —la examinaba para comprobar que estuviera bien. —Me diste un susto horrible, por favor nunca vuelvas a hacerlo. No se que haría si te perdiera.

La menor sonrió. —¿Te preocupaste por mi, eh? —Nami le dio un golpe en el brazo. —¡Oye! —se quejó.

—Siempre me preocupo por ti, tonta. —Kana bajó la cabeza. —Eres mi hermanita menor.

¿Por qué se abrazan tanto? se preguntó el chico.

—Bueno, basta de sentimentalismo. Es hora de patear traseros de asquerosos marines.

Con la ayuda extra, pronto los cuatro habían terminado con todos, se acercaron.

Kana notó al chico de cabello verde. —¿Acaso no eres el borracho del bar? —preguntó desconcertada.

Este sonrió hacia ella. —Me alegra haberte causado una buena impresión.

El moreno frunció el ceño, ¿por qué coqueteaba con ella? ¿quién se creía? pero lo relajó el hecho de que la chica lo había ignorado por completo.

Morgan apareció frente a ellos, completamente furioso y con la mirada decidida.

—La impostora, su amiguito el pirata, el prisionero y a ti no te conozco, zanahoria. —Nami rodó los ojos. —¡Que sorpresa! Los cuatro trabajando juntos, en equipo.

—Si. Somos una tripulación.

—No lo somos. / No lo conozco. / No tengo nada que ver con él. —el chico del bar, Nami y Kana contestaron al mismo tiempo.

Eso ya lo veremos pensó.

El hombre comenzó a dar un aburrido discurso sobre todos los piratas que había vencido, pero Kana no lo escuchó, tenía mucha hambre como para prestar atención.

Y tan pronto lo terminó, los cuatro pudieron derrotarlo, creo que no le sirvió de nada su monologo malvado Kana pensó. 

Ahora debían salir de Shells Town, pues la Marina seguiría buscandolos, las hermanas se miraron acolarradas ante la situación.

Ricitos miró a Kana y le extendió su mano. —¿Quieres venir conmigo? —Kana lo miró dudosa, pero terminó por aceptar.

—Esta bien, más te vale que valga la pena. —el sonrió.

—Te lo aseguro.

Ambos se tomaron de las manos, en dirección al barco y así poder emprender un nuevo destino.

—author's note

holaa!! espero estén super bien, no había podido subir el capítulo porque me agarro una gripa feroz pero ya me siento mucho mejor gracias a dios, así que mes traje el segundo capítulo aaa.

cuénteme qué les pareció el capítulo?? les gusta ver a luffy confundido porque no sabe qué le está pasando?? y cómo se pone celoso hasta de la mosca que ve a kana JSJSJS.

recuerden que por capítulo se debe cumplir un mínimo de votos y comentarios, este con el fin de acabar con los lectores fantasmas en wattpad, para este el mínimo es de 100 votos y 65 comentarios. y bueno ya es todo.

les mando un beso 🤍

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