Capítulo 14
Kathy dejó todo botado en la firma de abogados en la que trabajaba en cuanto le avisaron que su hermana se había desmayado en la escuela y tuvieron que llevarla al hospital, al cual la pelinegra llegó lo más rápido posible. Durante un atochamiento, aprovechó de contarle a Michael lo que le habían avisado. Él trató de calmarla por teléfono, pero fue inútil.
—Voy a pedir permiso acá, para poder acompañarte. Por ahora, respira y trata de no chocar.
Aquella petición le sacó una boba sonrisa a su prometida.
—Gracias por estar siempre conmigo.
Cortó la llamada y dudó entre si debía llamar a David o esperar a que le dijera algo claro un médico, pues sabía que, si no le daba una respuesta clara, él entraría en el mismo estado de angustia que ella o incluso peor, considerando que a esa distancia no había mucho que pudiera hacer.
Michael, por su parte le envió un mensaje a Joe, contándole que la chica se había desmayado en la escuela y tuvieron que llevarla a emergencias, pues no respondía. Luego de unos minutos, el joven vio el mensaje en su celular, luego de desbloquear su celular para mostrarle a Matt que ella lo había empezado a seguir en Instagram.
—No entiendo... ¿cómo es que de tantas personas puedes darte cuenta de que justo ella te está siguiendo? —cuestionó su mejor amigo.
Joe no respondió, pues se abrumó en cuanto leyó el mensaje de su primo.
—¿Qué pasa? —Matt estaba preocupado por su expresión.
—Necesito ir a San Diego, ahora.
—¿Qué? ¿Te volviste loco?
—Mads está en urgencias.
—¡No! ¿Qué le pasó?
—No... no lo sé. Michael dijo que se desmayó.
—Ok, un desmayo es raro, pero... ¿es lo suficientemente preocupante como para que viajes hasta allá? O sea, si quisieras llegar hoy, tendrías que comprar un boleto de avión y...
—¡Lo haré! Necesito asegurarme de que está bien.
—Existen los celulares, no es como que estés incomunicado.
—Matt... ¿y si tiene que ver con algo mágico?
—¿Cómo tendría que ver? De partida, ¿qué podría ser?
—No lo sé, pero es muy extraño que una adolescente se desmaye, ¿no crees?
—También podría estar embarazada —bromeó, sin saber la posibilidad que había de que así fuera.
—Tengo que comprar un pasaje.
Joe estaba pálido, todavía atónito. No había pensado en esa posibilidad, hasta que Matt la mencionó. Se tiró sobre su cama de espaldas, quedando con la vista hacia el techo.
—¿Qué te pasa? ¿Estás bien?
—Eh... sí.
—Es raro que seas tan poco elocuente. Ya dime qué te pasa.
—¿Prometes guardar un secreto?
—Claro. Tú sabes todo de mí y sueles ser honesto, no es justo que ahora trates de ocultarme algo.
—Es que es difícil decirlo, sin quedar mal. —Suspiró—. Sí hay una posibilidad de que Mad esté embarazada. Es una posibilidad muy grande, de hecho.
—¿Cómo es que...? —Su expresión de confusión cambió rápidamente a una de asombro—. ¡No!
—Es exactamente lo que estás pensando.
—¡¿Qué?! ¡Es que...! ¡Ah! ¡Es demasiada información para mí! ¡Tú y Spencer están locos!
—¡Oye!
—Pero por otro lado... me encanta y es confuso. Espera, ¿por eso actuabas tan raro en San Valentín? ¿Fue la noche anterior o mucho antes de Malibú?
—Cálmate, ¿sí? No te voy a dar detalles, pero... —Alzó la vista y bufó—. Sí, por eso actuaba tan raro. Tenías razón: quería estar con ella ese día, pero ya había cruzado esa línea con ella y... no lo sé, no quería engancharme más de lo que ya estaba.
—¿Y ahora? Recién estabas muy emocionado porque ella empezó a seguirte en Instagram y estás a punto de salir corriendo, porque sabes que podría estar embarazada.
—Supongo que... estoy enganchado de ella.
Se tiró como peso muerto sobre su cama.
—¿Qué se supone que haga? Hace mucho que no lidio con... este tipo de emociones.
—Quizás lo mejor sea dejarte llevar por lo que sientes.
—Adivina lo que he estado haciendo toda mi vida. —Rio.
—Sí, pero si tu corazón te dice que quieres estar con ella, ¡hazle caso!
—No, o sea, no metamos el corazón en esto, ¿sí? Esa cosa cumple con su rol de mantenerme vivo y ya.
—También se encarga de bombear más sangre cada vez que la veas.
—Sí, por eso mi... —Tenía una sonrisa tonta, pero Matt lo interrumpió.
—No lo digas. Te conozco lo suficiente como para saber que dirás o algo muy estúpido o un chiste sexual.
—No me conoces tan bien, porque iba a decir ambas cosas. —Sonrió.
Matt se echó junto a él y apoyó su cabeza en el pecho de su mejor amigo, quien respondió acariciando su pelo ligeramente. En eso, llegó Violet y caminó por el pasillo del departamento, hacia su habitación, hasta que captó la escena, pues estaba abierta la puerta de la pieza que compartía Joe con su hermano Vincent, el mellizo de la chica.
—¿Estás bien? —preguntó la chica castaña, extrañada.
—¿Yo? —Joe se hizo el desentendido y se levantó ligeramente para verla—. Sí, obvio.
—Estás abrazando a Matt. Algo te pasa.
—¿Qué? No. ¿No puedo abrazar a mi mejor amigo solo porque sí?
—¿Sobre tu cama? No, siempre que lo haces es porque te pasa algo.
—Joe está enamorado de una adolescente. —Soltó Matt.
Violet miró horrorizada a su hermano, quien golpeó ligeramente a Matt al costado de su cabeza.
—Lo que quiso decir Matt, es que... no estoy enamorado, solo... eh... de cualquier forma suena feo. Me gusta una chica que va a cumplir dieciocho.
—No sé qué decirte, esto es...
—Y quiero ir a verla ahora.
—¿Puedes controlar tus hormonas de macho en celo?
—Yo no... ¿por qué me comparas con un animal? ¡¿Qué te pasa?!
—Porque actúas como tal.
—Bueno, técnicamente somos animales, ¿no? —interrumpió Matt.
—¡Cállate! —gritaron al unísono los hermanos.
—Ok, no te sigo ayudando.
Matt se levantó, indignado por como lo trató su mejor amigo, quien, al ver su reacción, se arrepintió por la forma en que se expresó y lo siguió para disculparse.
—Te trato de ayudar y apoyar lo más posible, pero sueles tener ese carácter de mierda y eso hace todo más difícil.
—Ya sabes que soy así. Tú eres una de las personas a las que trato bien, de hecho. Es solo que ahora me siento extraño.
—Compra ese pasaje, como dijiste que harías, y ve a verla, pero procura tratarla lo mejor posible, mira que eso de no hablarle ya te quitó puntos a favor.
—Sí, sobre eso... no fui muy honesto que digamos. Nadie lo sabe, pero la vi con un chico en San Valentín, de ahí que estoy tan raro.
Matt lo miró atónito.
—Sí, yo reaccioné igual.
Los niños condujeron a Maddie por el bosque, hasta una cabaña que se situaba en un punto con escasa luz, pues estaba rodeada de enormes árboles dispersos, cuyas ramas se alzaban sin doblarse. Sophie le insistió en que entraran, pero ella no estaba muy convencida. Sin escucharla en realidad, la rizada abrió la puerta y entró corriendo, a lo que Mad la siguió junto a Arthur, sin entender todavía en dónde estaban y por qué pasaba todo eso.
Observó con detenimiento el lugar. Lucía acogedor, pero la luz escaseaba y el silencio la inundaba, además de estar un poco helado, pues nadie había encendido chimenea. Sophie se tiró sobre una niña castaña que estaba de espaldas a la entrada, jugando con un par de muñecas y un peluche. Llevaba un vestido rosado pastel y el cabello despeinado.
—Maddie, quiero presentarte a alguien —le dijo Sophie a la niña, con felicidad.
—¡Gracias por venir! —exclamó Kathy en cuanto Michael apareció en la sala de espera y se tiró a abrazarlo.
Ahí se encontraban además Fanny, Lyla, Ned, Adrián y Nick. Jeff y Mary no habían ido, pues debían quedarse para el club de teatro y tratar de convencer a todos de mover las audiciones, para que su amiga no se las perdiera. De todos modos, estaban pendientes de lo que pasaba, preguntándole todo el tiempo a sus mejores amigos.
—¿Y les dijeron algo ya?
—Nada... estoy desesperada. ¿Y si le pasa algo muy malo? Esto no es normal.
En eso, apareció una enfermera, para informarles de su estado y solicitar a Kathy una autorización para realizarle ciertos exámenes.
—No pueden sacarle radiografías —dijo repentinamente Nick, al escuchar la aprobación de la hermana mayor de su mejor amiga.
—¿Por qué no? —preguntó Kathy, extrañada.
—Es que... Mad me va a matar por eso, pero hay una gran probabilidad de que esté embarazada.
—Sumaré eso al examen de sangre —señaló la enfermera.
—Esto es terrible. —Kathy estaba horrorizada.
Michael levantó las cejas y le envió un mensaje a Joe, para actualizarlo al respecto. Le comentó que no era grave al parecer y que todo podría ser debido a que estaba embarazada, pensando en que había dicho todo como un hipotético, sin darse cuenta de que afirmaba que ella estaba embarazada, sin saber si lo estaba o no. Joe, al ver el mensaje en la fila del aeropuerto para comprar un pasaje, se asustó por el escenario que accidentalmente había planteado su primo.
"Ahora sí lo arruiné y en grande", pensó, mientras trataba de adelantarse en la fila, para comprar rápido el pasaje. Ante la mirada furiosa de muchos, logró llegar hasta el frente.
—Hola —saludó al vendedor—. Sé que no debí haberme adelantado, pero es una emergencia.
—Todos tienen emergencias y quieren viajar rápido —contestó el chico, quien no era mayor que él—. Por favor, vuelva a su puesto.
—Necesito llegar lo más rápido posible y esa cosa dice que el siguiente vuelo a San Diego es en veinte minutos. No puedo esperar como tres horas al próximo vuelo, solo por perder tiempo en una fila.
—Señor, si no vuelve a su lugar, pediré a seguridad que lo saque.
—No, no, por favor, espere. En lo que hemos discutido y en lo que se demorarían en sacarme de acá, seguramente me habría podido comprar un pasaje, para poder ir a ver a la chica que me gusta y que está embarazada.
—¿Ah?
—Ni siquiera estoy pensando lo que digo, ¿ok? Solo sé que estoy a seis horas de quien debería ser mi novia y a quien accidentalmente embaracé. Si no me ayuda ahora, no serán seis horas, ¡serán nueve!
—Eh...
—Por favor, tengo que ir a verla. Acabo de enterarme de que está embarazada.
—Ok, claramente es un imbécil, pero admito que es muy tierno lo que trata de hacer. Deme sus datos y veré si queda un asiento.
—¡Gracias!
Todos en la fila comenzaron a reclamar e incluso abuchearon.
—¡Él está desesperado, porque va a ser padre!
—O sea, todavía...
Joe no pudo tratar de aclarar, porque varios empezaron a felicitarlo. Era sin duda lo más raro que le había pasado en mucho tiempo.
La niña ignoró durante un largo rato a Mad y siguió jugando con sus amigos, mientras la adolescente los observaba, sentada en un sofá de mimbre. No tenía idea de cuánto tiempo había pasado ahí y no le importaba, pues se sentía tranquila observando su comportamiento tan inocente y alegre. Quería volver a cuando era así.
—¿Por qué estamos acá? —preguntó de repente.
No obtuvo respuesta.
—Si yo estoy con ustedes... ¿significa que morí?
—No precisamente —contestó Sophie.
—Solo estás... perdida —concluyó Arthur.
—¿Por qué no juegas con nosotros? Lo necesitas.
La adolescente sonrió y se arrodilló junto a ellos, pero en ningún momento la niña alzó la vista.
—No lo entiendo —dijo Sophie—: éramos muy buenas amigas. Junto a Violet, éramos las mejores amigas del mundo, totalmente inseparables... ¿qué fue lo que pasó?
—Esto es muy raro. Tú...
—Morí, lo sé. Fue hace muchos años y me costó entenderlo, pero ya lo sé.
—¿Y entonces?
—Nunca me fuiste a ver al cementerio, tampoco fuiste cuando mi familia y nuestros amigos se reunían cada año para recordarme en mi cumpleaños. ¿Por qué? ¿En dónde estabas?
—Yo... yo... no lo sé. He olvidado muchas cosas, era pequeña cuando todo pasó.
—Lo sé, pero al menos podrías pensar en mí alguna vez. Hoy no me reconociste y... si tú me olvidas... yo... yo no puedo estar contigo. No puedo estar ahí.
—No quiero olvidarte. —Sollozó.
—Quisiera poder ayudarte, siempre.
—Maddie se fue... —murmuró Arthur—. Nunca me contaron mucho, solo supe que se fue después de tu muerte. Curiosamente, regresó para ver la mía. —Sonrió.
Todo eso la estaba asustando e incomodando. Seguía sin saber qué lugar era ese y aquellos niños solo lograban generarle más dudas. ¿A qué se refería el chico con eso?
—Te estuve llamando durante mucho tiempo e incluso así no llegaste —aseveró Sophie.
—Como una voz que se apaga y se pierde en el aire —susurró la niña. Por fin había dicho algo—. Era como una sirena en medio de una tempestad, tratando de guiar sin que nadie sepa de dónde proviene.
La niña por fin levantó la mirada y clavó su vista en la adolescente, quien observó con temor su inexpresivo rostro, sus ojos profundos y su nariz que sangraba, al tiempo que notó que también en su propia nariz comenzaba a escurrir el rojo y espeso líquido. Después de todo, eran la misma persona.
—Como un grito desesperado, entremedio del ruido de la ciudad, repleta de personas que continúan su trayecto como hormigas.
Los tres la miraban fijamente. La adolescente sintió ese miedo que a cualquiera lo haría huir y fue lo que hizo. Su instinto le sugirió que debía correr y lo hizo alejándose lo más posible de la cabaña. Escuchó a la niña repitiendo la frase "es difícil" y el sonido de una máquina, indicando cómo los signos vitales bajaban a niveles críticos. Solo siguió corriendo, hasta que llegó al claro y chocó con el mismo oso de siempre.
Se escuchó cómo la máquina indicaba que ya no había signos vitales y un susurro en su oído trajo un extraño y doloroso recuerdo a su mente.
"Sabes que lo más difícil de esto, es saber que tendremos que estar lejos otra vez".
—¡Arthur! —exclamó afligida.
Despertó tan alterada, que la máquina de siglos vitales a la que estaba conectada comenzó a indicar que su presión se había disparado.
Su tía Isabella estaba junto a ella y la observó preocupada al ver la forma en que había recobrado la consciencia.
—Maddie, relájate, estás en un hospital —le dijo—, estás bien.
Llevó su mano a la comisura de su labio, notando que también había sangrado su nariz recientemente en la realidad.
¿Dónde había estado? Si se trataba de otro sueño, ¿por qué había visto todo eso? ¿Por qué también había sangrado su nariz y por qué Arthur le dijo que estaba "perdida"? Tenía muchas más interrogantes de antes e iba ser imposible encontrar una respuesta rápida.
Su tía salió corriendo para avisar que había despertado. Minutos después, entró la doctora, pero Mad no estaba muy atenta, por pensar todavía en aquel extraño sueño. Se limpió rápidamente la nariz.
—Tu presión subió de golpe hace unos minutos, pero ya está normal —dijo la doctora, mientras monitoreaba la máquina—. No es bueno eso, pero tu presión baja fue lo que te mantuvo inconsciente por algunas horas. Te realizamos exámenes para ver por qué tu presión no subía y todo estaba bien, todavía no entendemos qué pasó hoy, también te realizamos un lavado estomacal, para desintoxicarte. Mi conclusión, es que, esta mañana tomaste un medicamento que está contraindicado para personas con enfermedades respiratorias o cardíacas. Me sorprende que tu cuerpo reaccionara varias horas después, lo cual podría volver descartable mi teoría, pero es la explicación más lógica. Dime, ¿por qué lo tomaste si eres asmática?
—Sentía muchas náuseas y un terrible dolor de cabeza. Tomé lo que sé que mi hermana toma cuando tiene migraña.
—Pésima decisión, lo bueno es que ya estás estable. Te voy a recetar un remedio que es mejor para esos síntomas.
—Y... ¿los exámenes dijeron por qué he tenido náuseas?
—Bueno, no funciona exactamente como dices, pero tienes anemia.
—Genial, otra enfermedad a mi lista.
—Y junto con el estrés, pueden generar un síndrome premenstrual terrible, además de retrasar tu periodo.
—Espera, ¿síndrome premenstrual?
—Sí. Por tu nivel de hormonas y el hecho de que no estás embarazada, puedo decir que en unos días tendrás tu periodo. Por el síndrome premenstrual te voy a recetar cierto medicamento, pero nada más de tomar cualquier pastilla solo porque a alguien más le funciona. Lo que hiciste fue muy peligroso y pudo tener consecuencias terribles de no ser porque estabas con tus amigos cuando te desmayaste.
—¿Están aquí?
—Sí. Si quieres, puedo decirles que pueden pasar, no hay problema. Si todo sale bien durante la siguiente hora, en un par de horas estarás en tu dormitorio.
—Gracias. —Sonrió.
Kathy entró unos minutos después y se tiró a abrazar a su hermana. Michael venía más calmado, detrás de ella, seguido por Isabella y los amigos de Mad, quienes se habían sumado Jeff y Mary hacía unos momentos, pues justo había terminado la reunión del club de teatro. Por lo mismo, también llegó Dante, su nuevo novio.
—Si llega alguien más, tendré que decirle que espere afuera, porque acá ya está lleno —bromeó la enfermera, mientras revisaba el nivel del suero.
—Y eso que no está toda la familia acá —comentó Isabella—. Falta mi hijo, mi sobrino con su familia, mi hermana Francesca y mis otros sobrinos.
—¿Cuáles otros? —preguntó Kathy—. Que yo recuerde, la tía Fran no tuvo hijos.
—Pues los hijos de mis primos. Tengo veinte primos en México y otros tres que también se vinieron a vivir a Estados Unidos.
—Eso suena a mi familia. —Rio Adrián—. Mi mamá tiene tantos primos, que ni siquiera sé los nombres de todos mis tíos, solo conozco a un par.
Mary se acercó a Mad, razón por la cual Kathy se apartó, dándole un espacio para que hablaran.
—Convencimos a la profesora de que las audiciones se movieran para la próxima semana.
—Ay, que bien. Realmente no quería perderme la oportunidad de probarme para ser Sandy.
—Espera, ¿querías ser Sandy?
—Sí. —sonrió.
—¿No prefieres ser la mejor amiga de Sandy? Ya sabes, la que siempre hace cambios en su cabello.
—Ouh, es que...
—Yo voy a hacer mi audición para Sandy y Jeff me va a ayudar, como Danny.
—Es que... yo...
—Espero que no te moleste, pero de verdad quiero el papel. Siento que estoy más preparada.
Kathy escuchó la conversación y frunció el ceño cuando oyó a Mary decir aquello, pues le pareció que trataba de convencerla de no probarse y Maddie rara vez se defendía. Por lo mismo, sabía que era muy fácil hacer que cambiara de opinión. Si su hermana no defendía lo que quería, ella lo haría por ella.
—No quiero hacer un escándalo —interrumpió Kathy—, pero si Maddie quiere hacer una audición para ese papel, la hará, independiente de lo que tú quieras. De todos modos, su profesora será quien decida para quien es. Mary, te aprecio mucho, pero no está bien que le digas a Maddie que estás más "preparada", pues eso se verá en el escenario, ¿o tienes miedo de que mi hermana demuestre que es más talentosa?
Mad estaba boquiabierta. Si bien se había sentido pasada a llevar por las palabras de su mejor amiga, no creía que mereciera ese trato.
—No se trata de eso, es solo que a Maddie siempre la estamos ayudando para todo y le cuesta bastante pararse en un escenario sin ponerse a llorar.
—Ella estará en Juilliard el siguiente año. Siempre ha sido su sueño y está trabajando por ello. Quizás no siempre tenga grandes papeles, pero es momento de que los tenga.
—Recién fue Julieta, creo que es justo que yo tenga un protagónico.
—Su profesora decide lo que es justo o no. Fuera de eso, cualquiera puede probarse para el papel y créeme: Maddie lo hará. Mejor preocúpate por tu audición y no por la de ella.
Mary la miró molesta y vio la pantalla de su celular, a propósito.
—Le dije a mi mamá que llegaría después del ensayo, así que, ya me tengo que ir.
La rubia se despidió de su amiga y salió. Kathy rodó los ojos y luego observó a su hermana, quien seguía asombrada por la discusión.
—No tenías que ponerte a pelear —susurró.
—Lo sé, pero alguien debía ponerla en su lugar.
—No, ella solo me estaba diciendo que quería el mismo papel que yo, es todo.
—Cierto, pero estaba tratando de manipularte para que te probaras en otro papel. Te conozco: nunca antepones tus intereses sobre los de tus amigos. Te falta ser más perra.
—¡Kathy!
—¿Qué? Es la verdad, por eso todos te pisotean. Tienes mucho talento, pero de nada sirve si no eres ambiciosa ni egoísta.
—No quiero interrumpir su charla motivacional —dijo Fanny—, pero quizás sea bueno que nosotros nos vayamos para que descanses. Quería ver que estabas bien y me alegro de que así sea.
La chica de anteojos se acercó y la abrazó.
—Cualquier cosa que necesites, solo avísame —le susurró.
—Tú igual. —Sonrió—. Gracias por ayudarme hoy.
Fanny arrugó su nariz como un conejo, sonriendo. Si bien nunca fueron tan cercanas, se volvieron amigas gracias a su grupo y el cariño fue aumentando con el tiempo y a veces se confiaban cosas que preferían no hablar con los demás.
—Les dije a los demás que quizás podías estar embarazada —señaló Nick—, por una conversación rara que recuerdo haber escuchado y algunas conclusiones a las que llegamos con Jeff, pero...
—No me involucres en esto, viejo. —Trató de desligarse el chico alto.
—Ya nos aclararon que no estás embarazada y me alegro de que así sea. Lo siento por meterme con algo tan personal, pero estaba muy preocupado.
—Les recuerdo que estoy aquí —interrumpió Dante, quien estaba parado cerca de la puerta y no había hablado en lo absoluto.
—¡Oh, cierto! —exclamó Adolf y se le acercó—. Me alegro de que no vayan a ser padres todavía, felicidades, viejo.
—Yo... eh... yo no...
—¿Qué tal si se van todos? —pidió Maddie—. Me siento cansada y... creo que necesito respirar un poco.
—Bien, ya la escucharon: lárguense —ordenó Kathy, con un tono amenazante.
—Señorita, creo que sería bueno si usted también saliera —indicó la enfermera—. Necesito asegurarme de que todo esté bien, para ver si podemos darle el alta a su hermana o si es necesario que se quede durante la noche también.
Kathy entrecerró los ojos y obedeció, yéndose al final y cerrando la puerta detrás de ella.
—Tus signos vitales están normales, no indica que el oxígeno haya bajado —señaló la enfermera—. ¿Estás teniendo un ataque de pánico?
—Los he tenido y sé que no estoy en uno, es solo que necesitaba que se fueran, pero no quería sonar descortés.
—Oh, te entiendo. Te pusiste bastante incómoda cuando nombraron lo del posible embarazo y creo que yo reaccionaría igual.
—No quisiera tener una pelea con mi novio por eso, sobre todo porque recién comenzamos a salir.
—Bueno, no debería ser un punto de discordia. Si es así, quizás no sea el chico indicado, pues también es responsable si quedas embarazada, solo deben tener más cuidado.
—Es que... comencé a salir con él hoy. Hace unas semanas, tuve algo con otro chico.
—Oh vaya. Ahora entiendo a qué te refieres.
Cuando por fin pudo irse a su casa, Dante decidió acompañarla, quedándose en los asientos de atrás con ella, en el auto de Kathy. Maddie lo estuvo abrazando durante el camino, sonriendo todo el tiempo, pero él estaba serio y miraba hacia afuera. Le gustaba sentir la calidez de la chica, pero ese extraño incidente le producía celos, pues sentía que competía con alguien a quien no le podía ganar.
Una vez que llegaron a la casa, Kathy se fue directo a la cocina, dejando a la pareja sola en la sala de estar. Se sentaron en un sofá, encendieron el televisor en un canal de caricaturas y fue entonces que entró Michael con total libertad y se sentó junto a Mad.
—¿Quién es él? —le preguntó Dan en voz baja.
—Es el novio de mi hermana.
—¿Debería presentarme o...?
—Descuida, esta familia no se deja llevar por formalidades. Ya te vieron en el hospital y estás aquí ahora.
El chico asintió. Pasó cerca de quince minutos cuando Kathy llegó con un plato con cupcakes y un mate en la mano, sentándose en un sillón.
—Lo había olvidado: hice cupcakes durante el fin de semana, ¿quieres uno? —le preguntó Maddie a Dante.
—No le vas a dar uno —ordenó Kathy—: son para la familia.
—Bueno, nosotros comenzamos a salir y yo hice los cupcakes. Además, es una visita y mamá siempre decía que...
—¡Son solo para la familia!
Maddie desencajó la mandíbula, enojada.
—No te preocupes —dijo Dante—. De todos modos, yo ya me tengo que ir, porque ya es bastante tarde.
—Ok... ¿te acompaño a la parada de autobús?
—No uso el autobús, no me gusta. Prefiero andar en taxi.
Ella alzó las cejas, sorprendida, pero no dijo algo. Dan tomó sus cosas y fue a la puerta junto a Maddie. En cuanto la abrió se topó de frente con Joe, quien estaba por golpear la puerta. El joven estaba sorprendido al ver no solo a la chica en buen estado, sino además al adolescente saliendo de la casa.
—¿Quién eres tú? —preguntó Joe molesto, pues se dio cuenta de que era el chico con el que Maddie había ido al parque en San Valentín.
—No, espera, ¿tú quién eres?
Kathy se dio cuenta de que Joe estaba en la puerta y se levantó rápidamente, dejando su plato con cupcakes sobre Michael, quien aprovechó de sacar uno.
—¡Joe, pasa! —exclamó la mujer. Maddie, por su parte, bufó molesta—. ¿Quieres un cupcake?
—Claro. —Sonrió el joven.
"Su perfecta y jodida sonrisa", pensó Maddie, a lo que el joven la miró, sin dejar de sonreír.
—¿No dijiste que eran solo para la familia? —cuestionó la adolescente, volteando a ver a su hermana.
—Ay, Maddie, Joe es parte de la familia ahora. Total, es el primo de Michael, vendría siendo mi... —Se detuvo a pensar y luego se asomó hacia la sala de estar—. ¡Amor! ¿Joe vendría siendo mi cuñado?
—¿Como un primo en ley o un hermano en ley? —preguntó, con la boca llena—. Depende de tu concepción de "hermano" en nuestro caso, aunque por jurisprudencia...
—¡Olvídalo! —Dirigió su vista a los chicos otra vez—. Dejémoslo en que somos cuñados y Joe es parte de la familia por eso.
—Ahí tienes tu respuesta. —Lo miró, triunfante.
Maddie movió la cabeza ligeramente hacia ambos lados, pensando en que Joe nunca cambiaría esa forma arrogante de ser.
—Y tú eres...
—El novio de Maddie.
Por fin se borró la sonrisa del rostro de Joe. "¿Novio? ¿Maddie tiene novio?", pensó. "Igual yo soy mejor".
—Iba a decir que nadie, pero si quieres esa etiqueta, bien por ti. Voy a entrar, permiso.
Pasó por entremedio de la pareja, parándose luego junto a Kathy, pero se quedó mirando hacia afuera, mientras Maddie y Dante caminaban, quedándose ella detenida en el segundo escalón de la entrada a la casa y el chico se paró al final de la pequeña escalera. Los vio besarse en esa posición, bastante cómoda para los jóvenes, por la altura de ella.
Maddie regresó y se topó con Joe parado todavía junto a la puerta, dentro de la casa. Ella entró y cerró la puerta, pero él no se movió, quedando solo unos centímetros entre sus cuerpos.
—¿Por qué no me dijiste que tenías novio?
—Desde hoy lo tengo... ¿qué haces acá?
—Michael me dijo que estabas mal y decidí venir. Luego, me avisó que estabas embarazada e hice todo lo posible para venir en el vuelo más rápido y próximo.
—Espera, ¿qué?
—Vine para estar contigo y con nuestro hijo o hija o lo que sea.
—Es más bien un "nada".
Él la miró confundido y desconcertado.
—No estoy embarazada. —Sonrió.
—¡Sí! ¡Que alivio! Espera...
—¿Qué?
—Le dije a muchas personas que iba a ser padre.
—¡¿Hiciste qué?!
—¡Michael tiene la culpa, él me dijo que estabas embarazada!
Michael miró confundido al escuchar esa frase, con un cupcake en la boca, Kathy estaba junto a él y entonces comenzó a analizar la situación. Maddie se dirigió enojada hacia su cuñado, pisoteando al caminar. Joe la siguió, calmado, y aprovechó de sacar un cupcake del plato.
—¡¿Por qué hiciste eso?!
—¿Qué cosa? ¿Decir que estabas embarazada? Pues solo le dije que no se preocupara. Le conté que estabas en el hospital, porque son amigos y pensé que le interesaría. Luego ese niño raro dijo que había una probabilidad de que estuvieras embarazada y le conté, para que no pensara que estabas enferma o algo peor.
—A ver si entendí —habló Kathy, atónita—: Joe creyó que Maddie estaba embarazada, porque Michael le contó eso... y Joe vino... ¡¿tú eras esa probabilidad?!
—Pues... —Estaba a punto de morder el pastelito, pero Kathy se lo quitó.
—No lo mereces.
—¡Dijiste que soy parte de la familia!
—¡Casi dejaste embarazada a mi hermanita! ¡¿Cómo vas a merecer un cupcake?! ¡¿Qué mierda te pasa?!
—¡Tú querías que saliera con ella!
—¡Al parque de diversiones o a comer pizza! ¡Jamás te pedí que...! ¡Esto es horrible! ¡Es una niña!
—Hace tiempo que no soy una niña —señaló Maddie, molesta.
—Cállate. A ti te encanta andar con horribles playeras infantiles como esa, así que, atente a que te vea como una niña todavía.
—Pero...
—¿Saben qué? ¡No puedo con todo esto! ¡Me voy a dormir!
Kathy se metió a la boca el cupcake que le había quitado a Joe, se dio media vuelta y caminó hacia las escaleras.
—Y una última cosa: trata de no hacerle otro mini Beckett a mi hermana, suficiente tenemos con ustedes dos, ¡par de idiotas!
Subió las escaleras y entró a su pieza, cerrando la puerta con fuerza.
—Mi apellido ni siquiera es Beckett —murmuró Michael—. También me siento cansado, este día fue... maratónico. Voy a la cocina a tomar agua y luego nos vamos al departamento, ¿ok? —Esto último se lo dijo a Joe.
Michael los dejó solos en la sala de estar, en donde solo se escuchaba el ruido que provenía del televisor. Maddie se tiró al sofá y Joe se sentó junto a ella, por lo que, la chica apoyó su cabeza sobre su hombro.
—Me alegro de que no estés embarazada —insistió en el tema, en voz baja, sonando más ronca, por lo tanto—. Aunque... no lo sé, una parte de mí se siente triste.
—No seas... tonto.
—Quizás lo soy. Y sí, es muy tonto y quizás retorcido, pero fue bonito creer que algo nos unía.
—Todavía podemos ser amigos, si es que todavía quieres que tengamos una conexión.
—Me encantaría. Y si quieres, podemos ser de los amigos que se acuestan —bromeó.
Ambos rieron por eso, pero fue breve. Se quedaron en silencio en esa posición, mirando hacia la televisión. Sus expresiones eran serias, a pesar de lo divertido que era el programa, pues ambos se sentían extrañamente devastados, pero a la vez comenzó a nacer cierta paz al sentir el contacto con el otro, una tranquilidad que Mad no sentía desde hacía mucho, sobre todo considerando aquel horrible sueño que había tenido mientras estaba inconsciente.
—Puedes... ¿puedes quedarte? —le pidió ella—. Por lo menos hasta que me duerma.
—Seguro, siempre y cuando Kathy no me mate por ello.
—Oh... lo hará —interrumpió Michael, apoyado en el umbral de la puerta—. Siempre encuentra un motivo para querer matar a alguien... pero somos abogados y sabemos que no vale la pena... también sabemos cómo salirnos con la nuestra en caso de matar a alguien.
Joe lo miró horrorizado, abriendo las fosas nasales y torciendo la boca. Maddie, en cambio, levantó las cejas y apretó los labios, decepcionada por escuchar otra vez la misma broma de casi todos los días. A veces era muy aburrido estar rodeada de abogados y esa era su principal excusa para no seguir la sugerencia que le había hecho su hermana.
Maddie subió por un par de mantas y Michael aprovechó de hablar con Joe, quien no dejaba de tener una sonrisa en sus labios.
—Así que... te vas a quedar a dormir con mi cuñada.
—Solo se va a apoyar a mi lado y nada más, no tendremos sexo... a menos que ella quiera, claro.
—¡Dije "dormir"! ¿Acaso no piensas en otra cosa? —Lo miró asqueado y Joe sonrió, mostrando sus dientes—. Olvídalo. ¿Sí te das cuenta de que ella tiene novio y estás siendo su segunda opción?
—Nunca soy la segunda opción de alguien, siempre soy la primera.
—Excepto para...
—Cállate. —Cerró los ojos con fuerza y arrugó la nariz—. Acabamos de decidir que nos vamos a quedar como amigos. Y si pasa algo más, bueno... pasará.
—¿No estás preocupado por si te engancharas de ella, pero ella siga con su novio?
—Carpe diem.
—Eres imposible. —Se golpeó la frente con la mano—. Me voy, no quiero presenciar este desastre.
Maddie llegó con las mantas y les sonrió. Michael se despidió de ambos y le lanzó una mirada preocupada a su primo.
—¿Todo bien?
—Sí... ¿y tú?
—También. —Sonrió.
—Oh por favor... se nota que te sientes terrible.
—Estoy cansada y asqueada. —Rio—. Pero creo que quiero repetir lo de la otra noche.
—¿Qué cosa? —preguntó en tono insinuante.
—Lo de conversar por horas, aunque no sé si pueda hacerlo hasta el amanecer.
—Oh... hacer eso: conversar. —Alzó las cejas y sonrió, tratando de ocultar su ligera decepción.
—Sí. Y no me molestaría si nos quedamos dormidos juntos... y para aclarar, sería solo eso: dormir.
—Claro, es... genial. Vamos a conversar y a solo dormir juntos, porque somos amigos.
—Gracias. —Sonrió.
No era lo que exactamente él quería, pero verla sonreír hacía que todo valiera la pena. Tal vez no pasaría algo más entre ellos, pero descubrió esa noche que él se sentía bien si ella lo estaba, incluso si solo era un amigo para ella.
(Actualización del 06/06/2021)
Es muy largo el capítulo, lo sé, pero vale la pena. Quería subirlo el miércoles, pero llevaba 2000 palabras y pensé "aish, necesito llegar al cierre que tenía pensado"... el problema fue que para llegar al cierre que quería, escribí más de 3000 palabras 😂
Espero que les haya gustado. Personalmente, me gusta los giros que le estoy dando a la relación de Mad y Joe... ya veremos con quien se queda Mad al final, luego de esa petición de ser solo amigos ♡
A continuación, encontrarás contenido especial que subí a la versión anterior (y que debería enviar a borrador, pero soy muy sentimental como para hacerlo).
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