Capítulo 2
Del cielo empezaron a caer gotas tras gotas de lluvia, Jungkook tomó más fuerte a Tae y casi corriendo llegaron a la casa del castaño cuando la brisa se convirtió en una pequeña tormenta. Jeon revisó los bolsillos de Taehyung hasta encontrar la llave y ambos entraron casi empapados.
A tropezones Jungkook empujó a Tae hasta donde supuso que era el cuarto y lo dejó caer a la cama, le quitó sus zapatos, su abrigo, camisa y su pantalón hasta dejarlo solo en unos shorts cortos que era la ropa interior del menor. Lo tapó con la gruesa frazada que estaba doblada encima de la almohada mientras escuchaba como balbuceaba cosas incoherentes.
Él hizo lo mismo, se desvistió hasta quedar en calzoncillos, de su cabello caían gotas de lluvia y con la poca claridad que aún había, podía ver que el cabello de Tae también estaba húmedo y goteando. Pensó en irse, claro que sí, pero con la fuerte tormenta que se había formado era imposible.
Se dispuso a recorrer la pequeña casa, no era grande ni lujosa para la época, era sencilla pero acogedora, había una chimenea que parecía no haber sido usada por mucho tiempo, al lado de ella habían varios troncos de madera y una agradable idea pasó por su mente. Procedió a encender una fogata que lo hizo entrar en calor, siguió recorriendo la casa hasta llegar a la cocina y ver un recipiente con granos de café, abrió otro recipiente y volvió a ver más granos de café.
Al parecer al menor le encantaba el café, tomó la tetera con un poco de agua y la llevó hasta la fogata y esperó a que el agua se calentara, preparó en dos pocillos el líquido negroy se dirigió al cuarto. Tae se encontraba dormido así que colocó ambos vasos en una mesita al lado de la cama y se sentó al borde de esta para poder agarrar de los hombros al castaño y así poder despertarlo.
—Tae, Tae despierta— movió gentilmente y con pesar el cuerpecito que yacía como ángel.
«Un angelito borracho»
Jungkook sonrió ante su pensamiento chistoso. El menor no se despertó ahí no más, por lo que Jeon se deleitó observando su rostro, su cabello castaño claro caía en su frente, casi tapando sus ojos que eran adornados por largas pestañas, sus labios gruesos y rosados se encontraban entreabiertos. Le pareció una maravilla la forma de su mandíbula, si él no era un ángel, al menos estaba convencido que Kim Taehyung había sido tallado por uno. Por qué su rostro y lo poco que había apreciado de su cuerpo, simplemente era arte.
Cómo si fuera un delito, volvió a sacudir levemente el pequeño cuerpo, recibiendo un quejido de su parte.
—No, yo no, no eshtoy dolmido —balbuceaba.
—Ten, bebe.
—No, mash celveza no
—No es cerveza Tae, es café, hará que se te pase la reacción de la cerveza.
—Eshta bien.
Taehyung tomó la taza entre sus manos y la bebió sintiendo el sabor super amargo en su paladar, arrugó la cara con disgusto pero aún así siguió bebiendo. Sus sentidos empezaron a aclararse un poco hasta poder sentir su lengua y poder articular bien. Sentía sus ojos pesados, pero al parecer el café era una especie de poción mágica para la borrachera, por que se inmediato se sintió bien.
—Te lo agradezco— pronunció habiendo terminado en silencio el contenido de la taza.
—No hay de qué. Ven, vamos.
Jungkook se levantó tomando de la mano a Tae y llevándolo hasta el baño. Dentro había varios baldes llenos de agua con tapadera, destapó uno y con una jarra tomó agua y la echó encima a Tae con delicadeza, este se sorprendió ante el frío encuentro del agua contra su piel, cruzó sus brazos y juntó sus pies temblando un poco. Jungkook no paró de echar agua en el cuerpo del menor hasta ver que ya no temblaba, se apartó un poco y esta vez se echó agua él mismo hasta empaparse.
Ese era otro secreto para quitar los efectos del alcohol, pero el menor parecía demasiado borracho.
Kim Taehyung no se movía, estaba con la cabeza gacha y agradeciendo tener su cabello largo y húmedo, en esta ocasión se dispuso a aparentar no saber ni en donde pisaba, el hecho es que ya el efecto del alcohol había pasado, y ahora se encontraba él con el chico que le gustaba en su baño, solos, con únicamente sus ropas interiores cubriéndolos. Y como si no fuera poco, el mayor se encontraba tan agusto echando agua en su cuerpo viéndose tremendamente sexy.
No tuvo reparo en ver por entre sus cabellos el cuerpo contrario, sus piernas gruesas, sus músculos, su marcado abdomen que se pensaba ante el frío. El agua recorría atrevidamente los costados de su rostro deslizándose en su barbilla, pasando por su pecho y llegando hasta la tela en dónde su hombría era cubierta por la tela del short. Mordió su labio ante la imaginación de perder su boca entre las piernas del mayor.
Salió de su ensoñación cuando Jungkook lo volvió a guiar a hasta el cuarto y este se dejó, llegaron pero cuando Jungkook quiso acostarlo en la cama Tae se resistió. Decidido a hacer lo que quería. Solo habían dos opciones, o lo rechazaba, o pasaba la mejor noche de su vida junto a la persona que quería.
—Tae acuéstate y descansa. Los efectos del alcohol aún no te han pasado.
Mentía muy bien, porque el mayor no se había dado cuenta que ya estaba sobrio, sentía el torso de Jungkook casi tocar su espalda, Jeon quiso volver a empujarlo pero Tae volvió a poner resistencia. Jungkook retrocedió un paso ante la negativa del castaño.
Taehyung se volteó, quedando a escasos tres centímetros de tocar con sus labios los labios ajenos, más el azabache no se apartó, al contrario, esperó a ver lo que el chico era capaz.
Taehyung recorrió con su mirada todo el cuerpo del mayor sin ningún tipo de pudor, aquella era la imagen que más estaba anhelando ver y ahora la tenía enfrente, y no desaprovecharía la oportunidad.
Subió sus brazos y los enrolló en el cuello de Jungkook, sintiéndolo temblar y como dejaba de respirar, acercó su nariz al cuello de él causándole escalofríos en todo el cuerpo y haciendo que Jungkook tomara con fuerza las caderas del menor ¡Ahí estaba! Solo una señal le bastó a Tae para atreverse a devorar los labios de él.
Así lo hizo, lo besó con pasión, una pasión que llevaba almacenada desde la primera vez que lo vió, sus labios empezaron a moverse, segundos después era Jungkook quien lo besaba de forma demandante, un jadeo se escapó de los labios de Tae encendiendo aún más la situación entre ambos.
—Dios, si no te detienes vas a volverme loco— dijo entre besos en el cuello de Tae —. Me encanta tu olor, me encantan tus labios, me encantas tú.
Tae en un movimiento rápido invirtió las posiciones de ambos y empujó el cuerpo de Jungkook haciéndolo caer sentado en la cama, se sentó a horcajadas sobre el mayor y volvió a atacar los labios de este quién lo recibió gustoso, los minutos pasaron y la necesidad en la entrepierna de ambos aumentaba cada vez más. Taehyung movió sus caderas, rotando el movimiento sobre el regazo del hombre, automáticamente endureciéndolo aún más, gimió al sentir el tamaño.
—Tae, estás borracho, quizás vayas a arrepentirte de esto.
—No, créeme que esto es lo que más quiero, sé que no es bueno, sé que si nos descubren podrían matarnos, pero quiero hacerlo.
—Yo también lo quiero mi hermoso príncipe, quiero todo contigo desde hoy en adelante.
Sin recitar más palabras, Jungkook dejó caer suavemente el cuerpo de Tae a su lado quedando encima de él, abriendo sus piernas para posicionarse entre ellas, apreciando la hermosura y delicadeza de la piel del chico, acarició con deleite desde las rodillas del menor, delineando con deseo sus caderas y deteniéndose en su definida cintura. Se agachó bajo el éxtasis del menor, que suspiraba con los ojos cerrados, besó su torso, su ombligo, su pelvis, bajando la prenda que lo separaba de su deleite y perdición, mientras sus uñas recorrían los costados de sus piernas multiplicando las sensaciones.
Se encargó de deshacerse también de la última prenda que lo cubría. Se tomó un instante para poder contemplar el hermoso cuerpo de su amado acariciando cada curva de la silueta de su cuerpo.
Besó de nuevo los labios del castaño, perdiéndose en el dulce sabor amargo del café en su boca, sintió su cuerpo húmedo erizarse ante cada roce de sus manos, sintió como todo su cuerpo le pedía a gritos que siguiera, que no parara con aquella exquisita tortura.
Alzó una de las piernas del menor hacia su cadera para empezar a masajear su gluteo. Su piel era suave, demaciado para ser de sexo masculino ¿Era posible que un hombre tuviera una piel tan prolija? Dejó sus dudas de lado en cuanto las uñas de Tae se clavaron en sus hombros en el mismo momento que entre sus besos empezó a tocar la entrada del menor, palpando y estimulando de a poco la zona, sintiendo su propio moema punto de explotar por la excitación de tan solo ver el placer de Taehyung.
—Mmm
Un quejido de dolor se escuchó cuando intentó ingresar un dedo en el orificio
—¿Te duele? Si no quieres no hay problema, paremos aquí.
—No —respondió de inmediato —. Es solo que es mi primera vez... Dios esto es tan vergonzoso.
Tae llevó sus manos hasta su rostro cubriéndose para tratar de ocultar su vergüenza interior. La llama dentro de Jungkook se encendió aún más al saber que el sería el primero en probar el exquisito cuerpo y la estrecha entrada del chico ante él. Con mucha más razón y muchas más ganas que antes empezó a besar el cuello de Kim con fiereza sacando gemidos de su boca. Distrayendo por completo el dolor.
Con lentitud introdujo el primer dedo, moviéndolo suavemente en el interior, luego dos, observando al menor retorcerse y empujar sus caderas hacia él y hasta tres, cuando Tae volteó sus ojos en completo éxtasis, queriendo más, mucho más. Su miembro palpitaba chorreando líquido preseminal, le encantaba ver el rostro de placer del menor, y aún más sentir cómo se adapta perfectamente al tamaño dentro suyo. Momentos después, alineó su miembro entre los glúteos de él y con un suspiro extasiado se abrió paso en su interior.
Tae arqueó su espalda mordiendo su labio inferior con fuerza, sentía dolor pero a la vez una sensación nueva e indescriptiblemente satisfactoria. Las embestidas eran suaves y lentas al principio, deseosas, apasionadas, cargadas de desesperación por la espera de ese encuentro.
—Oh diosKook...
Oír su melodiosa voz gimiendo encendió aún más su líbido, embistió el cuerpo del menor más rápido sin dejar de ser gentil, tocaba su cuerpo y admiraba cómo su perfecta y suave boca se abría jadeando. Tae tomó una de las manos de Jungkook que se encontraba en su cadera sujetándolo y con fuerza la apretó sintiendo la sensación de cosquilleo en su miembro.
—¿Ya estás a punto de terminar pequeño? Hazlo, no te contengas, correte para mí, mi amor.
—Jungkook...
Las embestidas del mayor se volvieron más rápidas y fuertes, inmediatamente Tae sintió como salía el semen de su miembro salpicando a ambos, aún así Jungkook no se detuvo, siguió arremetiendo contra la entrada del menor hasta que llegó a su propio placer brindándole a Tae su segundo orgasmo.
Las piernas del castaño temblaban.
Pensó por un momento la locura que acababa de cometer ¿Valía la pena morir por ese pequeño y extraordinario momento? Si, valía cada maldito segundo. Porque si para el mundo aquél acto era "enfermo", él se declaraba la persona más enferma del mundo, porque estaba dispuesto a tomar de la mano a Jeon Jungkook y recibir la muerte por él, con tal que aquél momento entre ellos no fuera solamente algo efímero.
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