El pequeño Mackenzie Bucket era un niño que 10 años así estaba pronto a cumplir los 11 años, el era un "Border Collins" de pelaje negro y blanco, el vivía con su familia, la cual se confromana de su madre y sus dos cuatro abuelos, tanto maternos como paternos.

Y que hay del padre de nuestro protagonista? El señor Bucket?

Para desgracia de la familia el padre de Mackenzie había fallecido hace un año, esto es debido a que fue víctima de una horrible pulmonía que no tuvo piedad con el pobre de hombre y para desgracia de la familia, está no contaba con el dinero suficiente para poder atender al pobre hombre, quien pereció ante la enfermedad.

De hecho, la familia de Mackenzie apenas tenía el dinero suficiente para comer y todos vivían en una pequeña casa, a la cual le hacían falta bastantes cosas.

La casa era de tan solo dos pisos, el de abajo en donde estaba la cocina, el intento de "sala" y la única cama la cual era ocupada por los cuatro abuelos de la familia, de los cuales no se habían podido mover en años por la gran fatiga que estos sentían.

En ese mismo piso también dormía su madre, en un pequeño colchón viejo que solía poner en la cocina.

El segundo piso era tan solo la habitación de Mackenzie y ustedes podrían pensar, ¿Eso no es tan malo verdad? Tiene su propio cuarto.

Y era cierto, pero para su mala suerte su "cuarto" era bastante pequeño, el apenas tenía una pequeña cama el la cual dormía, junto con un par de mantas que lo ayudaban a cubrirse del frío, además de una ventana que daja para la ciudad que el vivía.

Aquella ventana por simple coincidencia daba justo para aquella gran fábrica de chocolates, la fábrica de chocolates del famoso Willy Wonka, un hombre que estaba rodeado de misterios, pues nadie lo había visto en durante muchos años.

Mackenzie siempre había deseado ver cómo era aquella fábrica, que había dentro de ella como para que el señor Wonka no dejará que nadie entrara de ella.

Cuando Mackenzie salía a trabajar repartiendo el periódico por toda la ciudad para poder ayudar a su familia este solía pasar justo enfrente de la fábrica, a un que no pudiera entrar el gustaba de verla y admirarla, a la vez de que este se deleitaba del maravilloso olor a chocolate que salía de la misma fábrica.

Y esa misma rutina es la que el siempre seguía.

Cómo era de costumbre, Mackenzie salió de su colegio y este salió a repartir el periódico como era de costumbre, para suerte de el por fin ees día de paga, lo que significa que podía comprar las cosas para la comida de esta semana a la vez de la cena que ese día comería.

El pequeño Mackenzie se quedó como de costumbre viendo aquella fábrica y disfrutando del olor, cuando de casualidad se quedó viendo a una de las ventanas que está tenía, una ventana que se ecnobtaha en lo que parecía ser una gran torre.

Mackenzie logro apreciar lo que parecía ser una sombra de el, parecía que lo estaba viendo, pero apenas el Border Collins se dio cuenta de eso, esa misma sombra se aparto de la ventana.

Mackenzie se quedó confundído unos segundos y tallo sus ojos para asegurarse de que eso que acababa de ver no fuera una ilusión.

Mackenzie: Debo de esta cansado... Lo mejor sería que regrese a casa, mi familia se preocupara por mi, pero antes debo de pasar las cosas que me encargaron.

Mackenzie emprendió su camino en dirección a su hogar, a si dejando atrás aquella misteriosa fabrica.

Después de unos minutos de caminar atravez de las calles y casas las cuales estaban cubiertas de nieve, este llegó a aquella tienda a la cual el considera de confianza.

Y esa era la tienda de la familia "Heeler ' era una tienda de abarrotes de la cual se vendía de todo, está tienda era un negocio familiar el cual era atendida por el padre de familia, Bandit Heeler y su esposa Chilli Heeler, ambos tenían dos hijas, una niña menor llamada Bingo, y la mayor de nombre Bluey quien era la mejor amiga de Mackenzie, ya que ambos se conocían desde primer grado en la escuela primaria.

Mackenzie abrió la puerta de la dichosa tienda y de manera inmediata sonó una pequeña campanita la cual avisaba que había entrado un cliente.

El Border Collins se acercó al mostrador, en donde se dio cuenta de que la estaba ahí era su amiga Bluey.

Mackenzie: Hola Bluey? Y tu padre?

Bluey: He? Ha! Hola Mackenzie! Lo de siempre?

Saludo Bluey con alegría a su amigo, ya sabiendo lo que esté pediría.

Mackenzie: Jejeje ya me conoces, dame 1 lechuga y 3 zanahorias por favor.

Bluey: A la orden!

Bluey comenzó a poner todo lo que Mackenzie le había pedido en una gran bolsa de papel, pero a la vez está le agrego algo extraña al Border Collins.

Bluey: Aquí Tienes! Son 2 dólares!

Bluey le entrego sus cosas a Mackenzie y este le entrego el dinero correspondiente.

Bluey: Por cierto, te agregue algo extra ahí.

Sosurro Bluey a su amigo para después darle una sonrisa.

Mackenzie: He? Bluey... Sabes que no me gusta que hagas eso, no me parece correcto, y si tu padre se da cuenta y te regaña? Además, siento que me estoy aprovechando de tu generosidad.

Dijo Mackenzie algo apenado.

Bluey tenía la costumbre de que cada vez que Mackenzie fuera a su tienda está le solía agregar algo "extra" a su compra, Bluey era completamente consciente de la situación de su amigo y no veía justo que alguien tan noble como el pasará por todo lo que había pasado, puede que lo que hiciera no fuera mucho, pero al menos era una pequeña ayuda para su amigo y su familia.

Bluey: Para nada, todo bien, no creo que papá se ponga a contar lo panes, además, no se ha dado cuenta en todo este tiempo jejeje.

Mackenzie: Gracias... En verdad prometo que un día de estos te pagaré por todo lo que has hecho por mi...

Dijo Mackenzie con una sonrisa a su amiga.

Bluey: No hay de que, ahora ve a casa y vete con cuidado que está haciendo bastante frío ahí afuera, me saludas a tu familia.

Mackenzie: Muchas gracias, nos vemos en la escuela, hasta luego y gracias por todo!

Mackenzie se despidió de su amiga y salió de la tienda para emprender hacia su casa, en donde su familia lo estaban esperando.

Después de unos minutos de caminata finalmente Mackenzie había llevo a su hogar, entro a aquella vieja y gastada casa en donde fue recibido por toda su familia.

Los cuatro ancianos que estaban postrados en aquella cama saludaron con mucha alegría a su nieto, al igual que la madre de aquel niño se alegro de ver a su hijo.

M. De Mackenzie: Hijo mío! Por fin llegaste!

Dijo la madre a su hijo mientras lo abrazaba y después darle un beso en la frente.

M. De Mackenzie: Como te fue hijo? Todo bien? Trajiste lo que te pedí?

Mackenzie: Claro que sí mamá! Aquí tienes!

Diji Mackenzie que le entrego la bola de papel a su madre, para después pasar a saludar a cada uno de sus abuelos, dándole a cada uno un beso en la mejilla.

Mientras tanto la madre de Mackenzie dejo la bolsa sobre la mesa y comenzó a sacar las cosas de ellas, pero se dio cuenta de que había algo más y se trataba de una muy grande barra de pan, la cual tomo y saco de la bolsa bastante confundida, pues ella no le había encergaod eso a Mackenzie.

M. De Mackenzie: Hijo, de dónde sacaste esto? Yo no te lo encargué.

Mackenzie: Hou! Bueno... Verás, hoy me dieron una propina a si que decidí usar ese dinero para comprar esa barra de pan, estoy seguro que nos alcanza para toda la semana! Jeje...

Dijo Mackenzie un poco nervioso y mintiéndole a su madre, y eso era algo que a él no le gustaba hacer, siempre que Bluey le agregaba algo "extra" Mackenzie siempre se escudaba en que había recibí alguna propina o algo por el estilo.

M. De Mackenzie: Hou... Muchas gracias hijo.

Dijo dándole una sonrisa a su hijo.

Mackenzie: Por cierto, toma.

Mackenzie saco de su bolsillo la locas monedas que recibía de paga y se las dio a su madre.

Mackenzie: También gracias por esto hijo, cada centavo cuenta, ahora ve con tus abuelos en lo que preparo la cena para todos ok?

Mackenzie: Claro mamá!

Mackenzie hizo caso a su madre y la dejo en la cocina para que está hiciera la cena, al joven perro le gustaba pasar el tiempo con sus abuelos, puede que fueran ancianos (muy ancianos) pero siempre tenían buenas historias que contar, en especial su abuelo Joe.

Mackenzie: Abuelo! Abuelo! Tengo algo que contarte!

Dijo Mackenzie con bastante emocionado a su abuelo.

Abuelo Joe: Ho! Mi querido Mackenzie, dime que viste ahora?

Mackenzie: Bueno, ahorita pase por la fábrica de chocolates de Willy Wonka y de las pocas ventanas que tenía, logro ver algo!

Abuelo Joe: Ho! Y que vistes mi querido Mackenzie?

Mackenzie: Mira, la verdad no sé si sea mi imaginación o si fue real lo que vi, pero en esa ventana había una sombra! Pero nunca hemos visto a alguien dentro de esa fábrica, ahora que lo pienso... Quien trabaja en ella abuelo?

Pregunto Mackenzie tan integrante que todo el mundo se hacia.

Abuelo Jorge: Nadie lo sabe Mackenzie, nadie lo sabe, lo único que sale de aquella fábrica son los dulces y nada más!

Recalcó el abuelo Jorge lo último, aumentando más la curiosidad de Mackenzie sobre la fábrica del señor Wonka.

Abuelo Joe: Ho! Hablando de dulces, el señor Wonka sin duda era un genio! Logro hacer unos dulces tan fantásticos que nadie en el mundo podría imaginar, sabías que logro hacer un helado de chocolate que no se derretía nunca?! Podías dejarlo bajo el solo durante horas en un día de verano y jamás se derreteria!

Mackenzie: QUE?! Eso es imposible!

Dijo Mackenzie sorprendido y algo incrédulo tras lo dicho por su abuelo.

Abuelo Joe: Lo es! Es imposible! Pero el señor Willy Wonka lo logro! Y vaya que lo logro! Y no solo eso, también logro hacer una flores con pétalos de chocolates! Ho! Y también un chicle que nunca se le acababa el sabor y con el que podías hacer "bombas" tan grandes como una una pelota de playa!

Mackenzie: Eso es asombroso! Eso quiere decir que si logrará hacer una gran "bomba" de chicle podría volar con ella?!

Abuelo Joe: Ho jejeje todo es posible en esta vida Mackenzie, todo es posible...

Abuela Josephine: Pero hay algo que tienes que saber Mackenzie y espero que te quede claro, "Del éxito surge la envidia".

El sorpresivo comentario dicho por abuela dejo confundió al pequeño Mackenzie, quien no dudo en preguntarle sobre aque se refería.

Abuelo Joe: Hubo una época muy oscura para el señor Wonka, cuando los demás fabricantes de dulces se dieron cuenta del éxito de Willy Wonka, estos se sintieron muy celoso de el y de sus creaciones, pero nadie como ese perro sarnoso de Slugworth! El fue el más descarado, el mando espías a la fábrica del señor Wonka para poder robar sus recetas!

Mackenzie: Espías? Robar sus recetas secretas? Eso es sumamente ruin!

Exclamó Mackenzie con un tono de indignación.

Abuelo Joe: Y vaya que lo es Mackenzie! Vaya que lo es... Después del robo a sus recetas secretas Willy Wonka cerro su fábrica, pues en sus propias palabras, el se sintió traicionado por todo el mundo, a un que un día de la nada empezó a salir humo de esas gigantescas chimeneas de la fábrica, y a si el mundo otra vez pudo disfrutar de los maravillosos dulces del señor Wonka!

Abuela Georgina: Mejor cuéntale la historia de aquel loco prinpe indio, esa le encantará!

Mackenzie: Príncipe? Quiero saber la historia abuelo!

Abuelo Joe: Ok ok te la contaré!

Dijo con emoción el abuelo Joe a su nieto.

"La Historia Del Príncipe Pondicherry"

Abuelo Joe: Aquel loco príncipe indio era todo un lío en su vida, y en verdad parecía estar loco! Un día le solicito un palacio hecho completamente de chocolate!

Mackenzie: Que? Eso es imposible!!

Abuelo Joe: Recuerda que para Wonka nada es imposible y el lo hizo! Los ladrillos del palacio estabam hechos de chocolate con leche, las estatuas de este mismo estaban hechos de chocolate amargo y el cemento era chocolate blanco de la mejor calidad!

Mackenzie estaba al borde de la cama y prestando atención a la historia de su abuelo, que cada vez se ponia mas interesante para el pequeño.

Mackenzie: Y que paso después abuelo? Que paso!

Pregunto Mackenzie bastante impaciente.

Abuelo: Paciencia mi querido niño, paciencia, bueno, el señor Wonka termino el palacio para el príncipe Pondicherry, pero el señor Wonka le advirtió y le dijo que "Será mejor que se lo coma, no durará mucho tiempo", pero aquel loco príncipe no hizo caso al señor Wonka, quien al final siempre tuvo toda la razón y en un día donde hubo un solo abrazador el palacio de aquel príncipe se empezó a derretir por completo! Jejeje me imagino el restro de el, al ver que su tan preciado Palacio termino siendo un lago de chocolate jejeje.

Mackenzie: Es verdad! Esa historia es verdad!?

Abuela Georgina: Ho! Vaya que lo es! Es completamente real!

Abuelo George: Y a nosotros nos consta!

En ese momento la madre de Mackenzie entro a la habitación de los abuelos y aviso que la cena ya estaba lista, pendiendole a su hijo que lo ayudara a servirla, a lo que esté accedió felizmente.

Después de que toda la familia Bucket terminará de cenar la sopa de verduras que la madre de la familia, todos se estaban preparando para dormir.

Mackenzie le dio un beso de buenas noches en la mejilla a sus 4 abuelos para después irse el a su cuarto y ser arropado por su madre, quien se también le dio un beso de buenas noches.

Mientras tanto en la noche...

En aquella pequeña pero a la vez gran ciudad, un gran reloj marcaba las 12 de la noche, dándola la hora de inicio para que unos trabajadores salieran a hacer su trabó esa noche.

Varias motocicletas de color rojo y con la letra "W" marcada en ellas y comenzaron a conducir por toda la ciudad, pegando carteles en casa poste, cada pared, casa ventana y rodó aquel lugar en donde sea posible pegar aquellos carteles, y lo que aquellos carteles decían era algo que cuando fueran leídos sería un furor total.

"Queridos habitantes del mundo, Mi nombre es Willy Wonka y he decidido permitir que 5 niños visten mi fábrica este año, y además, uno de estos niños recibirá un premio muy especial, más allá de lo imaginable, para poder tener el honor de visitar mi fábrica, deben de ser uno de los afortunados que logré encontrar uno de los 5 boletos dorados que estan ocultos en 5 de mis barras de chocolate, de cualquiera tipo, les deseo suerte a todos mundo"

Atte: Willy Wonka.

Continuará...