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"La Esperanza Muere Al Último" CAP 3

En algún lugar de Rusia.

En Rusia existía desde ya hace algunos años una fábrica la cual se dedicaba al manajo y distribución de frutos secos, en especial del maní o cacahuate, y era la especialidad de la casa.

Los dueños de tan grande imperio de maní eran el Sr Salt y la Sra Salt, una pareja de perros "caniches" que vivían en la fría y helada Rusia, ellos eran padre de 8 hijos, caniches igual que ellos, pero una de ellas destacaba entre los demás, y esa era "Coco Salt".

Coco era una caniche de color rosado, su pelaje la hacía parejer un dulce algodón de azúcar, pero está niña malcriada no tenía nada dulce en su ser...

Coco era la menor y única niña de la familia, lo cual hizo que sus padres, pero el especial su padre, tuvieran un favoritismo hacia ella.

La caniche de palaje rosado crecio en cuna de oro, nunca se le negaba nada, si quería algo, lo tenía si o si, todo cumplido por sus padres y hermanos, a un que estos últimos admitían que destestaban a su hermana por su personalidad tan caprichosa y malcriada, y solo cumplían sus caprichos con el fin de no ser molestados por está.

A Coco no se le podía negar nada en esta vida, en caso de hacerlo, está no temia en gritar, golpear, lloriquear o hacer un berrinche de niveles colosales con el único fin de tener lo que pedía, por más estúpido, irreal o ilógico fue aquello que pedía.

Pero los deseos de Coco jamás se acabarían y estos comenzaron aún más cuando el señor Willy Wonka anuncio sobre los 5 boletos dorados dorados, Coco no dudo ni un segundo en exigirle uno de los boletos dorados, su padre al principio su padre dudo un poco sobre la petición de su hija, pero después de que está se lo exigiera e hiciera un berrinche como ninguna, este acepto por completo.

El Sr Salt compró todas las barras de chocolate Wonka que pudo comprar y le ordenó a sus empleadas, las cuales estás eran más de 200 que ahora en adelante dejarán de pelar nueces y cacahuates, para ponerse a desenvolver todas las barras de chocolate de pudieran.

Y a si fue como la búsqueda por el boleto dorado del señor Salt para su hija Coco comenzó... Sin mucho éxito para ser sinceros.

Durante las últimas dos semanas no hubo éxito alguno en poder encontrar el boleto y para el colmo el primero ya había sido encontrado, lo que hizo que la furia de la pequeña Coco 11 años se aumentará cada día más.

Los padres de la mocosa malcriada se encontraban los tres en la oficina de la fábrica de su padre, en donde su padre solo podía observar con desesperación a sus trabajadoras desenvolviendo barras de chocolate, pero sin rastro del boleto dorado.

Coco: Donde está mi Boleto Dorado!!?? QUIERO MI BOLETO DORADO!!!!!!!!

Grito Coco a su padre integras daba fuertes golpes con sus pies al suelo y mostraba sus dientes, una clara señal de enojo y molestia.

Sr. Salt: Cariño, mi vida... Llevo buscando ese boleto duramte dos semanas, dame más tiempo!

Dijo en un tono de súplica hacia su hija, con el único fin de calmarla, resultando fallido en ese objetivo.

Coco: PROMETISTE QUE TENDRIA MI BOLETO DORADO! QUIERO MI BOLETO DORADO! LO QUIERO!!

Dijo Coco gritándole con bastante furia al rostro de su padre, mientras que su madre solo veia a estos dos con una mirada de indiferencia, mientras tomaba su bebida.

Sr. Salt: Querida! Por favor! Las trabajadoras han estado trabando todos los día para poder conseguir el boleto, pero aparte de las hay más de un millón de personas buscando esos boletos, no soy mago!

Coco simplemente empujó con enojó a su padre y se sentó en la silla de escritorio que esté tenía en su oficina y de una manera drástica cambio su rostro de irá a uno de tristeza, una técnica que claramente estaba usando para manipular al pobre hombre, pero que esté ni en mil años se daría cuenta.

Coco: Esas tontas no quieren encontrarlo, están celosas de mi...

Dijo Coco fingiendo un tono de tristeza y haciendo "ojitos de chamorro".

Sr. Salt: Ya se! Tengo una idea!

El señor Salt abrió la ventana que estaba en su oficina y como a decirles algo a todas sus empleadas.

Sr. Salt: ESCUCHEN CHICAS! AHORA TRABAJARÁN DE NOCHE! Y A LA QUE ENCUENTRE EL BOLETO DORADO LE DARE UN OAGO EXTRA EN SU PRÓXIMO PAGO Y UN JUEGO DE BISUTERIA FINA! QUE DICEN?

Un rotundo "NO!" Por parte de todas las trabajadoras frustradas fue lo que se escuchó en toda la fábrica, era mas que claro que ellas ya no querían estar ahí, y más teniendo que estar aguantando a la odiosa hija de su jefe.

Sr. Salt: Espero que con eso esten más motivadas je...

Sra. Salt: Huy si! Se notaban lo motivadas que estaban!

Dijo la señora Salt se manera sarcástica.

Coco: Mas vale que lo encuentren! Si no! No iré a la escuela hasta que me lo des!

Sr. Salt: Hay por favor! Eso sí que no! Apuesto que ya pronto saldrá! Desenvuelven más de 1000 barras Wonka por hora! En una de ellas debe de estar el boleto!

Sra. Salt: Quien lo diría, ese chico gordo de "Jack Gloop" encontraría un boleto dorado antes que tu cariño.

Dijo la señora Salt, refiriéndose a su esposo.

Coco: Nunca me das lo que quiero! Eres el peor de los padres del mundo!

Dijo Coco con bastante enojo y haciendo una rabieta, en donde tomo los papeles que estaban en el escritorio de su padre y los lanzo por toda la oficina.

Coco: Yo quería ser la primera! Y ya no podré!!!

Reprochó Coco a su padre.

Sr. Salt: Angelito, por favor! Solo quedan 4 boletos en el mundo, pero te prometo que encontrare uno para ti y solo para ti!

Y casi como si se tratara de una jugada del destino, una de las trabajadoras entro sin pensarlo a la oficina del señor Salt, dándole las "buenas noticias".

Trabajadora: Una de las chicas lo encontró! Venga!

Coco: Ya era hora

Coco y el señor Salt salieron rápidamente de la oficina y fueron hacia el área de trabajo de las empleadas, en donde una de ellas tenía el tan condiciado Boleto Dorado en sus manos, Coco se dirigió rápidamente hacia la empelada y le arrebato el boleto dorado de sus manos.

Coco: Por fin es mío!!!!!

Dijo Coco con un tono de victoria y superioridad mientras alzaba el boleto dorado.

Sr. Salt: Por fin... Llamaré a mis contactos de la prensa para poder hacer esto noticia!

Coco: Papi!

Sr. Salt: Si, cariño?

Coco: Ahora quiero que me compres Corea del Norte!

Dijo con una sonrisa Coco a su padre.

Sr. Salt: QUE!?

Mientras tanto...

Nuestro querido Mackenzie se encontraba en su casa con sus cuatro abuelos viendo la televisión con estos mismos, a un que a decir verdad, ni el mi su familia realmente eran personas de ver televisión, solo viéndola debes en cuando.

Mackenzie gustaban de ver las típicas caricaturas que solía pasar en los mismo canales públicos y una que otra película que solían pasar por ahí, mientras tanto sus abuelos solo veían las noticias, con excepción de su abuela Georgina, que gustaba de ver telenovelas.

Pero Mackenzie tenía un programas favorito, el cual era uno que curiosamente los daban justo antes de las noticias del día.

Este programa se llamaba "Inventos extrañamente imaginarios" el cual era dirigido por un viejo "Red Heeler" de nombre Morth, pese a ser alguien mayor, era muy alegre y divertido, siempre mostrandose emocionado e ilusionado cada que vaia algún invento nuevo, como si se tratara de un niño a un con ilusión del mundo.

Al pequeño Mackenzie le impresionaban mucho los inventos que se mostraban ahí, a un que había algunos que eran bastante... Peculiares, como una cama que te rascaba los pies cuando tenías comenzon, una estufa que aparte de servir para cocinar, también servía como una secadora de ropa, sin duda la gente que hacía esos inventos eran de más imaginativas.

En el programa que ahora estaba viendo el joven Mackenzie era especial, pues entre tantos inventos ahora habían mostrado uno nuevo, el cual había sido inventado por un perro que parecía ser en parte Red Heeler y parte blue Heeler, como su amiga Bluey, este respondía al nombre de "Radley" a un que gustaba de que lo llamarán solo "Rad", este inventó era una "Super-computadora" la cual según el, podía descifrar la ubicación del siguiente boleto dorado, obviamente un inventó a si en estos momentos sin duda era muy impresionante.

Morth: A ver jovencito, puedes decirle cómo funciona tu aparato?

Pregunto el viejo perro del programa, mirando de manera detenida aquel gran aparato y como este casi abarcaba todo el estudio de grabación.

Rad: Vera! Inventé está computadora con el único fin de que nos diga la ubicación exacta de los 4 boletos dorados restantes, usando uso de complejos algoritmos, observen!

El orgullo Rad preciono el botón de su gran computadora, montón de sonidos cibernéticos salieron de la máquina y pasaron unos cuantos segundos hasta que la computadora dio resultado.

De la gran máquina salía de poco a poco una hoja de papel que al parecer se estaba imprimiendo, hasta que por fin salió completa, a lo que Rad tomo.

Rad: Muy bien! Ahora veamos que dice.

Rad tomo la hoja y la comenzó a leer.

Rad: La máquina dice lo siguiente, "Lo lamento mucho, pero no puedo revelar la ubicación de los Boletos Dorados, en caso de hacerlo, eso sería hacer trampa y no sería un concurso justo"... Jejeje...

Rad soltó una pequeña risita algo nerviosos al leer el resultado que le había arrojado su máquina.

Morth: Tu inventó es genial! Pero hasta la máquina sabe que eso es hacer trampa, jejejeje.

Dijo juguetonamente Morth hacia Rad.

Por su parte Rad solo hizo bola aquella hoja de papel y la lanzo hacia un lado, sin embargo, el estaba decidido en demostrar que si inventó podía dar con la ubicación exacta de los próximos boletos Dorados.

Rad: Muy bien! Ahora sí, le hablaré sobre el gran premio de Wonka para que la computadora se convenza y a si nos dará la ubicación de los boletos! Ya verán!

Dijo Rad Muy decidido mientras que esté comenzó a teclear varias cosas en su máquina, para después volver a presionar el botón, la máquina volvió a hacer esos ruidos raros, que a decir verdad, solo dejaban confundido a Mackenzie, pero en fin, la máquina volvió a sacar una hoja de papel de poco a poco hasta que por fin salió por completo y Rad la tomo para ver el resultado.

Rad: Muy bien! Ahora sí! Dice lo siguiente, "¿Y para que una máquina quedria tanto Chocolate? No puedo comerlo ".

Morth solo se rió entre dientes por la respuesta de la supuesta computadora, era lógico, que clase de máquina comería tanto chocolate.

Rad: Hay!!! Estúpida máquina!!

Dijo Rad bastante frustrado al ver que su mismo invento lo estaba dejando en ridículo, en acto de enojo este le soltó una patada al gran armatoste, algo que no fue muy buena idea a decir verdad, haciendo que este se lastimara el pie.

Morth: Hay! Estás bien hijo?

Rad: No... No lo estoy...

Mackenzie no pudo evitar reírse al ver la reacción de ese perro, si bien a el le enseñaron a no burlarse del dolor ajeno, el tenía que admitir que ese perro se lo había ganado al actuar tan errático.

En ese momento, entro en esa quien parecía ser la esposa del perro inventor de Rad.

Frisky: Hay cariño! Estás bien?

Rad: No... No estoy bien...

Dijo mientras pequeñas lagrimas de dolor salían de sus ojos.

Frisky: Hou... Ten toma.

En eso Frisky saco de su bolso una paleta de caramelo y se la dio a su esposo, logrando que este se calmara.

Rad: Gracias...

Morth: Bueno, ve el lado bueno muchacho, tal vez tu inventó no resultó como esperabas, pero tienes una hermosa esposa que te cuida... A un que trata de caer ante la ira ok?

Rad: Ok... Lo trataré.

Morth: A un a si, muchas gracias por tu participación, tu inventó podría ser usado para otras cosas más útiles que buscará chocolate, a si que ve y hazlo más grande!

Rad y Frisky se retiraron de lugar despidiéndose del señor Morth, el cual este había concluido su programa, dándole las gracias a su público.

Mackenzie: Vaya... Quien diría que esa cosa tendría más cerebro que ese señor jajaja.

Dijo Mackenzie de forma burlona, a lo que sus abuelos también se rieron.

El programa por fin había acabado, dando ahora lugar a las noticias, y vaya noticia con la que comenzó.

Presentadora: Noticia de último momento, el segundo boleto sfosdo a sido encontrado! Repito, el segundo Boleto Dorado a sido encontrado! Pasamos con nuestro reportero.

Mackenzie y sus abuelos se quedaron sorprendidos por la noticia, haciendo que prestarán más atención a la televisión.

Moscú, Rusia.

Reportero: Muy buenas tardes a todos nuestros televidentes! Estamos hoy en la casa de la familia "Salt", una de las familias más ricas de todo el mundo, estamos en la capital de Rusia, Moscú y que frío hace aquí.

En la entrevista se podía ver qué estaban dentro de la gran y lujosa mansión "Salt", para ser exactos, en la gran sala de esta misma, Mackenzie pudo darse cuenta de que esa sala era mucho más grande que su humilde casa.

Ahí se podía ver a Coco sosteniendo el Boleto Dorado con una gran sonrisa (algo forzado) mientras que algunos reporteros le tomaban fotos, y a lado de ella estaban sus "orgullosos" padres, quien también sonreían ante las cámaras.

También se pudieron dar cuenta de que los hermanos de la caniche malcriada también estaban al fondo de la sala sentados en aquellos lujosos sillones, sin embargo, ellos tenían cara de que no querían estar ahí por ningún motivo, se les podía ver fastidiados a más no poder.

Reportero: Me podrías decir tu nombre pequeña?

Pregunto uno de los reporteros a Coco mientras le acercaba el micrófono.

Coco: Mi nombre es "Coco Salt" y deletreado sería "C-o-c-o", me siento muy feliz de a ver conseguido mi boleto dorado!

Sr. Salt: Cuando mi querida Coco me pidió uno de esos boletos no podía negarme, acaso ustedes lo harían con esta princesita?

Y vaya que se podría decir que la caniche Coco si parecía una princesa, al menos de manera superficial...

La caniche de pelaje rosado tenía puesto un vestido de color morado, el cual parecía ser un "tutú" para el ballet, junto con una tiara de "princesa" llena completamente de diamantes, cualquiera que la viera necesitaría unas buenas gafas de sol por los brillante que era.

Coco: Soy la princesa del ballet! Me encanta el ballet!

Dijo Coco mientras hacia una postura de bailarina.

Sr. Salt: Bueno, el caso es que cuando ella me pidio uno de los boletos, compré todas las cajas de chocolate Wonka que había en este gran país, mi único objetivo era encontrar ese boleto!

Dijo con orgullo el señor Salt, como si se tratara uno de los mayores logros de su vida.

Reportero: Espere! Eso quiere decir que usted fue el causante de las escases de barras Wonka de este país?!

Sr. Salt: Jeje bueno, quien sabe, pero por los hijos todos hacemos cualquier cosa, el caso es que le dije a mis empleadas que ahora en adelante se dedicarían solo a desenvolver barras de chocolate Wonka, las nueces, cacahuates y frutos secos podían esperar, el caso es que a si fue Durante algunas semanas y mi querida nena cada día mas se ponía peor, no me gusta ver sufrir a la pobre de mi niña...

Reportero: Si... De seguro es una "pobre niña".

Dijo el reportero algo antipático tras lo dicho por el señor Salt.

Sr. Salt: El caso es que pasaron semanas y no teníamos nada, pero por suerte, una de mis empleadas logro encontrar el tan preciado boleto y claramente tenía aua recompensarla de la mejor manera!

Reportero: Ho! Y como fue eso?

Pregunto bastante intregado el reportero.

Sr. Salt: En su próximo pago le aumente un 1% de su sueldo y deje que se quedará con la barra Wonka de dónde saco el boleto, todo para ella y sus tres hijos!

El reportero solo puso una cara de molestia tras lo dicho por el señor Salt, no podía creer que alguien que casi se bañaba en dinero fuera al mismo tiempo bastante tacaño.

Reportero: Vaya... Que "recompensa"...

Dijo con un tono sarcástico en su voz, algo que al parecer el señor Salt no noto.

Por su parte, los abuelos de Mackenzie solo miraban con desprecio total al ver una niña tal malcriada, y su padre que solopaba sus caprichos.

Abuela Josephine: Es una niña desagradable.

Abuelo George: Ella es peor que el muchacho obeso! Sin duda es peor!

Mackenzie: No creo que sea justo, le ayudaron a encontrarlo.

Dijo Mackenzie ligeramente molesto.

Abuelo Joe: Tranquilo mi pequeño Mackenzie, su padre piensa que está haciendo lo correcto, pero nada bueno traerá si sigue malcriando a su hija de esa forma.

Abuela Georgina: Es como un "huevo podrido".

Abuelo George: Mejor apaguemos eso!

Dijo molesta el abuelo George mientras tomaba el control remoto y apagaba la televisión.

En eso su madre se acercó a él y lo abrazo, esta vez era una ocasión especial, pues era cumpleaños de Mackenzie.

Todos sus abuelos gritaron "Feliz cumpleaños", algo que alegro como nunca a Mackenzie que cumplía 11 años de edad.

M. De Mackenzie: Ten hijo, este regalo es parte de mi, tu abuela Georgina y tu abuela Josephine.

Su madre le dio una pequeña cajita de cartón a su hijo la cual estaba envuelta con papel de periódico, Mackenzie agradecio a su madre y a sus dos abuelos y comenzó a abrirla.

Una vez roto el papel Mackenzie abrió la caja y de ahí saco una larga bufanda de color rojo.

Mackenzie: Muxjas gracias! Me encanta!

Dijo Mackenzie con mucha alegríaz para después ponérsela alrededor.

Mackenzie: Como se me ve?

M. De Mackenzie: Se te ve hermosa cariño, la hicimos tus abuela y yo, me alegra que te haya gustado!

Dijo dándole una feliz sonrisa a su hijo.

Abuelo Joe: Ho! Nosotros también te tenemos un regaló! Tu abuelo George y yo, cooperamos para dártelo.

El abuelo Joe saco debajo de las sábanas otro regalo para Mackenzie, el cual tambien estaba envuelto en papel de periódico como si fuera papel de regalo.

Abuelo Joe: Anda, ábrelo Mackenzie! Se que te encantará!

Mackenzie hizo caso a su abuelo y rompió el papel que envolvía aquel obsequio, el cual era nada más y nada menos que una barra de chocolate Wonka, era de leche y chocolate, la original y la favorita del Border Collins.

Mackenzie: Un Wonka! Gracias abuelos!

Mackenzie abrazo a sus dos abuelos y les agradeció con mucho cariño por el regalo.

El joven Border Collins se volvió a sentar en la orilla de la cama de sus abuelos y se quedó viendo aquel chocolate con una sonrisa y una mirada de ilusión con brillo en sus ojos.

Abuelo Joe: Anda Mackenzie, es tu oportunidad...

Dijo el abuelo alentando a su nieto a abrir su chocolate, era su oportunidad de por fin tener uno de los tan codiciados boletos dorados.

M. De Mackenzie: Solo recuerda algo hijo, pase lo que pase, tienes el chocolate.

Mackenzie: Lo se... Y pase lo que pase, yo siempre estaré agradecido con ustedes.

Dijo Mackenzie mirando a su madre con una sonrisa, una sonrisa que reflejaba inocencia.

El Border Collins de manera lenta, comenzó a quitar la primera envoltura al chocolate, una envoltura de un color rojo un poco opaco y con la palabra "Wonka" en letras de color dorado, finalmente cuando la quitó solo quedó el papel aluminio que protegía el chocolate, lentamente Mackenzie lo comenzó a quitar, pero los nervios comenzaron a ganarle, a si que cerro los ojos.

Una vez ya había despegado las orillas del papel aluminio, Mackenzie se había preparado para finalmente quitarle la envoltura por completo al chocolate, sin embargo, ahí había...

Nada...

Solo una dulce barra de chocolate de la marca Wonka.

Abuelo Joe: Vaya... Será para la próxima...

Dijo el abuelo Joe algo decepcionado, sin embargo Mackenzie solo sonrió y apesta de el tambine sentirse decepcionado, no dejaría que esto le quitará sus ánimos en su cumpleaños.

Mackenzie: No pasa nada Abuelo, mejor a un, les daré de mi chocolate.

Abuelo: Ho no, claro que no Mackenzie, es tu regalo, disfrútalo.

Todos los ancianos en la cama se negaron por completo el aceptar el chocolate de su nieto.

Mackenzie: Es mi chocolate, y quiero hacerlo, les daré.

Mackenzie comenzó a partir el chiste en partes iguales, dándole primero a su madre y después a sus abuelos, a si todos disfrutando de la barra de chocolate Wonka de Mackenzie.

Sin embargo, el momento fue interrumpido cuando alguien tocó la puerta, la madre de la familia se acercó a ver de quién se trataba y se trataba de un cartero, el cual traía un regalo para el joven Mackenzie, su madre lo recibió y se lo entrego a su hijo.

Mackenzie: Otro regalo? De quien es?

Pregunto dudo el Border Collins al ver que esté regalo estaba envuelto en papel de color azul brilloso y encima tenía un moño de color dorado.

Abuelo Joe: No es de ninguno de nosotros Mackenzie, pero veo que tiene una nota, leela.

Mackenzie tomo la nota y la leyó, dándose cuenta de quién se trataba.

Mackenzie: Es de Bluey! Mi mejor amiga!

M. De Mackenzie: No! Mi lindo Mackenzie todo un galán! Jejeje.

Dijo su madre de manera burlona mientras se reía, a lo que Mackenzie solo se puso apenado.

Mackenzie: Mamá!!

Abuelo Joe: Jejeje no pasa nada Mackenzie, anda, abre tu regalo.

Mackenzie quitó el moño y después quitó todo el papel de regalo, dejando ver qué se trataba de una caja, quitó la tapa de la caja, sacando aquello que había dentro.

Mackenzie: Unos guantes de color azul! Y están tejidos!

Mackenzie se los puso en sus manos y sin duda eran bastante cálidos y cómodos.

Mackenzie: Miren! Tengo guantes nuevos! Los que tenía estaban rotos jejeje.

Mackenzie se dio cuenta de que dentro de la caja tambine había una nota, la cual saco y la leyó.

"Querido Mackenzie, lamento no estar contigo en tu cumpleaños, tuve que salir con mi familia, sin embargo, mi madre me enseñó a tejer y decidí hacerte estos guantes, los teji yo misma, bueno, mi hermanita Bingo me ayudo un poco jejeje, espero que los disfrutes mucho, cuando vuelva a casa te daré un gran abrazo, por cierto, recuerda algo...

No importa el chocolate, si no que con quién lo compartas...

Can cariño, Bluey.

Continuará...

















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