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"El Cartel Chocolatero" CAP 5

Los días siguieron siendo un poco difíciles para la familia de Mackenzie Bucket, el frío seguía igual de intenso y Mackenzie seguía con sus dos trabajos.

Calypso al ver que la situación de Mackenzie se había puesto mucho más difícil, decidió darle un poco mas de dinero extra por su trabajo de repartir periódico, tampoco es como que la pobre de Calypso podía hacer mucho por el pequeño, a un que ella misma quisiera hacer más para ayudar al pobre Mackenzie.

Para la madre del pequeño Border Collins era completamente doloroso ver a su hijo pasar por esto, el pobre después de salir del colegio se la pasaba trabajando, incluso el mismo llegaba muchas veces tarde, el siempre llegaba a casa antes de que cayera la noche, pero ahora eso ya no le importaba, si tenía que llegar tarde a casa con el cielo estallado encima de el, lo haría con el fin de ayudar a su familia.

Por su parte Bluey seguía apoyándo a su amigo en lo que le fuera posible, siempre dándole algo extra sin cobrarle nada, sin embargo, la azulada notaba que su amigo había cambiado, su pelaje cada vez se veía mucho más opaco, no tenía su brillo característico, se le veía bastante deprimido y cansado a causa del tanto trabajo que esté tenía que hacer, además de que su rendimiento escolar ya no era el mismo, pues se le vaia bastante distraído.

Incluso, antes en la hora del recreo Mackenzie solía siempre jugar con Bluey, pero ahora no hacía ni eso... Simplemente se sentaba en una de las bancas del patio a observar a los demás niños divirtiéndose en la nieve, lanzado bolas de nieves, angeles y muñecos, pero ahora Mackenzie no tenía tiempo para eso, no podía gastar energías en algo tan mundano como el jugar.

Y era lo que justo ahora están haciendo el pequeño Border Collins...

A Bluey no le gustaba ver a su amigo a de esa manera, a si que se acercó hacia donde estaba el.

Bluey: Mackenzie, estás bien?

Pregunto Bluey mientras se sentaba a lado de su amigo.

Mackenzie: He... Si, solo un poco cansado... Es todo.

Bluey: Entiendo...

La breve conversion de ambos niños fue interrumpido cuando el estómago del Border Collins empezó a rugir.

Bluey: Tienes hambre?

Pregunto Bluey bastante preocupada por su amigo.

Mackenzie: Estaré bien... Comeré después.

Bluey: Si quiera comistes?

Mackenzie: Solo un poco de sopa de zanahorias para el desayuno...

Dijo Mackenzie en un tono un poco deprimido.

La escasez de comida era algo que se hacía notar más en el hogar del Border Collins, haciendo que la sopa de verduras que comían todos los días ya no fuera suficiente para el pequeño Mackenzie, y su madre era conciente de esto.

Su madre y su abuelo Joe estaban dispuestos a renunciar a su comida con el fin de dársela a Mackenzie, al principio el Border Collins no se dio cuenta de que en sus comidas había pociones extras, pero apenas se dio cuenta de esto decidió dejarlas de lado.

Su madre a un recuerda como su hijo hizo de lado aquella rabanada de pan extra que está había dejado de lado, no si quiera la había tocado, ella ni Mackenzie dijeron nada, pero al Border Collins no se le hacía justo que su abuelo y madre se quedarán sin comer.

Para el colmo su madre ahora ya no estaba mucho tiempo con el...

Debido a la fuerte situación por la que pasaba la familia, su madre tomo la decisión de doblar turnos en su trabajo, lo cual si bien hacia que la cosa fuera un poco menos pesada con el tema del dinero, para su hijo no fue lo mejor, el adoraba pasar tiempo con su madre, después de la muerte de su padre, ella y sus abuelos eran lo único que le quedaba en esta vida, pero cuando su msdre no estaba sentía como si no estuviera ahí.

Bluey: Ten... Toma.

Bluey saco de su mochila un sándwich de pollo que le había hecho su madre y se lo dio a Mackenzie.

Mackenzie: Que es esto?

Pregunto Mackenzie mientras tomaba el sándwich.

Bluey: Es un sándwich de pollo, mi mamá los hace para mí, toma este, yo no tengo hambre.

Mackenzie: No lo veo justo... Es tuyo.

Bluey: Ahora es tuyo... Lo necesitas.

Dijo Bluey con una sonrisa a su amigo.

Mackenzie: Gracias...

Bluey: No hay de que.

Bluey se recostó en el hombro de su amigo y lo rodeo con su brazo con el fin de consolarlo.

Bluey: Todo va a estar bien Mackenzie... Vas a ver qué todo va a mejorar...

Mackenzie: Eso espero...

Bluey sw quedó a lado de su amigo durante todo el receso con el fin de consolarlo, no lo dejaría solo y más en su situación.

El día en la escuela paso como era de costumbre, Mackenzie fue de camino al puesto de la señorita Calypso para poder hacer su trabajo como repartidor de periódico, después de unos minutos por fin llegó.

Calypso: Ho! Hola muchacho, cómo estás?

Mackenzie: He estado mejor... Jeje.

Calypso: Hou... Bueno, está bien, seguro que quieras trabajar hoy? Puedes irte a casa si quieres, no pasa nada.

Mackenzie: Quisiera, pero necesito el dinero señorita Calypso, adamas, no puedo quedarle mal a usted y sus clientes.

Calypso: Está bien, aquí tienes.

Calypso tomo aquel gran fajo de periódicos que Mackenzie tenía que entregar y se lo dio, a lo que el pequeño lo tomo y lo guardo en su mochila, listo para poder entregarlo el día de hoy.

Mackenzie: Considere este trabajo hecho señoría Calypso!

Calypso: Vete con mucho cuidado ok?

Mackenzie: Claro! Bueno, me tengo que ir.

Mackenzie empezó su rutina de repartir el periódico como era de costumbre, yendo de casa en casa y de puesto en puesto, siempre entregando el periódico con gran dedicación, pese a todo, el sabía que tenia que hacer un buen trabajo.

Después de una jornada larga de trabajo por fin le tocaba entregar el último periódico del día, el cual era para nada más y nada menos que el señor Heeler y padre de su mejor amiga.

Mackenzie llegó y entro a la tienda, en donde pudo ver al señor Heeler y a su esposa en el mostrador, Bandit hacia unas cuentas y Chilli estaba limpiando el mostrador.

Mackenzie: Hola señor y señora Heeler, le traigo el periódico a su esposo!

Dijo Mackenzie mientras se acercaba al mostrador y le entregada el periódico a Bandit.

Bandit: Y justo a tiempo muchacho!

Dijo Bandit, felicitando al muchacho y tomando si periódico.

Chilli: Es cierto lo que dice Bluey de tu, eres bastante responsable y puntual jejeje.

Mackenzie: Bueno, es mi trabajo señora jejeje, por cierto, donde está Bluey y Bingo?

Pregunto Mackenzie dudoso al no ver a su amiga y a su hermanita menor por la tienda, pues, normalmente solían ayudarle a su padre atenderla.

Chilli: Ho! Fueron con su abuela, no te preocupes, regresaran en un par de horas, es que tenían mucho tiempo que no la veían.

Mackenzie: Ho, está bien, no pasa nada, bueno me tengo que ir.

Mackenzie se despidió de la pareja e iba a salir de la tienda cuando algo lo detuvo.

En aquella puerta de salida y entrada la tienda estaba pegado un gran cartel que promocionaba los famosos chocolates "Wonka" y por el que todo el mundo estaba loco, lo cual hizo que a Mackenzie le entrara una duda que la tenía desde ya hace mucho tiempo.

Mackenzie se dio la vuelta y se dirigió hacia el mostrador donde estaba la pareja para poder preguntarles algo.

Mackenzie: Señor y señora Heeler, puedo hacerles una pregunta?

Bandit: Claro muchacho, que paso?

Mackenzie: Bueno, con esto de los boleshos dorados, ustedes cómo creen que sea el señoe Wonka?

La pregunta parecía algo sin sentido para los dos adultos, sin embargo, también a los dos les entró la duda, realmente nadie en el pueblo había visto al famosos y misterioso señor Willy Wonka.

Chilli: Mmm... La verdad no lo se, que yo recuerde su fábrica soempre ya estado aquí, incluso desde que yo era joven.

Bandit: Puede que incluso el ya esté muerto, en caso de estar vivo, parecería una pasa muy arrugada.

Chilli solo solto una pequeña risita por la respuesta de su esposo, pues le había causado gracia.

Chilli: Que cosas dices cariño, pero quién sabe, puede que incluso no sea tan viejo como piensas.

Mackenzie: Mi abuelo me contó que el señor Wonka inicio con una pequeña tienda en este pueblo, alguno de ustedes supo sobre ella?

Ambos se quedaron pensando unos segundos hasta que le dieron una respuesta al Border Collins.

Bandit: Realmente como tal no la vi "abierta", pero esa vieja tienda está en la plaza comercial, junto con los demás locales de dulces.

Chilli: Es verdad, esa tienda era del señor Wonka, a un que creo que aún es de el, nadie ha comprado ese viejo local, el señor Wonka debe de tener un cariño especial a esa tienda, me recuerda a alguien...

Dijo Chilli, mientras miraba y sonría a su esposo.

Bandit: Hay vamos! Yo jamás cerraría mi querida tienda.

Chilli: Jejeje lo se cariño, pero quería bromear contigo.

Chilli solo se volvió a reír al ver la reacción de su esposo.

Mackenzie: (A si que hay una vieja tienda en la plaza comercial del pueblo... Tengo que ir para haya) Ok! Muchas gracias a los dos, me saludan a Bluey y Bingo, nos vemos!

Mackenzie se despidió de los dos y salio corriendo en dirección hacia la plaza comercial del pueblo, la plaza tenía un estilo anticuado, pero muy lindo, era un estilo "Vintage".

Mackenzie comenzó a caminar entre las tiendas de dulces, quería ver si a un esa vieja tienda a un estaba ahí y también ver si podía encontrar algo sobre el señor Wonka.

Después de caminar por un rato, por fin había encontrado la tan famosa primera tienda del señor Wonka, era un pequeño local, pero curiosamente el mismo tiempo el más grande en cuanto a dulces, pese a estar cerrados.

El local del señor Wonka estaba entre otros dos, uno del lado izquierdo que decía "Dulcería y chocolates Slugworth" que al igual están cerrado.

Para Mackenzie no fue difícil saber que esa vieja tienda era del antiguo ladrón de recetas secretas del señor Wonka, Slugworth, quien ahora era un codicioso empresario dedicado al mercado de los dulces.

Mientras que del lado derecho estaba otra tienda de dulces, la cual no estaba cerrada, el título de esta era "Dulces fantásticos de Fickelgruber"

Mackenzie recordó ese nombre y recordó que su abuelo le había contado hace años que el también fue uno de los famosos dulceros que sintieron envidia y celos del trabajo del señor Wonka, a si robando sus recetas secretas y poder llevarse el crédito por eso.

El Border Collins se dio cuenta que justo frente de esa tienda se encontraba un perro salchicha, de palaje rubio y bastante canoso, el cual se encontraba barriendo y quitando la nieve que estaba frente a su local.

El viejo perro sintió la mirada del pequeño Border Collins, algo que empezó a incomodarlo.

Fickelgruber: Y tu que me ves niño?!

Dijo en un tono irritado y molesto.

Mackenzie: He? Yo? Nada! Solo veía la antigua tienda del señor Wonka.

Fickelgruber: Egh! Que nefasto! No entiendo que le ven a esos dulces, y en especial a su chocolate, ni son tan buenos.

Mackenzie: Bromea verdad? Son los mejores del mundo! Logro creer un chicle que nunca se le acaba el sabor!

El viejo perro salchicha solo puso una cara de disgusto y fastidio, en verdad no soportan a alguien hablar de Willy Wonka y sus "maravillos" dulces.

Fickelgruber: Si Si! Ya sabemos lo "fantásticos" que son sus estúpidos dulces! Ahora cállate si?

Dijo ya muy fastidiado aquel perro, mientras seguía limpiado la nieve de su calle.

Mackenzie se fijo que aquel viejo y amarrado perro tenía un pequeño gafete colgando de su mandil, una vez se dio cuenta de que decía, y a su callendo en cuenta de quién se trataba.

Mackenzie: Espere... Usted es FICKELGRUBER!!??

Fickelgruber: Y ahora tu que te traes pequeño niño ovejero? Respeta a tus mayores.

Mackenzie: Usted fue uno de los miembros del "Cartel chocolatero"!

Dijo Mackenzie de manera acusatorio hacia Fickelgruber.

Fickelgruber: A ti quien te dijo eso pequeño mocoso!?

Mackenzie: Pffff! Todo el mundo aquí sabe de sus antiguos y sucios negocios, ustedes eran un "cártel de chocolate"! Mi abuelo me lo contó!

Fickelgruber: A si? Pues tu abuelo está loco! Nada se pudo probar, lo que dices son tonterías niños!

Dijo ya bastante furioso Fickelgruber.

Mackenzie: Ja! Si como no, ustedes eran un mafia! Usted, Slugworth y Prodnose!

Fickelgruber: Y que si lo fuimos he? Quien te va a creer niñito?

Dijo en un tono bastante arrogante hacia Mackenzie.

Mackenzie: No necesito que me creen, todos saben de las cosas que hacían en el pasado, si no fuera por el señor Wonka, ustedes seguirían con sus oscuros negocios!

Mackenzie supo dar justo donde le dolía al señor Fickelgruber.

Fickelgruber: NO VUELVAS A MENCIONAR OTRA VEZ ESE NOMNRE EN MI CARA! DETESTO ESE NOMBRE! Desde que ese Wonka llegó todo se vino a bajo para nosotros, destruyó nuestros negocios y los mando a la basura, si nos hubiéramos desasido de el y haberlo mandado al polo norte, como teníamos planeado! Todo hubiera salido bien para nosotros!

Mackenzie: Eso les pasó por ser malos y una bola de ladrones!

El viejo perro de Fickelgruber en verdad ya estaba molesto, a si que tomo a Mackenzie por la playera, sin embargo, el pequeño fue mucho más listo y le dio un fuerte pisotón, haciendo que gritara y lo soltara.

Mackenzie: Ladrón!

Grito Mackenzie a Fickelgruber y después se hecho a correr en dirección hacia su casa.

Después de un rato de correr por unos minutos, finalmente Mackenzie llegó a su hogar.

El Border Collins entro a su casa, en donde fue recibido por su madre.

M. De Mackenzie: Mackenzie que tienes? Vienes bastante agitado?

Pregunto su madre bastante preocupada por su hijo y al ver cómo había llegado.

Mackenzie: Estoy bien, pero es que se me hizo tarde y no quería preocuparte mamá, pero tranquila, todo bien.

M. De Mackenzie: Está bien, pero para la próxima no vengas a si, que me vas a dar un infarto.

Mackenzie: Jejeje no lo volveré a hacer mamá, iré a saludar a mis abuelos.

M. De Mackenzie: Tus abuelos están dormidos, pero creo que está despierto el abuelo Joe, recuerda hablar bajito ok?

Mackenzie asintió con la cabeza a su madre y después fue a la habitación de sus abuelos, en donde entro con cuidado con el fin de no hacer mucho ruido.

Mackenzie: Hola abuelo...

Abuelo: Mackenzie? Ho mi pequeño! Ven a darle un abrazo a tu viejo!

Dijo mientras extendía sus brazos par abrazar a su nieto, Mackenzie se acercó a su abuelo y le correspondio el abrazo.

Abuelo Joe: Como estuvo tu día? Estaba tan preocupado.

Mackenzie: Yo diría que "Interesante", pero tranquilo, ya estoy aquí abuelo.

Dijo Mackenzie en voz baja y de una manera gentil.

M. De Mackenzie: Cariño, puede venir un momento?

Llamo su madre en un tono de voz baja, a lo que esté hizo caso y fue en dirección hacia con ella en la cocina.

Mackenzie: Que pasa mamá?

M. De Mackenzie: Ya me tengo que ir a trabajar, llegaré tarde en la noche, ya les hice la comida y cena para hoy, por favor, come todo tu plato si?

Mackenzie: Está bien mamá...

M. De Mackenzie: Te amo cariño...

Dijo su madre mientras se acercaba a él y le daba un beso de despedida en la frente a su hijo, para después irse de su casa en dirección hacia su trabajo.

Por su parte Mackenzie tomo una de las sillas de su cocina y la llevo hasta el cuarto de sus abuelos, la puso a lado de su abuelo y se sentó ahí mismo, pues quería que su abuelo le contará sobre algo mas.

Mackenzie: Abuelo, crees que me puedas contar algo más sobre el "Cartel chocolatero"?

Abuelo Joe: Ho! Esos rufianes! Fueron una completa plaga! Pero bueno, te contaré sobre esos tarados jejejeje.

"El Cartel Chocolatero"

Abuelo Joe: Hace un par de años habían tres principales tiendas de dulce en toda la ciudad, las cuales pertenecían a Slugworth, Fickelgruber y Prodnose, los tres eran un unos dulceros que tenían sus tiendas muy bien posicionadas, sus dulces eran considerandos los mejores, pero detrás de ellos había un oscuro secreto...

El abuelo Joe se aclaró la voz y tocio un par de veces, pues contaría los más importantea su nieto Mackenzie.

Abuelo Joe: A todo el mundo le parecía extraño como es que no había otros dulceros en la ciudad, no había otras tiendas que no fueran las de ellos, vamos! Que ni si quiera puestos como el de la señoría había en ese tiempo!

Mackenzie: Ni uno solo? Eso es imposible! Actualmente hay muchos que tienen sus puestos, como el señor Heeler o el puesto de la señoría Calypso!

Abuelo: Casi no había eso, en caso de que alguien se pusiera a vender sus propios dulces a un que fuera en la calle, en un par de días este se lastimara iba y no volvía, todo por culpa de ellos tres! Buscaban tener todo el negocio para ello, no tenían escrúpulos! Tenían mucho poder! Era un trio de corruptos!

Mackenzie: Y que había de la policía? O las autoridades en general?

Abuelo Joe: Esos tontos tenían a todos comprados, policías, abogados, jueces y hasta a la iglesia misma! ponerlos en su lugar era prácticamente imposible, sobornaban a todo mundo con finos y deliciosos chocolates, todos caían ante sus dulces, de hecho... Tenían una frase que decían los tres "El dulce seduce..." Y vaya que tenían razón!

Mackenzie: Y como fue que esos tres cayeron?

El abuelo Joe puso una sonrisa en su rostro, pues está era su parte favorita de la historia.

Abuelo Joe: Ahí fue cuando llegó un joven... Willy Wonka! Se dice que llegó al pueblo con tan solo 12 monedas, un viejo sombrero y una maleta, donde se dice que guardaba sus "untencilios de magia" para elaborar sus chocolates! Es más! Yo estuve ahí!

Mackenzie: Que?! Estuviste ahi! Por qué no le contaste?

Dijo Mackenzie sorprendido y algo exaltado.

Abuelo: Shuuu! Tus abuelos pequeños!

Mackenzie: Perdón...

Mackenzie disculpo con su abuelo y lo dejo continuar con su historia.

Abuelo Joe: Lo recuerdo como si fuera ayer... Yo era un muy joven! (Y con eso se refiere a solo un par de años) yo iba caminando por la plaza comercial, cuando vi a un montón de gente reunida por montón, mi curiosidad me gano y me acerqué, ahí vi a ese joven Willy Wonka, Enmedio de toda la plaza con su pequeño puesto ambulante.

Flasback.

Willy Wonka: Damas y caballeros! Mi nombre es Willy Wonka!

Dijo con mucha emoción y alegría en su voz.

Willy Wonka: Y traigo algo que sin duda cambiará su manera de ver los chocolates, algo traído de una parte muy lejana del mundo!

Willy Wonka tomo su viejo maletin y como si se trata de un mago, saco un gran y enorme tarro de cristal en donde parecían haber unos chocolates de un color verde metálico, lo que rápidamente captó la atención de todo el mundo, después de sacar el tarro este saco una trompa, lo cual ahora cuaso confusión entre los demás.

El joven Wonka tocó una pequeña nota de la trompeta, para después comenzar a cantar con gran emoción y alegría al público.

"En la jungla de bombai, un insecto raro hay!"

"Con alas que agita a una gran velocidad!"

"Y este pequeñín, ama el chcolatin! Y si tienes suerte un huevito el dejara aquí!"

"al salir del cascarón, dira con una gran emoción! Wuhuu!"

"Me encanta despertar en esta gran chocomansion!"

"Sus alas se abrirán! Y Tal como veras los chocolates salen y con gracia sin duda flotaras!"

Wonka abrió aquel gran tarro de vidrio y como si se tratara de magia, aquellos extraños chocolates salieron flotando, a si como si nada esos chocolates flotaron, todos están sorprendidos y sumamente emocionados, en su vida habían visto algo a si.

Willy Wonka: Esos que están ahí flotando son muestras grátis! Si quieren más, les costará solo 50 centavos! Una ganga!

Y sin duda era barato, un chocolate tan increíble a ese precio? Ese joven perro Chocolatero estaba completamente loco, podría hacer una fortuna con tan solo vender uno.

Varios de los que estaban ahí tomaron los chocolates que flotaban y se lo metieron a la boca, y sin duda alguna era de los mejores chocolates que jamás abrían probado en el mundo, dulce y creemoso chocolate que se derretía en la boca de aquellos que lo habían probado.

Willy Wonka: Y esperen a ver lo mejor!

Dijo el joven Wonka con emoción esperándote el efecto de sus chocolates.

Pasaron unos segundos y el efecto se hizo presente, varios de los que habían probado aquel chocolate comenzaron a flotar como si se trataran de globos llenos de elio.

Wonka se emociono al ver que su invento había funcionado y decidió continuará con su canción.

"Chocolates mejores en el mundo habrá! Pero sin duda el de Wonka es el que preferiras!"

"Mira lo que traigo para ti! Pues el chocolate Wonka ya está aquí!"

"Y de verdad tengo que insistir!"

"Que digo la verdad, de que no hay nada igual!"

Fin del flasback.

Abuelo Joe: Fue el chocolate más cremoso y delicioso que jamás probé en mi vida...

Dijo el abuelo Joe en un tono nostálgico y son una pequeña sonrisa.

Mackenzie: Wow! En serio volaste!?

Abuelo Joe: Jejeje más bien flote.

Mackenzie: Que más da! Volaste gracias al señor Wonka!

Abuelo Joe, Jeje bueno, después de eso el señor Wonka ganó mucha fama en el pueblo, algo que sin duda no les agradaba para nada a esos tres rufianes, hicieron de todo para poder acabar con el, mandar a la corrupta policía para atraparlo, atacar su negocio e incluso ir hasta donde el se hospedaba con el de atraparlo, pero el señor Wonka era como un mago! Siempre buscaba la manera de escapar, lo podían tener enfrente y desaparecia de la nada!

Mackenzie: Como crees que el señor Wonka logro todo eso? Sería genial poder aparecer y desaparecer de la nada!

Abuelo Joe: Recuerda la frase de ellos, "Un mago jamás revela sus secretos".

Mackenzie: En eso tienes razón abuelo jejeje.

Abuelo: Y el resto mi pequeño, es historia...

Mackenzie se quedó confundído por lo dicho por su abuelo, tan pronto acabo la historia(?

Mackenzie: Que? Cómo que ya acabo? Cuál es el final de la historia?!

Pregunto Mackenzie intrigado por saber el final.

Abuelo Joe: Mi pequeño Mackenzie, tu estás viviendo justo el final de esa historia, es tu presente...





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