Capítulo 35

― ¡AHHHHHHHHHHHHHHHHHH! ¡MALDITA SEA, MALDITA SEA! ¡YA DÉJAME EN PAZ TE DIJE! ―le dice el protagonista a la chica que no le gusta.

Estoy desde las dos de la tarde y son las dos de la mañana viendo una serie romántica y empalagosa que hace que vomite arcoíris de lo cursi que está. No tengo nada de sueño y quiero terminar de verla para ver si por fin la chica deja en paz al protagonista para que viva su vida feliz junto a la pelirroja.

― ¿No me puedes querer? ¿Aunque sea un poquito?

― ¡NO, LUCY! ¡NO TE QUIERO!

―TERMINA DE ACEPTAR, NIÑA QUE NO TE QUIERE, PERO QUE ESTRÉS CONTIGO ―Si, estoy mal de la cabeza por hablarle a la pantalla del televisor, parezco un idiota, pero es lo único que puedo hacer para aliviar mi malhumor.

Es increíble que haya amanecido y no me di cuenta que aún sigo despierto y sin poder consolidar el sueño. La película termina con un final feliz y me encanto, la colocaré en mis favoritas. Esta vez me da sueño y duermo por un rato largo hasta que mi estomago me hace levantar y voy directo a la cocina.

― ¿Mamá, puedo hacerte una pregunta? ―la madre de Scott se queda esperando a que Britt suelte lo que tenga que decir―. ¿Cuándo vendrá?

―Ya debe estar llegando al aeropuerto, hija.

― ¿Quién vendrá? ―pregunto tratando de no ver a Scott. Y tomando un pan con el jugo para sentarme en la mesa con los demás.

―El susodicho idiota ―cambia el rostro.

Así que es cierto, el novio de Scott viene en camino y yo tengo que soportar verlos juntos.

― ¿Madre, me puedes prestar el auto que rentaste? ¡Por favor! ―dejo la comida intacta, se me ha quitado el hambre―. Necesito salir.

―Scott irá contigo que conoce más la ciudad.

―No. Quiero ir sólo.

―No hace falta, voy al aeropuerto, los dejo en donde me digan y yo sigo.

―Voy también voy ―Phill mi salvador, te quiero amigo, eres lo máximo―. Y así compramos algunas cosas para la noche.

Al ver el auto en donde nos vamos es la cosa más bella que puede existir en el mundo, me encanta, el Mercedes Benz que merezco en la vida. Phill sube de copiloto y me siento en los asientos traseros para no sentirme más incómodo de lo que estoy. Me dispongo a mirar por la ventana y concentrarme en los autos que pasan y las personas, necesito enfocar mis pensamientos en otro lado para no herirme a mí mismo. Sé qué Phill me ayuda y sabe cómo me siento más allá de querer que Scott y yo estemos juntos de nuevo; pero entiende la situación y no desea alborotarla más de la cuenta.

―Llegamos.

―Gracias, Scott —agradece Phill.

Phill y yo vamos caminando y viendo lugares increíbles. Él quiere ir a una tienda deportiva para ver algunos zapatos para el entrenamiento, pues los que tenía se dañaron y requiere unos nuevos.

―Voy a la librería, necesito unas hojas para los apuntes.

―Ok, nos vemos en la dulcería.

Olor a libros, a pinta, a distracción. Tomo las hojas que necesito.

― ¡Cris! ―William Patrick.

―Ah, Will, ¿Qué haces por acá?

―De vacaciones, aunque sé que mis padres no desean verme después que les dije que no van a hacer con mi vida lo que a ellos les dé la gana, entonces me dieron unos boletos, me pagaron el disfrute y aquí estoy.

―Ah. ¡Qué bien!

―Si, ¿y tú?

―Vacaciones en familia.

―Bien.

―Si.

― ¡Will! ¡Cris! ―mi amigo nos mira raro―. Tenemos que ir a buscar los dulces, Cris. Nos esperan en la entrada de la dulcería.

―Bien, adiós.

¡MILAGRO! ¡WILL YA NO ME FASTIDIA! ¡ALELUYA!