Capítulo 28

—Puedes verlo, Cristopher.

—Estupendo, gracias doctor.

Voy sólo, ya que no dejan pasar a más gente. Phill está acostado con los ojos fijos en el techo. Me alegra demasiado verlo así de bien. Al menos me produce un alivio tremendo, temía que algo de verdad le pudiese suceder.

—Cris...lo siento.

—No importa. ¿Estás bien, cierto?

—Sí, estoy bien.

—Genial.

—Supongo que mis papás no vinieron.

Me da pena decirle que ni siquiera contestaron mis llamadas ni mis mensajes. No puedo hacer más nada. Esa gente siempre es así. Algunas veces lo tratan bien y después se les olvida que tienen un hijo. Su madre le interesa tanto la peluquería, sus uñas, su cabello, su vestuario que ni pendiente con Phill. Su padre trabaja demasiado en su empresa que ni siquiera está pendiente de Phill, la última vez que lo vio fue en la graduación de secundaria.

Niego con la cabeza y una lágrima se le escapa de sus ojos. Le presto un pañito que use horas antes de saber que estaba bien y seca sus lágrimas.

— ¡Phill! —allí esta Britt. La persona que hace brillar a mi mejor amigo. Él sonríe y yo aprovecho de irme para comerme algo.

—Estaré por ahí.

—No te metas en problema con los chicos, Cris. Tienes que decidirte y dejar que tu corazón actué.

—Lo prometo.

En frente del hospital hay un café en donde venden unas delicias. Voy hacia allá esquivando a Will y Scott, quienes están en una profunda e intensa conversación.

Compro dos pasteles de manzana y un café moccacino. Me siento en las primeras mesas para disfrutarlo. No deseo que nadie me moleste y me pongo los audífonos para escuchar música genial.

I love you And I need you

Nelly, I love you I do need you

No matter what I do, all I think about is you

Even when I'm with my boo

— ¡CRISTOPHER! —es el demonio en persona.

Me quito un audífono y el otro lo dejo en mi oreja.

—Estoy ocupado, no fastidies.

—Realmente ya sé porque tienes a todos locos por ti.

Necesito alguien que me ayude, si este tipo quiere declararse tendrá que olvidarse de mi para siempre. Nadie del café conozco, así que me toca mentir un poco.

—Tengo novio, no querrás que te destroce la cara.

—Eres la persona más heterosexual que he conocido en toda mi vida.

—Te equivocas.

—Supongamos que tienes pareja, se podrá saber quién es.

—No es de tu incumbencia.

En eso aparecen los padres de Will y se me ponen los pelos de punta. Esa gente en serio me da miedo, puedo morir de solo verlos. Cada día están más catastróficos.

—Joss Bells, un placer verte por aquí. Nuestro hijo debe de llegar en cualquier momento.

¿Joss? ¿Qué demonios?

—Será un placer conocer a ese chico.

—Te encantará. Es estupendo.

—Excelente. Mis padres deben estar en un tráfico.

—Lo esperaremos —dice su padre y me observa. Como ando con los audífonos, pero apagado la música, puedo escuchar todo lo que dicen. Respiro hondo y profundo.

A los minutos viene William muy serio, vestido formalmente y con unos lentes de montura. Si eso es cambiarse rápido sin que se enteren que estaba en el hospital, en serio es un genio. No me mira y se sienta junto a sus padres. No parece estar feliz de sí mismo y creo que puede estar molesto por esto.

—Lamento llegar tarde, estaba estudiando.

—Soy Joss Bells.

—Yo William Patrick. Un gusto conocerte al fin.

—El gusto es mío.

—El compromiso lo anunciaremos una vez terminen los estudios.

Okey. Esto es incómodo. Finjo no conocer a nadie y voy a pedir otro café extra fuerte para pasar el trago amargo.

— ¿Para llevar, señor?

—Si, por favor.

No quiero quedarme más tiempo aquí. Cada vez se hace más difícil ver a Will con otro chico que no sea yo.

En el hospital tengo los ánimos por el piso. ¿Cuántas veces me ha pasado esto? Solo esta vez y se siente raro. Phill, Britt y Scott parecen felices, mientras yo estoy hundido en pensamientos.

—Mañana vengo de nuevo. Britt, cuida a mi amigo por favor.

—Claro.

—Te llevare a casa.

En todo el camino el silencio es eterno, nunca me había sentido tan triste en mi vida. Siento que mi pecho no aguanta la presión. Besando a William no siento nada, pero ¿por qué carajo siento un vacío?

Llegamos a un valle lejos de mi apartamento. Me bajo primero y miro hacia la ciudad completa.

—¡AHHHHHHHHHHHHHHHHHHH ¡MALDITA SEA!

—Es un buen lugar para gritar.