Ritual
Esta historia es un obsequio y una memoria
Los personajes y el universo fueron creados por rosedaldecuervos
***
En la habitación solo se escucha el sonido de un tecleo rápido y pequeñas pausas donde suenan huesos tronar. Ya es noche cerrada, y la temperatura es cada vez más baja.
Un joven de piel canela y risos se frota los ojos nuevamente ante la pantalla, ha leído el mismo párrafo más de cinco veces, su piel se eriza por el viento que entra desde la ventana. Esta solo.
El sueño es cada vez más pesado, el cansancio y la frustración hunden sus hombros y le obligan a encorvarse. Ya son muchos los bostezos pero no puede apagar e irse. Sus compañeros le han fallado, le han dejado la responsabilidad del trabajo final en sus hombros.
Cansado, esta tan cansado.
***
Pasan las horas, la quietud sigue implacable y la confusión se cierne sobre Max. Cada vez más densa. Le cuesta pensar. Mucho más el intentar hilar los argumentos de su trabajo "en equipo".
Pero la quietud es rota, destruida abruptamente. La puerta de la habitación es abierta con celeridad y por ella ingresa 1.55 metros de energía a pesar de ser de madrugada.
Tres pasos adelante, uno atrás, la mano derecha va al cabello tintado de purpura.
- Es hora, es hora, es hora. Prepárate - dice Alexander antes de salir de la habitación dejando a Max con el corazón en la garganta y una sonrisa en el rostro.
Alexander es su mejor amigo.
El mejor, no es el concepto banal de amistad sin conocimiento o fundamento. Maximiliano se arrancaría el alma por ver a Alexander feliz y viceversa.
Se conocieron en la universidad. Alexander, en ese entonces estudiante de literatura, necesitaba ayuda para organizar el caos que generaban sus nuevas ideas llenas de magia, historia y emoción, necesitaba un cómplice, un compañero. Max necesitaba conectarse con el mundo, necesitaba sentir. Ambos necesitaban un amigo. Max, siendo un estudiante de psicología, sin idea de cómo crear un universo ofreció su ayuda.
La idea de Alexander tenía componentes históricos de la Rusia en guerra. No prospero pero su amistad floreció.
No eran iguales, pero la línea de pensamiento que vivían era muy similar.
La complicidad, la confianza, la absoluta certeza de no estar solos los golpeo con la fuerza de un vendaval.
Alexander llevaba mucho tiempo luchando con las sombras de su vida, remando en un mar de dolor en soledad hasta que encontró luz en la respuesta de Max.
Eran las mitades de un espejo roto.
Al unirlo de nuevo puede que faltasen piezas pero la imagen no dejaba de ser hermosa.
Con el tiempo una mirada, el inicio de una frase, el final de una oración, una idea podía ser complementada por el otro. Alimentando y haciendo de su interacción desde fuera algo incompleto pero que para ambos tiene absoluto sentido.
Al salir de la habitación en el pasillo Max se encuentra las cajas de la mudanza que él ha puesto allí en el transcurso del día, se tropieza un par de veces antes de llegar a la cocina.
Además de su cuarto, la cocina es el único lugar donde hay luz en el pequeño apartamento. Entra con calma, salta y se sienta en la barra, no se da cuenta de que empieza a mover los pies cual niño en el jardín de infantes.
Alexander sonríe con ternura, lo encuentra adorable. Ya tiene todo listo para enviarle a la cama, pero antes...
- Cariño, las llaves de emergencia son para emergencias, deberías estar descansado - Max le interrumpe, habla en susurros a pesar de que no hay nadie.
La primera vez que Max le hablo en susurros a Alexander ambos lloraron por horas. La segunda rieron tan fuerte que casi se ahogan. Para ambos las noches son susurros, son secretos, complicidad, cariño, entrega.
Las noches no corren, las noches cobijan suavemente y en calma.
- Esto es una emergencia - dice mientras apaga la luz y enciende la vela que hay en el pastel de chocolate que horneo y decoro para este momento.
Un ritual.
Una vela.
Dos almas.
Tres deseos.
- Feliz Cumpleaños a ti, Feliz Cumpleaños a ti, Feliz Cumpleaños querido Max, Feliz Cumpleaños a ti, ahora piensa muy bien, los deseos de cumpleaños son mágicos, recuérdalo - las fechas especiales son el delirio de Alexander. Le da una excusa, aunque no la necesita, para cocinar y planear obsequios para sus amigos.
Aunque no lo exprese, aun lo llena de sorpresa y de una alegría indefinible todo lo que Alexander hace por él. No es solo que le prepare un pastel o irrumpa en su casa a altas hora de la noche, que se pase horas horneando un pastel, escribiendo una historia o dibujando, es la forma en que le mira, la forma en que le habla, todo desborda confianza, preocupación, cariño.
Aun le parece un sueño que de todas las personas en el mundo se encontrara con él. Por eso toma la torta de las manos de Alexander y después de ponerla a un lado, baja de la barra y abraza con todas sus fuerzas a su amigo, su otra mitad. Es lo único que desea, abrazarle.
Es una cocina llena de cajas, iluminada tenuemente por la luz de una vela que le da brillo a las lágrimas que derrama Max mientras su mejor amigo. Su otra mitad le acuna, le sostiene. Porque sabe perfectamente cual es el deseo de Max y es feliz de dárselo.
- Yo ya tengo lo que más quiero aquí. Te quiero AlexanderLaRosa.
- Te quiero MadMax
***
Gracias por leer.
Alexander y Max son personajes de "Los dos Alex" de rosedaldecuervos.
El amor de una amistad que te da, que te llena, que te acompaña, que te apoya es el milagro más grande e inexplicable que puedan imaginar.
G es mi milagro. Te amo mi Lunática C.
Feliz Cumpleaños a mi 💙
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