𝙸𝚗𝚝𝚛𝚘𝚍𝚞𝚌𝚌𝚒𝚘́𝚗
Las mejillas del omega pelinegro estaban rojizas en todo su esplendor, parecía un lindo tomatito a ojos del otro omega frente a él. Los nervios no se le notaban con seguridad, pero por dentro era una linda gelatina color carmín.
JungKook no sabía cómo actuar en dicha situación, pues el omega rubiecito con el cual tenía un platónico le estaba confesando abiertamente el querer tener una cita con él.
Había algo dentro de su mentecita que no le cabía en sí el que Kim, uno de los omegas puros y dominantes, su pareja predestinada, teniendo cientos de pretendientes en la misma universidad, estuviera pidiéndole una cita de la forma más tierna, privada y encantadora.
Su corazón estaba derritiéndose lentamente como chocolatito al calor expuesto, volviendo inesperadamente su esencia característica más deleitante por consecuencia.
Esa sublimidad que le daba a su corazón era tan exquisita. Él sabía cómo mover cada ínfima partícula de su ser.
Tae simplemente iba más allá de una superficialidad que le aterraba el hecho de que el recóndito amor que había desarrollado por el omega rubiecito le diera como consecuencia un intento de amorío fallido.
Ya había pasado varias veces por allí, no quería pasar otra, mucho menos cuando se trataba de su lindo omega predestinado, con el cual estaba seguro que no soportaría perderlo para siempre.
Así que, armándose de valor, recompuso su rostro sonrojado, el amago de una sonrisita queriendo sobresalir por las comisuras de sus belfos, por consiguiente, ocultando su aroma e ignorando el hecho de que su lobo aullaba ante la presencia del otro omega.
—Lo siento mucho, pero no puedo corresponderte la cita, no quiero herir tus sentimientos —rechazó gentilmente, mordiendo el interior de su labio.
El rubio omega lo miró desconcertado, estaba seguro que vio el inicio de su radiante sonrisa. Simplemente era algo que no podía creer, ¿acaso él no podía sentir el tirón de predestinados?, ¿no le gustaba? Estaba seguro que en algún momento escuchó al mejor amigo de Koo darle consejos acerca de su pareja predestinada.
El ramo de florcitas fue devuelto a sus manos con dos reverencias, sin dejarle oportunidad a objetar, el omega de iris color celeste cual cielo desapareció tan pronto como abrió sus belfos para volverle a hablar.
El puchero del omega Kim fue inevitable. Su omega le pedía ir detrás del otro, pero no le hizo caso por esta vez.
—Hay que dejarlo respirar —respondió ante la rabieta de su lobo por el pelinegro.
Les presento a nuestros bellos omeguitas de este fic lindo, como estoy amando esto. Se los juro <3.
◇ Omega dominante.
◇ Kim TaeHyung.
◇ Universitario.
◇ 21 años.
◇ Omega dominante.
◇ Jeon JungKook.
◇ Universitario.
◇ 20 años.
Esas imágenes son obra de la inteligencia artificial Bing ♡.
Sin más qué decir, nos vemos prontitoo en un capitulo ^^.
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