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🖤 Capitulo 7 🖤

"A veces, para ver la luz, solo debes permanecer en la oscuridad..."

🖤🖤🖤

Cassidy

No puedo respirar; siento que me asfixio presa del pánico. Sus ojos me observan con total diversión, como si se alimentara de mi miedo. Las lágrimas comienza a desbordarse por mis mejillas y trato de controlar mi respiración.

Estoy aterrada.

Mi corazón golpea tan fuerte en mi pecho que siento que voy a desmayarme en cualquier momento. Siento mi estómago revolverse por la náuseas, por el asco que me produce tenerlo cerca de mi. Y pensar que cuando lo conocí, me pareció un chico guapo e interesante...pero que equivocada estuve.

Apesta a alcohol. Es tan repugnante y desagradable el aroma que desprende de su boca. El ejerce más presión en mi boca mientras yo trato de gritar con fuerza. Pero es en vano...

–¡Cállate!. –me dice en un susurro cerca de mi oído. –Se una niña buena y camina. El empuja su cuerpo hacia adelante obligándome a entrar por el callejón oscuro, pero yo no cedo; me mantengo en la misma posición. –¡Muévete!.

Me gruñe con fuerza, molesto y yo doy un respingo. Camino lentamente mientras el empuja mi cuerpo desde atrás con su cuerpo. Mi pecho sube y baja con furia, mi respiración es totalmente desastrosa y mi cuerpo tiembla con desesperación. Quiero gritar con todas mi fuerzas, pedir ayuda, y quizás alguien logre escucharme. Pero no puedo, además quien podría escucharme si los tambores se escuchan tan fuerte en el festival. Cuando llegamos a la parte trasera de la cabaña, el me empuja abruptamente contra la pared de madera y suelta mi boca de su agarre.

–¡Ayudenme!

Grito con fuerza y desesperación. Él solo se carcajea divertido.

–Nadie va a escucharte, muñeca.

Empiezo a sollozar presa del pánico.

–¡Por favor, déjame ir!.

Le suplico totalmente nerviosa, ahogandome con mi propio llanto.

El chasquea su lengua y menea la cabeza negativamente.

–Eso no va a ser posible...

–¡¿Porque me haces esto?!

Le espeto mientras las lágrimas corren por mis mejillas.

–Porque quiero. –me recorre con la mirada de abajo hacia arriba de forma lasciva y yo me encojo en mi lugar con asco y repulsión. –Porque eres mia, Cassidy.

–¡Vete a la mierda!.

Escupo con dureza, rabia y nerviosismo a la vez. El se ríe divertido y se cruza de brazos, observándome.

–¿Sabes, Cassie? Nunca nadie me ha dicho que no. Yo siempre consigo lo que quiero y mucho más cuando se trata de una chica. Y por esa razón es que tu estas aqui...porque me despreciaste y eso es imperdonable.

Arrugo las cejas.

–¡Eres un maldito enfermo!

El tensa la mandíbula con fuerza, me mira con molestia mientras se acerca a mi a grandes zancadas. Hago el amague de correr pero el me detiene del brazo y me devuelve a mi lugar. Me sujeta del cuello y ejerce presión, cortando el paso de aire a mis pulmones. Coloco las manos sobre las suyas tratando de zafar su agarre, pero no puedo, siento que me asfixio cada segundo cada vez más.

Apenas puedo respirar.

–Suel...ta...me...

Trato de hablar, pero las palabras se quedan trabadas en mi garganta.

–Te voy a hacer mía, Cassie. Y esta vez tu amigo no va a salvarte.

Acerca su rostro más al mio y me besa con fuerza en los labios, pero yo tenso mis labios con fuerza.

–¡Bésame, maldita sea!.

Escupe molesto.

–Me...das...asco...

Logro decir y puedo notar el enojo en su rostro. Como respira con fuerza por su nariz y su pecho sube y baja con rapidez. Vuelve a pegar su boca con la mia y yo me retuerzo tratando de sacarmelo de encima, pero no cede. Muevo mi cara a todos lados, pero el ejerce más presión en mi cuello, paralizándome. Siento su saliva asquerosa en mis labios y puedo sentir mi estómago revolucionarse por el asco que me produce. Me duele el cuello, me falta el aire y casi estoy que hiperventilo. Sujeto su labio con fuerza entre mis dientes y lo muerdo con fuerza, sintiendo el sabor de la sangre caer en mi boca. Él se aparta de mi maldiciendome y yo empiezo a toser con el pecho subiendo y bajando con fuerza, mientras trato de respirar. Me limpio su sangre de mi boca con la mano mientras que el se queja y limpia su boca con su camiseta.

–Hija de puta...

Suelta entre dientes y vuelve a acercarse a mi. Me toma del cabello halando con fuerza y yo jadeo con dolor mientras que el me lanza al suelo lleno de paja seca. Caigo de espaldas,  rápidamente me giro y trato de levantarme, pero el me detiene halando de mis pies hacia atrás haciéndome caer. El me sostiene y me gira para sujetarme de las manos por encima de mi cabeza. Yo pataleo, trato de patearlo, pero el es más ágil y evita cada golpe.

–¡Ayuda!

Grito con fuerza mientras el se coloca encima de mi.

–¡Sueltame!

El no cede, sino que ejerce más fuerza al agarre de mis manos e inmoviliza mis piernas entre las cuyas.

Empiezo a llorar con fuerza. No quiero que me toque...quiero que alguien me ayude, quiero ir a casa.

–¡Ayudenme, Por favor!

Grito entre sollozos, mientras mi garganta arde y el se acerca para besar mi cuello.

–No sabes lo mucho que deseaba esto, Cassie. Te deseo desde el primer dia en que te vi.

–¡Déjame en paz!

Lucho contra el, esquivando su boca, moviendo mi cuerpo a los lados...esperando que alguien me ayude.

–Deja de luchar, Cassie. Nadie va a escucharte, solo seremos tu y yo.

Lo ignoro y sigo gritando con todas mis fuerzas, con la esperanza de que alguien me escuche.

–¡Ayuda!

–¡Que te calles de una puta vez!

Me da una bofetada, haciendo que mi mejilla palpite de dolor y mis sollozos se vuelvan mas desesperados. El terror me embarga cuando siento sus manos en mis pechos, mi abdomen y mis piernas.

–¡No! ¡Suéltame!

–¡Shh! Ya deja de gritar. Si lo haces vas a disfrutarlo aun más, Muñeca.

El empieza a desabrochar su pantalón con una de sus manos y me altero.

No quiero que me toque.

–¡Por favor, no lo hagas!

Lloro sin cesar ante la perspectiva de que el me tome en contra de mi voluntad.

–No me pidas que no lo haga, porque esto es lo único que quiero de ti: tu inocencia. –me desabrocha el pantalón y empiezo a gritar hasta quedarme sin voz.

–Prometo que seré gentil.

🖤🖤🖤

Monster

Quisiera decir que me molesta las miradas retrógradas de las personas, pero no, no me molestan en lo absoluto. La vida en general es molesta para mi. Ya me he acostumbrado a los malos tratos de las personas en este lugar, por eso me he mantenido lejos de cualquiera de ellos. Desde que mis padre murieron –por mi propia mano, no por suicidio–la gente me mira extraño; a veces con lastima, otras veces con miedo o simplemente me ignoran. Ah, pero luego esta ella: la enana que siempre me observa. Me enfurece que me mire, me hace sentir extraño. Odio llamar la atención y mucho menos en una chica, pero la mayoría huyen de mi presencia como si fuera lo más horripilante del mundo. Pero, es algo obvio, ¿No?. Asesine a mis padres, nadie puede mirarme de forma agradable sabiendo la persona que soy y lo que hice. Pero ella...ella es curiosa, entrometida y sobre todo muy habladora. Y lo que más me molesta es que me mire de esa forma; como si quisiera descifrarme, como si viera a través de mi, y eso es frustrante. Porque nunca nadie me había mirado de tal forma en realidad, a veces, soy inexistente para muchos. Se siente raro llamar la atención de alguien y mas la de esa niña patética. ¡Es que ni siquiera se porque me refiero a ella de tal forma si no me ha hecho nada!

Ash, debería dejar de pensar en esa enana de ojos azules.

Sigo caminando por la oscuridad del pueblo, alejándome del bullicio y la música ridícula del festival. ¡Jah! Una celebración bastante estúpida, por cierto. Ni siquiera se porque fui, a divertirme definitivamente no lo era. Mi vida es tan vacía, que no encuentro diversión en nada. Camino por la acera mientras saco un cigarrillo de mi abrigo y lo enciendo para luego llevármelo a los labios. Fumar se ha convertido en ese escape de la depresión y la agonía, me hace relajarme y olvidarme de toda lo mierda y miserable que es mi vida. La música suena a través de mis auriculares blancos, escuchando Enemy de Imagine Dragons una de mis bandas favoritas.

El frio se ha vuelto insoportable a medida que pasan las horas. Camino a pasos lentos disfrutando de la brisa nocturna, algo que hago muy a menudo. Me gusta la noche, la oscuridad, el silencio y la soledad. La oscuridad, aunque a muchos les hace sentir miedo, a mi me da paz.

Termino mi cigarrillo y meto mis manos frías en los bolsillos de mi abrigo negro. Tarareo la canción y cruzo en la esquina. No falta mucho para que llegue al orfanato, a mi habitación...a mi soledad.

Frunzo el ceño mientras camino porque creo haber escuchado algo. Quizás son solo imaginaciones mías. Meneo la cabeza y sigo tarareando la canción, pero me detengo en seco cuando vuelvo a escuchar un grito. Me saco los auriculares de los oídos y me giro sobre mis talones para observar en la oscuridad. Todo está en completo silencio y muy solitario. Cuando vuelvo a colocarme los audífonos me detengo en el aire al escuchar otro grito femenino.

Alguien está pidiendo ayuda.

El grito se escucha lejano, al otro lado de la calle en la zona más oscura del pueblo donde las cabañas están deshabitadas y no hay iluminación.
Vuelvo a caminar hacia el frente, ignorando los gritos. Pero luego de unos cuantos pasos, me detengo y empiezo a cruzar la calle hacia la oscuridad, hacia los gritos. Siento una rara presión en el pecho y mi pulso comienza a acelerarse a medida que avanzo en la oscuridad. Camino mas deprisa y los gritos se escuchan más fuertes. No se de donde provienen, pero escucho atento los gritos para guiarme. Me sigo acercando hasta que llego a una cabaña vacía y los gritos son más fuertes y desesperados. Trago saliva y camino de prisa por un pequeño callejón lleno de basura hasta llegar a la parte trasera.

–¡Déjame!

Solloza la chica con fuerza y horror.

La imagen que veo frente a mi, me hace apretar los puños a mis costados. Mi corazon comienza a latir con furia, cuando veo la espalda desnuda de un chico sobre una chica mientras ella patalea tratando de zafarse de su agarre.

Tenemos un poco de diversión, ¿Eh?

Escucho esa maldita voz dentro de mi cabeza.

¿Porque estas parado como un estúpido y no actúas? ¡Que estas esperando para asesinarlo!

Ignoro la voz en mi cabeza, esa voz que me atormenta dia y noche desde hacen años.

–¡Ayuda!

Grita la chica y es cuando reacciono. Esa voz...conozco esa voz chillona.

¡Mátalo!

Escucho la voz femenina en mi cabeza.

Él no merece vivir

Pero no quiero asesinarlo, no quiero hacerlo.

Trago saliva, dudoso en acercarme. Se que sí lo hago, voy a asesinarlo y ella va a saber quien soy realmente. No puedo dejar que alguien se entere.

¡Asesinalo, Monster!

–¡Ayuda!

Grita ella y mi cuerpo tiembla de rabia. Pero aun más cuando el chico sobre ella empieza a quitarse el pantalón. Reacciono al instante y me acerco a la escena. Sujeto al chico por la espalda con fuerza y lo empujo hacia un lado. El cae de cara al suelo. Cuando me giro para verla a ella, sus ojos están llorosos y su ropa arrugada. Su mirada se encuentra con la mia y puedo percibir el miedo y la desesperación en sus ojos llorosos.

–¿Monster?

Tenso la mandíbula con fuerza, tratando de calmarme y me giro hacia el chico que empieza a levantarse.

–Quédate detrás de mi.

–¿Tú de nuevo? ¿Porque no nos dejas en paz? Acabas de interrumpir nuestra diversión.

El sonríe y la rabia comienza a consumirme lentamente. Me quito la capucha de mi cabeza mientras el me observa.

–¿Que? ¿Vas a asesinarme?

Dice divertido y yo enfurezco. Puedo sentir cada músculo de mi cuerpo tensarse.

–Eso es exactamente lo que hare.

La temperatura en mi cuerpo aumenta, la sangre hierve en mis venas. Cuando veo mis manos, noto las rayas negras esparciéndose por todo mi cuerpo, despertando el monstruo en mi interior; ese que tanto odio. Me saco el abrigo de mi cuerpo, porque el calor es insoportable. Como si mi cuerpo empezase a prenderse en fuego.

La sonrisa de el idiota desaparece al ver mi cuerpo lleno de lineas disparejas por todo mi cuerpo hasta en mi rostro. Él palidece y comienza a retroceder.

Empiezo a sonreír con satisfacción, al ver la desesperación en su rostro.

–¿Tienes miedo?

Me acerco a pasos lentos hacia él. No me percato de Cassidy detrás de mi, pero se que me está observando, puedo sentirlo.

–Maldito asesino.

Suelta él entre dientes mientras retrocede con miedo.

–Si. Lo soy, soy un asesino. ¿Y adivina que?. –le sonrío con malicia. –Eres el próximo muerto en mi lista.

El horror se hace presente en su mirada y se gira para correr. Pero antes de que lo haga, lo tomo con fuerza del cuello y lo estampo de espalda contra la pared de madera detrás de él. El suelta un quejido que me llena de satisfacción y a él de dolor.

–Hijo de...

No termina la oración porque ejerzo más presión en su cuello dejándolo sin oxigeno, haciendo que le cueste respirar.

–¿Que dices? Es que no logro escucharte.

Digo divertido y el me asesina con la mirada, pero yo solo le sonrío con mis ojos brillando de excitación. Cuando dejo salir el monstruo que hay en mi, me convierto en alguien diferente. En un ser al que le divierte asesinar, le excita la sangre, el miedo y la desesperación de sus víctimas.

–¿Últimas palabras?

–Vete...al....infierno...

Logra decir con la voz entrecortada y yo me carcajeo divertido sin aflojar el agarre.

–De alla vengo. –su cara se torna roja y mis manos ejercen fuerza en su cuello. –Pero no te preocupes, el infierno no es tan malo como dicen. –sonrío. –Tenemos un lugar muy bonito para ti. Te aseguro que lo vas a disfrutar.

Ladeo mi cabeza a un lado para mirarlo con diversión.

–Eres tan débil e insignificante. Definitivamente no deberías estar en este mundo.

–Cassi...

Lo estampo con fuerza contra la madera.

–No pronuncies su maldito nombre, pedazo de basura. Su nombre queda demasiado grande en tu boca. –espeto. –¿Te diviertes haciéndole daño a los demás? A mi también, pero eso no significa que seamos iguales.

–Tú...eres...un...monstruo...

Sonrío.

–Definitivamente lo soy. ¿Y sabes que es lo peor...? ¿Cómo es que te llamas? Bueno, como sea, tu nombre no es importante. Lo peor es que, el ultimo rostro que verás antes de morir será el mio. Muy afortunado, por cierto.

El empieza a sacudirse para liberarse de mi agarre, pero es inútil. La fuerza que poseo es descomunal ante la suya.

–Di mi nombre...

Le ordeno mirándolo fijamente.

–N-no...

–¿Que digas mi puto nombre?

Le gruño con enfado.

–Monster.

Sonrío.

–Ese no es mi nombre.

–No...se tu...maldito nombre...

Leroy. Mi nombre es Leroy Foster

Confieso con detenimiento, pero también con temor a que Cassidy lo pronuncie. Ahora ella sabe mi secreto.

–Ahora dilo...

–No.

–¡Dilo!

Gruño con la mandíbula apretada y la sangre fluyendo por mis venas frenéticamente.

–Le...roy.

–Con fuerza.

–Leroy

Pronuncia mi nombre y yo me aparto al instante. Él cae al suelo retorciéndoce de dolor. Su cara luce agónica, está sufriendo. Empieza a halarse el cabello con fuerza, como si quisiera arrancarlo de raíz. Yo lo observo atentamente, deleitándome de la desesperación y el horror que produce mi nombre. El grita, se retuerce, patalea, se hala el cabello mientras sus ojos se convierten en sangre.
Una hilera de sangre roja empieza a salir de sus ojos y nariz lentamente, mientras grita de agonía; muriendo lentamente.

Aparto la mirada de él y giro mi rostro por sobre mi hombro para ver a Cassidy detrás de mi, observando la escena con los ojos abiertos. Ella desvía la mirada de él y sus ojos encuentran los mios. Me mantengo impasible, solo observándola. Esperando que huya y me diga que soy un monstruo, un asesino. Pero ella no lo hace, no se aleja, sino que me mira como si no pudiera creerlo, como si hubiera visto algo terrible pero sorprendente a la vez. No se como explicar su reacción. Ella desliza sus ojos por mi cuerpo, mirando atentamente las venas negras en mi piel blanca y pálida. Yo me mantengo con el ceño fruncido, esperando. Y no realmente que es lo que estoy esperando. No se, solo quiero que grite y que se aleje corriendo de mi, que huya de mi oscuridad...pero ella no lo hace.

Trago saliva y desvío la mirada de ella para volver a mirar al frente donde el chico no se mueve, tiene sus ojos abiertos y sangre en todo su rostro.

Esta muerto.

Lo he asesinado.

Siento la presión en el pecho, la culpa, el dolor consumiéndome por completo.

Bien hecho, Cariño.

Escucho la voz maligna en mi cabeza y solo quiero que desaparezca. No se cuando será el dia en que ella ya no habite en mi cabeza.

No la dejes escapar, Monster. Ella puede ser tu salvación.

Paso saliva de nuevo y repito sus palabras en mi mente: mi salvación.

Pero, ¿Cómo podría ella ser mi salvación? Apenas y la conozco. Ella no...

No, no quiero ni pensarlo. Pero, ¿Y si tiene razón? ¿Y si Cassidy es quien rompe mi maldición? ¿Cómo podría saberlo?

Maldición. ¡Es una pobre niña inocente, Leroy!

Trato de convencerme a mi mismo. Siento sus pasos acercarse a mi y se coloca a mi lado, aun temblando con miedo.

–¿Esta...mu-muerto?

Nuestras miradas se encuentran y asiento con mi cabeza.

–Tu cuerpo....esta...

–Cambiando. Sí, lo se.

Ella abre su boca para decir algo pero yo me apresuro a interrumpirla.

–Solo no preguntes.

Las venas negras en mi piel desaparecen. Siento mi cuerpo cansado, estresado, débil, como si muriera lentamente.

Ella tensa sus labios en una fina linea.

–Solo quería darte las gracias.

–¿Por haberlo asesinado?

–No. Por salvarme la vida.

Trago saliva e ignoro ese cosquilleo extraño que se extiende por mi pecho. Ella se abraza y yo observa su ropa hecha un desastre, rota y sucia. Nos quedamos en silencio mientras yo me coloco de nuevo mi abrigo ya que el frío comienza a calarme en los huesos.

–¿Estas bien?

Ella da un respingo y aparta la vista del cuerpo sin vida de Daniel.

–Yo...si...estoy bien. O eso...creo.

Se encoge de hombros. Su rostro luce demacrado, sus ojos azules mas claros y rojos por el llanto.

–Tendrás pesadillas.

Le digo. Es lo que me pasa a mi todas las noches, cada vez que cierro los ojos.

–Esto fue...traumático. Yo...si no hubieras llegado, yo no se que habría pasado. Tenía tanto miedo.

Comienza a sollozar de nuevo.

–Lo siento.

Se limpia las lágrimas rápidamente.

–No te disculpes por llorar, Cassidy.

Ella sorbe por la nariz.

–¿Podemos irnos de aqui? Yo...quiero ir a casa.

Asiento y ella pasa a mi lado sin mirar el cuerpo lleno de sangre. Suelto un suspiro y la sigo. Ella camina con los brazos cruzados en su regazo y la cabeza gacha. Camina detrás de ella con las manos en los bolsillos de mi abrigo, en silencio. Ella ni siquiera hace preguntas y se que se muere por preguntar que mierda es lo que he hecho, pero no lo hace y lo agradezco, odio tener que hablar sobre lo que soy.

Pasamos el cementerio en completo silencio hasta llegar frente a su cabaña. Ella se detiene frente a la ventana y la abre para entrar por ella.

–¿Quieres...pasar?

Arrugo las cejas.

–Yo...tengo que irme.

Ella parece decepcionada por mi respuesta y hace una mueca con su boca. Suelta un sonoro suspiro y se gira para meterse por la ventana. Cuando está dentro de la habitación me mira.

–Se que no quieres hablarlo, pero...tu secreto esta a salvo conmigo.

Debería agradecerle pero no digo nada. Había pensado en amenzarla, pero ahora no creo que haga falta. Solo asiento.

–Gracias...otra vez.

Trago saliva. ¿Porque mierda me agradece? ¿Porque no huye como todo el mundo? Es tan frustrante. ¿Porque lo hace? ¿Porque no me tiene miedo después de lo que hice? Quisiera poder entenderlo. Ella empieza a cerrar la ventana pero la detengo:

–Espera.

–¿Eh?

No se porque diablos hago esto. Es la madrugada. No tengo nada que hacer, pero no creo que entrar en la habitación de una chica sea una buena idea. Además de que, es la primera vez que hago esto.

Estas demente, Leroy.

Pienso para mi mismo.

–Quiero entrar.

Ella parece sorprendida y vuelva a abrir la ventana.

–Ah...claro...pasa. El frío es insoportable afuera.

Camino hacia la ventana y con una gran agilidad entro en la habitación. La calidez se hace presente.

–¿Vas a quedarte?

La miro con el ceño fruncido. ¿Que?

–¿Me estas pidiendo que me quede contigo en tu cama, en tu habitación?

Ella se sonroja al instante.

–Yo...quiero decir...no en mi cama, sino aqui en el sillón o puedes irte cuando me quede dormida.

–¿Invitas a desconocidos a tu habitación muy a menudo?

–¡Claro que no!. –suelta indignada. –Es solo que, no quiero estar sola...tengo miedo y...

–Me quedare.

La interrumpo antes de que diga cualquier cosa que la haga llorar. Ni siquiera se porque me preocupo por una desconocida.

–Gracias.

–Me ire cuando te quedes dormida.

Ella asiente.

–Ire a darme una ducha y a cambiarme.

Asiento con incomodidad. Ella entra en una pequeña habitación, lo que creo que es un baño mientras yo observo detalladamente la habitación. La madera esta vieja y dañada. Hay solo una pequeña cama, un estante con libros y una pequeña mesa, además del sillón. Parece cómoda, aunque un poco descuidada. Al cabo de unos minutos ella sale del baño ya cambiada. Su cabello está mojado y solo la cubre un short de pijama y un sueter de tirantes. Aparto la mirada de ella, de su piel y trago saliva. Yo me encuentro sentado en el sillón mirando cualquier lugar que no sea a ella con su piel blanca a la vista. Mis ojos curiosos se posan en sus brazos con moretones. Trago saliva y aparto de nuevo la mirada. Ella se recuesta sobre la cama y para mi tranquilidad ella se cubre con una sabana dejando solo sus brazos a la vista.

–Puedes dormir.

Le digo con seguridad.

–¿Y tu...que harás?

–Verte mientras duermes.

Ella se sonroja al instante y yo me maldigo mentalmente por haber dicho tal estupidez. Ojala pudiera retirar esas palabras. Me aclaro la garganta.

–Quiero decir, esperare que te duermas para irme.

Ella tensa sus labios rojos y asiente. Su cabello húmedo se ve aun más negro y las pecas que decoran su piel...

¡Maldita sea! Aparta la puta vista, Leroy Foster.

Suspiro por lo bajo y me recuesto en el sillón con la cabeza apoyada en el reposa brazos. Ella apaga la luz y todo queda a oscuras, pero luego ella enciende una pequeña luz que gira con estrellas iluminando el techo.

Le teme a la oscuridad, como lo supuse. Me quedo viendo las luces de estrellas en el techo moviéndose. Ella da miles de vueltas en la cama, pero al cabo de media hora después se hace silencio.

Ella se queda dormida.

Me levanto del sillón para irme, pero me detengo un instante al lado de su cama. Parece relajada. Yo no recuerdo la última vez que pude dormir con tranquilidad, sin pesadillas. Ojala pudiera hacerlo. Ella permanece con una almohada abrazada y yo me le quedo viendo fijamente, contagiándome con su paz.

Trago saliva y meneo la cabeza negativamente. Aparto la mirada de ella y salgo por la ventana. Sin mirar atrás empiezo a caminar en la oscuridad, mientras que el rostro pacífico y calmado de Cassidy se pasea por mi cabeza.

Solo espero que desaparezca pronto de mi memoria.

🖤🖤🖤

Holis, Monstruitos♥
Esos lectores de Monster,
¿Que tal les pareció el capitulo?

Ahora ya saben que pasa cuando alguien dice su nombre. Su nombre real 😍😍😍

Amo a mi monstruito 💘

Deja tu voto y tu comentario. Es importante para mi.

¡Infinitas gracias! ♥

Att: Patrixia G

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