Capitulo 5: Soju
Narra Amy
—(e)¿Estás diciendo que saliste a una cita con un chico?... ¿Es MinSang?, ¿ese chico de la universidad? —me pregunta Lía y recuerdo lo que pasó cuando recién llegué a corea. Niego con la cabeza.
Lía es mi prima, mi mejor amiga y la persona en México con la que más hablo por video-llamada desde que llegué a Corea. Aprecio mucho que ella siempre encuentre tiempo para hablar conmigo.
—(e)MinSang es solo mi amigo, sabes que intentamos salir, pero no funcionó. Así que, no, no es él. —le respondo.
La verdad es que quiero ser honesta con ella y decirle con quien he salido, pero no sé si estaría bien, así que solo le digo:
—No estoy segura de que pueda decirte quien es. Ni siquiera sé si voy a aceptar una segunda cita.
Me escucho a mi misma y me siento culpable por ocultarle cosas. ¿Debería decirle: "me encontré casualmente con mi amor platónico, ósea, Jin de BTS, él me invitó a tomar un café y parece que está interesado en mí de alguna forma, pero, justamente porque es Jin no sé si vuelva a verlo"? ¿Lía me creería? Ni siquiera suena creíble. Aunque no importa cómo lo piense lo que más me preocupa es crear algún tipo de problema para Jin y BTS.
—Siempre actúas de esa manera, Amy, no importa si no es tan serio, está bien. Puedes hablar de él, salir con él, intentar conocerlo, hacer todo lo que te plazca; nosotras tampoco tenemos que seguir esa idea coreana de que solo la familia conozca a tu novio cuando ya quieran casarse —me explica con una expresión en su cara que no sé interpretar.
—Lo dices porque tienes a tu novia, ¿no están comprometidas?
—No me cambies de tema, Amy, no está mal salir con alguien, sé que no has terminado bien con nadie con quien saliste antes... —se detiene unos segundos y hace una cara de disgusto—... argh, el idiota de tu ex novio, aún me molesta pensar en él y no estoy segura de lo que pasó con MinSang, pero puedo ver que este chico con el que saliste de verdad te gusta. Lo veo en tu cara.
—No estoy segura de lo que quieres decir, —siento mis mejillas calientes, ¿por qué me estoy avergonzando?—, realmente parece que estas creándote una historia en tu cabeza que podría no ser verdad.
—¿De verdad? Oye señorita, te conozco de toda la vida, literalmente vivimos en la casa de al lado por 20 años, nos mudamos a vivir juntas después de eso y solo nos hemos separado por este viaje a corea del sur que no pudimos hacer juntas... ¿y crees que no te conozco?, ¿no conozco a mi alma gemela? —exclama y yo río nerviosa, me comienzo a sentir regañada y sentimental por no tenerla a mi lado.
—No tienes que decir todo eso... lo entiendo... —le digo.
—Amy, eres tan amable con todos siempre y te preocupas por todo... eres como una niña. Te diré como veo la situación: tenemos a un chico, guapo, lindo, que es trabajador, tiene una sonrisa hermosa, le gusta la música, se esfuerza en su trabajo y un montón de cosas más... así fue como lo describiste tú, no te había visto describir a nadie de esa forma, más que a nuestro Jin. Pero lo estas dejando ir, ¿por qué? ¿por qué te sientes insegura?
—Primero, nuestro Jin, sabes lo que pienso sobre esos términos, me parece raro, nadie le pertenece a nadie, aún si lo dices de broma no puedo aceptarlo, lo sabes, Lía —explico y la veo negar con la cabeza, ella cree que de nuevo estoy cambiando el tema—. Y, realmente no entiendes la situación, es más complicado que solo evitar a un chico guapo que está interesado en mí.
—Entonces, explícame —Lía se queda callada esperando mi respuesta, de nuevo considero decírselo, pero una parte de mi mente dice que no.
—No puedo, quisiera, pero de verdad no puedo. Sería más fácil si estuvieras aquí.
Ambas nos quedamos calladas y solo nos observamos por unos segundos, podía verlo en su cara y también sentirlo, cada día nos extrañamos más que antes.
—¿Ya llegamos a ese punto de la llamada?, ¿Lloraremos? —pregunta Lía.
—Quisiera que no, me tardé mucho maquillandome para ir a la reunión que organizó la universidad. Se arruinará todo y ni siquiera tendré que esperar a estar ebria.
—Tiene sentido... espera, dijiste ¿ebria?, ¿beberán alcohol? —asiento— Demonios, Amy, ¿Qué te está haciendo Corea?
—Soy una mujer adulta y... —me interrumpe.
—Está bien, solo no bebas mucho, sabes que no soportas tanto el alcohol. No quiero mensajes raros a mitad del día otra vez.
—La diferencia horaria hace que las cosas sean más raras. —le digo y ambas reímos. No puedo evitar observar la hora, son casi las 8 de la noche aquí, así que son como las 6 de la mañana en México.
—Tengo que arreglarme para ir al trabajo y tú te vas a una fiesta nocturna... sí, es raro, —ríe de nuevo—, nunca me acostumbraré. Piensa en lo del chico, si te gusta alguien y a esa persona le gustas, no deberías ignorarlo.
Y después de eso termina la llamada. No me parece raro que la haya terminado así, pues nunca terminamos nuestras conversaciones con un "adiós", un "hasta luego" o algo parecido, más que nada para no sentir que estamos despidiéndonos para siempre y para tener la sensación de que tenemos que llamarnos después para continuar con la plática. Se siente, de alguna forma, como una conversación infinita, me gusta, siempre tengo un motivo para llamarla después.
Termino de arreglarme y me dirijo a la ubicación del restaurante-bar que mandaron mis compañeros de la universidad en el chat grupal. Convivir con todos mis compañeros de clase siempre ha sido interesante, porque hay alumnos de muchos países que también están aquí para aprender coreano, y, cuando nos juntamos a hablar es divertido ya que es una mezcla de culturas diferentes que, a diferencia de lo que se creería, no chocan mucho entre sí. En cuanto llego observo el lugar y me parece que es algo costoso, suspiro, en la situación en la que me encuentro en esos momentos no me sería posible pagar un lugar como este, pero, lo bueno de esto es que la universidad va a pagar todo lo que consumamos ya que es una de esas fiestas o reuniones que se hacen con el fin de los estudiantes convivan entre ellos, así que, ni siquiera tengo que preocuparme.
—(c)Nos separarán por grupos —me dice YeSeul acercándose a mí. La veo, siempre es tan bonita— quiero decir que no nos vamos a ver, tendrás que divertirte solo con los extranjeros.
—(c)No lo digas así, suena a que nos están excluyendo.
—(c)¿A quién están excluyendo? —pregunta MinSang acercándose a nosotras, me observa— ¿a ti?
—No, es solo que nos van a separar por grupos. Nosotros iremos con el grupo de historia del coreano y a Amy le toca con el grupo que está aprendiendo coreano —explica mi amiga.
Nunca he negado la amistad de nadie y me llevo muy bien con mis compañeros de clase, pero estos dos, son mis mejores amigos aquí en Corea. Conocí a YeSeul cuando estaba deambulando por la universidad sin poder encontrar mi salón y a MinSang dos semanas después cuando iba en el tren camino a mi loft. Es interesante saber que antes de mí ellos no se hablaban entre sí a pesar de que tienen muchas clases y gustos en común, pero, la verdad es que no nos hemos separado desde entonces. Si no fuera por ellos no sé si hubiera sobrevivido estos últimos seis meses.
—Bien, entonces aquí nos separamos, bebe mucho y diviértete, Noona —me aconseja Minsang riendo y yo sonrío. Ese honorífico hacia mí es una broma entre nosotros por el intento de cita que tuvimos.
—Yo digo que si te emborrachas mucho, por lo menos habrá personas que te entiendan. Todavía recuerdo la última vez que empezaste a hablar en español y no podíamos entenderte.
Esa vez sí que me dejé llevar mucho por el alcohol, los mensajes en coreano a Lía y hablarles en español a mis amigos coreanos. Yo recuerdo haberme divertido mucho ese día, pero ahora me siento un poco avergonzada.
Los veo alejarse y voy con mis compañeros. El lugar está organizado por habitaciones separadas, me parece como un karaoke o un restaurante en el que cada grupo de personas tiene su lugar para comer y hablar tranquilamente. Al entrar al lugar recuerdo la cafetería a la que me llevó Jin en nuestra cita y no puedo evitar sonreír.
Por un rato, estuve hablando, comiendo y bebiendo mucho con mis compañeros. Luego, comenzamos de hablar de lo difícil que había sido venir a Corea del sur desde los países de Japón, Inglaterra, España, Estados unidos y México, adaptarse a la cultura y aprender el idioma; a algunos se les complicó más que a otros, pero todos estamos de acuerdo que extrañamos nuestro país y a las personas que queremos. Algo que me sorprende de conversar con ellos es que tratamos de hablar en coreano para que todos nos entendamos, ya que es el idioma en común, pero nadie de ese lugar es coreano. Aunque, es verdad que algunas veces hablamos en inglés y yo con mis compañeras hispanohablantes hablo, en ratos, en español.
Después de un corto tiempo y un poco más de alcohol, la conversación se volvió un poco más personal. Y comenzaron a preguntar si tenemos novio o novia, si saldríamos con alguien de otro país o con una persona coreana. Yo que ya me comienzo a sentir un poco ebria y no puedo detenerme a pensar mucho en lo que digo, les cuento que no tengo novio, pero recientemente conocí y tuve una cita con un guapo chico coreano. Mis compañeros me hacen un poco de burla y me preguntan por más detalles: si me agradó, si voy a salir de nuevo con él, si hemos hablado desde entonces, si me atrevía a enviarle un mensaje en el que le pidiera venir por mí para ver cómo reaccionaba...
—(c)Creen que no, pero sí me atrevo enviarle un mensaje —les contesto a esa última pregunta, no sé si es por el alcohol, pero tengo una mezcla extraña de felicidad, ansiedad y osadía, con lo que me siento capaz de todo.
Tomo mi celular y le envío un mensaje, Jin me contesta casi de inmediato, como si lo estuviera esperando:
Realmente esperé más tiempo para enviarle ese mensaje que estaban pidiendo mis compañeros, porque cuando me contestó por primera vez me dieron ganas de retractarme. Pero, luego de beber un poco más alcohol se me quitó el miedo.
Aunque parezca que no, yo estoy consciente de lo que hago, solo estoy siguiendo el consejo de Lía, si me gusta un chico no debería ignorarlo y solo dejarme fluir. No importa si ese chico es el chico más guapo del mundo y alguien que pertenece al grupo de música más exitoso de todos los tiempos, ¿que importaba si a él le gustaba yo?
—(i)¿De verdad le enviaste ese mensaje al chico que te gusta? Amy si que tienes agallas —exclama Alex, el chico británico.
—(i)No es que tenga agallas, es que ya está muy ebria, aléjenla del soju —habla divertido Leo, el chico estadounidense.
Yo tomo una botella nueva de soju que hay sobre la mesa y la sostengo entre mis brazos, esta botella y yo somos el uno para el otro. Pero no más que Jin y yo.
—(e)¿Qué te ha contestado? —pregunta curiosa Irati, me gusta su acento español. Siempre me ha gustado el acento español.
—(e)Me gusta tu acento, Irati, te quiero —digo dejando de nuevo la botella sobre la mesa y abrazándola a ella.
—(e)Si, vale, yo también te quiero. Dame tu celular. —me ordena para después quitármelo y leer los mensajes.
Ella lee los mensajes recientes en voz alta y todos se sorprenden por la respuesta de Jin casi tanto como yo. ¿Cómo es que está dispuesto a venir por mí así sin más?
—(i)¿No es el chico más lindo de todo el planeta? —pregunto sonriendo y sintiendo como mis mejillas se enrojecen.
—(i)Lo que más sorprendente de todo es que puedas escribir tan bien coreano aun estando en ese estado. —explica Leo leyendo los mensajes antes de devolverme mi celular.
—(c)No hay límites para el amor... (i) el amor lo puede todo... (e) quiero decir, soy muy inteligente, sé cuatro idiomas... más o menos...
—(i)Estás hablando en tres idiomas al mismo tiempo. Chicos, enserio debemos alejarla del alcohol. —Leo lo dice tan serio que me da mucha risa, porque yo lo hice a propósito, realmente no estoy tan ebria... creo.
—(c)Bien, como digan, iré al baño. Escondan el alcohol mientras vuelvo.
Ahora que camino me doy cuenta de que el piso se mueve más de la cuenta, pero es divertido. Todo es tan divertido, hace mucho que no me divierto tanto.
Antes de llegar al baño le escribo a Jin sobre que había sido una broma eso de que me llevara a casa. Realmente me voy a ir con mis amigos por ahí de la una o quizá hasta que ya no haya nadie. Eso ya lo veremos. Así que no tengo que preocupar a nadie más. Justo antes de entrar al baño, me detengo a observarme en el espejo, necesito arreglar mi maquillaje o quitármelo, ya casi es el momento en que voy a comenzar a llorar, ya sea de tristeza o de la risa. Me veo de nuevo, mejor lo voy a dejar así, siempre me veo bien, soy una diosa, una diosa total, soy perfecta. Río aún cuando estoy en el baño. De verdad me vuelvo una descarada cuando estoy ebria.
Veo y contesto los mensajes del chat de Kim-Oppa, después de dejar el baño y dirigirme de nuevo con los demás:
No es hasta que veo a Jin parado frente a mí que me acuerdo que él también va a la misma universidad que yo.
Me le quedo viendo por unos segundos, supuse que él no venía a este tipo de eventos, porque su trabajo con BTS era muy pesado o algo así. ¿Y cómo es que está tan guapo solo ahí parado sin hacer nada? ¿Y porque está parado justo delante de la puerta que lleva a la habitación de donde yo había salido y están mis compañeros?
—(c)¿Qué pasa? —me pregunta, su voz es tan dulce.
—(c) Es solo que eres tan guapo y tienes bonita voz, oppa.
Veo que sonríe, creo que se siente halagado. Quisiera que siempre sonriera de esa forma. Dios, siento que iría a cualquier lugar ahora mismo si es con él.
—Estás muy ebria, sino quieres tener una gran resaca mañana...
—¿Me llevas a mi casa, Kim-oppa?
Me doy cuenta de que estoy cruzado la línea entre nosotros que yo misma marqué cuando tomo una de sus manos y la entrelazo con la mía. Pero no importa, él no parece negarse.
Me despierto y la luz del sol hace que mis ojos duelan. No debí haber tomado tanto anoche. Pero me divertí tanto. Reí recordando como confundí a mis amigos, fue gracioso hablar en tres idiomas y bromear con tomar más, cuando realmente no iba a hacerlo.
Observo a mi alrededor y me doy cuenta de que estoy en mi loft, ¿cómo había llegado hasta aquí? Lo más seguro es que mis amigos me trajeron, aunque no puedo recordarlo. Mi cabeza duele tanto, no debería forzarme a recordar, de seguro lo recordaré eventualmente. Necesito una de esas bebidas coreanas para quitarme la resaca y recuerdo tener una en el refrigerador. Llego hasta mi cocina sintiendo que el piso se mueve y no de una forma divertida, me siento mareada y con náuseas. Abro el refrigerador observando dentro, había jurado que tenía una, la había comprado ayer antes de ir a la fiesta o ¿solo lo había pensando?
Alguien toca el timbre y mis oídos retumban por unos segundos, ¿Cómo voy a sobrevivir si mi resaca no se va? Voy a abrir la puerta, lo más seguro es que sea uno de los paquetes que pedí hace unos días por internet.
—(c)Recibí tu paquete por ti, espero que no te moleste —me dice Jin dándome la caja de cartón.
No estoy segura de cómo reaccionar, todavía estoy aturdida, aunque agradezco que la voz de SeokJin sea tan dulce, mi oídos no lo soportarían si fuera de otra forma.
—Pero necesitaba subir de nuevo para darte esto, lamento haberme llevado el que tenias en el refrigerador, ya que era el único —explica Jin. Yo solo me siento más confundida.
—¿Qué?, ¿Cómo sabes en donde vivo?... —observo dentro del mi loft— ¿estuviste adentro?
—Amy, ayer te traje a casa, ¿no te acuerdas? Estaba preocupado porque parecía que habías bebido mucho. Ahora veo que si fue así. No importa, tengo que irme, toma esto te sentirás mejor —se despide poniendo la botella en mi mano libre para luego irse sin decirme nada más.
Yo cierro la puerta, abro la botella y mientras siento la bebida pasar por mi garganta recuerdo partes de lo que pasó. Recuerdo que Jin me trajo en su auto, me pidió que descansara bien y le había insistido en que tomará la bebida para bajar su ebriedad, la cual me dijo que realmente no tenía porque no había bebido, pero yo le insistí. Pero no puedo recordar si hice algo raro o había pasado algo más. Exhalo.
Hola^-^, ¿como están?
Solo vengo a preguntarles: ¿les esta gustando la historia? ¿les parece difícil entender lo de los idiomas?
Nos leemos luego :)
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