Narra Amy

Estoy recostada sobre el gran árbol del jardín de la universidad en el que casi nunca hay personas, hace frío y se siente solitario, pero, me gusta más estar aquí que en la biblioteca, ya que puedo leer tranquilamente con la luz natural del sol.

Tomo la novela que comencé hace un par de días para continuarla. La trama es más interesante de lo que pude intuir con la sinopsis, así que no me arrepiento de haberlo traído, entre los otros en español, a mi estancia en Corea. Leer en mi idioma natal es un alivio luego de seis meses de estar rodeada del idioma coreano, pero, en realidad, lo que más extraño es poder hablar frecuentemente en español.

Llego a una parte del libro que, aunque no es muy triste, hace que me sienta melancólica, me duele saber que el príncipe de la historia está sufriendo porque cree que su prometida está muerta. Dios, siempre he sido tan empática con los personajes de los libros, las películas o las series y creo que con las personas en general. Me meto tanto en la historia que comienzo a sollozar un poco.

—(c)¿Por qué estás llorando? —escucho la voz preocupada de un chico, trato de ver quién es, pero entre las lágrimas y el sol, solo veo un sombra borrosa— come un poco quizá te sientas mejor.

El chico se sienta a mi lado sobre el pasto mientras me muestra un Gimbap y puedo ver quién es. Me siento sorprendida y confundida al mismo tiempo.

—Es de jamón, espero que te guste, sino estaré en un problema —me dice tomando una de mis manos para poner el Gimbap encima. Yo todavía no soy capaz de decir nada— ¿el libro es tan interesante? Aún si es así no deberías de llorar de esa forma.

Observo a los lados esperando ver a alguien más, pero no hay nadie cerca, como siempre. Me pellizco mi brazo para confirmar que no estoy soñando y recuerdo lo que pasó la semana anterior.

—¿Jin? ¿Qué haces aquí?, ¿Cómo me encontraste? —le pregunto mientras trato de entender la situación.

—Me debías una comida juntos y sé que no es una gran comida, pero podemos comer Gimbaps mientras estamos aquí —me responde sin contestar en realidad a mis preguntas.

Espera, ¿me está coqueteando? Lo observo mientras come su Gimpab: eso que a mí siempre me ha parecido una combinación entre un sushi y un onigiri, pero versión coreano; Jin parece tan tranquilo que no creo que mis suposiciones sean ciertas. Quizá sólo me encontró por casualidad y decidió hablarme de nuevo, sí, eso debe ser. Abro lentamente el empaque del Gimbap preguntándome si debo comerlo o devolverlo.

—¿De verdad? ¿no lo sabes?, ¿en serio? —me cuestiona ante mi silencio y volteo a verlo confundida.

—¿Saber qué?

—¿No es por eso que estudias en esta universidad? —me siento más confundida, de verdad no sé a qué se refiere— ¿no sabes que yo estudio aquí?

Al escucharlo decir eso casi me atraganto con el arroz en mi boca, ¿qué?, digo, sabía que Jin estudia la universidad, pero nunca quise indagar mucho en ese tema. La razón por la que decidí estudiar coreano aquí es porque tiene la oferta académica y la más accesible para mí, no se me pasó por la mente que uno de mis Idols favoritos podría estudiar aquí.

—Ah, entonces no lo sabías, —comienza a hablar de nuevo—, no siempre puedo venir a tomar clases, comúnmente hago todo por internet, pero hace un par de meses vine y te vi por primera vez. Así que cuando te vi en el pasillo de ramen supe que te podía encontrar aquí.

—Qué buena memoria, pudiste recordarme después de todo, ¿eh?... Espera, ¿así que ya me habías visto antes y por eso me dijiste que comiéramos juntos si nos volvíamos a ver?

Asiente. Eso explica mucho. Por eso está aquí, por poco y pienso que mi artista favorito es un acosador de chicas o algo así, pero fue todo casualidad, perdóname Jin por casi pensar algo muy malo de ti. Aunque, supongo que también él pudo pensar algo parecido de mí, una fan que se matriculó en la universidad en la que él estudia para acosarlo, no suena tampoco a algo muy bueno.

Lo veo de nuevo mientras come y recuerdo todos esos lives EatJin que hizo, es lindo verlo comer a través de una pantalla, pero es más lindo verlo en persona. ¿Qué cosa bondadosa había hecho en esta vida y en todas las anteriores para poder vivir este momento? Dios, todavía siento como si estuviera soñando. Trato de inhalar y exhalar para tranquilizarme. Y comienzo a comer también.

—Entonces, ¿te gusta? —Jin habla y recuerdo que a los coreanos les gusta cuando alguien dice que la comida sabe bien.

—Sí, está rico —contesto sonando animada y él ríe un poco.

—Digo, sí también, pero hablaba del libro —dice divertido mientras lo señala.

—Jin, lo hiciste a propósito, ¿verdad? Deja de burlarte.

Le digo para después reírme, no sé por qué, pero me siento tan cómoda con sus bromas y riéndo junto a él. Nunca creí que nuestras personalidades pudieran acoplarse tan bien. Nunca creí que podría hablarle tan tranquilamente teniéndolo tan cerca.

—Sí, me gusta, creo que podría volverse uno de mis libros favoritos, pero eso solo lo sabré cuando lo termine —le explico aún sonriendo.

—Te pediría que me lo prestarás, pero veo que está en... —detiene su oración y yo lo veo sin querer ayudarlo a averiguar en qué idioma está.

Luego de unos segundos de ver las letras de la portada del libro me observa. Yo realmente quiero saber de qué país cree que soy y cuál es mi idioma natal, no puede ser tan difícil, si conoce el inglés, debe saber que ese libro no está en ese idioma y no hay muchos idiomas en el mundo con alfabeto latino. Vamos Jin, aún si mencionas un país hispanoamericano estará bien, vamos, tú puedes. Lo aliento mentalmente, pues puedo ver el sufrimiento en su rostro, no quería equivocarse. Me observa pidiendo ayuda.

—Vamos Amy, dime de qué país eres, estás disfrutando de verme sufrir —me pide y me siento rara, es la primera vez que un chico me hace aegyo, mis mejillas comienzan a arder. ¿Qué haces SeokJin?

—¿Tú de cuál crees? —le pregunto voltendo a otro lado, no puedo mantenerle la mirada.

—De... umm... —se detiene a pensar unos segundos— ya sé, si tú me dices de que país eres, yo te digo que idioma hablas

—Jin, eso no es un trato justo, mejor tú dime qué idioma hablo y yo te digo de qué país soy.

—Ok. —contesta luego de un corto tiempo.

Jin toma el libro y comienza a hojear las páginas, supongo que en el título no hay ninguna palabra que conozca, por eso está buscando en el texto. Que inteligente. También me pregunto si Jin había planeado de alguna forma esta situación, porque es muy fácil solo preguntarme de donde soy y mi idioma natal, pero terminamos en esta situación tan divertida. Quizá solo salió naturalmente, quiero creer eso.

—"Gracias" ¿"gracias"?. Es español, tú hablas español —exclama y me siento emocionada por escucharlo decir algo en español. Asiento

—Acertaste. Y tengo que decirte que soy una chica de México.

—Oh, México, si justo eso estaba pensando.

—Sí, claro.

—Es verdad, tienes justo la cara que dice: "soy una bonita chica de México" —dice y luego se pone nervioso. Al parecer para ninguno de los dos pasó desapercibida la palabra "bonita" en su oración.

Trato de no pensar mucho al respecto, pero no puedo evitar sentirme emocionada de que Kim SeokJin piense que soy bonita; porque en mis más profundos deseos espero que se enamoré de mí, tengamos un romance muy lindo, nos casemos y tengamos dos hijos. Pero, no estoy pensando con claridad.

El celular de Jin suena en ese momento y se levanta para contestar la llamada. Casi olvido que es un chico que tiene muchas cosas que hacer porque su fama no se mantiene si se la pasa ligando con chicas. Siempre me ha gustado que le ponga tanto esfuerzo a su trabajo. Suspiro y termino mi Gimbap en lo que él termina de hablar.

Cuando vuelve me ve un poco apenado y ansioso, parece que tiene algo urgente que hacer.

—Tengo que irme...

—Está bien, entiendo, me gusta lo que haces tú y los demás chicos de BTS, su música, las fotos, los videos y todo eso, ¿qué tipo de fan seria si me enojara porque tienes que dejarme para hacer eso que tanto me gusta? Está bien, ve.

—Ah, Amy, ¿crees eso?, gracias; bien, me iré, pero primero, ¿puedes darme tu número de teléfono?

Hola^-^, hasta aquí el tercer capitulo, ¿les gusto?

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