Durante cada mañana había que tener el objetivo en mente (pensaba él diariamente). No costaba nada ayudar a los demás. Aquel satisfactorio camino era bien recibido, regalándole una sonrisa a alguien y dando satisfacción al bondadoso. Pero hablando un poco de ese aspecto… desde esta mañana sentía un ligero dolor en las muñecas. Era una sensación rara que brotó de la noche a la mañana. Sus manos parecían estar mal cocidas, con hilos ajustados y a su vez forzados a no desprenderse por lo desacomodados que estaban, al borde de romperse con un movimiento brusco.

   Este día rompió su racha de positividad y tranquilidad. La irritación en su piel empezó a martirizarlo desde temprano y entonces una escena lo tomó por desprevenido. Caminando hacia su trabajo se topó con un entorno de muerte lamentable. La calle estaba restringida por la cinta policial desviando el paso de peatones a su ruta paralela. Frente a un edificio había una ambulancia en la cual subían el cuerpo de una niñita. A otro costado una pareja lloraba desconsoladamente envuelta en sufrimiento.

   El cielo estaba nublado, dando a parecer que las cosas serían tristes hoy. Siendo contraproducente con su forma de vivir: “Aportar con tu granito de arena para hacer del mundo un lugar mejor”. Claramente este hombre sacaba lo mejor de las situaciones, pero ya no podría nunca más. Fue esa misma tarde mientras leía durante su hora de descanso que ocurrió… Sin previo aviso, el dolor que tenía se incrementó de una forma descomunal.

   Entonces simplemente el sol parecía haberse apagado, como una simple vela. Todo su alrededor se tornó sombrío y desolado. La gota que colmó el vaso y lo hizo sucumbir en el terror absoluto fue ver sus manos desprendiéndose de su posición.

   Sin tener ningún conocimiento sobre los entes demoniacos o al menos casos paranormales el sujeto sería sometido por lo más siniestro. Levitaba en medio de este nuevo desértico paraje, con sus extremidades alejándose entre si lentamente. En sus ojos se proyectaron imágenes horribles de sus peores pesadillas a un nivel que ni él imaginaba. Las secciones de su cuerpo se rompían con una facilidad tal como deshilachar un muñeco. Siendo atormentado por numerosas decenas de entidades invisibles fue reducido a un torso, totalmente inútil para seguir su objetivo. Su cabeza desprendida apenas miró a él causante de estos actos.

   —Es por una causa mayor, por una buena— le dijo esta persona carente de alma. El sol fue reencendido a la normalidad.

   Howard estaba ensangrentado hasta los codos, agotado por “Deshilachar” a ese hombre. Deshacerse del cuchillo con hoja de serrucho fue simple. Aun así, el trabajo no estaba finalizado del todo; Hasta enterrar las 14 secciones del cuerpo entre la arena de la playa.

   Trasladarlo desde su puesto de trabajo en el centro de calidad donde trabajaba hasta ese escondite ideal para “darles un aventamiento a las tinieblas” no resulta ser tan simple. Crear una fosa para esas carnes desgarradas eran lo último que hacer por la tarde.