★XXXIII★
★Confidencial★
★★
Suki, sumergida en un mar de desconcierto e incomprensión, miró a la rubia que la llevaba consigo sin poder hablar el remolino de preguntas que azotaba cada rincón de su mente. No fue hasta que notó el camino que estaba tomando la mayor cuando salió de su ensimismamiento.
—El distrito Uchiha queda por aquel lado —Señaló a su izquierda confundida.
—Ya lo sé —Fueron las únicas palabras que recibió como respuesta.
—¿No dijo que iba a hablar con mi padre?
—Yo hablaré con tu padre —Sentenció la rubia con una seriedad que nadie se atrevería a enfrentar.
No mucho tiempo después Tsunade dejó a Suki junto a Sakura, quien se encontraba leyendo libros para ampliar su conocimiento en ninjutsu médico, sin mediar palabra más que la orden de no dejar sola a la Uchiha hasta que alguien de su confianza pase a por ella.
Los pasos seguros de la Hokage resonaban a cada pisada, reclamando la autoridad que desde un principio tenía. Sus ojos siempre fijos al frente, ignorando las miradas curiosas de la población cuando se presentó dentro del distrito Uchiha. No se detuvo hasta llegar a su destino, donde golpeó la puerta principal con tres toques potentes.
—Hokage-sama —La sorpresa irradiaba en la voz y expresión de Mikoto tras la inesperada presencia— ¿Puedo ayudarla en algo?
—¿Esta Fugaku presente? Hay un tema importante que debo discutir con ustedes.
Ambas mujeres se observaron y la de ojos oscuros captó a través de la mirada opuesta la seriedad que ameritaba la situación. Asintió una vez y se hizo a un lado dando espacio para recibir a la Hokage dentro de su hogar.
—Iré por Fugaku, por favor tome asiento si así lo desea —Ofreció la anfitriona haciendo una seña a la sala de estar antes de desaparecer por uno de los pasillos.
Tsunade tomó lugar en uno de los sillones individuales y dio un rápido vistazo a su alrededor notando la cantidad de cuadros familiares adornando los muebles, además de otros pocos más colgando en una de las paredes. Sonrío levemente por el ambiente cálido que transmitía.
No era común encontrar familias como aquellas y era algo de lo que fue conciente tanto en la guerra como en sus años fuera de la aldea, donde conoció y atestiguó lo ruin e insensible que era la vida con algunas personas.
Personas que tarde o temprano quedarían corruptas de alma y con sed de venganza.
El sonido de pasos se oyeron provenir del pasillo y al dirigir sus ojos claros hacia allí vio a los dueños de la casa acercarse hasta sentarse ambos en el sofá frente a ella.
—Hokage-sama —Saludó Fugaku bajando levemente la cabeza con seriedad— ¿Qué es lo que necesita discutir con nosotros?
—Soy conciente que este es un tema tabú para los miembros de su clan —Comenzó Tsunade entrelazando sus manos sobre su regazo, clavando su mirada dominante en el rostro de los dos adultos frente a ella—, pero necesito que cooperen y puedan brindarme toda la información de la que dispongan.
La pareja de Uchihas se miraron unos segundos, comunicando sus respectivas opiniones en las pupilas del otro. Ambos terminaron por asentir levemente, aparentemente llegando a un acuerdo.
—¿Cuál es el tema al que se refiere en concreto? —Indagó con curiosidad Fugaku, cruzando los brazos sobre su pecho sin borrar la seriedad de su rostro.
—Uchiha Keitaro.
Instantáneamente el aire a su alrededor se tornó pesado, el nombre en la voz de la rubia fue claramente algo que ninguno esperaba escuchar, transformando sus expresiones como si el recuerdo del pasado haya dejado heridas que eran imposibles de sanar.
La figura del líder del clan se tensó, apretó su mandíbula en un intentó de controlar sus emociones y cualquier comentario fuera de lugar al escuchar inesperadamente aquel nombre que en su momento tanto caos generó.
Mikoto, por su lado, llevó una de sus manos a su boca con preocupación, si la Hokage había acudido presencialmente a su hogar para hablar de él es porque existía la posibilidad de que haya regresado. Su mano libre encerró en un puño la tela de su falda, buscando calmar sus preocupaciones aferrándose a la pequeña esperanza de que lo que creía fuera falso.
—¿Por qué quiere saber sobre él? —Preguntó Fugaku en cuanto pudo relajarse lo suficiente—. Hay un acuerdo que declara ese caso como confidencial y jamás nadie volvió a hablar sobre ello ¿Por qué ahora? ¿Qué es lo que busca?
Tsunade cerró los ojos por un momento tomando una bocanada de aire. Ella era conciente de lo delicado que era ese tema para todo su clan, pero aunque solo tuviese una leve sospecha no podía dejar pasar por alto que existía la posibilidad de que Keitaro haya regresado. Si sus sospechas resultaban ciertas, estaba frente a un problema que debía tomarse con total seriedad.
—Cuando asumí mi puesto como Hokage de la Aldea de la Hoja tuve acceso a los archivos confidenciales y me tomé la libertad de leerlos —Confesó la rubia sin desviar sus ojos de los contrarios—. Entre ellos se encontraba el archivo de Uchiha Keitaro. No era demasiada la información que allí detallaba, pero sí recuerdo cierta parte de su historia como residente de Konoha y las habilidades de las que se apoderó la última vez que fue visto con vida.
Fugaku y Mikoto escuchaban atentamente las palabras de Tsunade, incapaces de cortar su discurso por el nudo que se formaba lentamente en su garganta. La última vez que fue visto con vida no solo generó problemas dentro y fuera de su clan, sino que también instaló un trauma con el que su hija menor tuvo que lidiar gran parte de su vida.
—Esas habilidades no son algo que deban tomarse a la ligera —Opinó la Hokage y tomó una bocanada más de aire, debía prepararse para lo que pensaba revelar—. Y por ese motivo estoy aquí ahora mismo. Creo que Uchiha Keitaro regresó y está utilizando esas habilidad sobre Suki.
El aire tenso pareció crujir a su alrededor cuando los corazones de ambos Uchiha se detuvieron por una milésima de segundo antes de comenzar a latir desenfrenados.
Mikoto ahogó un grito desesperado cubriendo su rostro tras sus manos. No quería creerlo, su mente se volvió un completo caos ¿Por qué? ¿Acaso no le bastó con todo el daño que ya le había causado a su familia?
Fugaku pasó un brazo por los hombros de su esposa tratando de brindarle consuelo, aunque él estaba tan mal como ella. Sentía furia, impotencia y miedo por el bienestar de su familia, pero no podía permitirse sucumbir a sus emociones cuando sabía que debía asumir la responsabilidad como cabeza del clan y jefe de su familia.
—Suki se presentó hace unos minutos en mi oficina porque quería controlar su mejoría, entonces me comentó que presentaba ciertos síntomas que cuadraban con la información en el archivo de Keitaro —Explicó Tsunade para dar respaldo a su sospecha—. Al aplicar ninjutsu medico sobre su cabeza encontré rastro de chakra ajeno. Parte de él se disipó al contacto con mi chakra, pero aún está presente una pequeña parte.
—Podemos eliminar el restante con el sharingan, sólo debe hacerlo alguien con un genjutsu superior al del usuario que lo creó —Declaró Fugaku pensando en los que creía capaces de lograr contrarrestar el poder de Keitaro.
—¿Dónde está Suki ahora? —Preguntó Mikoto volviendo a participar de la conversación cuando logró tranquilizarse lo suficiente.
—Creí que sería mejor tener esta conversación en privado. Ella está junto a Sakura, tengo confianza en que estará segura mientras esté acompañada por alguien de confianza —Habló la rubia calmando un poco las preocupaciones de la azabache—. Quizás no les agrade la idea, pero recomiendo llevar a Suki a la División de Inteligencia, Yamanaka Inoichi podría ser capaz de encontrar cualquier información útil.
Mikoto y Fugaku asintieron estando de acuerdo. A ninguno le agradaba la idea de hacer que su hija pase por esa experiencia pero eran concientes de que era lo mejor para garantizar su seguridad y la de toda la aldea.
Los tres guardaron silencio cuando el sonido de la puerta de entrada se escuchó retumbar por toda la casa y por el pasillo apareció Sasuke, quien quedó estático al notar a Senju Tsunade sentada en la sala de estar de su hogar. Sus ojos oscuros pasaron por el rostro de los tres adultos con confusión.
—¿Ocurrió algo? —Se atrevió a preguntar en el silencio incómodo que se había creado.
Su madre estuvo a punto de responder cuando una pequeña ventisca de viento llamó la atención de todos los presentes. Shizune junto a dos ANBU se habían presentado en medio de la sala.
—¡Lady Tsunade! —Llamó la pelinegra recién llegada con expresión preocupada—. Acaban de llegar noticias del escuadron que salió en la madrugada. Nos enviaron un anuncio de retirada y piden un escuadrón de apoyo compuesto por ninjas médicos con urgencia.
—¡Que un escuadrón médico salga de inmediato y sean acompañados por dos ANBU! —Ordenó la rubia poniéndose de pie a la vez que Shizune desaparecía de allí junto a quienes la acompañaban—. Debo retirarme, pero continuaremos esta discusión en otro momento.
La Senju no esperó respuesta alguna antes de salir del hogar a toda velocidad con destino al hospital para tener todo preparado en cuanto los escuadrones regresasen en caso de que alguno de los integrantes necesite atención urgente.
En la sala de estar del líder del clan Uchiha los únicos tres que quedaron presentes se observaron en alerta.
—¿Itachi no era uno de los que salieron en una misión en la madrugada? —Preguntó Mikoto llevando una mano a su pecho, sintiendo los golpes fuertes del corazón vibrarles en la palma.
—Sí, él estaba en ese escuadrón —Afirmó Fugaku cerrando los ojos para que estos no delaten los nervios que sentía dentro de sí.
★Itachi★
—¿Habrá llegado ya el pedido de ayuda? —Preguntó uno de mis compañeros recargando su cabeza en el tronco donde descansaba su espalda.
—Ya deberían estar en camino —Contesté observando la sangre que manchaba su pantalón comenzar a esparcirse en el suelo a su alrededor— ¿Aún te sientes mareado?
—No creo poder mantener el equilibrio si me levanto —Admitió hundiéndose de hombros con derrota antes de dirigir una mirada a los dos compañeros que estaban en el suelo—. Los que deberían de preocuparnos son ellos.
Asentí dirigiendo la vista al mismo sitio. Desde el enfrentamiento con el enemigo no parecían presentar indicio alguno de que vayan a despertar pronto, al menos logramos sacarlos de allí a tiempo y capturar a uno de los enemigos.
Llevé mi atención a éste último, lo habíamos amarrado de piernas y brazos. Sus ojos se movían de un lado a otro, pero si no fuese por ese hecho parece como si estuviese... muerto.
Miré a mi lado donde Shisui miraba una de sus manos mientras con la otra apretaba la herida en su abdomen, que había sufrido al rescatar a uno de nuestros compañeros, para detener la sangre que salía en cantidades pequeñas pero constantes. Su ceño estaba fruncido y parecía estar sumido en sus pensamientos.
—¿Está todo bien? —Pregunté por lo bajo, solo lo suficiente para que él pudiese oírlo.
Le había notado extraño desde que se había presentado en la oficina de la Hokage en la madrugada, pero no había tenido hasta ahora una oportunidad de hablar con él a solas.
—¿Eh? —Pareció desorientado por un segundo antes de dirigirme una leve sonrisa—. Tranquilo, no te preocupes por mí, estoy bien.
—Te veo muy pensativo ¿Hay algo que te esté molestando?
Pareció no esperar mi pregunta ya que su primer reacción a mis palabras fue sonrojarse ligeramente antes de negar un par de veces con una risa nerviosa.
—Solo recordaba algo —Dijo llevando una mano a su nuca. Le mantuve la mirada unos segundos antes de que suspirara y borrara la sonrisa de su cara. Llevó la mano de su nuca a mi hombro y dio un pequeño apretón—. En realidad, debo hablar contigo sobre algo, pero no aquí.
Asentí a sus palabras un poco confundido. No tenía ningún problema en esperar y escuchar qué era lo que quería hablar conmigo, pero una parte de mí decía que no estaba listo para saber lo que sea que tenga que contar.
★Suki★
—¿Estás segura de que no pasará nada? —Pregunté a mi amiga pelirosa quien caminaba a mi lado.
Deje mis ojos recorrer el entorno, las calles iluminadas de la aldea combatían con éxito el velo oscuro que formaba el cielo nocturno sobre nosotras.
—Sé que no es lo planeado, pero ya sabes como son mis padres a veces. Necesitaba respirar un poco de tranquilidad —Refunfuñó haciendo ademanes con las manos, tratando de olvidar la discusión con sus progenitores que había tenido temprano ese día—. Por otro lado, Lady Tsunade dijo que no te dejase sola y voy a cumplir con eso. Tampoco puedes negar que te agrada la idea de salir un rato con nosotras, hace tiempo no tenemos tiempo de chicas.
Sonreí a eso, pues estaba en lo cierto. Miré a Hinata e Ino caminar unos pasos por delante de nosotras, incluso se había añadido Tenten al grupo cuando nos cruzamos con ella en medio de las poco concurridas calles de Konohagakure por la noche.
Seguimos caminando por unos minutos más hasta ingresar a uno de los bares de la calle principal. Ocupamos una de las mesas mientras Sakura se encargaba de buscar las bebidas.
—¡Estoy tan emocionada! —Chilló Ino entrelazando sus manos a la altura de su pecho—. Necesitaba estar con ustedes, entre las misiones y las prácticas de ninjutsu médico creí que no las volvería a ver jamás.
—Al menos pasas tiempo con Sakura en tus prácticas, yo estoy rodeada de hombres todos los días —Bufó Tenten acomodando su codo sobre la mesa de madera para apoyar su mejilla en su mano.
—No es lo mismo, preferiría que fuese cualquiera de ustedes la que me acompañe —Contestó la rubia con una sonrisa burlesca ocupando su rostro.
—¡Te oí, Ino puerca! —Acusó la pelirosa apareciendo con dos botellas y unos cuantos vasos. Con su cadera golpeó uno de los hombros de la Yamanaka.
—¿Por qué crees que lo dije? —Rió Ino ayudándola a colocar lo que traía sobre la mesa.
Sakura tomo el lugar vacío a mi lado sacando la lengua en burla hacia la rubia. Reí entretenida y tomé uno de los vasos, pero antes de poder tocar la botella de alcohol Sakura me detuvo y enseñó otra bebida que no había notado que llevaba.
—Tú y yo nada de alcohol esta noche —Declaró colocando la botella de jugo junto a mi vaso.
Puse los ojos en blanco pensando que se parecía a Itachi alejándome las bebidas alcohólicas en las fiestas familiares. Sin embargo, no repliqué. Sabía que mi amiga tenía razón.
—De acuerdo, además alguien debe hacerse cargo de nuestras amigas alcohólicas —Comenté señalando con la cabeza a las tres chicas restantes.
Ninguna pudo replicar cuando estaban haciendo gestos por haber tomado un shot de bebida blanca. Tenten había servido la misma cantidad de alcohol a cada una y alegó que debían beberlo como ritual para comenzar una buena noche.
—Estuviste bastante callada todo el camino, Suki —Habló Ino sirviéndose un poco más en su vaso ya vacío— ¿Por qué no nos cuentas sobre algo? Como de tu relación con Shisui, por ejemplo.
Casi escupo el jugo que acababa de beber de la sorpresa. Miré a la rubia con mis ojos entrecerrados pero los suyos brillaron con gracia por la situación en la que acababa de ponerme.
—¿Estás de novia con Shisui? —Preguntó Tenten sorprendida y pude ver por el rabillo del ojo que Hinata me observaba de la misma forma—. No te lo tomes a mal ¿Pero no estabas en una relación con Katsuro hace poco?
Presioné los labios para evitar decir cualquier idiotez, no me esperaba que Tenten supiese ese dato. Sakura e Ino voltearon a observar a otro lado haciéndose las desentendidas y al mismo tiempo delatando ser las culpables.
Chismosas.
—¿Está todo bien, Suki-chan? Recuerda que nos tienes a nosotras si hay algo que quieras hablar ¿Si? —Preguntó Hinata mirándome con preocupación.
—No te preocupes, estoy bien, pero gracias por preguntar —Le sonreí con ternura dando un pequeño apretón en su antebrazo más cercano—. Katsuro es importante para mí, no voy a mentirles, pero jamás logre verlo más allá que como un buen amigo.
—Me parece bien que no sigan estando juntos si no había sentimientos amorosos de parte de ambos —Acotó Tenten sirviendo ya su tercer vaso—. Katsuro no solía reunirse con nosotros frecuentemente así que no lo conozco tanto como a los demás, incluso diría que solo hablaba contigo y Akiyoshi, pero nadie merece estar en una relación donde la otra persona no siente lo mismo.
—Tenten acaba de decir algo muy cierto, pero esa no fue la pregunta que te hice, Suki —Me señaló de forma acusadora Ino.
—No hay más para contar que el hecho de que somos novios —Me hundí de hombros con desinterés. El alcohol me vendría genial para excusarme del sonrojo.
—¿Tu familia lo sabe? —Preguntó Sakura inclinándose un poco sobre la mesa para observarme mejor con curiosidad.
Negué desviando la mirada y tomé un poco de jugo para remojar mis labios. Shisui dijo que hablaríamos con mi padre pero desde esta mañana desapareció y no hubo noticia alguna de su parte.
¿Debería preocuparme? Shisui es lo suficientemente capaz de cuidar de sí mismo y siempre existe la posibilidad de que haya salido en una misión.
“Te dije... que moriría por tí.”
Abrí los ojos de golpe cuando la imágen de su rostro ensangrentado se presentó de imprevisto en mi descuido al cerrar los ojos. No quería revivir esa escena que me atormentó lo suficiente en la pesadilla que tuve por la mañana.
—¿Por qué mejor no me cuentan sobre ustedes? —Sugerí recargándome en el respaldar del asiento—. Llevamos tiempo sin juntarnos y seguro tienen algo que contar.
Ino, Sakura y Tenten comenzaron a soltar palabra tras palabra instantáneamente, sin siquiera una pausa para respirar, y Hinata y yo saltamos en el lugar de la sorpresa antes de pasar nuestros ojos por cada una de ellas tratando de comprender lo que cada una contaba.
—Debí preguntarles de una en una —Susurré a la azabache a mi lado recibiendo un asentimiento de su parte.
Entre charla y charla las tres botellas sobre la mesa se vaciaron en menos tiempo de lo que esperaba. Sakura y yo nos miramos antes de volver nuestros ojos a nuestras sonrojadas y deprimidas amigas.
En un principio parecía que el alcohol las había animado porque no podían evitar soltar risas sueltas sin importar el tema del que estemos hablando y de repente, al tocar el tema "chicos", las tres cayeron sobre la mesa haciendo pucheros con los labios y expresiones de tristeza.
Diría que Tenten es la que estaba en mejor estado al verla levantarse de su posición para ver a las demás, pero cambié de parecer al instante que la vi sujetarse de una de las botellas para no estrellar su rostro en la madera.
—Sai es un buen chico —Murmuró Ino usando su brazo como soporte para vernos al hablar— ¡Pero no puede hacer nada sin consultar con sus malditos libros! Ayer le pregunté si me quedaba bien un vestido que compré para salir con él y me dejó esperando quince minutos hasta que encontró la respuesta que creía correcta ¡Quince! ¡¿Cómo debería de sentirme con eso?!
—Al menos tienes a alguien para tí —Soltó con lamento en un suspiro la castaña—. A mi parece que ningún chico me nota ¡Oigan! ¡Estoy aquí, idiotas!
Miré a ambas sin saber exactamente que decir ni a quien consolar primero, entonces escuche un pequeño sollozo provenir de uno de mis lados. Voltee la cabeza despacio y vi a Hinata con la cabeza apoyada sobre ambos brazos encima de la mesa, parecía dormida a simple vista.
—Naruto-kun...
No, claramente no está dormida.
Llevé una de mis manos para dar pequeñas caricias sobre su cabeza en un intento de consolarla mientras las demás seguían con la conversación.
Miré de soslayo a la pelirosa preguntándome si hablaría de mi hermano si ella también estuviese en un estado similar a las demás. Estoy al tanto que parece gustarle desde que íbamos a la academia, pero nunca expresó demasiado sus sentimientos hacia él conmigo.
—Voy a por agua —Avisé a Sakura poniéndome de pie.
—Buena idea, no podemos llevarlas en ese estado a sus casas —Acordó con un asentimiento de cabeza.
Caminé hasta la barra del bar esquivando las mesas donde otros grupos de personas parecían disfrutar un momento entre amigos. Apoyé los brazos sobre la barra en cuanto llegué y pedí dos botellas de agua a la señora encargada de las bebidas mientras escarbaba en los bolsillos de mi pantalón buscando dinero.
—Aquí tienes, querida —Sonrió con amabilidad la mujer poniendo mi pedido en el mueble junto a un papel con el precio correspondiente—Su amiga me comentó que son kunoichis y la política del bar dicta que necesito sus nombres en caso que la Hokage o algún superior la requiera. No te imaginas la cantidad de ninjas que vienen a beber incluso antes de una misión.
Asentí un tanto impresionada por lo que acababa de escuchar y escribí mi nombre sobre el papel antes de alcanzarle el dinero justo por ambas botellas.
Estaba por irme junto a mis amigas, llevando una botella en cada brazo, pero me detuve en seco cuando al voltear casi choco con un cuerpo que bloqueaba mi camino. Eleve mi mirada al rostro opuesto y fruncí el entrecejo al ver al desconocido observarme con atención.
—¿Sucede algo? —Pregunté extrañada de que no se moviera del sitio para dejarme pasar.
—¿Eres Uchiha Suki?
Sentí mi ceño fruncirse aún más ante su pregunta. Traté de buscar a mis amigas con la mirada pero el extraño frente a mí impedía que lo lograra.
—¿A qué viene esa pregunta? —Inquirí mirándole con desconfianza.
—Tomaré eso como un sí —Sonrió de lado el hombre que parecía doblarme en edad—. No me mires así, solo vengo a dejarte un mensaje.
Guardé silencio sin quitar mis ojos de los suyos. Los nervios comenzaban a subirme por el cuerpo y estaba preparándome para defenderme de cualquier cosa que el extraño pudiese hacer.
—Hay un chico allí afuera, en el callejón trás el bar —Comentó acercando un cigarrillo a sus labios—. Dijo que está esperándote y yo que tú no perdería más tiempo, parecía bastante herido.
Capítulo de 3761 palabras.
07/05/21
Ya se sabe el nombre del hombre misterioso~
Y quedan solo diez capítulos para llegar al final de este fic ¡Gracias por todo su apoyo! ❤️✨
¡Nos leemos pronto!
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