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9. Sorpresas en Año Nuevo

—31/12/2021 ❅

❅Fandom: Ninguno

❅Personajes: Hotaru Takahashi, Hana Fujino, Konrad Gerlach, Heike Schäfer, Stewart Williams, Aleksander Romanovich Danilov, Marcel Molina, Liam Willow, Soren Alain Fritz, Morgan Turing, Anatoli Sergeyevich Shevchenko, Michelle Torchio y Ángel Rey Cano.

—¡Hotaru, desde la izquierda!

—Sí, ya veo —asintió sintiendo cómo sus manos ya sudaban.

—Yo estoy muy lejos, vas a tener que lanzar tú la bomba.

—Tampoco cuenten conmigo, me separé mucho del escuadrón —la voz del chico sonó un poco distorsionada—. Hotaru, te toca.

—Ya lo sé, siempre lo hago yo —sus ojos no se aparaban del objetivo sintiendo por unos segundos la presión cayendo encima suyo—. Pero también estoy lejos del objetivo, denme tiempo.

—Cuidado, cuidado, uno te está intentando interce-

—Hecho —dijo al soltar el gatillo teniendo que atravesar la nube de humo que dejó el avión enemigo al haber sido destruido.

—Bien, ahora haz lo tuyo, te intento cubrir.

—¡Espera, me dieron! ¡Me dieron! —siguió disparando aún después de ver cómo salía un poco de humo desde su propio avión— No, no, no es grave, ahora sigo.

Hubo segundos de silencio, bueno, no podía llamarse así realmente debido al constante sonido de los motores y disparos, incluso las balas que chocaban contra el metal de las naves.

—¡Me está persiguiendo, ¿en serio?! —movió el avión de forma en que intentara evitar los disparos enemigos, pero entonces su vista quedó bloqueada por completo— Espera, ya estamos en las nubes y me están volviendo a dar —por suerte consiguió evitar un avión aliado que caía y por unos pocos metros casi caía encima suyo.

—Ya casi estás, te estoy cubriendo, ahora intento quitártelo de encima. Ve y tira la bomba ya.

Al intentar controlar la altura un pequeño foco rojo en el tablero del avión le dijo que no podría hacerlo, que las balas habían conseguido dañar el motor, y que el tiempo que llevaba volando hacia abajo realmente había estado cayendo.

—No te pases —suspiró fastidiado—. Oye, ¿la misión es sólo destruir el barco?

—Sí, ¿por? ¿Qué pasó?

—No tengo motor, no voy a poder subir después de lanzar la bomba.

—No jodas —se oyó la voz de su otra compañera.

—Voy a soltar la bomba y luego me estrello —dijo apuntando mejor justo hacia el centro del barco enemigo.

Nadie dijo nada más, todos estaban atentos a lo que hacía, cómo seguía cayendo en picado hacia el barco, pero justo cuando iba a dejar caer la bomba, un avión enemigo voló de forma perpendicular a él. Disparó un par de veces destruyendo por completo su avión y luego cruzó el humo resultante de la explosión que había eliminado a Takahashi.

Este suspiró y se recargó en el asiento dejando el control sobre la mesa y mirando la pantalla que mostraba la derrota de su equipo.

—¿Hotaru? —lo llamó Konrad.

—Te odio, Stewart —fue lo único que dijo empezando a formar una pequeña sonrisa a pesar del fastidio.

—¿¡A mí por qué!? ¡Fue Marcel el que te eliminó!

—Pero tú me estabas persiguiendo, ni siquiera disparabas, sólo me perseguías porque sabías que tenía el motor roto.

—¿No te habías dado cuenta antes? —dijo con una corta risa el chico.

—No. Hasta que quise subir no me salió el aviso de que tenía el motor roto.

—Ay pues perdón —se disculpó entre unas cuantas risas.

—Ahora a la siguiente partida si nos toca en equipos contrarios ya nos las arreglamos.

—Oigan, yo me tengo que ir, vamos a salir y mi hermano ya se quiere levantar —dijo Anatoli activando su micrófono por un momento.

—¡No, Anatoli, no te vayas, ahora vamos a jugar en tierra y tú siempre eres mi pareja! —dijo casi a modo de súplica Soren.

—Perdón —rio un poco—. Adiós —dijo antes de abandonar la partida.

—Ya no tengo con quién hablar en cyka blyat —dijo Sasha fingiendo tristeza y pronto se escuchó una risa por parte de Liam—. Es que una vez Heike dijo "¡Ya dejen de hablar en cyka blyat!" y me dio mucha risa, ahí se quedó.

—Marcel, ¿tú no sabes hablar en cyka blyat? —preguntó Konrad.

—No —respondió un poco confundido.

—No, Marcel habla en kurwa —dijo Stewart justo cuando la partida cargó y fueron repartidos en diferentes equipos. Esta vez habían escogido una misión diferente en la que ellos combatirían en vez con aviones, usando tanques y a pie con diferentes armas.

—No —negó de nuevo.

—¿No? ¿No que tu novio es húngaro?

—Cómo eres estúpido, Stewart —suspiró escogiendo el personaje para la siguiente partida justo cuando se escucharon unas cuantas risas de los demás—. Es serbio, pedazo de imbécil.

—¿En serio? Pero yo recuerdo que hace tiempo tú me dijiste que era de Hungría o algo así.

—No, es de una ciudad hacia el norte que está cerca de Rumania y Hungría, a lo mejor con eso te confundiste —dijo explicando ahora con mucha más paciencia.

—Ah, entonces sí era eso, perdón. Llevo como un año creyendo que es húngaro y que cuando se pelean suenan pequeñas bombas de "kurwa" por ahí.

—No, pues no. Además, casi nunca nos peleamos y de por sí es difícil sacarle groserías a Dragan, yo soy el malhablado de los dos.

—¿Se dan cuenta de que siempre le hacemos bullying a Stewart sin motivo? —comentó Morgan.

—Sí, ese es su papel en el grupo —rio Hotaru acomodando mejor los audífonos al momento de iniciar la nueva partida.

—Ya veo cuánto me quieren —se quejó el nombrado también empezando el juego.

—Oigan, ¿y al final Adelina y Akira no van a venir ya definitivamente? —preguntó Michelle hablando así por primera vez en la llamada.

—Akira me dijo que a lo mejor llega pero más tarde, y Adelina definitivamente no, ya se fue a dormir, aquí ya van a dar las tres de la mañana —respondió Heike.

—Las dejaron solitas —comentó Fritz con lástima y Heike le dio la razón.

—¿Qué hora es allá, Sasha? —preguntó Liam.

—Las siete y veinte de la mañana.

—Llevas jugando desde hace casi una hora, ¿no te vas a dormir o qué? Te vas a morir —dijo Konrad con una risa sarcástica.

—Oye, ¿por quién me tomas? Me desperté a las seis, no llevo despierto toda la madrugada.

—¿En vacaciones? —volvió a cuestionar Konrad y cuando el rubio afirmó él volvió a reír— Vaya, qué madrugadores son los siberianos.

—Es que mi perro me despertó, se puso a ladrar en mi cuarto y le tuve que abrir para que saliera al patio, pero ya no me pude volver a dormir, vi que estaban de viciosos así que me conecté y aquí estamos.

—Oh ya —asintió Liam haciendo una pausa para frotar sus manos—. ¿Y qué temperatura hay? Aquí estamos como a un grado, me muero de frío.

—Pues igual está haciendo frío, espera... Alexa, ¿a qué temperatura estamos? —a varios les causó risa cómo hizo la pausa para preguntar al dispositivo que respondió también en ruso así que no pudieron entenderlo— 23 grados bajo cero.

—Bueno, entonces dejo de quejarme —rio Liam.

—Aquí igual estamos a unos cuatro grados bajo cero —dijo Soren revisando la temperatura en su teléfono, realmente todos lo hicieorn al sacar el tema.

—Michelle, ¿hace mucho frío en Tokyo? —preguntó Hotaru— Le iba a preguntar a Anatoli pero de por sí él nunca tiene frío, podemos estar a cinco grados y dice que no está tan mal porque él lo compara con Bielorrusia.

—Claro. Pues aquí ahora estamos como a ocho grados, sí está haciendo frío pero no tanto como otros días. ¿Y en Nagasaki?

—Once, tampoco estamos mal —rio.

—Esperen, ¿Tokyo? Me estoy perdiendo de algo —dijo Soren algo confundido—. Michelle, ¿no que vivías en Lazio?

—Sí, sí —tanto ella como Heike rieron—. Es que vine a pasar la Navidad con mi tía y mi primo, ¿te acuerdas?

—Ah pues de eso yo no me enteré.

—Bueno, ahora ya lo sabes —rio la castaña dejando después unos segundos de silencio.

—En Heidelberg estamos a dos graditos —dijo Konrad bajando el teléfono y volviendo a tomar el control con cuidado de no despertar a Noel quien dormía recargando su cabeza en sus muslos—. ¿Y en la capital, Heike?

—Ocho bajo cero —varios se sorprendieron por su respuesta.

—¿En fahrenheit eso cuánto es? —preguntó Stewart por curiosidad.

—No, Stewart, no estamos aquí para complacer. Todos aquí menos Morgan y tú, nos entendemos en Celsius, metros y gramos —negó Hotaru fingiendo seguir molesto.

—¿Pero por qué te enojas conmigo, Hotaru? No seas así... —rio en mitad de un llanto fingido.

—Son unos 17 grados en Fahrenheit —respondió Heike.

—Gracias, Heike, ya no me siento excluído.

—Es que mira, aquí hay dos grados Celsius, ¿no? Según internet esos son 36 Fahrenheit, pero nuestro cerebro hace ver que 36 significa mucho calor pero dos es frío, y si un día estamos a unos agradables 23 grados Celsisus pero me dices que estamos a setenta y tantos grados yo me voy a asustar hasta que digas Fahrenheit —siguió hablando Konrad.

—¿Y si nos manejamos en Kelvin de ahora en adelante? —comentó Morgan a modo de broma.

—Ay sí, yo sí quiero —dijo Sasha en un tono emocionado que hizo reír a los demás—. Entonces yo me encuentro a 250 Kelvin.

—Yo estoy a unos 283, aquí no está haciendo frío realmente —dijo también Marcel—. El que se encuentra más cercano al cero absoluto es Sasha, ¿no? —el chico le dio la razón y varios lo hicieron también—. Lo que es vivir en Siberia.

—¿Qué es el cero absoluto? —ladeó la cabeza Michelle aunque ellos no la pudieran ver.

—Es el punto de temperatura más bajo que existe. Cero grados Celsius son 273 Kelvin, y cero Kelvin son -273 Celsius, es el punto más frío al que existe la materia —explicó Sasha.

—El físico tenía que ser —rio Soren.

—Sasha, calcula la trayectoria de un disparo desde aquí, ¿sí le clavo el headshot a Liam? —preguntó Konrad aún teniendo en la mira al otro chico quien nada más escucharlo hablar se movió para evitar el tiro ya anunciado.

—Con esa ametralladora no. Sólo hay un ser humano que conozco que mete headshots precisos con una British 303 y ese es Aleksei, no sé cómo lo hace, pero el muy desgraciado hace headshots con revólvers de una trinchera a otra —negó con la cabeza Danilov mirando el personaje de Konrad antes de seguir corriendo en dirección opuesta.

—Sí, maldito Aleksei, cómo lo odio —volvió a hablar Soren—. Pero en vida real sí dispara, ¿no?

—Sí, es que su abuela fue francotiradora y su papá se ve que controla entonces a veces va a cazar. Pero no sé hasta qué punto la balística en los juegos se parezca a la de la vida real —comentó Sasha.

—Mi sueño es que un día nos reunamos todos y jugar gotcha con Aleksei, quiero un headshot suyo como recuerdo —bromeó Heike.

Hubo de nuevo un tiempo en silencio para centrarse en la partida, pero cuando Morgan vio que dos de los personajes ocupados corrían montaña arriba, él corrió hacia la especie de refugio donde estaba repostando el personaje de Stewart.

—No, no, así ya no quiero jugar. Marcel y Sasha ya tomaron la montaña, yo sí les tengo miedo —bromeó corriendo a cambiar su arma para una de mayor distancia.

—Eso, tengan miedo —rio exageradamente Marcel también cambiando de arma.

—Yo te tengo respeto y miedo desde el día en que jugando Rainbow, Stewart y yo quisimos ser unos cabrones y les hicimos spawn peek a todo el equipo de Marcel pero sólo quedó él. Y el desgraciado ganó la partida con 3 de vida, ese día yo sí tuve miedo —contó Soren entre pequeñas risas.

—¿Qué es spawn peek? Yo no juego Rainbow, señores, no puedo seguir esta conversación —habló Heike.

—En Rainbow hay atacantes y defensores, al inicio de una ronda los defensores tienen un tiempo para poner refuerzos y proteger sus objetivos mientras que los atacantes usan un dron para localizar los objetivos pero ellos no pueden dejar de usar el dron, osea, no pueden moverse ni nada así pero los defensores sí —explicó Morgan.

—Sí, y ese día Soren y yo fuimos hasta una ventana, estábamos justo enfrente de los atacantes que no podían vernos ni moverse porque estaban con el dron, y una vez empezó la ronda los acribillamos a todos pero Marcel se salvó por poquito.

—Comprendo... Muy mal, qué deshonroso —negó con la cabeza la rubia.

—Pero aún así les di un poco de su propia medicina y gané la partida solo. Usé tácticas militares de videojuegos, mucha concentración, suerte y motivación porque ese día Dragan estaba en la llamada aunque no jugara. Cómo me acuerdo de ese día.

—¡Cuidado, cuidado, Morgan, ven! —le gritó Konrad ocultándose de una de las explosiones que provocaron los dos chicos, pero su compañero no tuvo tiempo suficiente y recibió de lleno la explosión.

—Maldita sea —se quejó con resignación y dejó el control para poder ver cómo seguían jugando sus compañeros.

—Es que ellos dos se hablan en código secreto para planear las estrategias, aunque no los escuchemos ellos hablan telepáticamente —bromeó Soren yendo tras ellos sin que lo notaran.

—Claramente —asintió Sasha aún riendo.

Oye Sasha, vamos a hablar en español y así los asustamos —dijo Marcel en su idioma haciendo que su compañero volviera a reír y luego afirmó varias veces estando de acuerdo.

—Oh no, ya empezaron, ahora sí que estamos muertos —dijo Hotaru también siguiendo el camino opuesto para intentar acorralarlos junto a Soren.

El otro día estaba hablando con Ángel y descubrí que la caballa no es caballo en mujer, es un pescado.

Sí. Nunca lo he probado o eso creo, pero sí. Al caballo en mujer se le dice yegua.

Pues yo no lo sabía, se me abrió el mundo en ese momento.

¿Cuál es tu palabra favorita en español? Cuéntame.

Buena pregunta... —se quedó unos segundos pensando— Felicidad.

¿Felicidad?

Sí, me gusta cómo se siente en la boca cuando lo dices. ¿Sabes qué palabra me cuesta mucho pronunciar?

¿Cuál?

Consicien... concisien... Espera, consciencia. Eso, consciencia.

Consciencia —lo dijo él rápidamente haciendo que Sasha se quedara callado unos segundos.

¿Cómo puedes? —se quejó riendo un poco.

Es que nosotros pronunciamos la s, c y z igual, por eso no me trabo, pero si intento decirla como me imagino que habla Ángel: consciencia... Sí, me cuesta un poco —probó diciendo en alto la palabra después—. ¿Pero sabías que consciencia y conciencia no son lo mismo? Bueno, consciencia y conciencia —de nuevo intentó pronunciar con el acento español para hacerle nota la diferencia a su compañero.

Ah, ¿en serio? 

Ajá.

—Yo creo que sí están hablando de todos los planes, de las posiciones de cada uno y de quién sabe qué tanto más —rio Heike.

—Yo creo que sí. Me recuerdan a Jalil cuando habla en hebreo por teléfono, me da miedo —comentó también Soren.

En ese momento fue cuando él quiso atacarlos pero fue el personaje de Sasha quien lo notó y se giró a tiempo provocando que ambos dispararan a la vez terminando con la derrota de Fritz por la desventaja del terreno.

—Pues estábamos hablando de pescado, luego de caballos y acabamos hablando de que a Sasha le cuesta pronunciar la palabra consciencia en español.

—Ahora me siento peor —rio él también dejando el control.

—¿Después de esta quieren jugar Rainbow? —propuso Stewart.

—¡No, Stewart, nadie quiere jugar Rainbow! —volvió a gritar Hotaru antes de que unas pequeñas risas le ganaran.

—¿Por qué eres así, Hotaru? —de nuevo se quejó exagerando la tristeza.

—Yo sí quiero —replicó Marcel.

—Bueno, vamos a jugar solo porque Marcel quiere —siguió bromeando Takahashi.

—Pero Heike no tiene el juego —comentó Michelle.

—Cierto.

—No, por mí no se preocupen, yo acabando esta partida ya me voy, ya va siendo buena hora para irme a dormir —dijo la chica.

—Sí, yo igual, chicos —añadió Liam y luego se escuchó un largo suspiro por parte de Soren.

—Yo también debería, no tengo sueño pero no es una mala idea. Y tú también, Morgan, no te hagas lelo.

—Tienen razón. Ya se me alteró el sueño por las vacaciones pero debería irme adecentando, mañana en la noche llega Ari así que debo estar listo y no quiero pasarme dormido todo el día teniéndola aquí.

—Ay, es cierto, que Ari te va a visitar para el Año Nuevo —comentó con ternura Michelle.

—Sí, estoy emocionado.

—Ella es muy linda, Adelina siempre sube fotos con ella todo el tiempo, se ve muy tierna —dijo Heike.

—¿Y qué hay de ti, Heike? ¿No hay nena en casa para Año Nuevo? —comentó Soren con algo de malicia.

—No, no hay nena en casa para Año Nuevo, otro año sin suerte —rio mientras negaba con la cabeza.

—A ver, cuenten sus cosas, vamos a hablar de chicas —rio Fritz.

—La mitad de los del grupo somos gays, ¿sabes? —dijo Marcel con un poco de sarcasmo— Y si Jalil se entera de que dijiste eso te va a cortar las pelotas.

—Nah, Jalil y yo nos llevamos así. Literalmente cuando fuimos a la playa estuvimos... puntuando bikinis.

—¿¡Osea que admites que estuviste acosando mujeres en la playa!? —exageró Konrad antes de reír.

—¡No, no! No así, pero sí íbamos hablando de chicas bonitas... y de chicos también, ¿para qué lo voy a negar? Heike, no me digas que nunca haces eso cuando vas a la playa.

—¿¡Y por qué me dices a mí!? —rio la chica.

—Porque te gustan las mujeres.

—Oye, también existen los heteros —volvió a reír Heike—. Morgan, Hotaru, ¿ustedes hacen eso en la playa?

—No —respondieron a la vez los dos.

—¡Pero es que los dos heteros que están conectados ahora son precisamente Morgan y Hotaru, por favor!

—Oye, un respeto, no me hagas echarte la culpa por todo lo que pase de aquí en adelante —protestó Hotaru.

—Hotaru, yo que tú voy contra él, se está pasando de listo.

—Stewart, cállate, por ahora sigues siendo al que le grito por todo.

—¿¡Pero por qué!? —volvió a reír el rubio.

—¡En conclusión! —alzó la voz Konrad— Soren es un enfermo.

—Todo muy mal, Soren —rio Liam.

Finalmente terminó la partida y varios de los chicos se fueron, aquellos que vivían en Europa debido a los horarios. Ya sólo quedaban Stewart y Marcel quienes jugaban desde América siendo allí la noche (había dos horas de diferencia entre ellos), Sasha quien al estar en la parte asiática de Rusia ya se encontraba en los principios de la mañana, Michelle y Sasha quienes jugaban desde Japón donde ya pronto sería el mediodía.

—¿Y ustedes tienen algún plan para el Año Nuevo ustedes? —preguntó Michelle.

—Yo me voy a quedar aquí, lo pasaré con mis padres y mi hermana que viene mañana, no es la gran cosa pero realmente no está mal —dijo Stewart—. ¿Tú, Marcel?

—Pues nosotros vamos a ir con mis abuelos, viven cerca de mi casa pero vamos a pasar ahí la cena y todo eso. Ahora estoy esperando a que llegue Dragan.

—¿A que llegue? ¿Pero que no estaba ahora con ustedes para las fiestas?

—Sí, pero hoy se fue con mi tío Manuel, su esposa, mi hermano y su novio a Teotihuacán, querían llevarlo a ver las pirámides pero yo aún no puedo salir tanto así que me quedé aquí con mi mamá. Ya no deben tardar en llegar.

—Claro, por lo de tu piel, ¿no? —dijo Michelle con algo de lástima.

—Sí. Es que como allá pega mucho el sol, te pasas todo el día caminando con un sol que ni te imaginas, es un viaje de unas dos o tres horas hasta la Ciudad de México así que eso suena como la muerte para mí —comentó con una corta risa—. Pero además yo ya conozco, fui a las pirámides cuando tenía como quince años. Igual hoy mi mamá tuvo día libre así que aproveché el día con ella. Fue a comprar mientras yo arreglaba un poquito la casa, comimos juntos, estuvimos viendo películas... Todo bien, hace tiempo que no estaba con ella así que me alegro de haber pasado el día juntos.

—Me alegro mucho —dijo Sasha con ternura. Ellos dos se llevaban bastante bien así que había estado bastante al tanto de todo lo que le había pasado al chico.

—¿Y tú, Sasha?

—Pues me imagino que lo mismo, estaré aquí con mis padres, vamos a cenar en mi casa y luego nos lo pasaremos aquí. Nada del otro mundo. Aunque mi papá se acaba de ir a comprar así que a lo mejor nos sorprende con que vamos a hacer algo en la parrilla o algo así, pero con este frío no sé si vaya a haber ganas de hacer algo afuera.

—Ya veo. ¿Hotaru, Michelle?

—Yo estaré aquí con mi primo y la familia, nunca he pasado un Año Nuevo con ellos pero seguro que nos lo pasaremos bien, estoy emocionada —comentó la chica.

—Nosotros hicimos la limpieza de la casa ayer así que hoy sólo será preparar comida, ir a recoger a mis abuelos y la pasaremos aquí. Reuniones familiares sencillas.

—Pues todos somos bastante decentes, ninguno me vino con que se va a ir de fiesta toda la noche, me sorprenden, hijos míos —rio Stewart.

—Bueno, no es que se vaya de fiesta como tal, pero Ángel se fue de viaje con una amiga.

—¿Ah sí? ¿A dónde se fueron?

—A Italia. Cogió el vuelo ayer así que ya debe estar por allá, ahora porque es de noche en Europa, pero cuando sea una buena hora lo voy a bombardear a preguntas, quiero ver las fotos de Roma —rio un poco.

Pero en ese momento todos pudieron escuchar cómo una voz fememina se oía en la llamada de parte de Sasha.

—Esperen, me tengo que ir. Me desconecto por si acaso, tal vez vuelva o tal vez no. Bye, bye —se despidió antes de quitarse los audífonos y dejar apagada la computadora—. ¿Qué pasó?

¡Sasha, ábrele la puerta a papá, me estoy bañando!

¡Voy! —él se dirigió a la entrada donde se puso las botas y el abrigo para poder abrir la puerta de la cochera y no congelarse en el intento.

Nada más abrir la puerta, su perro quien lo había seguido hasta el garaje, salió corriendo por la zona que al ser bastante apartada, no corría peligro de ser atropellado o algo así, pero de todas formas él tenía suficiente frío como para querer cerrar la puerta nada más su padre entrara con el coche y volver a casa.

¡Malik, ven! —le gritó saliendo también.

Se quedó fuera, el camino tenía poca nieve pero suficiente como para que su perro corriera jugando con ella. Él se puso en cuclillas para recibirlo con un abrazo y mantenerlo sujeto mientras su padre metía el coche.

A ti te divierte, pero yo me estoy muriendo de frío, ¿sabes? —rio acariciando el costado del animal quien seguía algo emocionado— Más tarde volvemos a salir, cuando haya un poco de sol, ¿quieres? Vamos, vete adentro —le ordenó una vez su padre apagó el coche y él se dirigió a cerrar las puertas.

Pero mientras le colocaba el candado a la entrada, ecuchó una voz que no esperaba oír ni mucho menos.

Tú debes ser Malik. Hola —rio el chico acariciando al perro quien sólo ladró un par de veces antes de dejarse acariciar.

Sasha se dio la vuelta y al reconocerlo sintió que se le salía el corazón. 

—¡Ángel!

El otro chico sonrió y caminó hacia Sasha para abrazarlo sin poder sacarlo del asombro.

Ahora entendía por qué su padre había ido a comprar tan temprano, por qué había tardado tanto en ir simplemente al supermercado, por qué Ángel llevaba todo un día sin escribirle, incluso por qué su madre se había levantado tan temprano estando de vacaciones. Pero después de todo se alegraba mucho de haber sido tan ilusio y no sospechar nada, de no ser así no se habría llevado aquella sorpresa.

Kilómetros más hacia el este, Hotaru también se había arreglado para salir al fin. No hacía tanto frío como en Tobolsk, pero realmente necesitaba su abrigo.

¡Ya me voy! —avisó ya con los zapatos puestos y la puerta abierta.

Sí, ten cuidado —respondió su madre.

¡Hotaru, no olvides el postre! —esta vez fue su abuela quien se asomó al pasillo más apurada para alcanzarlo.

Ay, es cierto, el postre —entró de nuevo a la casa y su abuela rio al ver cómo se le había olvidado—. Este... ¿me puedes dar el dinero? Lo dejé en la mesa de la sala. Es que para no volver a quitarme los zapatos y...

Su madre le entregó el monedero y él rio con un poco de vergüenza y dio las gracias antes de volver a salir.

Una vez fuera tomó su teléfono para escribirle un mensaje a su novia.

>>Oye Hana, me mandaron a comprar un postre para la cena de hoy, te parece si voy a comprarlo y luego paso por ti? 

>>Es que ya sabes cómo soy y soy capaz de olvidarme

Siguió caminando en dirección a la casa de la chica y a los pocos minutos recibió un mensaje diciendo que no había problema, que ella aún estaba terminando de arreglarse. Pasó por una pastelería que estaba de camino y luego siguió el rumbo hasta su destino.

—Hola Hotaru —saludó la madre de la chica al verlo tras llamar a la puerta.

—Hola, buenos días, no, espere... —se quedó pensativo un momento antes de mirar el reloj que llevaba en su muñeca— No, ya son tardes, buenas tardes —la señora rio por lo que hacía—. ¿Está Hana?

—Sí, se está arreglando, ya debe estar lista. ¡Hana, ya llegó Hotaru! —se volteó hacia el interior de la casa llamando a su hija quien apareció al poco tiempo—. Ya está —dijo con una pequeña risa—. Ay, ¿qué es eso? ¿Fuiste a la pastelería?

Quizá era más que nada la costumbre, la familia Fujino conocía a los Takahashi desde hacía años, ella conocía a Hotaru desde muy pequeño, por eso lo veía con tanta confianza y no le importaba hacerle conversaciones tan casuales.

Pero la mente del chico no pensó en lo mismo.

—E-eh sí, este, es un pastel de durazno... —miró la caja unos segundos, maldiciendo no haber pensado ni un segundo en comprar algo para la familia de su novia— Si quiere pueden qued-

—No, mamá —Hana bajó el brazo de Hotaru quien había empezado a extender la caja hacia la señora—. Se lo encargó su mamá para la cena.

—Ay, no, no. Qué indiscreta yo —rio la mujer cubriendo su boca—. No, cariño, sólo era curiosidad.

En verdad le tenía mucho aprecio al chico, le gustaba que su hija saliera con él, siempre lo había visto como un chico muy educado, muy noble y auténtico; pero nunca dejó de darle risa y ternura aquellos momentos de nerviosismo que tenía a la hora de relacionarse con gente mayor que él.

—¿Se la traigo en una horita?

—Claro, diviértanse, ¿sí? —sonrió de nuevo la mujer.

—A la una en punto aquí, ¿eh? —la voz del padre de Hana hizo que la menor rodara los ojos y que el chico volviera a tensarse.

—Buenas tardes, señor —saludó con una reverencia aún sin haber visto al hombre—. Sí, no se preocupe, a la una en punto.

La mamá de Hana rio negando con la cabeza y cierto aire de complicidad con los chicos ya que ella mejor que nadie sabía que eso lo hacía por bromear y poner nervioso a Hotaru. A ambos les gustaba que fueran novios.

—Por poco y le das el pastel a mi mamá —rio ella una vez empezaron a caminar.

—Es que olvidé comprarles algo, entré en pánico —dijo aún con el corazón un poco acelerado por los nervios.

—No tienes que comprarnos nada, ya sabes que mi papá está jugando, es así —dijo también compartiendo cierta ternura—. Les caes bien a los dos, me dicen mucho que les gusta que salga contigo.

—¿En serio?

—Claro. De hecho siempre dicen que les das mucha ternura, que te comportas como lo hacían los chicos cuando mis abuelos o incluso mis padres eran niños, ¿sabes? —ambos rieron un poco y siguieron caminando— Pero bueno, ¿a dónde vamos a ir este último paseo del año?

—Es una sorpresa —dijo apartando la mirada para aguantar al menos unos segundos sin decir el lugar.

—¿Ah sí? —la chica rio con maldad poniendo las manos en su cadera poniéndose enfrente de Hotaru para mirarlo pero él esquivó la mirada.

—¡Sí! —pero al mirarla a los ojos sólo pudo reír y tuvo de decirlo de inmediato— Vamos a la colina de siempre, ¿sí? Donde vemos los fuegos artificiales.

—Aww, claro, sabes que amo ese lugar —asintió dándole un corto abrazo antes de seguir el paso—. ¿Y qué tanto has hecho hoy? Me dijiste que estabas jugando con tus amigos, ¿no?

—Sí, estuvimos jugando War Thunder. La guerra de aviones se puso algo intensa, al final sólo quedaba yo en el equipo y para intentar ganar estuve apunto de estrellarme con el barco porque ya no tenía motor, pero Marcel me derribó en el último momento —empezó a contarle.

Hana no era mucho de videojuegos así, pro siempre le gustaba escuchar lo que le contaba Hotaru, fuera lo que fuera. Su voz le parecía tierna y siempre sonaba muy alegre, además, no importaba qué tan triste fuera su día, al escuchar algunos de esos pequeños datos o anécdotas de parte de su novio este se alegraba de inmediato.

—¿Sabes? Sasha, dice que ahora están a 23 grados bajo cero.

—¿En serio? ¿De dónde es?

—De Rusia.

—Aaah ya, Sasha, sí, ya me habías contado. Es el que te ayuda con los proyectos, ¿no?

—Ese mismo, el físico. Es que vive en una ciudad que está literalmente en Siberia así que no es muy raro que haga tanto frío.

—Ah, claro...

Y así era como su año acababa de una forma simplemente perfecta, simplemente tranquila. Y estaba segura de que empezaría igual ya que tenía acordado con Hotaru verse al día siguiente nada más despertarse ambos.





Pues aquí tenemos otro one-shot semi-amoroso y semi-cómico para acabar el año riéndonos de Stewart.

Espero que les haya gustado. No es de trama sumamente compleja ni nada así, pero tenía ganas de hacer algo del mundo bonito donde no hay guerras ni cosas feas y todos son felices, así que aquí tenemos el one-shot con cosas bonitas y amor <3

Espero que tengan un muy buen año, que la pasen bien con su familia y que disfruten de todo.

¡Feliz Año Nuevo!

Atsushi~

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