4. Acantilado
—18/08/2021 ♤
♤ AU: Lineage
♤ Personajes: Soren Alain Fritz, Ibrahim Jalil Alkalai, Kristijan Petrovic.
—¿Llevas todo?
—Sí —respondí metiendo una camisa extra en mi mochila antes de cerrarla.
—¿Bloqueador? ¿Traje de baño? ¿Medicina? ¿Tu celular?
—Ay, que sí —me puse la mochila en la espalda y volteé a verlo—. Estoy a quién sabe cuántos kilómetros de Israel pero aún así siento la presencia de mi mismísima madre aquí.
—Es que me pongo nervioso, luego se te olvidan las cosas, te distraes, a lo mejor te pasa algo... —se cruzó de brazos hablando algo rápido— Oye, ¿sabes coger un autobús?
—Es fácil, ¿no?
—Sí, sólo ve a la parada que es, revisa bien qué ruta tiene ese autobús, te subes, pagas tu viaje y cuando llegues debes picar el botón para que se pare...
—Okay, okay, sí, entiendo.
—¿Ya lo has hecho? —se cruzó de brazos mirándome con una ceja alzada.
—Bueno, completamente solo no, pero he ido con amigos o a viajes... además he visto muchas películas.
Entonces Kris suspiró llevándose una mano a la frente negando con desesperación.
—Jalil, te vas a morir ahí afuera —reí un poco por lo que dijo—. Olvídate de lo que hablamos ayer, nada de irme a visitar a Belgrado, tú sales a la calle en mi barrio y te asaltan a los dos minutos.
—Ay, ¿qué tan difícil puede ser coger un autobús? —me encogí de hombros ajustando la mochila antes de ir con él hacia la puerta de la habitación— Además, es una isla, no puedo perderme tanto.
—Bueno, cualquier cosa, me llamas, por favor, me voy a pasar la tarde preocupado por ustedes.
—En serio, eres la viva imagen de mi mamá —me detuve mirándolo fijamente antes de soltar una risita y ver cómo rodaba los ojos—. Pero no te preocupes, voy con Soren.
—¡Eso es precisamente lo que me preocupa! Es de un país donde la delincuencia es un mito y para colmo es el príncipe.
—¿Y qué hay de Ragnar?
Al ver su expresión de resignación no contuve otra risa y lo miré esperando por su respuesta.
—Me dan ataques al corazón sólo con pensar en Ragnar paseando suelto por Europa del Este, si en Sorenlandia la delincuencia es un mito, Ragnar ni siquiera ha escuchado la palabra. Aquí porque es una isla pequeña y ya han salido un par de veces, pero es que la imagen de ustedes en mi barrio me provoca pesadillas. Si te hubieras criado en las calles de Jerusalén todavía tendría esperanza en ti, pero es que tú eres niño de palacio y hospital.
No evité seguir riéndome en el resto del camino hasta la salida del edificio. La verdad es que la forma en que Kris cuenta las cosas me mata de risa, ni siquiera me di cuenta del momento en que me empecé a abrir con él, su forma de ser me pareció tan transparente que no me parecía difícil hablar con él o contarle cosas que no le digo a nadie. Quizá sea sólo otro pensamiento más de alguien que creció casi aislado por completo, pero en el fondo empiezo a verlo como si fuera un hermano mayor para mí a pesar de llevar pocas semanas conociéndonos.
—¡Hace calor! —me quejé a los pocos minutos de haber salido en dirección a la parada de autobuses.
—Por eso, mi niño, vas a la playa, para nadar en el mar y quitarte el calor —respondió como si nada caminando a mi lado.
—Sí, ya sé. Pero es que con el calor da pereza caminar, me derrito... ¿Y si no voy?
—¿Así que sólo buscabas excusas para no ir? Pues no, vas a ir. Jalil, te invitó a salir, esto es lo que debes aprovechar: sal de tu burbujita de flojera, quizá te diviertas más fuera de ella.
—Pero me da miedo, ¿y si nos quedamos sin nada de lo que hablar? ¿Y si hay silencio incómodo? No nos conocemos mucho, a lo mejor le caigo mal, a lo mejor tiene otros planes...
—No va a pasar nada, sólo háblale normal, tranquilo, no fuerces las cosas, vayan a dar una vuelta y ya. Además, si te quedas sin tema de conversación siempre puedes hablarle de tu tatuaje prohibido —sonrió poniéndome una mano en el hombro.
—¿¡Otra vez con eso!? ¡Que no es un tatuaje prohibido! Tú ya lo viste... —me volteé a verlo sin dejar de caminar al llegar ya a la parada.
—Sí, pero da morbo. No todos tienen un tatuaje así en el cuello —iba a volver a protestar, pero al verlo hacer un gesto con la cabeza hacia el frente y saludar me congelé—. Hola Soren, aquí lo tienes.
—Hola —saludó él de vuelta y luego volteó a verme—. ¿Tienes un tatuaje en el cuello?
Los dos se me quedaron viendo, Soren con una sonrisa de intriga y curiosidad mientras que Kris sonreía con perversión por haberme picado justamente delante de Soren, y a estas alturas ya sé que le doy risa cuando me enojo.
—¡No! Ya vámonos —caminé sin más hacia el autobús que acababa de llegar y al poco tiempo Soren fue detrás mío.
Al entrar y sentir el aire acondicionado de adentro me di cuenta de lo caliente que tenía la cara, especialmente las mejillas, y al mirarme en mi teléfono rápidamente, vi cómo ya me había sonrojado.
Ambos pagamos el pasaje y nos sentamos juntos. Hubo unos segundos de silencio antes de que él me volviera a mirar por estar guardando sus cosas en la mochila.
—¿Es verdad lo del tatuaje? —escuché una ligera risita en el eco de su voz.
—¡No! No le hagas caso a Kris con esas cosas, se obsesiona mucho cuando algo le da curiosidad y me lleva molestando un rato con lo del tatuaje prohibido.
Conseguí que el tema se quedara allí, pasé a preguntarle sus planes para el día de hoy y así nos pasamos el resto del viaje hablando de eso mientras mirábamos por la ventana el paisaje. Realmente era bonito ver la naturaleza que siempre tenía como fondo el mar que nos rodeaba por completo.
Cuando bajamos del autobús tuvimos que caminar un poco hasta llegar a la entrada de un camino.
—¿Por aquí? —señalé el sendero.
—Sí, nos lleva hasta el muelle donde vinimos hace dos años con Vuk y los demás —asintió empezando a caminar delante mío, pero a los pocos pasos se volteó a verme—. Tranquilo, no son más de diez minutos, ya lo pensé, pero aún así si te cansas o te sientes mal me dices y paramos, no hay prisa.
—Ah, sí... No, no hay problema —asentí e inmediatamente vi cómo me sonreía ampliamente haciendo que yo no supiera cómo reaccionar de vuelta.
Caminamos unos cuantos minutos y cada vez sonaba mucho más cercano el mar. Aunque el sol fuera fuerte e hiciera algo de calor, realmente no lo sentía pesado, la brisa y la tranquilidad con la que íbamos me hacía sentirme calmado.
—Ahora que lo pienso, nos conocemos ya desde hace mucho pero apenas hemos salido o hablado, es como si no nos conociéramos.
—S-sí, de hecho... —asentí mientras continuaba el camino— Me pasa con todos, hasta que Kris no me empezó a convencer de ser más abierto con los demás, apenas conocía a otros chicos de aquí aunque nos hayamos visto varios años más.
—Bueno, eso también puede ser algo bueno, ¿no crees? Podemos empezar de cero pero con algo más de confianza, ¿te parece? —finalmente llegamos a una parte mucho más plana donde ya podíamos caminar al lado del otro. Asentí sintiendo muy en el fondo cómo me estaba emocionando aunque me costara expresarlo— Lo único que sé sobre ti es que te llamas Jalil Alkalai, tienes 17 años, estás en el club de teatro, eres el príncipe de Israel, tienes EPOC y te enojas con facilidad.
Contuve una risa y alcé finalmente la mirada hacia él.
—Es un muy buen resumen de mí —admití haciéndolo reír también—, pero te equivocaste en dos cosas.
—¿Ah sí? —yo asentí.
—Mi nombre es Ibrahim Jalil Alkalai, y tengo 18 años, en agosto cumplo los 19, no soy tan enano como parezco.
—Entonces me quedé trabado en el tiempo —rio rascando su nuca un momento—. Y lo del nombre acabo de acordarme, es cierto... Pero no te gusta tu otro nombre, ¿verdad?
—No mucho, digo, está bien, pero se me hace raro. ¿Y tú? ¿Te enojas si te digo Alain?
—No, no realmente —negó con tranquilidad.
—¿Ah no?
—No. Es más que nada porque prefiero Soren para no estarme presentando con los dos nombres —yo asentí y seguimos caminando, pero apenas pasó un minuto hasta que llegamos al muelle—. Ah, sabes nadar, ¿cierto?
—Sí —asentí para luego quedármelo viendo—, ¿y tú?
—Sí, tranquilo. Sólo es que es la primera vez que vengo contigo al mar, quería saber.
—No es cierto —al negar con media sonrisa, él se volteó sorprendido—. Yo vine con Vuk hace dos años y también el año pasado.
—¿E-en serio? —la forma en que me miraba ya estando detenidos en un lugar para dejar las mochilas y cambiarnos me provocaba una extraña sensación de molestia.
—No soy el alma de la fiesta pero he estado en prácticamente todas las salidas —respondí empezando a quitarme el pantalón quedándome sólo con el traje de baño.
Por un momento sentí cómo se me quedaba viendo, luego finalmente volvió la vista a sus cosas sin decir nada y empezó a cambiarse igual.
Terminamos de cambiarnos sin decir nada más, pero por alguna razón no sentí ese silencio del todo incómodo, yo seguía sintiendo esa espinita de molestia aunque poco a poco se fuera calmando. Para cuando terminamos yo ya estaba tranquilo, fue simplemente uno de esos pequeños ataques en los que me molesto por cosas pequeñas que, quiera o no, no son culpa de nadie.
—¿Quieres ir primero? —preguntó una vez nos acercamos a la orilla. Yo miré el mar unos segundos y negué con la cabeza— Okay, voy yo.
Se sujetó de las escaleras y empezó a bajar hasta que finalmente se soltó ya quedando en el agua. Una vez nadó un poco hacia el lado y me alzó un dedo indicando que estaba bien, yo lo seguí bajando por las escaleras.
—Está fría —dije empezando a temblar nada más soltarme.
—¿En serio? Yo la siento bien... supongo que tenía calor —rio un poco y yo asentí casi sin querer moverme por el frío—. Mójate la cabeza, así ya te metes todo y se te quita el frío con el tiempo.
Le hice caso y tomé aire antes de sumergirme sintiendo ese choque de temperaturas un tanto agradable, pero pronto tuve que salir a la superficie para tomar aire.
—Ven, vamos por aquí —empezó a nadar hacia unas rocas que estaban en el otro lado, estas formaban un pequeño golfo con el acantilado haciendo de rompeolas—. ¿Te quieres subir?
Tras mirarlo unos segundos asentí y fuimos hacia allá para subir. Él lo hizo primero mientras yo esperaba en el agua. Estaba mojado así que era difícil, por un momento él casi resbalaba en una roca, pero no le costó mucho más conseguir llegar a la cima de esa pequeña formación de piedras.
Me acerqué también y usé la ola que hizo subir la marea para treparme en una piedra y sujetarme para no caerme cuando el agua se fuera.
—Pon tu pie aquí —señaló un espacio en la piedra y le hice caso, pero al no tener mucha fuerza como para impulsarme y conseguir trepar, pronto sentí cómo me sujetaba del brazo y me ayudaba a llegar—. Listo —rio moviéndose hacia un lado para sentarnos en las piedras.
—Se ve que controlas —reí también jadeando un poco estando a su lado.
—No mucho, he aprendido algunas cosas de tanto venir aquí.
—Bueno, pues te trepas en las piedras con mucha facilidad —dije encogiéndome abrazándome las piernas.
—Deberías ver a Elliot y los demás. Ellos se trepan por allá y se tiran desde ahí —señaló con el dedo el camino que recorrían. Este iba desde el muelle donde dejamos las cosas, continuaba a lo largo de la pared y finalizaba en una de las salientes de esta.
—Wow, no, eso ya es para profesionales, yo casi me mato aquí en las piedritas —reí dando unas palmadas a donde estábamos sentados.
Reímos y nos quedamos unos segundos en silencio simplemente viendo el agua que tenía un tono azul turquesa completamente hermoso, lucía tan transparente, tan cristalina pero aún así era imposible ver el el fondo debido a la profundidad de esta. Esta vez nos quedamos mucho más tiempo en silencio pero este era mucho más cómodo, era relajante.
—¿Has buceado aquí? —preguntó él después de un tiempo en silencio.
—No, las veces que vine no me pude meter, por lo de... —toqué mi cuello con los dedos y él rápidamente entendió— Pero además no sé bucear bien. ¿Por qué?
—Es que luego se ven pececitos, igual hay erizos en algunas partes y luego te encuentras conchitas y demás.
—Oh ya... —asentí mirando al mar algo nostálgico.
Pero una ola que rompió contra las piedras nos sacó de ese momento.
—Está subiendo la marea, vamos al muelle mejor.
Asentí y ambos bajamos saltando desde una de las salientes con cuidado de caer lejos y así irnos nadando hacia las escaleras de nuevo.
Al salir me envolví con mi toalla y empecé a secarme, pero él sólo se secó la cara antes de volver hacia la orilla.
—Espera aquí.
No pude decirle nada más, simplemente me quedé sentado cubierto con la toalla y esperé hasta que volviera.
—Pon la mano.
—¿Para?
—Sólo hazlo.
Algo inseguro saqué la mano de la toalla y la extendí con la palma arriba dejando que me colocara algo sobre ella. Al mirar me encontré con un pequeño caracol de mar que me había colocado.
—Un caracolito —dije con ternura al ver cómo poco a poco empezaba a salir de su caparazón y me provocaba cosquillas en la mano debido a su parte babosa—. ¿Hay más?
—Sí, aquí en la pared hay varios —señaló con la mano y me levanté para ir con él.
Y el tiempo se nos volvió a ir, yo me sentaba en la orilla del muelle mientras él recogía caracoles estando en la escalera o incluso flotando en el agua.
Después de un rato ya teníamos unos cuantos en un charquito que se formaba en las rocas.
—¿Quieres ir allá? Desde ahí se ven las puestas de sol muy bonitas —señaló Soren una saliente que se encontraba bastante más arriba, en el espacio que había entre las rocas donde estuvimos y la saliente de donde se tiran Elliot y los demás; justo de frente al mar.
—Okay, vamos —asentí—. Voy a devolverlos al mar tomé un puñado de los caracoles y los dejé de vuelta en el agua quedándome sólo con dos que guardé en el bolsillo de mi traje de baño.
Tomamos nuestras cosas y volvimos por el camino por donde llegamos hasta llegar a esa saliente que era mucho más accesible.
—¿No te pones las chanclas o algo? —preguntó casi al final del camino al verme ir descalzo.
—Estoy bien, me gusta ir descalzo —asentí—. No me gusta usar zapatos, ¿sabes? Por mí iría descalzo a todas partes —reí y él lo hizo también.
Dejamos nuestras cosas en el suelo y nos sentamos encima de nuestras toallas para poder ver el atardecer desde allí arriba.
—Toma, Soren —le coloqué uno de los caracolitos en la rodilla y él rio un momento.
—¿Qué? ¿Te hace cosquillas? —pregunté al ver cómo su risa duró un poco.
—No, es que... Sogen —nada más decirlo volvió a reírse.
—Soren... —repetí sin entender.
—Es que tu acentito se nota mucho cuando lo dices —en ese momento mi expresión confundida cambió por completo y empecé a sentir cómo me empezaba a poner rojo.
—¿Es muy evidente?
—Cuando hablas normal no, de vez en cuando una palabrita en la que metes la G, pero es que... Sogen —volvió a reír.
—¡En inglés pronuncian la R muy suave, no puedo evitarlo! Y en tu nombre es que simplemente se me cruza todo y... —al escuchar cómo seguía riendo sólo sentí cómo me ponía más y más rojo— ¿Tú has escuchado el hebreo? ¡El acento es muy diferente!
—No he tenido el gusto —negó entre risas—. Pero no tienes un acento fuerte, sólo en algunas palabras, es normal. ¿Yo tengo acento?
—No —negué casi de inmediato—, bueno, no soy nativo pero no tienes acento, o al menos no muy fuerte, si acaso en una palabrita o dos.
Ambos reímos y yo me quedé viendo al caracolito que tenía en la rodilla a la vez que admiraba el atardecer.
—¿Sabes? Cuando salí de la habitación estaba muy nervioso, Kris me convenció de venir. Ya sabemos que no soy bueno socializando y apenas nos conocemos así que tenía miedo... Pero realmente me lo estoy pasando bien —tuve que reunir valor hasta conseguir sacar eso de mi pecho, y fueron esos instantes de silencio los que me aterraron, sentía mi corazón golpearme el pecho, pero cuando lo vi sonreír todo se tranquilizó.
—La verdad es que al principio también estaba nervioso, pero no fue difícil entrar en confianza contigo, eres muy agradable —al verlo sonreír también lo hice estando enrojecido.
Al poco tiempo cambié mi vista hacia el frente, pero la curiosidad me pudo y alcé un poco la barbilla intentando mirar mejor la altura a donde estamos.
—¿Imaginas tirarte desde aquí? —pregunté al comprobar lo aterrador que se veía.
—Desde aquí sólo se tiran los que controlan. ¿Quieres apostar? —se incorporó también.
—No, no contigo —nada más decirlo él se rio.
—¿Por qué?
—Viviré en las esquinas pero me entero de las cosas, sé que apostar contigo es un peligro —reí y él lo hizo también—. Además, no quiero hacer que el gran Poker quede mal —dije mientras arrojaba el caracolito al agua desde aquí estando de pie.
—¿Dejarme mal por qué?
Reí y empecé a correr hacia el frente para que en el último segundo, me impulsara con el pie que tocó el borde y saltara dejándome caer.
—¡Jalil!
Reí en el aire al escuchar su grito que más que preocupado, sonaba aterrado, la verdad es que yo también lo estaba. Estaba cayendo al vacío, sentía mis tripas revolverse, incluso me empezaron a temblar las piernas, pero esa sensación de adrenalina y euforia al haberlo hecho contrarrestaba al miedo.
Cuando llegué al agua mis pies entraron primero y al haber caído lo más recto que pude, no sentí el golpe contra el mar, simplemente cómo me sumergía unos metros por la fuerza de la caída en el agua fría.
Al nadar hacia la superficie me acomodé el pelo detrás de las orejas riendo por la emoción, pero al mirar al frente tuve la misma reacción que él.
—¡Soren!
A los pocos segundos él cayó también y luego subió a la superficie.
—¿Estás bien? —pregunté al verlo acomodarse también el pelo.
—¡Ay Jalil, Dios mío, ¿cómo te avientas así?! Casi me da un paro cardíaco —dijo aún alterado haciéndome reír.
—Mira el lado bueno, te tiraste desde más de veinte metros y estás bien, ni siquiera te planchaste al caer.
Él volteó hacia arriba respirando algo agitado todavía y sus ojos lo dijeron todo.
—No sé hasta qué punto es lo bueno...
—¡Vamos, ya lo hiciste! —en eso me impulsé con los brazos hasta poder abrazarlo y después de que se le pasara el susto rio un poco también y correspondió al abrazo dándome unas palmaditas en la mano— En verdad me divierto saliendo contigo, aunque no apostemos a ver quién se tira desde el acantilado.
*** *** ***
¡Feliz cumpleaños, Dreamer!
Así es, hoy es el cumpleaños de la poderosísima Dreamer, la mami de Soren, por cierto.
Muchas felicidades, espero que lo hayas pasado bien con la family y que te haya gustado este one-shot, no es de 13 000 palabras pero va con love UnU <3
Aún no se sabe casi nada de este AU ya que la historia no ha salido todavía pero aún así espero que les haya gustado <3
Nos vemos pronto °3°
Atsushi~
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