Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

➵┆Cᴀᴘ. 09┆ɴᴏ ᴛᴇ ᴀᴄᴇʀϙᴜᴇs ᴀ ᴍɪ ʜᴇʀᴍᴀɴᴀ.


➵ •°• ➵ •°• ➵ •°• ➵ •°• ➵ •°• ➵

K. Nahyun

     Bajé del auto descalza, sin preocuparme por el frío suelo bajo mis pies; los tacones solo iban a retrasar mi avance. Atravesé la entrada de urgencias con el pulso acelerado y me dirigí directamente a recepción, desesperada por obtener respuestas. Pero lo único que escuché fue un protocolo frío disfrazado de consuelo: "Por favor, Sra. Tuan, debe tranquilizarse. Su hijo está en el quirófano. Sufrió una contusión cerebral. No se desespere y tome asiento en la sala de espera; haremos lo que podamos para salvar a su hijo".

     Las palabras cayeron sobre mí como un peso insoportable. No era lo que esperaba. No era lo que quería oír. Pero me aferré a una única certeza: los especialistas estaban atendiéndolo. Me dejé caer en una de las sillas de la sala de espera, el cuerpo tembloroso, la mente a mil por hora. Necesitaba apoyo. Necesitaba hablar con alguien que pudiera sostenerme en este momento.

     Mi hermano.

     Siempre había estado allí para mí, pendiente de mí, velando por nuestro bienestar. Debía llamarlo. Debía ser fuerte. Por Jung. Por mí. Porque no tenía otra opción. 

     —¿Taehyung...? —mi voz salió rota, temblorosa, llena de un miedo que no podía ocultar. 

     Al otro lado del teléfono, mi hermano reaccionó de inmediato. 

     —¿Nahyun, qué pasa? —su tono se volvió serio, preocupado. 

     Podía escuchar cómo pedía silencio, como si ya sintiera que algo estaba mal. Pero yo no podía responder con calma. No podía sonar normal. No podía fingir que no estaba al borde del abismo. 

     —Jung... está en el quirófano... —el peso de mis palabras cayó como un golpe, sofocándome. El llanto se acumulaba en mi garganta, pero lo reprimí con fuerza—. Tuvo un accidente, Taehyung... Yo... —no terminé la frase. 

     No podía. 

     El miedo me estaba consumiendo. 

     La voz de mi hermano bajó con urgencia, pero también con firmeza. 

     —Nahyun, cálmate... —tomó aire, intentando ser mi ancla—. Dime dónde estás. Iré para allá. 

     Negué de inmediato, apretando el teléfono con fuerza. 

     —No, Tae Tae, no vengas... —el miedo me asfixiaba—. Solo quiero que me digas que todo saldrá bien —las lágrimas finalmente comenzaron a caer, calientes, incontrolables—. Porque así será, ¿verdad? 

     Al otro lado, Taehyung guardó silencio por un breve segundo. Pero cuando habló, su voz fue lo único que pudo sostenerme. 

     —Todo saldrá bien, hermanita... —su tono era cálido, seguro, lleno de una convicción que necesitaba desesperadamente— Ya verás... —exhaló lentamente, transmitiéndome calma—. Eres la mamá de un niño muy fuerte

     El nudo en mi garganta se hizo aún más grande. 

     —Mi sobrino no se rendirá fácilmente. 

     Las palabras se clavaron en mi pecho con un dolor reconfortante. 

     No quería llorar. 

     Pero no podía evitarlo. 

     —Te llamaré cuando salga del quirófano… —tomé aire, tratando de recuperar algo de control—. Pero prométeme que no vendrás, por favor. No quiero molestar. 

     Taehyung soltó un suspiro pesado, pero su respuesta no tardó en llegar. 

     —¿Eres tonta? —su tono fue severo, pero lleno de amor—. No molestas, Nahyun. 

     La presión en mi pecho se volvió insoportable. 

     —Te prometo que no saldré corriendo, pero iré en cuanto salga de la reunión

     No mentía. 

     No iba a abandonarme en esto. 

     No me dejaría sola. 

     Traté de hablar, de agradecerle, pero antes de que pudiera hacerlo, sentí una presencia junto a mí. 

     Thomas. 

     Se sentó a mi lado, su cuerpo marcando una barrera silenciosa. Obligándome a terminar la llamada. Mi mano se tensó sobre el teléfono antes de que pudiera colgar. Y entonces, su voz rompió el aire. 

     —Todo estará bien, cariño —sus palabras eran suaves.

     Demasiado suaves. Pero en ese momento, ni siquiera tenía fuerzas para cuestionarlo. 

     Solo quería que fuera verdad. 

     Solo quería que mi hijo estuviera bien. 

[➵]

     Ser impaciente y determinada era algo que venía conmigo desde que nací. El tiempo seguía pasando sin respuestas, cada minuto que transcurría se volvía insoportable. 

     Me levanté del asiento acolchado con un movimiento brusco, sintiendo la urgencia recorrer cada músculo de mi cuerpo. No podía seguir esperando. Me dirigí a la recepción, donde una chica hablaba por teléfono con absoluta indiferencia. No fue difícil notar que mi presencia no le agradaba. Y, ¿cómo lo haría? Mi rostro era el reflejo exacto de lo que sentía. Mi mundo se estaba cayendo a pedazos. 

     Me aclaré la garganta, tratando de recuperar algo de compostura antes de hablar. 

     —Disculpe, ¿podría decirme cuánto tiempo tarda la cirugía? 

     Ni siquiera me miró a los ojos cuando respondió. 

     —Depende de la gravedad de la contusión —su tono era frío, sin un rastro de empatía. 

     ¿Acaso no podía comprender lo que significaba para mí? Soy una madre preocupada por la vida de su hijo, desesperada por saber si todo estaría bien. 

     Pero ella solo agregó con indiferencia: 

     —Debería ser como su esposo, paciente. 

     Mi cuerpo se tensó. 

     Respiré profundo. 

     Pelear con la recepcionista no resolvería nada. 

     No ayudaría a la cirugía de mi hijo. Pero la impotencia me consumía. 

     Me incliné un poco, llamando su atención con firmeza. 

     —Verás, estoy preocupada por mi hijo —mi voz se quebró ligeramente— ¡Y nadie me dice nada! 

     Su expresión no cambió. 

     Ni siquiera pestañeó. 

     Se limitó a señalar hacia la entrada, donde unos hombres uniformados esperaban con posturas rígidas. 

     —Debe bajar la voz —sus palabras fueron cortantes, sin el más mínimo esfuerzo de comprensión— O aquellos hombres no tendrán problemas en sacarla del hospital clínico —alzó los hombros, volviendo a su trabajo sin más. 

     La rabia hervía dentro de mí, pero antes de que pudiera hacer algo, una presencia cálida me rodeó. 

     Thomas. 

     Apareció detrás de mí, aferrándose a mi cintura, acomodando su barbilla sobre mi hombro con una suavidad que no esperaba. 

     —Todo estará bien, cariño —susurró las palabras con una seguridad absoluta—. Ya te lo he dicho —su voz era baja, tranquila, pero yo no podía entenderlo—. Solo debemos tener paciencia. 

     Pero yo no tenía paciencia. 

     No la tenía cuando se trataba de mi hijo. 

     Su lado amoroso, cariñoso, ¿realmente era sincero? ¿O solo aseguraba su puesto a mi lado? 

     Mis sentimientos por él no cambiarían. 

     Ni iba a arriesgar la estabilidad que tenía por un gusto. 

     Ni siquiera por la repentina aparición de Jung Kook en mi vida. 

     Pensar siquiera en la posibilidad de volver con él… 

     Era el inicio de mi propia destrucción. 

     —¿Familia de Jung Tuan? 

     El sonido de su nombre hizo que mi cuerpo reaccionara antes de que mi mente pudiera procesarlo. 

     Corrí hacia el médico. 

     Thomas iba detrás de mí, siguiendo cada paso que daba. 

     —Soy su madre —mi voz salió más fuerte de lo esperado, pero no podía contener la urgencia. 

     El doctor me miró con seriedad antes de hablar. 

     —Señora Tuan, debo decirle que la operación no fue sencilla… 

     Mi pecho dejó de recibir aire. 

     Pero entonces, agregó con firmeza: 

     —Pero pudimos salvar la vida de su hijo. 

     El mundo pareció volver a encajar en su sitio. Mi alma volvió a mi cuerpo. Las lágrimas quemaban mis ojos, pero no las dejé caer. Solo tomé las manos del doctor con fuerza, con absoluta gratitud. 

     —¿Puedo pasar a verlo? —mi voz tembló, llena de emoción contenida. 

     El médico asintió, con una ligera sonrisa. 

     —Puede estar todo el tiempo que quiera al lado de su hijo. 

     Mis piernas se movieron antes de que pudiera procesarlo. Y sin perder un segundo más… Corrí hacia él. 

     Hacia Jung. 

     Hacia mi pequeño guerrero. 

[➵]

J. Jung Kook

Dos horas antes;

     Estaba en la empresa que Kim Taehyung había heredado de su familia, observando cada detalle con una mezcla de determinación y nostalgia. Quería unir fuerzas, quería que nos convirtiéramos en socios, quería demostrar que aún podía construir algo sólido. Pero más que eso, debía convencer a Thomas. Debía encontrar la forma de acercarme a Nahyun. No podía dejar que el pasado se desvaneciera sin luchar por él. Porque en el fondo, lo único que realmente quería era recuperar lo que había perdido. 

     —No —el golpe de la palabra fue seco, contundente. 

     Fruncí el ceño, sorprendido. 

     —¿No? 

     Sabía que le estaba ofreciendo una cantidad enorme, pero ni siquiera titubeó. 

     —No —su mirada era firme, llena de una ira contenida—. No dejaré que dañes a mi hermana de nuevo —el veneno en su voz me dejó claro que esto no era un simple rechazo comercial. Era personal— ¿Crees que no puedo ver tus intenciones reflejadas en tus ojos? 

     Mi mandíbula se apretó. 

     Pensé que éramos amigos. 

     Pensé que necesitaba ayuda. 

     ¿Qué demonios está haciendo? 

     —Amigo... —intenté suavizar mi tono, mantener la negociación—. Es una gran oferta.

     Pero su paciencia ya había desaparecido. 

     —Deja de insistir —la dureza en su voz fue como un muro imposible de atravesar—. Dije que no —su mirada se desvió por un segundo hacia la puerta de cristal—. Y si ya terminamos, ya sabes dónde queda la salida —volvió su atención al computador sin darme oportunidad de responder. 

     El tono de una llamada nos tomó por sorpresa. Pensé que era el mío, pero mi teléfono no vibraba en mi bolsillo. 

     Era el de Taehyung. 

     Y no dudó en contestar. 

     —¿Nahyun, qué pasa? 

     Mi cuerpo se tensó. 

     Era su hermana. 

     Algo había pasado. 

     No podía marcharme. 

     Su voz temblorosa al otro lado de la línea me heló la sangre. 

     Taehyung intentó calmarla. 

     —Nahyun, cálmate… 

     Pero no funcionó. 

     Podía escuchar sus sollozos desde mi posición. Un sonido que nunca pensé que me destrozaría tanto. 

     —Dime dónde estás, iré para allá. 

     El miedo se instaló en mi pecho. No sabía qué había ocurrido. Pero algo me decía que no iba a gustarme. 

     Taehyung intentó tranquilizarla, su tono volviéndose más cálido. 

     —Todo saldrá bien, hermanita, ya verás… 

     Tragué con dificultad. 

     No. 

     No, no, no. 

     Sentí que el suelo bajo mis pies se volvía inestable. 

     —Eres la mamá de un niño muy fuerte. 

Mi cuerpo se paralizó. 

     —Mi sobrino no se rendirá fácilmente. 

     Mi hijo. 

     A mi hijo le había pasado algo. 

     Mi respiración se volvió irregular. No me importaba el qué dirán. No me importaba nada. Solo quería estar con ellos. 

     Con Nahyun. 

     Con Jung. 

     Con mi familia. 

     No me importaba renunciar a mi empresa, mis bienes, mi dinero. 

     Solo quería que estuviéramos juntos. 

     Nosotros cuatro. 

     La llamada terminó, y sin pensarlo dos veces, solté la declaración que ya no podía contener. 

     —Voy contigo. 

     Taehyung no tardó en reaccionar. 

     Su mirada se oscureció. 

     —¿Qué parte no entiendes? —su voz bajó, pero con un filo peligroso—. No te quiero cerca de mi hermana. 

     El peso de sus palabras cayó sobre mí como un golpe directo. 

     —Ya la heriste lo suficiente —sus ojos ardían con una furia devastadora— ¿Sabes cuántas noches lloró por tí? —cada palabra era una daga que se clavaba más profundo— ¿Sabes cuántos días ha deseado que aparezcas en su puerta, dispuesto a darlo todo por ella? 

     Mi pecho se apretó con fuerza. 

     Taehyung golpeó su escritorio con un estruendo. 

     Se puso de pie, su rostro completamente enfurecido. 

     —Ella te buscó incontables veces —sus labios se curvaron en una sonrisa amarga—. Sin importarle su matrimonio arreglado —me sostuvo la mirada con un desprecio brutal—. Pero, ¿dónde estabas tú? ¿Dónde estabas cuando nació tu hijo?

     Mi respiración se detuvo. 

     Mis ojos se abrieron como platos. 

     Él lo sabía. 

     Él también sabía que Jung era mi hijo. 

     La revelación me dejó sin aire. 

     —Quita esa cara —su tono fue casi burlón—. No es un secreto para nadie —inspiró con fuerza, tratando de contener su furia—. Nuestros amigos más cercanos tienen sus sospechas. Apretó los dientes—. Pero soy incapaz de sacarlos de dudas. 

     Abrí la boca para hablar. 

     Para decir algo. 

     Para explicarme. 

     —Taehyung… —mi voz salió baja, apenas audible—. Yo lo lamento… de verdad. 

     Pero su respuesta fue inmediata. 

     —Ve con esa disculpa barata a otro lado —arregló su traje con un movimiento brusco. Y entonces, su mirada se volvió afilada. Amenazante—. Ni se te ocurra aparecerte por arte de magia ante mi hermana —su mandíbula se tensó— O créeme, Jung Kook… —sus ojos brillaron con una advertencia que no podía ignorar—. Voy a olvidar que somos… —su voz bajó aún más, cargada de peligro—. Y te voy a desaparecer. 

     Mi cuerpo se paralizó. 

     Nunca había visto a Taehyung de esta manera. 

     Nunca había sentido miedo de él. 

     Hasta ahora. 


     Taehyung no bajó la mirada ni suavizó su postura. 

     El aire en la oficina estaba cargado de tensión, de una furia contenida que amenazaba con explotar en cualquier momento. 

     Mi mandíbula se apretó, pero sabía que no tenía margen para discutir. 

     Sabía que en este instante, cualquier palabra mal dicha podía sellar el destino que él me advertía. 

     Inspiré profundo, tratando de recuperar algo de control. 

     —No voy a desaparecer —mi voz salió baja, firme, pero sin desafiarlo. 

     Solo una verdad absoluta. 

     Taehyung soltó una carcajada seca, sin el más mínimo rastro de diversión. 

     —Eso lo veremos —sus ojos me sostuvieron con una amenaza silenciosa antes de que me diera la espalda. 

     La conversación estaba terminada. Pero el problema... Apenas comenzaba. 

➵ •°• ➵ •°• ➵ •°• ➵ •°• ➵ •°• ➵

Gracias por esperar con ansias este capítulo 🙏🏻✨

Meta del capítulo:
50 votos + 20 comentarios

➵ •°• ➵ •°• ➵ •°• ➵ •°• ➵ •°• ➵

04/05/2025

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro