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Capítulo VIII ● Aegon

Dioses, prometo no cojer mientras estoy en Dragonstone, pero por favor mándame vino, esto es la peor tortura. Mis dulces vacaciones han sido ultrajadas.

-Buenos días Aegon- Rhaenyra entro al comedor y es como un deja vu de la comida de ayer.

-Buenos días...- mi voz sonaba cansada y seguramente mi semblante era peor.

-Supongo que tu noche fue mala?

-Mala?- me burle- Horrible, necesito vino para dormir Rhaenyra.- esta desesperado, ni siquiera me había percatado la forma tan natural con la que dije su nombre.

-Eres un hombre, un alpha y un Targaryen- me recordo- eres tan fácil de ganar?

-Si me das alcohol diré que si.

-Buen intento, pero no me retracto.

Deje caer mi cabeza al respaldo de mi silla y me queje un poco, en voluntades, estaba seguro que no le ganaría, debería encontrar otra forma de obtener lo que quiero sin que ella se entere.

Por ahora solo debería comer y usar el resto del día para eludir mi vigilancia. Rhaenyra se sentó en el mismo lugar de ayer en la comida, la cena la pasé en mi habitación igual que Aemond, pero creo que estos lugares serán los de siempre mientras compartamos comida.

Sus hijos menores esta vez no la acompañaban y ninguno de sus hijos en general y mis hermanos, esto era... poco común, nisiquiera Daemon nos acompañaba.

-Entonces noche larga?- pregunto mientras empezaban a traer la comida a la mesa- nunca esperaría qué fueras el primero en estar despierto.

-Te aseguro que no lo soy- dije desganado- no me has dado opciones.

Ella rio y dio su primer bocado. Hace cuanto no hablábamos? 6 o 7 años? Cuando decidió venir a Dragonstone? Después de la pelea que tuve con Jace en el entrenamiento? De que hablábamos antes? Siquiera le agrado, aunque sea un poco?

-Yo... es difícil dormir en un lugar que no sea mi casa- trate de ir con cuidado de nuevo. Ha pasado mucho tiempo y no puedo ignorar la brecha que ha hecho.

-Comprendo, nunca has salido de la fortaleza roja... pero sé de buenas fuentes que dormir en camas ajenas no te molesta.

-Esas... son otras circunstancias- Dioses, ella sabía eso?

-Tu vida nocturna no es secreto para nadie Aegon- estaba siendo un bufón para ella, pero me alegraba hacerla reír y no enojar. Mi cuello estaría seguro de esta manera.

-Espero que por lo menos sean buenas anécdotas las que llegan a tus oídos.

-La perspectiva es la que cambia, si le pregunto a tus amigos dirán que si, si le pregunto a tus mujeres de una noche, dirán que pagas bien y si le pregunto a tus guardias dirán que eres un dolor de cabeza.

-Por lo que veo, estas bien informada- jale el cuello de mi jubón. Me sentía expuesto, si ella sabía esto, quien más podría?

-No te preocupes, estoy segura que para los Lords del reino tus travesuras son de lo más común, hasta para presumir diría yo.

-Presentarme a esos grandes señores, de mi madre y de mi abuelo solo salen reclamos, mas qué halagos.

-No creo que sus reclamos sean por estas actividades- dejo de comer para poner su atención sobre mi- ellos te juzgarán hasta por sentarte mal.

Me sorprendió su sutil broma. Siempre había sido así? No pude aguantar la risa y ella se unió a mi.

-Debo de darte la razón hermana...- me sentí tan cómodo, que no me percate en la forma en que me referí a ella.

-Puedes decirme hermana- se dio cuenta y fue más rápida en contestar, que no pude ni pensar una excusa.

-Gracias...- suspire y seguí comiendo, esperando que lo dejara pasar.

-Estoy segura de que empezarás a dormir bien por el cansancio que empezarás a acumular.

-Que... que quieres decir?

La platica termino al entrar Aemond al comedor, dio un sutil saludo y se sentó a mi izquierda, Haelena venía detrás de él y se sentó a mi derecha, Joffrey fue el último en entrar.

Estaba a punto de terminar mi comida cuando hicieron su entrada los que faltaban. Daemon entro limpio, pero se veía algo cansado, aunque nada comparado a los otros dos.

Daemon se acerco a Rhaenyra, la beso y se sentó a su lado, totalmente satisfecho con lo que sea que haya hecho. Por otro lado, los hermanos se veían destrozados, llenos de polvo, la ropa rasgada y los ojos rojos.

-Cuando te dije que los ayudaras, no me refería a que los dejaras al borde de la muerte- Rhaenyra regaño efusivamente a Daemon, pero este solo le sonrió.

-Están bien, dormirán un poco y como nuevos- robo un poco de comida del plato de su esposa, de lo cual ninguno se quejo.

-Estamos bien mamá- contestó Jace dejándose caer sobre su asiento.

-Siquiera comieron? Luke? No te vi desde la comida de ayer.

- Yo... si? -él es quien peor se veía. Empezó a comer, pero parecía que se dormiría en cualquier comento.

-Daemon- nunca pensé presenciar un regaño a nuestro tío- no puedes mantener este ritmo siempre.

-Tendrán descansos, no te preocupes, conozco sus límites.

-Fue divertido- Lucerys volvió a hablar sin dejar de comer- algunos golpes, pero después de dormir estaremos bien.

-La caída fue el único momento duro, pero lo demás fue increíble.

-Caída?- el grito de Rhaenyra hizo encogerse a ambos.

-Caí al mar, nada malo - tomo comida rápidamente y se puso de pie- que Jace te cuente, yo necesito tomar un baño- huyó con la comida.

-Traidor- le grito Jacaerys una vez desaparecido su hermano.

-Los estoy cuidando bien, lo prometo- Daemon decidió intervenir y ayudar a Jace. Rhaenyra no parecía convencida, pero no menciono más el tema.

-Entrenaremos hoy- las palabras de Jacaerys me sorprendieron, entrenaría después de como se ve?- me daré un baño y te veré fuera- aun más mi sorpresa cuando entendí que me hablaba a mi.

-Disculpa?- pensé que era una broma entre él y Rhaenyra, sobre entrenarme de nuevo.

-Que te veo afuera- esta vez sonó como una orden.

-Jace ve a dormir- le pidió su madre- entrenen por la tarde, yo tengo que hablar con ellos.

-Pero los entrenamientos son en la mañana.

-No estas en condiciones Jace y tu serás quien le enseñe, puede esperar.

-Dioses...- se quejo. Su mirada se poso en mi y no pude ocultar los nervios que me provocaba el verme tan expuesto a él.

Tampoco me había percatado el dulce aroma que provenía de él. Debajo del olor a cuero, dragón y sudor... había algo que rompía todo eso... estaba seguro que conocía el aroma, pero era difícil de recordar.

-Date un baño- le sugirió Daemon- descansa y practica tu paciencia... tendrás que usar mucha para la tarde- se burlo.

-Alguna vez me dio una paliza- contesto sin girar la mirada y me sentí avergonzado por aquel recuerdo. Un duelo injusto, recuerdo- Espero que por lo menos se sepa defender.

-Aegon?- Aemond soltó un resoplido burlón- creo que te has perdido muchos años de su fructífera vida, sobrino.

-Lo sé... -se levanto y se despidió, pero antes de salir dijo una cosa más- solo pido el mínimo...

Era consiente de mi reputación en el desembarco del rey, pero esto era ridículo. Rhaenyra estaba muy bien informada de mi vida, además de sus hijos, solo ellos? O los criados tenían esta misma información? Es acaso que aparte del alcohol, me quitarían los placeres carnales? Bueno, no me arriesgaría a tocar a nadie aquí... pero fuera? Aun sigo prometiendo no coger si me dan alcohol, pero lo veo muy difícil.

-Bueno, cuida tus espaldas -Daemon también decidió partir- no está su perro protector para intervenir esta vez.

-Perro protector?- quede confundió y buscando ayuda en Aemond.

-Probablemente habla de Sir Criston...

-Ese hombre un perro?- me burle- nuestro en definitiva no.

-Estas muy ciego para si quiera ver eso hermano? -hablar con Aemond se ha convertido en una lucha de egos, siempre hay cierta burla o sarcasmo entre nosotros, aunque creo que nunca ha ganado, siempre se queda callado o me ignora, pero su frustración actual, esta haciéndolo sacar los dientes y no pienso estar ahí cuando pase.

-De cualquier forma ya no importa, no lo veremos en mucho tiempo- trate de zanjar la discusión.

-Ya que acabamos de comer, espero su compañía- Rhaenyra no hablo a uno en particular y se sintió la confusión, pero continuo la invitación- quisiera que me acompañaran a la biblioteca.

Heleana acepto sin quejas y Aemond aún si no fuera invitado seguro ese sería su horrible y aburrido refugio, pero yo... no era particularmente fanático de los libros.

-Me acompañan? -aunque era una pregunta, ella esperaba ciertamente que la siguiéramos y lo hicimos, no sin quejarme un poco.

-Por qué esta siendo tan amable?- le susurre a Aemond.

-Querrá que bajemos la guardia con ella.

-Puede mantenernos aquí como desconocidos y no pasará nada, pero ella me ha hablado como si no existieran años de odio.

-Ella lo está intentando- se unió Helaena a la conversación.

-No puedes confiar en ella, recuerda lo que te dije- de nuevo el hermano protector salio a relucir.

-Sus alas brillan sobre sus protegidos, me siento bien junto a ella- replico Helaena.

Sacudí la cabeza con resignación, ella siempre ha sido una mujer extraña, con acertijos tontos, pero sus palabras llevaban razón. Helaena era mujer y aunque es alpha, no implica ningún riesgo para Rhaenyra en el trono, ella claramente no tenía nada que temer.

-Deberíamos huir?- propuse, pero ambos me ignoraron

-Solo cállate y observa, para eso estamos aqui- me reprocho Aemond- tenemos un trabajo que hacer.

-A nadie le interesa esto Aemond, nuestra madre está delirando si cree que podremos invadir esta fortaleza, deberías disfrutar tu tiempo libre en vez de atosigarte con tareas absurdas.

-Nuestra madre confío en nosotros para hacer esto, no puedes seguir decepcionandola- me encaró y sonreí sin humor.

-Nunca ha estado orgullosa de mi, para siquiera estar decepcionada.

No quise seguir hablando, no tenía caso. Aun siendo hermanos, no teníamos algo en común, no compartíamos nada. La complicidad que vi en Jace y Luke, estaba nula en nuestro lado de la familia, nunca existiría ese apoyo en nada...

Acelere mi paso y quede a solo unos pasos detrás de Rhaenyra, Aemond y Helaena se quedaron un poco más atrás, pero ya nadie intento seguir ninguna conversación, hasta que llegamos a nuestro destino.

No era tan distinta a la del desembarco, pero se veía más lúgubre. Todo aquí aunque se sentía mágico, era terriblemente obscuro, destacabamos fácilmente por nuestras cabelleras, pero realmente no encontraba el encanto de vivir aquí.

Supuse que podía divagar un poco, pero Rhaenyra se sentó en el centro de un pequeño espacio de varios asientos y una mesa central, se nos quedó viendo y para mi sorpresa, el primero en sentarse fue Aemond. No opuse mucha resientencia y todos terminamos sentados de nuevo.

-No soy consciente de su educación -Rhaenyra volvió a llevar la platica- así que quiero saber si tienen un interés en particular?

-No necesariamente- Aemond contesto rápidamente, casi desesperado por obtener algo de ella.

-Sir Criston ha sido poco discreto en tus hazañas con la espada- mentirosa, claro que nos conoce- pero no te interesan las justas.

-Inútiles y sin propósito- por qué Aemond estaba siendo tan cooperativo? Qué no me dijo que quería ir a las faldas de nuestra madre a redactar sus descubrimientos? Quería algo de Rhaenyra?- no me interesan, solo me preparo ante una posible verdadera batalla.

No, solo es un idiota. Como se le ocurre hablar tan abiertamente de una guerra delante de ella?

-Hace mucho no escucho a nadie decir algo parecido- ella se rio. De nuevo! Acaso se burlaba de nosotros?- Lord comandante y Otto desaprobaron totalmente mis palabras cuando escogí a Cole para la guarida real por ese mismo argumento.

-Tu escogiste a ese hombre? Por qué?- me involucre en la platica por la sorpresa. Sir Cole la odiaba, no recuerdo día donde no hablara mal de la golfa de Rhaenyra, pero ella le dio el título, aquí había algo que no entendía.

-Era el único que había estado en batalla, no era solo un caballero de exhibición, para mi era lógico que él sería un buen guardia y... en ese entonces era infantil- ella... definitivamente era muy diferente a como la recordaba, era casi natural el como nos hablaba, casi sin rencor... pero aun había cautela de ambos lados- quería hacer enojar a Otto, todo el día estaba detrás de mi hablando de responsabilidad y de lo que se esperaba de mi, pero al poco intento de opinar siempre declinaba lo que decía, esa elección era mía y quería hecharselo en cara.

-Tú? Peleando con el abuelo?- eso era algo que si deseaba ver.

-Más veces de las que quisiera recordar -rodó los ojos- si montaba un dragón era bueno como Targaryen, pero si lo hacía mucho era malo para una dama, si era la heredera era bueno para alejar a Daemon, pero malo porque opinaba, si me casaba era bueno para el reino, pero si escogía a mi esposo era malo para el consejo... Dioses, solo recordarlo me duele la cabeza.

-Ni que me lo digas- era como escucharme a mi mismo- necesitas dar buena impresión porque los Lords deben tenerte respeto, pero debes hablar con ellos porque no deben tenerte miedo, debes aprender sobre Valyria, pero también respetar a los 7 porque son importantes, puedes tomar porque eres un adulto, pero no demasiado para verte como un cualquiera, para él nada es suficiente y mi madre...

Guarde silencio cuando Helaena poso su mano sobre mi hombro. Hable demás y Aemond me lo hacía ver con su simple mirada, estaba furioso, pero de nuevo, la sutil sonrisa de Rhaenyra me distrajo.

-Alicent tampoco es fácil- me dio la razón- para ella todo se reduce a complacer, ya sea su religión, su familia o el reino... nunca a entendido a los Targaryen.

-Ella nos quiere, por eso es tan dura- Aemond la defendió.

-Ella no es mi familia- parece que entendió que no era un tema fácil- no quiero hablar de ella, pero si quieren saber de la nuestra puedo responder sus preguntas.

-Que podríamos querer saber de nuestra familia? Ya la sabemos por nuestros maestres.

-Los maestres son... educados y muy... rectos?- trato de ser sutil en sus palabras para no insultar a nadie más- pero las historias que yo sé, vienen directamente de la familia, no de escritos qué se mantienen al margen.

-Por ejemplo?

-Ya sabes... para el reino siempre quien importará es quien se convirtió en rey, pero los Targaryen somos muchos y todos tienen una gran historia.

-No sabemos mucho de nuestra familia para ser sinceros- contesto Helaena- tenemos constancia de las grandes hazañas de Aegon, Visenya y Rhaenys y de ahí los siguientes reyes y sus esposas.

-Y sus esposas?- levanto una ceja casi indignada- esas esposas eran Targeryan, no solo un adorno para acompañar.

-Madre dice que ellas hicieron su papel, acompañando a grandes reyes.

-Ridículo- eso logro hacerla enojar en serio- ella nunca entenderá porque no es como nosotros- note el desliz de involucrarnos en ese paquete.

-Ella es la reina, estoy seguro de que es consiente de nuestro linaje- contra ataco Aemond.

-Su sangre sigue siendo Hightower y sus pensamientos también- cerro sus ojos y se tranquilizo antes de hablar de nuevo- es su madre y entiendo que la protejan, también fue mi amiga y nunca entendió lo que nos hacía diferentes, me respetaba y pensé que era suficiente, pero veo que solo siguió manchando nuestra historia

-Ella es buena reina- Helaena parecía nerviosa- eso dicen los del consejo.

-Es buena esposa...- eso nos dejó callados, planteo su punto muy bien para siquiera protestar- perdón, me excedí.

Eso dejo un ambiente incómodo de nuevo y seguramente sería así por mucho tiempo, no existía una unión familiar a la que pudiéramos recurrir, pero parecía estarlo intentando y yo era curioso por naturaleza, si me daba la oportunidad... la iba a tomar.

-Es cierto que apenas nacer Daemon te llevó a montar en dragón?- mi pregunta hizo que todas las miradas se dirigieron a mi, había sorpresa, enojo, pero me gustó ver que no solo había rencor en Rhaenyra para mi.

-Si... -notaba el cariño con el que contesto y su aroma envolvió el lugar, un increíble aroma a rosas, mezclado con cuero y dragón y había algo más, talvez el aroma de Daemon, algo más amaderado... ella estaba muy tranquila para que pudiera oler todo esto-  era una tradición que inició la abuela Alyssa, apenas a los 10 días de nacido, llevó a mi padre a volar en Meleys y lo volvió a hacer con Daemon. No sé si mi padre lo hubiera hecho si tuviera su dragón, pero Daemon no quiso que la tradición desapareciera y lo hizo él mismo... claro que al bajar, mis padres no eran los más contentos, me contó que lo regañaron poco ya que yo no dejaba de reír.

-Supongo que si murió la tradición después de eso no?- volví a preguntar- nadie... ha comentado nada parecido de nuevo.

-Fui un caso especial, tener a Dsemon como mi ejemplo a seguir me hizo... demasiado salvaje según recuerdo de Otto- hubo un pequeño silencio, como si pensara lo que decía y después me volteó a ver- trate de hacer lo mismo contigo...

-Qué? Yo? Por qué?- aunque entendía sus palabras, es como si no pudiera procesarlas. Vamos... la gran Rhaenyra quería llevarme en su dragón de bebé? Suena imposible.

-Daemon ya no estaba y yo era la única que volaba, pensé que podía hacerlo, que era mi turno de enseñar lo que me enseñaron... pero Alicent no me lo permitió, no me lo dijo a la cara, pero escuche murmullos de sus damas decir que seguro tenía envidia y quería dejarte caer- su cuerpo se contrajo y se veía más pequeña de lo que ya era- papá se puso de su parte y dijo que no era seguro... que yo no era Daemon y que tu no eras nada mio para prometer tener cuidado, todos ahí creían que iba a lastimarte y... bueno, ahí acabo todo.

Quería enojarme, quería reclamarle a todos que me negaron eso, aunque no lo recordara, aunque todos lo odiaran... hubiera deseado tener eso que mi hermana ofreció de voluntad, tuve ese privilegio y mis padres me lo negaron. Era tonto, lo sabía, pero hubiera sido una buena anécdota.

-No lo volviste a intentar?- pregunto Aemond, que parecía igual de interesado que yo.

-No, después de que sus huevos de dragón no nacieran, ella me alejo más, creyendo que yo tenía algo que ver. Vi un poco más Helaena, pero mis intentos ya se habían acabado. Cuando tuve a mis hijos nadie podía decir nada porque son míos... lo hice con los tres y Daemon me pidió hacerlo con Baelon y Viserys...

Demasiado Targaryen diría mi madre. Aunque yo era uno también, no se sentía así... esas experiencias que ella cuenta, se sienten muy lejanas para mi.

-Princesa- irrumpieron en nuestra estancia y ella volvió a ponerse seria, como si rompieran un cristal en el que estábamos envueltos -requieren su presencia para las peticiones.

-Claro, voy enseguida- se despidió rápidamente y se fue, dejando un vacío que hace mucho no notaba en mi.

-Un verdadero dragón- repitió Helaena y debía darle la razón, ella era lo que representa a los Targaryen.

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Nota de Edades:
Viserys 47
Alicent 34
Daemon 42
Rhaenyra 33
Aegon II 23
Haelena 20
Aemond 19
Daeron 18
Jacaerys 18
Lucerys 17
Rhaena 16
Baela 16
Joffrey 15
Baelon 3
(para no
confundirlos
en vez de Aegon
será Baelon)
Viserys II 2


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