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Rápidamente abandonaron los territorios del palacio con las mismas cosas que trajeron; caballos, comida, sus carpas en caso de que no consiguieran un hostal dispuesto a guardar silencio y dinero.

Nadie se opuso a que el príncipe se fuera, como si se alegrarán de saber que al menos uno de sus esposos no saldría por esas grandes puertas en una caja de madera, con el símbolo real y listo para ser cremado y esparcido en un lindo lugar.

Aunque Jungkook estaba feliz por ver un semblante diferente en el Omega, uno esperanzador, eso no le quitaba lo incómodo que empezaba a sentirse, sus compañeros estaban raramente callados y aunque quiso tener una conversación como las de antes, las que tenían mientras que los príncipes dormían. Estos parecían muertos en vida, otras personas y eso no le daba buena espina.

Aun con ello mantuvo su semblante tranquilo, preocupándose por que el príncipe estuviese bien y asegurándose de que el grupo estuviese por buen camino, tomarían la misma ruta que usaron para llegar, pero dormirían en puntos diferentes para evitar emboscadas o bienvenidas no deseadas.

Se podía escuchar los galopes constantes de los caballos en aquel desolado camino, el príncipe tenía su propio caballo y mantenía su identidad oculta con una capa que cubría su cabeza y cara, apenas dejando su nariz y boca para poder respirar y comunicarse, la tela no era tan gruesa, por lo cual podía ver sin problemas el camino.

— ¿Les parece dormir en el bosque Seogu? —Jungkook tuvo que romper la formación para poder obtener, aunque sea una respuesta de sus compañeros, esperaba una respuesta positiva en silencio, pero sin saber si era bueno o no uno de ellos, al fin hablo.

—Bugku es nuestra mejor opción, si atravesamos el bosque pronto estaremos en el bosque que conecta con el pueblo Aram, que es nuestro destino

— ¿Bugku no es un lugar muy transitado?

—No todos conocen el camino que conecta con Aram así que no, casi nadie entra allí porque dicen que hay animales salvajes rondando, pero ya he estado allí y he dormido, los únicos animales que he visto son bichos—Jungkook lo pensó, algo —que no sabía el que— le hacía desconfiar, pero sabía que si no tenía pruebas o algo que le confirmara que sus compañeros eran un peligro no podía solo acabar con ellos.

Esperaba estar equivocado y que sus compañeros solo estaban enojados por los cambios que tenía la misión.

Acepto el cambio de ruta y tomaron el mejor camino que los llevara hacia el bosque Bugku ya que la noche pronto caería.

Al llegar aseguraron que no había nadie en los alrededores y tomaron el mejor lugar para dormir y sin tener que dar órdenes cada uno eligió que hacer, Jungkook hizo lo mismo y se preocupó por arreglar la carpa donde dormiría el príncipe mientras que este, aunque quiso impedirlo, empezó a ayudar desempacando las cosas necesarias para la noche y la comida que usarían para cenar.

Jungkook le indico al príncipe que podría lavarse en el río cercano, cuando todas las carpas y la fogata que los mantendría calientes y los ayudaría cocinar la cena estuvo lista, claramente lo acompaño quedando de espaldas a él para no ver lo que se podría arrepentir.

—Nunca pensé que este río fuera tan fresco, ¿Crees que mi padre se moleste si vuelvo divorciado?

—No conozco al Rey para saber cómo piensa, pero si yo fuera él, estaría feliz de que mi hijo sonría como lo está haciendo ahora—Jungkook no lo estaba viendo, pero podía asegurar que el príncipe tenía una sonrisa de oreja a oreja. — ¿Qué piensa hacer cuando vuelva?

—Hablar con mi padre, no pienso volver a casarme hasta que de verdad sienta algo por esa persona y lucharé por el reino, siento que debo intentarlo

—Tiene todo mi apoyo, Su Alteza

—Gracias por cuidarme en el Sur, Jungkook

—Es mi deber y un placer, el agua debe de estar fría, debería de salir—escucho al Omega suspirar y quiso verlo, seguro tenía un puchero de puro chantaje.

—Pero ayúdame a salir, no quiero caerme

—Voy a voltearme—aviso no solo al príncipe si no para sí mismo, mantendría su cabeza como una pierda recta hacia otro lado para no ver la piel suave del príncipe. Como si se tratara de un títere se acercó hasta el Omega y ofreció su mano mirando a todos lados menos hacia él.

Jungkook quiso decir que solo lo ayudó y pudo voltearse, quiso, pero sin esperárselo termino también en el río, empapado de pies a cabeza y escuchando la risa traviesa del príncipe. Claro que trago agua, pero no le importó, cuando salió del agua y pudo quitarse el exceso de agua de la cara no tuvo como enojarse o siquiera vengarse de la misma forma.

Tal vez el agua que se le metió en la nariz le dejo loco y por ello solo pudo sonreír como un idiota mientras el príncipe se reía de su acción.

¿El príncipe siempre fue tan hermoso mientras tapaba su boca al reír? Tal vez no lo sabía porque en todo el viaje, hasta ahora no la escuchó.

—Lo siento, lo siento es que no pude evitarlo—el Alfa sintió a su lobo bajar las orejas como un cachorro mientras que el príncipe, olvidándose de que no tenía ni una tela en el cuerpo, empezó a quitar el cabello del guardia que quedó en toda su cara por la repentina caída. —Parecías necesitarlo—bromeó y Jungkook apenas estaba respirando.

¿Acaso su lobo se había convertido en un cachorro de la nada? Estaba allí quieto como todo un perro obediente y entrenado dejando que el Omega terminara su tarea mientras se permitía verlo, vaya que error.

Sus hombros sin ropa se dejaban ver y cuando alzaba sus brazos arreglando su cabello podía ver su pecho, de pronto tenía sed y quería beber de su piel.

— ¿Estás bien, Jungkook? Tus orejas están rojas—toda la cara del Alfa se calentó como un adolescente y no pudo escapar de las manos mojadas y raramente cálidas del Omega que tomaron su rostro genuinamente preocupado. —Tienes el rostro caliente, ¿Estas enfermo? Soy un tonto

—No...—lo único que pudo hacer para no morir de vergüenza fue tapar sus ojos. —No me haga caso

Seokjin lo miro extrañado, aún no soltaba su rostro dudoso de lo que pasaba hasta que por fin cayo en cuenta que estaba desnudo y que el nivel del agua en donde estaba no era tan alto para tapar su cuerpo por completo, ahora quien estaba avergonzado era el príncipe, pero, aunque sea una vez quiso ser osado y fingir que no entendía.

— ¿Seguro? Mírame quiero ver si estás bien

Jungkook maldijo todo lo que pudo maldecir en silencio y quiso meter la cabeza bajo el agua para enfriar su rostro, como pudo destapo sus ojos y lo supo al mirarlo, el príncipe sabía lo que hacía y estaba molestándolo.

—Eres malo—apenas dijo como si estuviese hablando con uno de sus hermanos y sonrió cuando el príncipe lo hizo, quería quedarse así con las manos de Seokjin en sus mejillas, con su piel expuesta y sus ojos brillando, pero debían salir. Importándole poco tomo las manos del príncipe aun en su rostro y las sostuvo sin alejarlas. —Puede refriarse, Su Alteza salgamos

—Si me dejas ir

Ambos estaban jugando y tirando todas sus cartas buenas, Jungkook estaba dispuesto a perder y Seokjin iba a arriesgarse. El Alfa mantuvo sus manos tanto como pudo y grabo ese lindo rostro con algunas gotas en él, guardo la mirada que le daba y esos labios que parecían invitarlo a pasar, lo guardo en el cajón de sus recuerdos y cuando fue necesario alejo sus manos de su rostro y las soltó tan lento como pudo.

Y actuaron como si aquello no hubiese pasado, Jungkook aprovecho para bañarse y aunque no tenía un cambio de ropa cerca fue mejor que ver al príncipe y tratar de no reaccionar.


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Los ojos del Alfa se abrieron de golpe en medio de la noche, su lobo tenía las orejas erguidas como si un peligro inminente se acercara, el lugar estaba en silencio y el fuego fue apagado para no llamar a ningún forastero no invitado, su carpa termino siendo las más alejada de la del príncipe y no se quejó, necesitaba ese olor lejos suyo para empezar a pensar correctamente.

Ahora sentía que fue la peor decisión que pudo tomar.

Se mantuvo quieto en su lugar y fingió dormir justo antes de sentir que alguien abría la carpa, por su olor pudo identificar que era uno de sus compañeros, realmente deseo equivocarse, pero el olor metálico e inigualable de la sangre que su compañero tenía le confirmo que lo que antes sentía era verdad.

Abrió los ojos justo en el momento en que el cuchillo de su, ahora oponente, se alzó para clavárselo en el pecho, Jungkook fue rápido y no quiso escuchar explicaciones, no había nada que explicar. Rápidamente lo dejo debajo suyo y uso su propia arma para silenciarlo para siempre, cuando este dejo de moverse tomo dos de sus cuchillos y salió con cautela de su carpa viendo los cuerpos de sus compañeros —quizá los que se opusieron y dieron pelea— cubiertos de sangre, lamentaba sus muertes, pero debía de asegurarse de que el príncipe estuviese bien.

Se apresuro a ir a su carpa, pero la encontró vacía, todas estaban vacías más los caballos seguían allí así que no estaban lejos.

Jungkook agudizo sus sentidos y aún con la cantidad de sangre del lugar pudo sentir el olor del príncipe a unos cuantos metros, apretó los mangos de los cuchillos que sostenía y corrió hasta allá escondiendo su olor y presencia entre los árboles hasta llegar a un claro lejos del río donde antes compartió con el príncipe y ahora solo se escuchaba los sollozos y suplicas del mismo.

— ¿Minhyuk aun no regresa?

—Seguro el idiota de Jungkook dio pelea, pero tiene que estar de camino—vio a Sungwoo regodearse y observar al príncipe desde el suelo. —Lástima que debamos matarlo, ¿No? Es un hermoso Omega

—Podemos tomarlo antes de matarlo, a nadie le importara

—Eres tan inteligente—halago y aunque el príncipe quiso escapar pronto estaba reviviendo sus pesadillas con su antiguo esposo con aquel Alfa entre sus piernas forzándolo a tenerlas abiertas. —Abre las piernas para mí, ramera debes de estar acostumbrado, los del Norte nos contaron muchas cosas de lo que hacías con el Rey

— ¡Aléjate de mí, basura! —Seokjin quiso sonar firme y tener la fuerza para poder zafarse, pero apenas podía alejarlo por pocos segundos cuando sus ensangrentadas manos rompían la ropa que tocaban. — ¡Jungkook! ¡Jungkook! —desde lo más profundo de su interior espero que aquel Alfa lo salvara y sollozo. — ¡Jung-

— ¡Cállate maldita sea! —el Omega chilló queriendo desaparecer y espero lo peor, un golpe en la cara, sus manos en su cuello hasta desmayar o más toques agresivos en su cuerpo, pero pronto empezó a sentir un líquido caliente caer en su cuerpo y abrió los ojos horrorizados viendo al dichoso Alfa que estaba tocándolo vomitar sangre mientras un cuchillo travesaba su pecho.

Seokjin quedo estático mientras vio el cuerpo caer lejos suyo y justo en frente suyo Jungkook se mantuvo de pie con la sangre salpicada en su rostro, no tenía que adivinar para saber que los demás tuvieron el mismo destino que quien lo estuvo tocando.

Jungkook casi actuó al instante y soltó el cuchillo que tenía para tomar al Omega y levantarlo del suelo notando su piel expuesta por la ropa rota y se lamentó por no llegar antes.

— ¿Esta b- —los brazos temblorosos del príncipe rodearon su cuerpo y lloró asustado importándole poco si aquel Alfa daba miedo o si acababa de matar a los que estaban allí, sabía que este no le haría daño y se sentía protegido. —Perdón por no llegar antes, Su Alteza

Ambos se quedaron allí abrazados, disfrutando de la paz de ese abrazo, pero debían de moverse, si los atacaron en cuanto encontraron oportunidad estaba seguro de que quien les ordeno que lo hicieran se aseguraría de que lo lograron.

—Príncipe, debemos movernos—Seokjin negó, no quería estar un segundo más lejos de Jungkook, cada que lo estaba algo malo le sucedía. —Su Alteza...

—No me sueltes—rogó y Jungkook volvió a maldecir los cuerpos inertes de sus oponentes por quitarle la felicidad que tanto merecía aquel Omega.

—Discúlpeme por lo que voy a hacer—sin esperar respuesta se agacho un poco para tomar los muslos del Omega y cargarlo. —Sujétese, Su Alteza

Cuando estuviesen en un lugar seguro debían de tomar una mejor vía y pasar aún más desapercibidos, también tenía que avisar a su hermano de lo que acababa de ocurrir, aunque estaba seguro de que los demás también mostraron su verdadero rostro, pero primero se encargaría de llevar al príncipe a un lugar seguro.


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Al llegar al pueblo de Aram se detuvo a comprar otras telas que cubriera bien ambos rostros y cualquier rastro de los inconvenientes de la traición de sus compañeros, no tuvo tiempo de ocuparse de sus cuerpos, con un Omega aferrado a su ropa —que actuaba como un cachorro con miedo— era imposible.

Tomo lo necesario, liberó a los caballos y se llevó el suyo por el camino más largo hacia Aram tomando los caminos menos transcurridos y llegando con el sol de la mañana a la entrada del pueblo, desde el camino del bosque solo hubiesen tardado 1 hora o 40 minutos si se apresuraban, pero aquel trayecto ayudo al Omega a tranquilizarse y a que Jungkook pudiese pensar como demonios le haría llegar a su hermano lo que sucedió.

Luego de preguntarle a algunos pueblerinos pudo encontrar una posada que se acoplara a sus necesidades; poco concurrida por su aspecto, alejada de las personas y barata. Era perfecta, el único detalle del que fue advertido era que los dueños eran estrictos a la hora de rentar una habitación.

No pudo obtener más información ya que la persona que se lo dijo tuvo que irse, pero esperaba que lo que sea que los dueños estuviesen buscando en sus inquilinos lo vieran en ellos.

—Espere aquí, Su Alteza—susurro y bajo del caballo asegurándole con la mirada de que volvería en pocos minutos con buenas noticias, para su suerte una señora con algunas canas en su cabello salió del lugar con una bolsa lista para ir a comprar así que Jungkook no tuvo que entrar para hablar con los dueños.

La señora volvió a entrar en la posada y segundos después salió con un hombre, un poco más alto que ella, pero encorvado y más canoso, sus ojos inspeccionaron sus fachadas y las del príncipe desde el caballo.

— ¿En qué podemos ayudarle?

—Necesitamos un lugar donde pasar la noche, aunque aún es temprano necesitamos descansar para poder irnos mañana de camino al Este

— ¿Y por qué aquí? En la entrada del pueblo hay una posada famosa que les puede servir, váyanse

—Preferimos un lugar más calmado—Jungkook no era el mejor para convencer, pero realmente lo estaba intentando. — ¿Podría reconsiderarlo?

Vio al señor casi bramar un no, pero la señora se adelantó curiosa de saber quién estaba encima del caballo.

— ¿Ese que está en el caballo es tu esposo, jovencito?

—Si—su lobo aulló contento por la rápida respuesta que dio. —Mi esposo no se siente bien por su embarazo, no puede descansar en un lugar tan concurrido y alborotado como las posadas del centro, ¿Podríamos pasar, aunque sea la noche aquí? Mañana a primera hora estaremos de salida

—Puede quedarse todo lo que quieran—Jungkook miro al señor detrás de la señora esperando una negativa, pero solo se encontró su mirada seria. —Puedes dejar el caballo en el patio y ustedes pueden esperar en la sala, no recibimos personas desde hace meses así que todavía no está lista su habitación

—Muchas gracias—hizo unas cuantas reverencias con una genuina sonrisa y se volteo para encontrarse con la mirada dudosa del príncipe, no podía explicarle en ese momento que debían de fingir que eran pareja para poder quedarse, pero espero que su mirada fuera fácil de leer.

Sígame la corriente.

—Vamos, cariño te ayudo a bajar—Jungkook alzo los brazos y tal vez espero unos cuantos minutos hasta que el príncipe dejo que le ayudara a bajar. —Le explicare más tarde—susurro cuando fingió arreglar su túnica. —Camina con cuidado, estaré ahí en un instante

Seokjin estaba un poco perdido, pero se dejó guiar por la señora quien le ofrecía una taza de té mientras se adentraban al lugar. El Omega ya se había acostumbrado a las posadas pocos concurridas y para nada lujosas, eso era mejor que dormir en el bosque con el miedo de ser atacado o en un lugar lleno de gente sin conocer sus verdaderas intenciones.

Jungkook volvió unos minutos después con el viejo dueño detrás suyo y lo vio sentarse a su lado dedicándole una pequeña sonrisa, este iba a decir algo, pero de pronto la señora regreso con una sonrisa triunfante.

—Esta lista, por suerte la limpie hace unos días así que no tuve que hacer mucho, la cama no es tan grande, pero para una pareja como ustedes no debe ser un impedimento, ¿Están hambrientos?

—No se preocupe, no queremos causar molestias

—Nada que ver, ustedes son nuestros primeros clientes desde hace unos meses y tu debes de alimentarte bien para que tu cachorro crezca fuerte, así que ve a darte una ducha y descansa, les llamaremos cuando la comida esté lista

Seokjin no tuvo nada más que decir, su Omega dentro suyo chillo un tanto triste al nombrar algo que ambos tanto querían, pero si debía fingir un día completo de que lo estaba lo haría, aunque eso destrozara aún más su corazón. 










Gracias por leer, votar y por sus hermosos comentarios. Drisfruten.

—Kim ♪

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