El camino hacia el Sur fue silencioso y tenso, aún más por los guardias quienes luego de dejar al príncipe Seokjin con la mitad del equipo no podían evitar el disgusto en su rostro, a Namjoon le daba igual él sabía por que tomaba las decisiones, pero aprendió con el tiempo que un buen jefe escucha las quejas o sugerencias de su equipo. Ese no era el momento para hablar, su lobo no quería ni siquiera llegar a la posada donde obviamente tendría que separarse del pequeño Omega, ¿Cómo iba centrarse para escuchar las quejas de su equipo?

Nunca flaqueo en sus decisiones como lo hizo esa vez al ver los ojos suplicantes de aquel Omega, ni siquiera su pequeño hermano podía lograr que lo hiciera cuando ya estaba completamente decidido. Simplemente no pudo detenerse al verlo casi llorar por dejar a su hermano mayor solo con un rey con historial de asesino de esposos.

Su lobo tomo la delantera e hizo lo que quiso, aunque —internamente— le agradecía, no quería saber el por qué, pero le agradecía.

El tiempo paso lento hasta el pueblo siguiente donde fueron a una posada igual de poco concurrida que la otra y esta vez el príncipe Jimin no estaba en son de pelea, era clara la razón de su tristeza, pero el cambio era abrumador para todos.

Tan pronto como el príncipe termino de cenar fue guiado a su habitación para ducharse, para suerte de todos, la habitación de Jimin tenía su propio baño por lo que no tendrían que preocuparse por compartir el que tenían.

—Estoy harto de que me miren y no digan nada, ¿Tienen algo que decir? —pregunto Namjoon ni bien escucho la puerta cerrarse.

— ¿Por qué has estado tomando decisiones sin consultarnos?

—Porque ustedes, principalmente tu Hyunjin has estado tomando una posición extraña desde que nos asignaron esta misión, te he estado observando desde que te conozco y hay una mirada diferente en ti, hay ambición en esa mirada

— ¿De qué estás hablando? Solo estas cambiando el tema—bufo Hyunjin mirando hacia otro lado.

—Tu eres el que lo estas cambiando y estas evitando mi mirada, ¿Tengo la razón entonces? —el rubio tardo un poco, pero volvió a verlo. — ¿Te molesta que cambiara el plan cuando tu quisiste cambiarlo miles de veces por donde decía desastre por todos lados?

—Tu no sabias eso

—Quiero que cada uno me diga que tenia de bueno irnos por Gangya y no por Aram

—Hubiésemos llegado aún más rápido—dijo Seunhun.

—Se hubiese evitado la emboscada—comento Sungwoon.

—En eso no tienes la razón—dijo Jinwhan. —El jefe Kim tuvo la razón y la sigue teniendo en cuanto Gangya, si nos emboscaron de camino a Aram, lo hubiesen hecho en Gangya donde tenían aún más personas de su lado y donde varios o tal vez todos estuviésemos muertos, de lo único que no estoy de acuerdo es de no haber hablado de la separación antes, en lo otro apoyo al jefe

—Yo también—Donghyuk agrego y vio a Wonho asentir también de acuerdo. —Llegamos en el tiempo que teníamos que llegar y tuvimos dos días para prepararnos, ahí el jefe les pregunto varias veces sobre rutas y no dijeron nada, cuando elegimos la ruta que tomaríamos todos estaban de acuerdo así que el que digan eso ahora no tiene sentido

—Y tu Hyunjin, ¿Que justifica tu cambio de opinión tardía?

—Ya te lo dije, era una mejor ruta

—Una mejor ruta que nunca viste en el momento, ¿Por quieres ahora cambiar el plan? ¿Por qué ese incesante deseo de liderar el grupo? ¿Crees que no me di cuenta de lo que hiciste?

— ¿De qué hablas?

—Cuando salimos de la primera posada ¿Quién les aviso a qué hora debían estar listos? —pregunto a los chicos.

—Hyunjin—dijo Donghyuk.

—Fue Hyunjin—también comento Jinhwa.

—Hyunjin—dijo Wonho

—Usted, jefe Kim—dijo Sungwoon.

— ¿Fui yo? —volvió a preguntar y este asintió. Namjoon miro a Hyunjin quien mantenía su semblante, aunque podía ver un pequeño tic en su ojo. —Solo te lo dije a ti Hyunjin y a Jungkook, porque compartía habitación con él, ¿Recuerdas lo que te dije? Yo iba a avisarles, pero tus cambios de opinión me daban vueltas en la cabeza así que te puse aprueba y caíste en ella, desobedeciste mi orden al avisarles por muy simple que fue, ¿Por qué?

Hyunjin se quedó callado por unos segundos y cuando decidió hablar Namjoon hablo primero.

— ¿Cuál es la regla que les repito una y otra vez?

—No traicionar al rey—dijeron al unísono los demás excepto Hyunjin.

— ¿Que les dije que haría si eso pasa, Hyunjin?

—Que nos cortarías la cabeza, aunque nos amaras como a tu familia—murmuro.

— ¿Saben por qué? Porque si se atreven a traicionar a su rey a quien le prometieron lealtad y tiene mayor rango que yo, ¿Por qué no traicionarían a su familia por igual? Así que se los vuelvo a decir, como sepa que traicionaron a su rey o a su familia, les cortare la cabeza y los tirare a un hueco con poca arena donde los lobos puedan comérselos, porque no le daré santa y respetuosa sepultura a un traidor, ¿Me entendieron? No vivirán para contarle a quien los convenció de hacer esa estupidez lo que hicieron, yo mismo me encargare de ello

—Si, jefe

—Les pido perdón por tomar una decisión tan drástica sin avisarles, no volverá a pasar y si tienen alguna sugerencia, si es buena para la misión, me gustaría escucharla cuando quieran y si todos están de acuerdo se implementarán, ¿Bien?

—Si, jefe Kim

—Bien, báñense yo tendré la primera guardia y tu Jinwhan eres el siguiente

El nombrado asintió y junto con los demás hicieron una reverencia antes de salir.

Namjoon suspiro cansado, aquella era la misión más estresante que estaba teniendo en su vida, algo irónico cuando su primera misión, según le contaron, ni el más experto la completo. Solo le tomo menos de 20 minutos lograrlo.

Se tomo su tiempo para ir y cuidar de la habitación del príncipe, estaba raramente silenciosa, pero su olor y su presencia estaban allí así que no se preocupó por ello, cuando tuvo su remplazo se tomó su tiempo para bañarse llevarse un poco de las tensiones que tenía.

Se despidió de cada uno de los chicos y fue a su habitación la cual estaba al lado del príncipe. Se aseguro de tener todo listo para mañana antes de apagar la vela y dormir, solo cerro los ojos por unos cortos minutos cuando sintió pasos en su habitación los cuales eran sigilosos, pero era de sueño ligero y tenia los sentidos agudizados.

Reconoció un olor diferente al entrar, pero del cansancio quiso pensar que era parte de la habitación, se mantuvo en su misma posición fingiendo dormir y cuando tuvo la persona cerca lo sujeto de los brazos y lo jalo hacia la cama en una posición en el que estaba encima suya mientras lo mantenía de espaldas sujetando sus manos.

—Ay, estúpido Alfa salvaje, me estás haciendo daño—chillo Jimin, aparte de que el Alfa era pesado su agarre era fuerte.

—Yo lo único que quiero saber, ¿Que hace aquí?

—Si me sueltas te lo diré

—Dímelo—dijo y en vez de soltarlo apretó solo un poco más el agarre causando un pequeño chillido que fue amortiguado por el colchón.

—No quiero dormir solo—chillo bajo y se removió haciendo que el moreno soltara por fin su agarre y se hiciera a un lado escuchando la respiración agitada del Omega. —Eres un salvaje

—Y usted debe de volver a su habitación

—No quiero dormir solo

Apenas la luz de la luna entraba un poco por la ventana, pero era la suficiente iluminación para que Namjoon pudiera ver aquel puchero triste y manipulador que funcionaba muy bien en él, tanto que quiso decirle que durmiera allí.

—Básicamente no duerme solo, estamos cuidándolo

—No es lo mismo, pero si no me quieres aquí al menos dame algo con que dormir

—Sea más especifico

Jimin sintió su cara roja y agradeció la oscuridad del lugar

—Algo con olor—susurro sintiéndose demasiado avergonzado para decirle que quiera su olor para poder dormir bien. El lobo del mayor inflo el pecho orgulloso de la petición del Omega y sin pensarlo le entrego su casaca la cual el Omega tomo y olisqueo con gusto haciendo que ambos corazones rebosaran de felicidad que sabían que no debían de tener. —Solo déjame dormir 5 minutos, ¿Sí?

No podían permitirse más tiempo juntos, pero ahí estaban, el Omega acurrucándose entre sus sabanas las que tenían un deje de olor y con la casaca entre sus brazos como si fuese una persona y el Alfa en uno de los bordes de la cama deleitándose con lo que sus ojos podían ver.

Pasaron los 5 minutos y tal vez fue el cansancio mental por la misión, el olor atrayente de aquel Omega o simplemente porque ya no podía resistirse. Se hizo espacio en su cama y como si ambos se conocieran, se acurrucaron entre ellos deleitándose del olor del otro, sabiendo que solo abrían una herida que sangraba cada que pasaban la línea como ahora.

Aun así, eso no evito que Jimin restregara su nariz en su pecho y que Namjoon rodeara su cintura como si ya la conociera al mismo tiempo en que acariciaba el suave cabello del príncipe, haciéndolo dormir y cayendo también dormido por un calor tan diferente que su lobo estuvo esperando para dormir como un bebé, un lugar seguro.

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Cabello picando en su nariz le hizo levantarse y al respirar hondo cayo en cuenta de lo que pasaba, pero no se alejó, prefirió deleitarse en la cara dormida del Omega entre sus brazos, tan intimo como si antes lo hubiesen hecho.

Supuso que aquello tal vez no volviera pasar así que no lo despertó, según la luz que entraba en la habitación, aún era lo suficientemente temprano como para poder durar más así, Namjoon no lo volvió a pensar para pegarlo más a su cuerpo y cerrar los ojos solo deleitándose de su olor.

Tal vez 20 o más minutos pasaron cuando el Omega empezó a moverse entre sus brazos y tuvo que dejarlo ir mientras veía como este se daba cuenta de lo que sucedió, pero en vez de alterarse solo se escondió avergonzado y Namjoon quería tener su rostro entre sus manos y perderse en esa laguna de sus ojos azules.

—Buenos días

Jimin sintió a su Omega chillar de felicidad y salió de su escondite viéndolo aún avergonzado.

—Buenos días—susurro y sin quererlo lentamente se alejó de él arreglando su descuidado aspecto, aunque para el Alfa se veía más tierno que nunca. —Debería irme antes de que el que vaya a despertarme no me encuentre

Namjoon solo hizo un ruido de afirmación y lo dejo ir observando cada cosa que hacía, sus mejillas rosadas, su cabello desarreglado y su cara de recién despierto, guardo cada una de esas imágenes en su mente mientras como si quisiese grabar el olor del príncipe se restregó en su cama y en la casaca que tenía ambos olores.

Con un largo suspiro abrazo la casaca como si de una persona se tratara, estaban jodidos. Pasaron la línea y ninguno quería regresar.

Namjoon fue el último en ducharse despidiéndose del olor del Omega y prometiéndose que aquello jamás volvería a pasar sabiendo que esa promesa no se cumpliría, pero quiso engañarse así mismo mientras bajaba las escaleras para encontrarse con su equipo y con aquel pequeño y fuerte príncipe de lagunas brillantes como ojos que lo miraban como si fuese lo más importante allí.

Su lobo estaba tan ilusionado y empeñado en que ese era su Omega que no podía evitar sentirse triste sabiendo que nunca lo seria, pero aun con su desdicha ordeno a su equipo y cuando estuvieron listos siguieron de camino al Sur no sin antes despedirse de los dueños de la posada.

Jimin se mantenía callado pensando; pensando en su hermano, en que pasaría cuando llegara al Sur, como espaciaría y principalmente, la noche anterior. Su lobo gimoteo cuando el olor del Alfa se alejó de su puerta y no se quedó quieto hasta que se infiltro en su habitación, esperaba que el Alfa se negara rotundamente y no flaqueara, pero ambos eran débiles, no sabía si era la primera vez para él, pero para Jimin era la primera vez que se sentía tan necesitado de estar con alguien.

— ¿Cuándo llegaremos al Sur?

—Para la noche estaremos en territorio del Sur si tomamos la ruta rápida

— ¿Me dejaran en el Sur?

—Solo estará allí hasta la ceremonia de compromiso, a primera hora de la mañana partiremos al Este

El Omega no dijo nada más, no le interesaba seguir hablando de su desdichado destino solo se acurruco como pudo y cerró los ojos tratando de evitar que tanto sus lágrimas como sus feromonas de tristeza salieran de su cuerpo. Pensó en su familia, en los momentos felices, en las cosas que le gustaban, pero todo se tornada triste. Pronto estaría para siempre separado de su familia, tal vez no volvería a ver a su hermano y aunque quiso refugiarse en lo poco que vivió junto con el Alfa esos pocos días solo desato sus lágrimas.

Namjoon se tensó desde que aquel olor agrio de tristeza pico su nariz y quiso detener el caballo y estrujarlo en un abrazo. Como nunca en su vida quería hacer algo, pero como siempre no lo hizo, solo trato de que su olor lo calmara escuchando sus pequeños sollozos.

—Su Alteza...

Jimin se tapó aún más con la capucha del mayor queriendo desaparecer y como pudo trato de dejar de llorar, limpio sus lágrimas con deseo de derramar más y respiro hondo inundando sus fosas de aquel olor tratando de quedar dormido, tal vez si dormía todo sería más rápido.

Ambos lobos chillaron de tristeza en todo el camino, llorando por un cruel destino al cual los dos estaban supuestos a seguir y cumplir.

No fue hasta la noche que como, el Alfa dijo, llegaron a territorio del Sur y se hospedaron en una posada ya que su llegada se esperaba en la mañana, aunque esa solo era una excusa barata que todos decidieron aceptar al sentir al Omega demasiado triste para llevarlo a una fiesta de compromiso.

— ¿El príncipe no ha bajado a cenar aun?

—Dijo que no tenía hambre—explico Wonho con cierta pena, le insistió tanto como pudo, pero sin éxito.

Namjoon soltó un largo suspiro y asintió para que este se fuera, tal vez debió dejar que alguien más subiera y le hiciera comer, pero su lobo se negaba a dejar a alguien más cerca suyo, como si tuviese el derecho de ser posesivo con él, tomo la comida del príncipe y subió hasta su habitación.

— ¿Su Alteza?

—He dicho que no tengo hambre

—Si se quiere morir de hambre, hágalo cuando este en el reino del Este, mientras este bajo mi cuidado va a comer—no recibió respuesta y sin querer averiguar saco la llave de la habitación. —Voy a entrar

Espero unos segundos antes de abrir la puerta y solo encontró un pequeño bulto de mantas en la cama como si aquello pudiera hacerlo invisible.

—Debe de comer, Su Alteza

—Déjame, vere si aun muerto me querrá ese imbécil del Sur

—No hay un no por respuesta, tienes que comer, Jimin

Ambos notaron el cambio al hablar, no hubo formalidad en sus palabras como si ambos se conocieran de hace tiempo. El Omega se quedó en silencio y luego de unos segundos saco su cabeza con un puchero de puro chantaje.

—Dame de comer

— ¿Se la comerá toda?

El ojiazul asintió con las mejillas rojas y era obvio el por qué, pero mantuvo su semblante serio fingiendo que no había malentendido su pregunta. En silencio se acomodaron de tal forma que ambos estaban uno frente al otro.

—Abra la boca

Jimin no quería parecer un adolescente inexperto, no es como si fuera el más experimentado, pero no podía parar de mal pensar lo que sea que viniera de aquel Alfa. Aun así, abrió la boca y comió con calma cada cucharada que le puso en frente.

Cuando terminó ambos se quedaron en silencio mirándose como si estuviesen hablando con lo mirada.

Quizás fue a causa de su lobo o de los atrayentes ojos azules del Omega, pero antes de que pudiera detenerse estaba limpiando rastros de comida de la comisura de Jimin, tan lento y tan intimido que sus corazones parecían retumbar en sus oídos.

— ¿Puedo pedirte algo?

—La última vez que me dijo eso no me la dejo fácil—aun con su queja se quedó allí a escuchar lo que sea que fuese a pedirle, sabiendo a ciencia cierta que aceptaría.

— ¿Puedes por favor no dejarme solo con el príncipe del Sur?

—No puedo prometerle nada, será su prometido, en algún momento tendrán que estar solos

— ¿No hay alguna forma de que siempre estés conmigo?

Si la hubiera, ya estuviera a su lado sin pensarlo.

Namjoon quiso decir eso, claro que quiso, pero solo negó viendo cómo esos lindos ojos azules que le miraban con esperanzas las perdían al igual que la luz en ellos.

— ¿Por qué? ¿Por qué me tengo casar con ese imbécil? No quiero que me toque, no quiero estar con él, no quiero...

No quiero que mi Alfa sea él, cuándo mi lobo te quiere a ti.

Volvieron a estar en silencio queriendo decir todo y sin poder hacerlo.

— ¿No importa lo que yo quiero?

—Yo no soy el indicado para aconsejarle

Jimin estaba cansado de ser evitado, de que no fuera sincero, de que pareciera que era el único que deseaba aquello con su vida. Esta vez se lanzaría al vacío y si era rechazado, no lo volvería a intentar.

—Te quiero a ti, Namjoon

El Alfa hizo todo lo posible para negarse, alejarse o no reaccionar, pero su corazón le estaba fallando. Tuvo que respirar hondo en frente de aquel Omega que le observaba fijamente.

—Hablamos de esto

—Y ambos sentimos lo mismo, tú también me quieres, quieres que yo sea tu Omega, tus ojos no pueden mentirme

No podían hacerlo, pero aquello era su misión, solo debía llevarlo al Sur, comprometerlo y llevarlo devuelta.

En ningún momento debió pasar la línea ni dejar que él también lo hiciera.

—Me retiro, Su Alteza.

—Te esperaré, por favor no me hagas esperar tanto

Namjoon mordió su lengua tratando de detener sus deseos y con una reverencia se levantó de la cama donde le había dado de comer y salió de allí huyendo, huyendo de tan desea propuesta.

También lo quería, quería a ese Omega, lo quería con él, deseaba que fuera parte de su vida, pero su destino era otro.

Debía estar solo para no perder a nadie que amaba. 

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—Kim ♪