✘ 01 ✘
Las mañanas en la casa Kim siempre era lo mismo, el mayor de ellos era el primero en abrir los ojos y prepararse para salir luego de él le seguía el menor, se despertaba a tiempo para preparar el desayuno y que su hermano no se fuera con el estómago vacío.
Eran 3 fieles hermanos; dos Alfas y un Omega.
Su madre, una hermosa Omega, siempre les decía: "Un buen desayuno es la mejor forma de empezar un buen día así que, si no se comen todas sus verduras hare que le limpien los pies a la abuela An."
Esa era toda la motivación que necesitaba el menor de ellos para levantarse en las mañanas a dejar todo listo para sus hermanos.
El último en despertar era el del medio. Se despertaba tarde así que siempre se arreglaba apurado, pero sin importar que tan tarde llegara a su trabajo, no podía salir de la casa sin el desayuno en su estómago.
—Buenos días, Yoon
—Buenos días, Nammie ¿Estas mejor de la espalda?
—Solo fue un golpe y si, ya todo está bien—acomodo su ropa y se sentó con las piernas cruzadas como un indio en frente de la mesa donde su desayuno estaba listo y servido. — ¿Te llegaron las telas de las que me hablaste?
— ¡Si! —chillo emocionado mientras traía el agua y le servía a su hermano. —Están preciosas y tienen un color muy parecido al ginseng, muchas kisaeng* me estaban pidiendo ese color así que pronto tendré muchas ventas
—Escuche que la concubina mayor del palacio te hará un gran pedido
— ¿Ensedio? —casi escupió la comida que tenía en la boca y Namjoon hizo una mueca divertida por su acción, casi al instante Yoongi trago avergonzado. —Lo siento, la emoción, pero cuéntame más ¿Habrá alguna fiesta pronto?
—Creo—simplemente dijo, aunque estuviese siempre dentro del palacio lo que ocurría allí no era de su incumbencia ni de su gusto. Siempre escuchaba a las sirvientas cuchichear, pero se hacía de oídos sordos. —Gracias por la comida, Yoon
Dejo un beso en su sien antes de levantarse.
—De nada y recuerda pasar por la tienda de la Señora Joo, tiene unos bordados y materiales que necesito
—Lo tengo, cuídate mientras no estamos, cachorro—se detuvo justo en la puerta y lo miro. —Si necesitas algo, sabes que hacer
—Si, puedes irte tranquilo
Con un último vistazo Namjoon se fue de allí siendo recibido por el bullicio matutino, podían ser temprano para otros, pero la actividad en el pueblo Suwon empezaba a las 5 am, todos sabían eso excepto Jungkook que seguía en el más profundo de sus sueños.
Yoongi recogió los platos y empezó a limpiarlos para no tener que preocuparse por ellos después, le gustaba pasar todo su tiempo en su trabajo así que como era el único que estaba en casa se encargaba de las tareas del hogar.
El pálido estaba barriendo la casa cuando un apurado Jungkook apareció por fin, tenía su ropa a medio poner y el moño estaba desordenado, con varios mechones por todos lados. El desastre de todos los días.
— ¿Cuándo vas a cambiar?
—No empieces ahora, necesito concentrarme para no atragantarme—se sentó en frente de donde estaba su desayuno ya tibio y empezó a comer apurado. — ¿Y Namson?
—No hables con la boca llena, animal—se acercó para soltar su largo cabello y hacer el moño como era debido. —Obviamente ya se fue, sabes que ahora que es el jefe imperial debe de estar primero
—Aunque no fuera el jefe sería el primero, sabes cómo es con la puntualidad
—Así como tú eres con la tardanza—replico y cuando termino espero a que acabara de comer para ayudarle con la vestimenta. —Que no se te olvide que te toca hacer la cena a ti
—Eso es lo único que no se me olvida, hare esas brochetas que te gustan
— ¿De cordero? —Jungkook amo ver los ojitos de su hermano menor iluminarse.
—De esas mismas, gracias por la comida—dejo un beso en su frente. —Y gracias por ayudarme, cachorro
—Siempre, ahora corre que estas más que tarde
—Mierda
Lo último que vio Yoongi fue a su hermano correr hacia la salida y negó recogiendo lo que quedaba, por lo menos no tenía que preocuparse por hacer ejercicio ya que siempre corría hacia el trabajo.
Cuando todo estuvo limpio y organizado Yoongi empezó a caminar hacia la habitación externa donde estaba todo lo que necesitaba para cocer, sus materiales y las muestras exhibidas que tenía para todo aquel que quería ver su increíble trabajo.
— ¡Buenos días, Yoongi! ¿Ya tienes el vestido de Byeonyi?
—Lo tendrás listo en unos minutos, soñé con un diseño que le quedara muy hermoso, ¿Cuántos años me dijiste que cumple?
—15 años, pronto será presentada y ahorramos para que tenga un vestido de la mejor calidad y de las mejores manos—contó, Sungha era una amable Omega que esperaba que su hija tuviera un gran futuro, y que mejor que hacerlo con un vestido que llame la atención.
—Por eso le estoy dando unos últimos toques, cuando esté listo ven con Byeonyi
—Así será
Yoongi sonrió, le encantaba ser parte de momentos como esos. Vivía cada una de las historias de sus clientes y amaba ver la sonrisa de satisfacción en ellos.
Su trabajo era increíble.
xxxxx[::::::::> <::::::::]xxxxx
—Jefe
— ¿Sí?
—Jungkook acaba de llegar
—Que cargue 3 espadas y de 10 vueltas—dijo con simpleza.
—Eso no ayuda a que venga temprano
—Pero le ayuda a saber que siempre tendrá un castigo
—Si, jefe—dijo antes de soltar un suspiro y salir de la oficina del jefe para ir hacia donde estaban las tropas alineadas esperando órdenes. —Jungkook, tienes que dar 10 vueltas con 3 espadas
— ¿No se cansa de ponerme castigos?
—Deberías llegar temprano y evitártelos
Jungkook solo rodo los ojos y tomo las dichosas espadas para ir a darle las 10 vueltas a todo el palacio, que obviamente no era pequeño, pero no había nadie que hiciera cambiar la opinión de su hermano.
Namjoon suspiro viendo las cartas que eran mandadas desde la guerra, no había buenas noticias por ningún lado; el Norte se negaba a ayudar si su esposo seguía de este lado y el Sur le gustaba evitar la guerra a toda costa.
Tenían muchos heridos y varios muertos, debía preparar las cartas y las provisiones para las familias de los fallecidos, reclutar y entrenar a los novatos, idear estrategias y también entrenar su cuerpo.
Volvió a soltar otro largo suspiro, había mucho que hacer ese día.
—Jefe—luego de casi 30 minutos alguien volvió a interrumpirlo. —Jungkook termino su castigo
—Bien—se levantó y dejo lo que estaba haciendo para salir de su oficina, detuvo su caminar al llegar frente al grupo organizado de novatos tanto Alfas como Betas y podía ver uno que otro Omega, ahí también estaba Jungkook quien trataba de recuperar el aliento. —Hay algunos nuevos entre nosotros así que me presentare nuevamente, soy Kim Namjoon el jefe de la guardia imperial, estamos todos aquí para servir a nuestro rey, proteger el castillo y a nuestro pueblo, tengo reglas simples—explico con tranquilidad. —Lealtad al rey y a sus compañeros, nada de burlas o rebajar a nadie sea lo que sea, nada de voz de mando con nadie, nada de chismes; eso déjenselo a las sirvientas, puntualidad y obediencia, si pueden cumplir eso podrán estar aquí sin problemas
—Me llamaran jefe y todo lo inusual que vean lo tienen que reportar—al terminar miro a la persona a su lado. —Hyunjin les dará los ejercicios de hoy, no se lo salten ni se rindan porque no solo se la verán conmigo si no con él, que no es muy paciente que digamos
Escucho a varios tragar en seco cuando Hyujin les dedico una pequeña sonrisa malévola, su linda y blanca cara era adornada con una cicatriz en la mejilla, muestra de sus peleas.
—Serán constantemente evaluados, así que cuiden donde pisen
— ¡Jefe Kim! —todos voltearon a ver a un joven correr hasta llegar a su lado.
—Soobin, no deberías estar corriendo
—Ya estoy mejor—se quejó, pero aún estaba tratando de respirar con normalidad, pasaron unos largos minutos hasta que su respiración fue menos errática. —Papá te solicita, dice que es importante y urgente
—Entiendo—miro a Hyujin y este asintió guiando a los novatos hacia su entrenamiento, todos lo siguieron excepto Jungkook quien miro a su hermano. —Ve y no te metas en problemas
Jungkook rodo los ojos y fue detrás de los demás.
Namjoon se encamino junto con Soobin hacia la oficina de su padre, el joven chico le contaba sobre cómo estaba progresando en sus clases y que pronto, según como indicaba el doctor, podría empezar a entrenar.
Soobin era especial, era un joven de apenas 12 años y aún no se había presentado. No era un caso muy normal, también estaba el hecho de que nació con problemas de salud y apenas podía vivir como un adolescente normal, aún estaba en espera de saber y se lo tomaba bastante bien, lo que hacía las cosas más fáciles.
Ambos llegaron y Soobin ni siquiera toco antes de deslizar la puerta dejando ver a un viejo Alfa con arrugas y mirada fría, que se volvió cálida y amorosa al ver a su hijo y también al ver a Namjoon quien para él era como un hijo, aunque nunca se lo hubiese comentado.
Pero todos los guardias sabían la preferencia y confianza que le tenía el viejo jefe protector del rey a Namjoon. El alto hizo una pequeña reverencia al entrar.
—Soobin dijo que me solicitaste
—Así es, Soobin por favor sal necesito hablar en privado con Namjoon
—Está bien, papá
Cuando estuvieron solos el mayor le hizo una seña para que se sentara en frente suyo y así lo hizo.
— ¿Que está pasando?
—Supongo que ya estas informado de lo que está haciendo el Norte, no me sorprende si pronto se vuelve aliado del enemigo
—Tiene cierta razón, su esposo tiene meses en el castillo
—La ausencia del príncipe en el Norte nunca será una razón válida para que se niegue a cooperar, se hizo ese matrimonio para que en momentos de guerra batallaran juntos, ese rey solo es un viejo que se comporta como un niño que quiere un agujero para tener sus hijos—escupió con desprecio. —Le doy toda la razón al príncipe al no querer volver
— ¿Que haremos? —pregunto cortando aquel tema, no le gustaba enredarse con la realeza, lo que les pasaba no le interesaba en lo más mínimo.
—Necesitamos a alguien de nuestro lado, el Sur es la mejor opción
—Sabes que el Sur prefiere dejarnos todo a nosotros antes de pelear
—Les obligaremos a participar, nadie tiene elección así que el consejo y el rey tomaron la decisión de comprometer al menor de ellos
—Jimin, ¿Cierto?
—Si, también se enviara al príncipe Jin hacia al Norte para que el rey deje de buscar excusas
— ¿Me llamaste para decirme eso?
—No—respiro hondo sabiendo lo que venía ahora. —Madeok te eligió a ti para que transportes a los príncipes con seguridad hacia el Norte y luego al Sur, cuidaras de Jimin en el Sur hasta que el compromiso se culmine y lo traeres devuelta
—Sabes como soy cuando se trata de la realeza—su voz era tranquila, pero se estaba conteniendo. —Apenas he visto al príncipe Seokjin, pero sé que no quiero relacionarme con eso, te lo dije muchas veces, Hunbin, no quiero saber nada de la realeza, le soy fiel al rey, pero no quiero que mi vida ni la de mis hermanos se vea enredados con sus problemas
—Lo sé, créeme que lo sé, pero no tienes otra opción Namjoon, el rey ha aprobado la decisión de Madeok y quiere que se haga lo más pronto posible
—Maldita sea—gruño y respiro hondo.
Por todos los malditos demonios, ¿Por qué a él?
—Entonces llevaremos al príncipe Seokjin al Norte primero y luego a la princesa Jimin al Sur—dijo luego de unos segundos de quejas mentales.
—Si, necesitas a los mejores para que te acompañen también, puedes elegirlos tu
—No me da ningún consuelo, ¿Cuándo debemos partir?
—En dos días
— ¿En dos días? ¿Pensabas decirme eso un día antes? Joder, Hunbin tengo a Yoongi en casa y Jungkook apenas entrenando
—Realmente lo siento, me opuse a su idea porque conozco tus pensamientos sobre la realeza, pero todos estuvieron de acuerdo
Namjoon solo pudo gruñir de frustración por que tenía razón, si hubiese sido decisión final de Hunbin no estuviera pasando eso.
— ¿Hay algo más?
—Nada más, en dos días será todo
Namjoon solo asintió y se levantó siendo observado por el mayor que se sentía mal sabiendo que ni siquiera lo pudo evitar.
El más alto salió de la habitación y deslizo la puerta con cuidado al cerrarla para empezar a caminar de vuelta, pensando en que mierda haría y a quien llevaría, no podía llevarse a todos los buenos porque dejaría el castillo desprotegido, pero dejar a los príncipes con principiantes no era la mejor opción.
Al volver fue recibido con todos los novatos tratando de respirar y otros estaban en el suelo casi sin vida por el fuerte entrenamiento excepto Jungkook, estaba sudado pero fresco como una lechuga.
—Ya volviste, ¿Que paso? —pregunto Hyunjin.
—Tenemos una misión de transporte, en dos días y necesito a los mejores
— ¿Es algo muy importante?
—Transportamos al príncipe Seokjin y a la princesa Jimin
—Mierda, básicamente estamos jodidos, principalmente la princesa Jimin que nadie la ha visto, si no somos cuidadosos amaneceremos con una flecha en la cabeza con tal de que la tengan
—Y que lo digas, te dejo la tarea a ti, gente buena y leal, los mejores, pero no todos para que cuiden del palacio
—Entiendo, en la noche te tendré a los que nos acompañaran
—Gracias—palmeo su hombro y suspiro viendo cómo iba a avisarle a quienes ya había elegido, su mirada paso hacia Jungkook quien estaba más que curioso en saber.
Y eso, que ni siquiera su hermano menor lo sabía.
xxxxx[::::::::> <::::::::]xxxxx
—Jinnie por favor
—Jimin ya te dije que debes de asistir, siempre quieres quedarte en el jardín o ir por ahí metiéndote en problemas, debemos asistir a la fiesta, padre dijo que tiene algo importante que decirte
—Papá solo quiere casarme, creo que me hizo para crear una alianza
—Sabes que no es así—susurro.
—Es así y tú eres el ejemplo de eso, es más ni siquiera eres el único, Momo está muy lejos de aquí solo para que papá tuviese la vía libre para poder tener importaciones de otros países, también Nayeon, apenas tenía 15 cuando la casaron con un viejo americano solo para tener telas más bonitas, ¿Que me importa a mí las telas? Ni siquiera he podido ver los bebés de Nayeon
—Jimin, debes ser cuidadoso con lo que dices
—Te respeto Jinnie, pero no me importa una mierda y papá lo sabe, quiero ser libre y casarme con la persona que ame
—En realidad—dijo mientras empezaba a peinar el largo cabello de Jimin. —Pensé que te casarías con Yugyeom
Ah, el dichoso Yugyeom.
Había sido un amor de niños, desde pequeños se habían conocido, ya que el padre de aquel pequeño niño era un funcionario importante que tenía que estar en el palacio muchas veces. Juntos experimentaron su primer beso y también más cosas, Jimin era muy curioso y atrevido mientras Yugyeom amaba seguirle la corriente, cuando ambos se presentaron como Omega y Alfa, el mayor le prometió que lo marcaría cuando fuese grande.
Pero no todo era eterno o real.
—Yugy se fue al ejército y luego se comprometió con una mujer que ni ama, ni siquiera le gustan las mujeres—puchereo.
—Ay Jimin, me gustaría que pudieras ser libre y estar con quien amas, pero para nosotros no es así—susurro y puso una horquilla de rubies y sonrío. —Eres tan hermoso
—Lo sé—sonrió recibiendo un beso en la cabeza en respuesta.
Seokjin no mentía.
Jimin realmente era hermoso, era el menor de los hijos del rey y casi ni salía del palacio, aunque quisiera hacerlo, gracias a eso nadie sabía quién o como era el principie.
Ciertas sirvientas apenas lograron ver su espalda y su largo cabello por lo que desde ese momento lo llamaban, la princesa Jimin.
El nombre —en cierta forma— le quedaba, tenía un rostro pequeño y bonito digno de un Omega, un cuerpo esbelto, el cabello le caía por la mitad de los glúteos, sus manos eran delicadas y sus ojos azules eran tan llamativos como cautivadores como si cada proporción de su cuerpo estuviera en el lugar correcto.
Mientras que sus hermanos tenían colores oscuros y típicos en los hombres del palacio, Jimin amaba llevar los vestuarios que el costurero Kim le hacía, coloridos, rojos y hasta colores como las flores del jardín, amaba los pendientes y los adornos de sus hermanas, así que también era una de las razones por las que pensaban que era una princesa.
Era un mimado de primera, no respetaba a nadie que no fuese su hermano Seokjin, al mismo rey y a su instructora que podía ser el demonio cuando se enojaba. También lo era con Momo y Nayeon, pero casi todos sus hermanos mayores habían sido enviados a sacrificarse lejos de casa y presentía que pronto le tocaría ser parte de eso.
—Escuche de Yoonhee que el viejo loco del Norte esta furioso porque no has vuelto
Seokjin cerró los ojos solo imaginándoselo y respiro hondo.
—Jinnie, ¿Por qué no le cuentas a papá lo que te hizo el rey?
—No hará nada, Minnie ya le dije y no hará nada, si solo esta así porque no estoy allá imagina si supiera que le dije lo de su maltrato
— ¿Entonces morirás por cumplir con tu nación? Que se joda la nación y que se joda ese viejo
—Jimin—lo reprendió. —Dejemos este tema y preparémonos para la cena
—Yo no quiero—puchereo y Seokjin solo negó, su hermano menor era un caso.
—Vamos, elige el traje más bonito
—Deberías tener uno de la mano del costurero Kim, nunca lo he visto pero tiene unas manos de dioses—dijo con una sonrisa y señalo uno turquesa que sobresalía. —Ese quiero
—Bien, te ayudo a vestirte
Cuando el príncipe estuvo listo no tuvo de otra que caminar al lado de Seokjin, quien le recordaba permanecer con la boca cerrada por que conocía lo descarado que podía ser sin importar quién era.
Al llegar ya estaban todos los invitados en sus respectivos lugares, primero estaba el rey Alfa en el centro junto con la reina que le observaba con cierto desdén por su vestimenta, luego le seguía las 3 consortes que estaban dos a la derecha y una izquierda acompañada de dos concubinas que recordaba que su padre tenía cierto aprecio, una le había dado un hijo y la otra estaba a días de dar a luz. Todas Omegas.
Hizo una mueca, no le gustaba nada el sistema del reino. Casarse y tener cientos de esposos o tener que luchar por ser el preferido, cuando se supone que debería ser el único.
No solo existía guerra fuera, había una guerra constante dentro del palacio de quien sería el sucesor del rey.
—Oh, el príncipe Jimin está aquí ¿O prefieres que te llame princesa Jimin?
Y ahí iban de nuevo, siempre era lo mismo y ya se estaba cansando de tener que siempre tratar con las hermanas y hermanos que aun seguían aquí.
—Llámame como quieras, veo que no tienes nada más interesante que hacer que eso
— ¿Ya por fin saliste de tu cueva? ¿Y ese traje? —dijo con falsa preocupación. —Si quieres puedo prestarte uno de los míos
— ¿Y morir envenenado? No, gracias
—Tu...
—Basta ya, Yeji ya no eres una niña para querer pelear con Jimin cada vez que lo veas—Seokjin intervino sabiendo como eran esos dos juntos.
—Pero Jinnie, tú siempre vas a tener preferencia con Jimin
—Solo paren de pelear nuestro padre, el Rey, nos reunió por algo
—Así es, Seokjin tomen asiento
Jimin espero a ver dónde se sentaba su hermano para sentarse a su lado y este solo negó con una sonrisa, Yeji no mentía, Jimin siempre sería el consentido de Seokjin.
—Me alegra que estén todos aquí, principalmente tu Jimin, siempre te escapas para no venir
—Si no fuera por Jinnie lo hubiese hecho—recibió un golpe de advertencia de Jin para que se callara e hizo un puchero.
—Parece que nunca cambiaras—susurro. —El motivo de esta cena es que Yeji se va a comprometer en la próxima primavera y queremos celebrar este gran paso
—Uy que emoción—murmuro, pero una de las concubinas, la que no estaba en cinta, le escucho.
—Su Majestad, ¿Ya le ha contado al príncipe Jimin?
— ¿Contarme qué?
El rey le dio una mala cara a la concubina que se hizo de ojos ciegos y el viejo rey respiro hondo, quería hablarle en privado y que explotara a solas no allí, con sus hijos, su esposa y concubinas, donde sabía que iba a ser peor.
—He sido muy paciente y he dejado que hagas todo lo que quieras, con ciertas restricciones, pero ya es momento que sientes cabeza, he hablado con el rey de-
—No hiciste lo que estoy pensando, ¿Verdad?
—Jimin—susurro Jin y quiso tomar su mano, pero se alejó rápidamente y se levantó de donde estabas.
—Jimin, ya es momento de que te cases así que he hablado con el rey del Sur y te ha comprometido con el príncipe heredero
— ¿Eso es lo que quieres para mí? ¿Estar sentado en un trono al lado de alguien que no amo y que solo amara mi cuerpo? ¿Quieres que le dé hijos y vea como no soy el único, sino que hay más quienes le darán hijos? ¿Quieres que me marchite de tristeza sabiendo que tengo que manipular a mis hijos para que cuando mi esposo se muera puedan estar en el trono como tu querida reina?
—No permito que me faltes al respeto—respondió la reina.
— ¿Acaso mentí?
—Debes saber cuál es tu lugar
—Se cual es y no es un trono luchando por el poder, no quiero padre, me niego
—No puedes negarte, Jimin en dos días serás llevado al reino del Sur y te comprometerás con el príncipe
— ¿Sera así? ¿Me encerraras en otro reino? —sus ojos se llenaron de lágrimas y el rey sintió su corazón marchitarse. —Por favor, papá no me hagas casarme
—Prepárate—dijo y evito mirar sus ojos llorosos. —En dos días será
—Siempre haces lo mismo, primero fue con Momo, ni siquiera sabes si está bien, luego con Nayeon—soltó un sollozo. —Si salgo de aquí, jamás volveré a pisar este palacio
—Jimin
—Cuando tenga hijos les diré que no tienen abuelo, un padre no abandona a sus hijos por beneficios
—No me entenderás ahora, pero pronto lo harás
—Jamás lo hare—sin decir más se fue de allí y Seokjin suspiro, él sabía que pronto iba a ser su turno y esperaba que no tuviese la misma mala suerte de que el príncipe heredero del Sur no lo tratara como un adorno.
Jimin apenas podía ver por dónde iba por las lágrimas, sus pasos eran rápidos tratando de no chocar con ninguna sirvienta que esparciera que andaba por los pasillos llorando.
¿Por qué? ¿Por qué tenía que ser con el príncipe heredero del Sur? Lo conocía, claro que conocía ese Alfa depravado.
Una vez lo encontró espiando una sirvienta mientras se vestía y siempre lo estaba viendo con esos ojos de buitre.
¡Solo quería enamorarse y casarse con esa persona! ¿Por qué su padre no entendía?
Llego al jardín donde pasaba casi todos sus días sabiendo que en dos días no volvería a ver esas las lindas flores, no sentiría el aire en su rostro y tampoco podría acostarse a ver las nubes soñando que encontraba a esa persona que amaría hasta el día de su muerte.
Quería ser libre, conocer a alguien especial, ir por allí derrochando amor entre los dos y vivir cada día como el ultimo.
Sus lágrimas caían como cascadas y se sentó en el pasto, ¿Por qué había nacido en el palacio?
El llanto del príncipe se escuchaba en todo el jardín tanto que quien le observaba no pudo evitar quedarse a escuchar. Era algo tan privado, pero por primera vez se encontraba allí, escondido escuchando como sollozaba hacia las flores.
En sus manos estaba una horquilla con piedras rubí que se le había caído a la princesa al correr hacia el jardín, quiso devolvérsela, pero no se atrevía a interrumpirla.
Namjoon dio una última mirada al largo cabello y se fue de allí mientras guardaba la horquilla.
*Kisaeng: esclavas sexuales, dedicadas al entretenimiento, similares a la oiran japonesa y a la antigua hetaira griega.
El primer capítulo de esta hermosísima historia, espero que les guste.
Los amo.
—Kim ♪
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro