6. Risueña.
-Esperen –Me separe de ellos inmediatamente- Apenas y me conocen y yo...tengo 18 años apenas. Ni siquiera he vivido lo suficiente.
-¿Nos estas rechazando? –Pregunto Harry mirándome con dolor.
-Yo nunca dije eso –Refunfuñe- A lo que voy, es que siendo humana, yo no me enamoro como ustedes. Para mí no es al instante, tal vez el clic si lo es, pero lo demás...toma tiempo.
-Estaremos juntos toda la vida, créeme que tenemos tiempo princesa –Dijo Damon con voz gruesa. Su tono hizo que mi piel se erizara.
-Okay... -Conteste no muy convencida.
La puerta de la habitación se abrió inmediatamente. Me gire y vi la cara preocupada de Malia, Killian, Jasper y Nathan. Inmediatamente el lugar se llenó de tensión. Mis mates se levantaron con rapidez y me pusieron detrás de ellos para luego comenzar a gruñir.
-¡Admes! –Exclamo Malia intentando llegar a mí, pero su pareja la detuvo- ¿Qué haces? –Le pregunto confundida- Quiero estar con mi hermana.
-Ahora les pertenece a los príncipes –Contesto su alma gemela. Jasper y Nathan soltaron jadeos de sorpresa.
-Vaya amiga –Interrumpió Nathan con una sonrisa- ¡En hora buena! Tú decías que te parecía bonito el lugar...lo que son las cosas, que ahora eres dueña de esta gran mansión. Te aseguro que tienen una sala de cine –Me guiño un ojo- Donde podremos ver Gravity Falls.
-Oye si –Quite a mis mates que estaban enfrente de mi- ¿Tienen sala de cine?
-No –Contesto Harry- Pero podemos hacer una.
-Que emoción –Soltó Jasper de repente. Se le veía muy emocionado- Apuesto a que hacen todo lo que tú les digas. Diles que me regalen un millón de dólares.
Killian le pego en el estómago al escuchar las incoherencias que estaba diciendo. Yo solo me limite a reírme. Sentí las miradas de Harry y Damon sobre mí. Eso me hizo ponerme nerviosa. Deje de reír y me limite a ver a mis amigos frente a mí.
-Tenemos que irnos –Sugirió Killian- Los príncipes no se sienten cómodos con nuestra presencia.
-Si deberíamos irnos –Intervine haciendo el intento de ponerme de su lado. Pero claro, mi intento fallo, ya que sentí las manos de Damon sobre mi cintura- Valía la pena intentarlo. Además...tengo hambre. Quiero una hamburguesa de McDonald's.
-Pues nos veremos mañana Admes –Dijo Nathan mirándome con una sonrisa- Me alegro mucho que encontraras a alguien.
-¿Ya ves Admes? Ese brillo que tienes hizo esto –Completo Jasper.
Sonrei de oreja a oreja. A pesar del maldito ataque que acabamos de tener hace cinco minutos. Mi corazón estaba feliz de tener a alguien. Aunque, el hecho de no disfrutar de mi soltería, lo hacía un poquito difícil. Porque vaya que me gustaban las fiestas.
-¿Segura que estarás bien Admes? –Yo asentí- Te quiero, y Admes...regla numero cuatrocientos diez: Ten cuidado con los celos de tu mate. Oh en este caso...de tus mates.
-¿Celos? –Abrí los ojos como platos- Pues yo soy muy celosa también.
-Basta de charlas –Intervino Damon enojado- Es hora de que se vayan.
Todos salieron de la habitación. Harry decidió que los acompañaría hasta la puerta principal, además de que tenía asuntos que arreglar en la manada, debido al ataque de los Rox. Nos quedamos solos Damon y yo. Para mí la verdad era un poco incómodo. Porque este hombre es un mastodonte y yo simplemente mido un metro cincuenta, soy flaca, pero no demasiado, y no sé, hacía que me encogiera de hombros de vez en cuando.
-Admes es un muy bonito nombre –Dijo tomándome de la mano mientras me jalaba para sentarme sobre él. Lo cual en serio, me hizo sentir cosas realmente raras. Aunque si, no soy estúpida, yo también soy una maldita pervertida. No parece, y eso me hace ganar puntos. Le agradezco a mi Dios por hacerme ver pura e inocente. Bendito sea el cielo y la pizza.
-Gracias –Conteste sonrojada.
-Hueles exquisito –Sentí su aliento sobre mi cuello. Y ahí estaba esa maldita sensación nuevamente. Odiaba esto. Odiaba que apenas lo conociera. Parecía prostituta. Prostituta bonita claro.
-Ya –Me quite de arriba de él. Pero solo cause que me jalara para que ambos cayéramos a la cama. La puerta se abrió y escuche la voz de Harry ya que Damon no me dejaba girar mi cabeza. Ambos se rieron.
-Tan pequeña y mira... -Fruncí el ceño. Con toda la fuerza del mundo me quite de ahí. Me arregle el vestido que traía puesto- Hermosa. Pareces un ángel –Me cruce de brazos y rodé los ojos- Rebelde. Y una Amstrong. Vaya Damon ¿Qué haremos con ella?
Me canse de que me trataran como su muñeca.
-Tengo hambre –Sentencie- Y quiero una maldita hamburguesa de McDonald's.
-Pues vamos por una –Damon se levantó de la cama y nuevamente, se acercó a mí como si fuera chicle.
-Pero antes...tienes que decirme que paso allá Harry. Y porque el maldito aprendiz había intentado matarme dos veces.
Escuche el gruñido de ambos el cual me hizo retroceder.
-¡No hagan eso! -Grite enojada- Respóndeme Harry.
-No teníamos la menor idea de que te había intentado matar una primera vez. Pero...el reinado del vampiro Rox ha regresado.
-¿Regresado? –Pregunte alterada- ¡Ese maldito loco mato a mis padres!
-Va a intentar matar a todos los sucesores. Malia y tú están en peligro.
-Además de que soy la maldita reina del hielo...oh algo así. Maldita espada casi me convierte en una asesina –Puse ambas manos en mi cintura.
-Vamos a encontrar a Rox y lo mataremos –Hablo Damon tocando mi cintura con suavidad. Vaya... que tranquilidad tiene este hombre después de decir que va a matar a alguien.
-No quiero que maten a alguien... -Conteste- Yo no podría vivir con un par de asesinos.
Tenía que decir aquello. Porque después de todo, la reputación les perseguía. Damon y Harry se miraron entre ambos. Y yo sentí algo, como dolor. Como si les doliera lo que había dicho. Pero es que era más que la verdad. Odio la violencia, la aborrezco. Y más, odio a los asesinos.
-Ya veremos que hacer después –Dijo Damon después de unos segundos- Ahora vamos por tu hamburguesa.
Me tomo de la mano y nos dirigimos escaleras abajo.
-¿Nadie salió herido? –Pregunte mientras salimos de la casa y nos encaminábamos a una bonita camioneta negra. Los chicos me había sugerido que me cambiara el vestido por la camisa. Pero sabiendo que son lobos, ya sabía lo que me esperaba.
-No –Contesto Harry- Somos lobos.
Primero entre yo a la camioneta, del otro lado Harry y a mi izquierda Damon, quien no paraba de acariciar mi brazo. Quien diría que ese hombre tan duro se ablandara solo al verme. Sonrei internamente (aveda eso komo se ace...la respuesta esta en tu kora)
-¿Y eso que? No son Wolverine.
Ambos rieron.
-Somos mucho mejor que Wolverine –Entrecerré mis ojos hacia Damon.
-No hay, no existe men.
-¿Me acabas de decir men? –Pregunto tocando mi pierna. Oh Jesús...
-Sordo o que... –Comencé a bromear. Al ver su cara de incredibilidad me reí a carcajadas.
El auto servicio de McDonald's se hizo presente. Abrimos la ventanilla, y cada quien pidió lo que iba a comer. Me recargue sobre Harry porque el asiento estaba incómodo. Llegamos después a la caja.
-214 –Le dijo el chico a Damon.
-214 –Repitió mientras sacaba el dinero de su billetera.
-Que son treceeeee –Dije y comencé a reírme como loca retrasada.
-Nos ha tocado una risueña como mate –Intervino Harry tocando mi pierna.
-Y lo que te espera –Conteste volviéndome a reír.
***************
Oh Dios! Estoy tan feliz de haber vuelto. En serio que las extrañe muchísimo. Y es que han pasado tantas cosas. Pero...sigo creyendo en los hombres lobo.
Las amo.
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