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3. Voces.

Sentía que mis parpados pesaban más de lo normal. Parpadee varias veces, aún seguía afectándome lo del ataque. Las clases habían tardado dos días en reanudarse. Y las grandes sorpresas en mi vida no se hicieron esperar.

Malia había encontrado a su mate. Lo cual me ponía muy feliz. El chico era el beta de un alfa de una de las mandas vecinas. Me había caído demasiado bien, aunque yo sé que ellos en algún momento querían vivir juntos, y para mí no sería demasiado cómodo. Las parejas hacen cosas...y todo se escucha en esta casa. Así que pasaría lo peor si llegara a escuchar a mi hermana hacer...eso.

Había pasado una semana, una larga semana, un tanto aburrida y asesina si no hubiera sido por mi nuevo amigo Nathan. El me visito después de que casi intentaran asesinarme el día del ataque. A veces se quedaba a dormir conmigo después de una larga maratón de Iron Fist, Teen Wolf o los 100.

Me encantaba estar con él. Seguramente si no fuera gay, ya me habría lanzado sobre él.

Pero había algo que Malia estaba pensando desde mi no inminente muerte, desde que le conté que vi la flecha de la familia en rojo sobre los casilleros. Ella estaba reconsiderando unirnos a una manada. No sé si sea por su mate o por mi seguridad. Aunque ella dice que los que más sufren ataques son los paquetes.

-Los príncipes tienen unos muy buenos sombra –Escuche que Malia le decía a Killian mientras preparaban la cena- No han tenido ataques desde el 2000 –Guardo silencio unos segundos- No que yo lo sepa.

-¿Crees que es seguro para Admes? –Pregunto Killian- Ella nunca ha vivido con una manada. No sabe cómo se manejan las cosas allá. Ya sabes con lo rebelde que es. No tienen las tradiciones que a nosotros se nos inculcaron desde hace muchos años. No tiene el mismo respeto por los príncipes que el que nosotros tenemos.

-Ella es inteligente. Jamás se atrevería a desafiarlos.

-¿Y si algo sucediera? –Volvió a preguntar su mate- Sabes que cuando se comete una traición o alguna desobediencia se llevan a cabo los castigos y a veces son públicos. ¿Ella podría tolerar eso? Apenas es una niña.

-Tiene los ojos de mama –A mí se me rompió el corazón- Esos mismos ojos inocentes. Pero no tiene por qué ver eso.

-Hay ejecuciones en cada manada. Y en la de los príncipes no hay excepción. Son Alfas malos Malia. No tienen control. Aunque se clasifique como un paquete guerrero, no quita que ellos puedan hacer y deshacer todo a su gusto.

-Si alguien te oyera hablar así Killian...

-Pero nadie lo hace –Se acercó a ella- Quiero que estés bien, que ambas estén bien. Yo no soportaría verte sufrir por tu hermana. Ambas ahora son mi prioridad, estaban solas. Pero ahora me tienen a mí.

-Gracias a la Diosa Luna que te encontré –Ambos rieron y bueno...comenzaron a besarse.

Pero Killian tenía razón. ¿Qué tal si mataban a alguien enfrente de mí? Yo...ni siquiera podría soportar tal grado de violencia. Yo luche en la escuela porque estaban indefensos, porque personas buenas, como aquella chica que salve, se merecen mucho mejores cosas que la guerra y la muerte.

-Iremos al paquete de Killian –Abrí los ojos como platos- Ahí viviremos.

-¿Y qué paso con ir al paquete de los príncipes? –Ella negó con la cabeza.

-Su manada está a unos kilómetros de aquí. Pero... –Hizo una pausa- Me ha convencido de que vayamos a la Luna Azul.

-¿Pero tu dijiste...

-Es bueno que comiences a adaptarte en este mundo Admes. Ahora vivimos en él.

-¿Y eso cuándo será?

-La fiesta es mañana –Vaya, pensé que la fecha se encontraría lejos- Así que iremos por vestidos.

Ella se levantó de la mesa y comenzó a recoger los platos en los que antes se encontraban rebanadas de pizza. Apreté los labios. Malia había cambiado.

¿Sería yo así si tuviera un mate? ¿Cambiaría de opinión tan rápidamente sin importarme nada?

No entiendo el sentimiento. No sé lo que se siente encontrar a tu alma gemela de repente. Ese amor que surge de la nada y poco a poco comienza a hacerse grande. A veces quisiera que eso me pasara. Que de pronto tuviera a alguien, que aunque pasaran mil cosas malas, saber que él nunca me dejara, que aun sabiendo que la guerra se aproxima, el moriría a mi lado, el jamás se iría.

Pero soy una humana dentro de todo un linaje de hombres lobo. ¿Qué me puede tocar?

Me levante y fui has mi habitación para cambiarme el pijama. Había apenas salido de la escuela, y gracias a la Diosa Luna hoy era viernes. Significa que tenía dos hermosos días libres. Para más de mi suerte, los profesores decidieron no encargar tarea por la fiesta a la que muchos lobos asistirían mañana.

Me puse un vestido blanco de tirantes unos dedos arriba de la rodilla, acompañado con unas vans blancas. Me solté el cabello que antes lo tenía atado y puse un poco de perfume en mi cuello.

-¿Y no viene Killian con nosotras? –Pregunte. Se me hacía raro que él no estuviera ya que siempre está pegado a mi hermana. Es también un poquito empalagoso, y celoso, y posesivo...y muchas cosas más.

-Tiene cosas que hacer –Dijo una vez que ya nos habíamos subido al carro- ¿Estas emocionada por mañana?

Alce los hombros en señal de aburrimiento.

-Pues me da igual. Aunque me pone contenta saber que Nathan ira.

-Lástima que es gay –Comento mientras nos dirigíamos al centro comercial.

-Lastima –Ambas nos reímos.

Aparcamos en el estacionamiento y entramos por la puerta principal. Era la segunda vez que venía, la primera fue con Nathan y su amigo Jasper. Ambos increíblemente calientes, pero gays.

Al parecer yo tenía una maldición con los guapos gays.

Nos dirigimos a la primer tienda donde había vestidos largos, con mangas, sin mangas, de demasiados colores, tallas y claro...ninguno de mi agrado.

Malia se encontraba encantada con todo lo que veía, ella se quería probar todo. Rodé los ojos al ver que agarraba más de tres vestidos en dos minutos. Yo ya había recorrido toda la tienda y nada me gustaba. Odiaba eso.

-Iré a ver más tiendas ¿sí? –Le dije y ella solo asintió mientras veía mas vestidos.

Salí de la tienda y comencé a recorrer el Mall. Estaba bastante bonito, y casi no había gente.

Sonrei al ver a una amiga de clase de Biología. La salude con la mano y ella hizo lo mismo para que luego las dos siguiéramos con nuestro camino.

Camine pero me detuve rápidamente al ver el vestido que se encontraba en el fondo de una tienda puesto en un maniquí.

-Tienes que ser mío –Susurre encantada.

Era completamente hermoso. Dicen que hay un hombre para cada mujer. Yo creo que hay un vestido y unos zapatos para cada mujer. Está mucho mejor dicho.

Entre a la tienda y fui directamente a verlo.

-¿Le gustaría probárselo, señorita? –Me sobresalte al sentir la voz de una pequeña chica detrás de mí. Yo solo asentí con la cabeza y una sonrisa en el rostro- Bien, iré a buscarlo a la bodega porque este solo es de muestra.

-Gracias.

Ella se fue por unos momentos y yo tuve tiempo de apreciar todo lo demás. La verdad no creí que se fueran a notar mucho los zapatos que llevara ya que el vestido estaba hasta el piso.

-Listo –Se acercó a mí con el vestido y me guio hasta el probador.

Una vez ahí, me despoje de todas mis prendas.

Y entonces caí al suelo.

Estaba obscuro. Mi cabeza zumbaba, daba vueltas y vueltas y no dejaba de escuchar voces.

Demasiadas voces.

Admes. Admes. Admes. Admes. Admes. Admes. Abre los ojos.

Admes. Abre los ojos. Admes. Corre. Ellos vienen. El viene. Viene por ti.

Abrí los ojos y comencé a ver. A ver lugares que yo nunca había visitado. Había rosas blancas, nieve, demasiada nieve y una enorme casa. Después vi una sonrisa, pero alguien más llego. Dos hombres. Sonreían, pero no podía verles la cara, no podía tocarlos, no podía hablar.

Estaba un espejo frente a mí, y había dos personas detrás. Sentí una corriente eléctrica que me recorrió todo el cuerpo.

Fue un toque. Fue su toque.

Y entonces volví al probador en el que estaba.

-¿Qué... -Quise hablar, pero no podía. ¿Qué había pasado? ¿Qué había sido todo eso? Creo que debería ir con un doctor, tal vez tengo esquizofrenia.

Me mire al espejo y vi mi cara completamente pálida y el hermoso vestido a mi lado.

Actúa como si nada hubiera pasado. Nada paso, solo fue una mala memoria, oh...ni siquiera sé qué demonios es. Pero solo sé que voy a estar bien. Todo va a estar bien. Aunque no creo, porque estoy completamente loca y los problemas me siguen a donde vaya, así que...

Decidí que debía pararme y medirme el vestido.

Y si, definitivamente había un vestido para cada mujer. Tal vez...un hombre, oh dos, también, para cada mujer. ¿Pero por qué? ¿Por qué esa descarga eléctrica?

Sacudí mi cabeza alejando esos pensamientos y después de volverme a poner mi ropa salí de ahí y pague el vestido.

Apenas cruce la puerta para salir de la tienda y escuche.

Admes.

Un susurro, bajo, cauteloso, silencioso.

Me gire hacia todas direcciones y no vi a nadie. No había nadie ahí. Pero lo que yo si sabía es que me estaba volviendo mucho más loca de lo que lo estoy. 

***

Hola preciosas! Miren, me he dado cuenta de que no puedo actualizar cada dos dias, alomejor y si, pero es en momentos especiales. Tienen que ser momentos donde yo tenga inspiracion para hacerlo. Porque es muy dificil, no me gustaria escribir algo mal, oh algo que ni al caso con la historia. Les prometo que actualizare cada semana, tal vez dos dias oh hasta tres, si mi humor no varia mucho. 

Lo bueno es que ya saldre de vacaciones y tendre tiempo de ponerle mas atencion a Lycan Queen. 

LAS ADORO. 

PD: Se viene el salseo. 

PD2: Comenten mucho para anirmame:( 

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