19. Una visión.
Habían pasado ya tres días desde que estaba yo ahí en el castillo. Parecía haber cobrado vida, ya no había telarañas cubriéndolo ni polvo. Gente y niños andaban por todos lados, sonriendo felices. Habíamos tenido banquetes con largas mesas en el salón. Habíamos bailado durante toda la noche y bebido hasta caer. Mi pueblo estaba feliz por mi llegada. Y tenía a dos hombres a mi lado, Nox y Noah. Con quienes me encontraba ahora mismo en la sala de mando. Planeando como defender el castillo en caso de un ataque.
-Podemos proteger el área sur y norte colocando minas alrededor del perímetro -Sugerí señalando uno de los mapas- Si alguien llega a tocar ese piso -Los mire a ambos- Bum.
Reímos fuertemente.
-¿La guerra es posible, mi Reina? -Pregunto Noah.
-Es inevitable -Susurre sin bajar la mirada.
Tocaron la puerta y entraron más de los guerreros, pusimos en marcha el plan. Aunque nos disgustaba la idea de usar armas humanas, eso nos daría un poco más de ventaja contra ellos.
Al terminar, todos salieron. Pero volvieron a tocar la puerta, y mi guerrero Eric entro con un mensaje que me hizo abrir los ojos de sorpresa.
Llevaba puesto un vestido blanco, holgado y de tirantes, realmente bonito. Las ninfas me habían hecho una corona de hojas, de oro puro que ahora sé que se encontraba en mi cabeza. Salí de la habitación. Cruce los pasillos corriendo, con verdadera emoción. Me sentía feliz, y transmití mi vibra a todos los niños que me seguían. Reíamos felices.
Hace dos días le di una misión a varios de mis seguidores; que buscaran a mi otra manada. Que trajeran a Damon y a Harry, porque de otra manera ellos nunca sabrían donde estábamos. Salí por la enorme puerta del castillo. Había un montón de personas afuera.
Y ahí estaban. Mi hermana, Sky, los Amstrong, mi manada y ellos...
Sonreí corriendo hacia sus brazos. Las caras se les iluminaron. Bese a Harry en la boca, y luego a Damon. Parecían estar orgullosos de mí. Malia me abrazo con gran fuerza.
-Te extrañe -Me separe de ella, sonreía.
Luego abrace a todos. Pero me detuve cuando vi a Jasón. Inmediatamente recordé aquel beso, tan...desagradable. Simplemente le dije hola y los invite a todos a pasar a instalarse. Pues en la noche habría banquete.
Harry y Damon estaría en mi habitación. Entramos a esta y me llenaron de besos.
-Pensamos que te habíamos perdido, y ahora... -Damon se sentó en la cama observándome parada frente a los dos.
-Cuando supe que ellos iban a por mí, decidí huir, porque no estaba y no estoy dispuesta a que nadie salga herido. Después, algo me trajo hasta aquí, no sé qué, pero es como si me estuviera llamando.
-¿Sabes porque eres la reina, pequeña? -Harry me miraba con tanta pero tanta ternura...sus ojos me transmitían muchísimo amor.
-Hable con mi pueblo la primera noche que estuve aquí. Y una de las ninfas nos contó una de las profecías:
"Habrá un humano entre todos ellos; no será perfecto ni tampoco imperfecto. Sera bueno, amable y humilde. Y en su corazón tendrá una fuerza que lograra derrumbar muros y ganar guerras. Aquel humano; al nacer será bendecido con la luz de los elementales. El poder viajara hasta él y vivirá ahí por siempre. Ganará guerras y perderá algunas de ellas. Pero siempre protegerá a su pueblo, aun así sea con su vida misma. "
-Mi niña -Damon me trajo hacia el- Tan pura... -Y me beso; tan lento, tan profundo. Pero...se separó de mí, frunciendo el ceño- Algo paso, y no lo quieres decir.
Jasón.
Demonios.
-¿De qué hablas? -Pregunte intentando sonar confundida.
-Puedo sentir tus emociones Admes -Contesto él. Ya se encontraba enojado.
-¿Me prometen que si les digo no harán nada malo? -Ambos se lanzaron miradas entre ellos. Asintieron con la cabeza, pero yo no les creí- Cuando hui del campamento Termes... -Hice una pausa- Momento antes; Jasón me beso -Y bueno...las reacciones de ellos no me dejaron terminar, porque salieron de ahí tan rápido que no me dio ni tiempo de parpadear- Basta -Grite cuando vi que Damon tomaba a Jasón y lo golpeaba contra el piso.
Pero no hicieron caso. Estaban asustando a mi pueblo. Lo que me alerto demasiado. Vi la cara de los niños, y eso hizo que yo perdiera la paciencia.
Se peleaban y no me hacían caso.
-¡Basta! -Grite tan fuerte que una fuerza de aire los separo. Me miraron. Mis ojos habían cambiado de color- He dicho que basta -Me di la media vuelta, yendo hacia afuera. Cuando salí, una corriente de aire frio me dio en el rostro.
Una visión.
Me detuve.
Veían hacia acá; demonios, monstros, vampiros. Llegarían mañana al atardecer. Y no pensaban siquiera negociar. La guerra estaba cerca.
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