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LuzuPlay - Pradera

Sus pasos resonaban gracias a las hojas secas esparcidas en el suelo, decorándolo con diferentes tonalidades de rojo a el ya aquel bioma otoñal lleno de colores cálidos. El viento fresco chocaba contra su rostro mientras que al mas avanzar, aquellos colores anaranjados se volvían un vivo verde, avisándole que estaba cerca de aquel pueblo que lo acogió.

El pueblo se asomaba con la luz que brindaba el sol, era pequeño y sus habitantes eran realmente pocos, tampoco es que muchas personas quisiesen arriesgarse a vivir ahí, no era normal aquel lugar sin duda alguna, pero días como ese se sentía la paz entre los pobladores, sin terrorismo ni dictaduras que los atormentasen, se podía escuchar la risa de los niños y la gente saludándolo, famoso por ser uno de los "héroes".

Mientras más escuchaba aquel título, solo podía reírse ante lo irónico que él sea llamado así.

No se considera un héroe, nunca lo hizo.

Saliendo del pueblo visualizo unas largas escaleras, demasiadas escaleras para poder ser algo mínimamente sano, o tal vez el simplemente estaba mayor para esto.

Y con razón Luzu estaba en tan buena forma, era simplemente un martirio subir hasta la puerta de aquella muralla negra, y el calor asfixiante de la lava tampoco ayudaba.

Tras poder descansar, apoyando sus manos en sus rodillas tratando de regular su respiración se enderezo, acomodando su cabello con aquel mechón dorado en su lugar. No era la idea lucir como un débil ante "su niño".

Toco aquella puerta oxidada, esperando la respuesta de el mayor. Aunque el se haya mudado lejos, siempre se acercaba para pasar tiempo con aquellos que consideraba compañeros y amigos, pero especialmente con el que poseía aquel aspecto de emo, aunque al carbón tampoco le quedaba mal ese look.

Se empezó a impacientar al no obtener respuestas, Auron no era precisamente una persona paciente. El dueño de la casa siempre era de responder rápido a la llamada a la puerta de uno de ellos, por lo cual decidió mandar algunos mensajes avisando de su llegada.

Nada.

Frunció mas el sueño el de percing, extrañado por la falta de contestación, optando por llamarlo ¿Estaba durmiendo? Lo dudaba, eran apenas mediodía, aquel chico se levantaba junto al sol para presumirle a todos lo productivo que era a comparación del resto de mortales que apenas podían levantarse ante la vagancia ¿Estaba en una misión? Aun así, hubiera respondido avisando, como las otras veces.

Tal vez estaba siendo paranoico (Y lo era) pero se estaba empezando a preocupar, buscando en aquel aparato el mapa del lugar, esperando recibir la ubicación del castaño, suspirando de verlo en el mapa, lejos en una zona donde el no ha explorado, pero parecía estar quieto ahí.

Emprendió camino hasta aquel lugar.

Si no hubiera estado preocupado, hubiera maldecido al castaño por haber subido aquellas infernales escaleras en vano.

Tras caminar bastante, guiado por lo que decía aquel mapa, empezó a notar que se adentraba en una pradera, llena de flores de diferentes colores esparcidas por todo el lugar, podría jurar que aquel lugar los colores eran mas suaves mientras que el olor de las flores silvestres lo recibió.

Un precioso lugar.

Caminó hasta encontrarse a el dueño de su preocupación extendido en el suelo. Al principio sintió temor de que estuviese herido, pero, sin embargo, tras verlo, tan solo estaba durmiendo plácidamente, sintió su corazón dar un vuelco ante aquella imagen.

Su expresión era de completa paz, aquellas largas pestañas reposaban suave contra su mejilla, sus labios entreabiertos respirando lenta y pausadamente, mientras su pecho bajaba y subía en un ritmo constante y tranquilo. Su piel pálida y aquellos cabellos castaños esparcido por el suelo sentía que resaltaba gracias a la luz del sol y en contraste con las flores que lo rodeaba con tantos colores, principalmente blancas, que tan solo daba mas pureza a aquella imagen que le brindaban al moreno.

Era como un ángel caído del cielo, que fue acunado en una cama de flores.

Se arrodillo a su lado, apartando aquel mechón de cabello que cubría ligeramente parte de su rostro, sonrió ante lo suave que era su cabello al tacto y de su pálida piel.

Quería guardarse celosamente aquella imagen para siempre, solamente para él.

Vio como poco a poco abría los ojos, despertando, aquellos ojos bicolores que brillaban, aun después de todo, con pureza, al principio solamente mirando confundido a aquel que lo miraba tan intensamente, para, después de procesar lo que estaba pasando y quien era, un sonrojo inundó las mejillas del castaño, haciendo que la sonrisa de Auron se hiciera más notoria.

¿Cómo es que aquel hombre podía ser tan tierno?

- ¿Auron? - Preguntó suavemente Luzu sorprendido, sin moverse, aún seguía algo adormilado gracias a la tranquilidad del lugar, y cuando el contrario poso una de sus manos en el costado contrario al que estaba el, entonces estuvo acorralado como para escapar, además de esa mirada naranja rojiza de Auron tan profunda, parecida a la lava... Tampoco estaba seguro que quisiera escapar si pudiera.

Luzu miraba desde abajo a su amigo con el contraste de la luz del sol, haciéndole sombra, mientras que el viento movía el cabello oscuro y aquel mechón claro de forma suave, regalándole una imagen que le aceleraba el corazón, empezando a pensar que simplemente estaba soñando, muy al contrario de sus habituales pesadillas.

- Mi niño - Hablo, acunándolo con una voz suave, sorprendentemente suave para ser Auron el cual solía ser tosco para dirigirse a las personas, aún con aquella suave y tierna sonrisa y sus miradas conectadas, sin querer romper aquel momento.

Por lo menos era así, pero en los planes del moreno precian ser otros.

- Deberías tener cuidado ¿No sabías que los bombones se derriten bajo el sol? Guapo - Tuvo que contener la risa ante la cara de incredulidad del castaño mientras sus mejillas se volvían rojas, para luego soltar una carcajada ante lo ridículo que había sido ese coqueteo tan básico y la vergüenza, una risa que el Auron disfruto escuchar y se unió a él.

- Joder, que forma de arruinar el momento Auronsito - Hablo tratando de ocultar sus leves nervios, él tenía la especialidad de soltar comentarios así y alterar a su pobre corazón.

Auron nunca lo diría en voz alta, pero adoraba aquel apodo salir de él, por más que fuera algo completamente cursi, por ser simplemente él, con esa sonrisa y aquellos ojos mirándolo con aquel brillo era algo que le encantaba provocar.

Un mes sin poder ver esa sonrisa tan solo lo hacia apreciar mas aquellos detalles con él.

No se arrepentía de sus decisiones, no era un ser puro, era un cerdo que le encantaba causar el caos, pero tal vez se arrepentía de cómo había tomado aquellas decisiones. Desde que conoció a Luzu había notado algunos comportamientos, pedía en silencio ayuda, aun teniendo una sonrisa para los demás, con su bondad ayudando a todos, siendo el que necesitaba ayuda, pero simplemente lo ignoro, creyendo que como siempre aquel ser seguiría igual.

Que seguiría perdonando cada una de sus acciones.

Nunca tuvo intenciones de lastimarlo, pero había subestimado su fuerza, solo noto aquella fragilidad cuando estaba totalmente roto, cuando se quebró aquel espíritu tan puro.

Y él era gran responsable de ello.

Salió de su trance al sentir la suave y cálida mano sobre su mejilla, volviendo a ver aquellos ojos heterocromáticos, que lo miraba tan suavemente que todo el peso, toda la presión que había en su pecho, simplemente desapareció.

- Estas sobre analizando las cosas - Junto con aquellas orbes roja y celeste, aquella voz suave y serena junto con las caricias, se sintió torpe, soltando apenas un "¿Hm?" expresando su confusión - Normalmente sobre analizas demasiado las cosas, muchas veces eres un misterio para mí, pero logro ver cuando te rompes la cabeza, y sabes que puedes contar conmigo si algo te atormenta. -

Volvió a hablar Luzu, acariciando con dulzura y cariño la corta barba de Auron, y el solo sonrió ante aquellas palabras, cerrando los ojos y apoyándose más contra la mano ajena y sosteniéndola con la mano que tenía desocupada, disfrutando de aquellos mimos, haciendo soltar una leve risa al contrario ante la tierna situación.

- Jo, que tierno mi niño ¿Este es tu "Evil Luzu"? - Con una sonrisa burlona volvió a mirarlo divertido, viendo como otra vez las mejillas del contrario volvieron a enrojecer.

- No se puede hablar enserio contigo macho - Murmuro apartando la mirada, solamente escuchando la risa del contrario otra vez.

Pero se sobresaltó al sentir el peso y el calor corporal de Auron sobre él, el cual lo estaba abrazando sin aplastarlo, sintiendo algo de pánico ante la repentina muestra de afecto sin saber como reaccionar mientras que su débil corazón latía con tanta fuerza que dolía, y su rostro lo sentía caliente. No estaba acostumbrado a este tipo de afectos si el no lo hacia primero, y siendo una muestra de afecto por parte de su "Auronsito" tan solo hacia las cosas aun peor, pero se sentía tan bien y cálido, tan protegido.

- Como te quiero Luzu, mi niño -

Eso fue la gota que rebalsó el vaso para Luzu, esas dulces palabras del moreno solo hicieron que el pobre se sonrojara mas de lo que ya estaba, correspondiendo al abrazo mientras escondía su rostro entre el cuello y el hombro del hombre que estaba sobre él.

- I love you too -

Murmuro con una sonrisa, aun escondido, y por mas que Auron fuera malo con el inglés, entendió perfectamente lo que había dicho, abrazándolo con mas fuerza mientras simplemente sonreía.

No hacia falta mas palabras en ese momento, por mas que había muchas cosas que ambos querían expresar, justo en ese momento absolutamente nada importaba, dejándose abrazar ambos por el sol y envueltos en aquel aroma a flores silvestres, brindándoles a ambos paz que hacía tiempo no sentían.

No había pasado, no había arrepentimiento o rencores, simplemente la sensación, que en entre los brazos del otro, estaba todo bien.

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