Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

🌷XIV (2/2)🥀

El pelirrojo palmeo la espalda de su hermana con suavidad.

Los demás se habían ido de allí para que la menor no se sienta abrumada al sentir tantas presencias a su alrededor.

Solo Amy se mantenía en la habitación por si debía de ayudar al quinto príncipe.

-enana, tranquila, ore sama está aquí -susurro pegando su mejilla con la cabeza de la bebé.

Que aún se aferraba a su ropa escondiendo su rostro en su torso y soltando leves sollozos.

El vampiro frunció el ceño sintiéndose impotente, pero cerró sus ojos tratando de tranquilizarse y controlar su poder.
A los minutos sintió la respiración serena de su hermana.

-la princesa se durmió -susurro amy aliviada, odiaba ver a la pequeña tan débil y adolorida.

Siempre fue una niña saludable y fuerte.

Sus mejillas estabas rojizas de tanto sollozar, algo húmedas por las lágrimas igual que sus pestañas.

-prepara algo de ropa -el oji verde se levantó del sillón mientras la nana buscaba un cambio de ropa para la menor.

Su pequeño cuerpo estaba sudoroso y muy cálido a pesar de ser una noche fría.

Amy se arrimó para cambiarla pero se detuvo cuando el quinto príncipe sostuvo la nuca de la princesa mientras su pequeño cuerpo estaba apoyado en el cambiador. Con la mano libre, el vampiro empezó a cambiarla.

La dama se sorprendió pero luego parpadeo y oculto su sonrisa.

-"su alteza quiere demasiado a la princesa, pequeña princesa eres la luz de los príncipes" -sin interrumpir al vampiro le acercó la ropa de la menor.

El pelirrojo a pesar de mostrarse serio estaba nervioso y cada toque que daba, lo hacía con cuidado.

La nana de la princesa había trabajado por mucho tiempo en esa mansión, era una de las sirvientas más antiguas y podía asegurar que era la primera vez que los príncipes tenían tantos cambios en tan "poco" tiempo.

Nadie lo podía creer pero, la princesa había logrado lo que los humanos llaman un milagro.

-sigue durmiendo.

Afirmó el trillizo mayor viendo a su trillizo menor, sentado al lado de la cuna de lisanna.
Quien dormía desde hace 3 horas.

-sí.

Los dos oji verdes se quedaron en silencio, Ayato al lado de su hermana viéndola dormir y Laito sentado en un sillón individual.

El mayor de pronto miro al suelo con seriedad.

Cuándo fue que le empezó a tomar tanto interés a un ser que provenía de sus progenitores.

Ni siquiera lo recordaba.

En cada risa, cada broma, cada momento que pasaban con su hermana una voz en su cabeza le decía que eso estaba mal, que ella sería igual a su madre, a su padre, que podría llegar a ser peor que ellos.

Que no..tenía que abrir su corazón muerto a un ser que ni siquiera tenía noción de las cosas.

Pero no podía, cuando esos grandes ojos ámbar lo miraban quería estar a su lado.

Hacerla reír, ver sus ojos brillar de emoción al ver diferentes dulces o postres, incluso le divertía cuando ella los miraba con el ceño fruncido.

Enojada porque ellos podían comer y ella simplemente debía de satisfacerse con papilla para bebés y sangre.

Sonrió ante sus recuerdos, tan solo pasaron meses de su nacimiento y ya tenía recuerdos que apreciaba con todo su ser.

Era irreal, ellos estaban bañados en sangre, oscuridad, crueldad, el dolor de otras personas, dolor que ellos mismos provocaron con sus manos.

Eran seres sedientos de sangre y sufrimiento ajeno.

Pero, amaban a esa pequeña bola albina que era lo más adorable que habían visto.

Amor...ellos no conocían el amor.

Jamás lo experimentaron, lo desearon en el pasado pero eso quedó enterrado y luego se hizo cenizas, las cuales se fueron con el viento.

Hasta que lisanna llegó y sin entender sus propios sentimientos todos actuaban por impulso.

Él lo sabía, lo podía ver, todos estaban igual o más confusos que él.

Pero compartían algo en común.

Por más que les cueste, admitían que estaban obteniendo un gran cariño por un ser que jamás pensaron que iba a nacer.

-deja de pensar tanto.

Miro a su trillizo que estaba recostado en el sofá, su mano estaba dentro de la cuna, la albina apretaba el dedo pulgar de su hermano mientras dormía.

Un hábito que compartía con sus hermano mayores maternos.

De niños, al dormir juntos, los tres sostenían el dedo pulgar del otro mientras respetaban el orden de nacimiento.

Se sentían conectados de esa manera, no se sentían tan solos al sujetar sus dedos.

-es raro verte tan serio ayato kun.

-es raro verte tan pensativo.

Los dos volvieron a quedarse en silencio sabiendo lo que podía estar pasando en la cabeza del otro.

Odiaban con todo su ser a esa mujer, ella fue la culpable de todas sus desgracias.

Pero...amaban a ese ser que provenía de esa mujer.

Tenían que acabarla, esa mujer no podía arruinar la luz que inundaba a su hermana.

Era ilógico, eran seres nocturnos pero su hermana brillaba como la luz de la luna.

Sus ojos verdes brillaban en la oscuridad.

Su largo cabello caía por su espalda.

Posó su mirada en el pelirrojo al lado de la cuna, el vampiro seguía dejando que su hermana sostenga su dedo pulgar, estaba dormido igual que sus trillizos.

El peli marrón rojizo tenía los ojos tapados con un libro infantil mientras estaba de brazos cruzados.
El peli violeta estaba abrazando a Teddy sentado en el borde de la ventana.

Los tres se habían quedado dormidos luego de estar cuidando de lisanna.

Apoyó su mano pálida al borde de la cuna mirando a la bebé.

Su cabello era albino con tonalidades rosa y sus puntas rojizas. Su piel blanca y sus mejillas sonrojadas.
Sus ojos eran ámbar y tenía una mirada potente y firme.

Toda una heredera del clan.

Una heredera que se parecía a su progenitor.

-"...eres más frágil de lo que eran ellos".

Los trillizos eran frágiles de bebés pero eran más grandes que lisanna, los recordaba.

Ella no era una madre, ni siquiera le gustaba ese título.

El explicar su relación y pensamiento sobre sus hijos le llevaría toda una eternidad, y más, pero ahora que veía a esa niña.

La niña que se robó la atención de todos...la recordó a sí misma.

Una niña sin madre, con un padre ausente, con la atención de todos por ser una "princesa".

Miro curiosa el ceño fruncido de la menor que entreabrio sus ojos, sus ojos lucían nublados.
Aún tenía fiebre y estaba débil.

-"son mis medallas y trofeos...trofeos que no me dieron lo que quería, aunque tú, serás el mayor trofeo de todos" -su dedo índice sostuvo un mechón ondulado del cabello de su hija -no confíes en los hombres.

La bebé parpadeo adormilada mirando hacia donde estuvo la vampiresa, apretó sus labios al pensar que imaginó la voz de su progenitora.

Le restó importancia a lo sucedido y miro a su alrededor, los trillizos aún estaban durmiendo.
Su cuerpo ya no se sentía pesado.

Aún sentía calor, así que tenía algo de fiebre pero ya no se sentía tan mal.

De verdad, era horrible ser un vampiro.

See you...

Así no iban a quedar los capítulos de -antiguamente- "fiebre" pero no tenía inspiración y ya no quería dejar más tiempo pausada la historia a causa de ello.

Como habrán notado fue un capítulo de perspectivas de los vampiros, estuve leyendo y pensando en varias cosas sobre cada personaje de DL, no pienso hacer a Cordelia buena porque sería lo mismo que decir que Hitler no era racista, pero le daré un pequeño y tal vez muy breve desarrollo sobre sus pensamientos internos que están revueltos gracias a su hija y a sus propios recuerdos.

Obvio, eso también influye que los trillizos tendrán algo de participación en la historia.
Aunque tranqui, no voy a hacer lo cliché que al ser la prota hija de cordelia todo o casi todo se centra en ella, los trillizos y sus padres.

Habrán más personas que se involucrarán con la prota.

Espero que les haya gustado y gracias x leer.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro