XVII
Jungkook POV
11:00.PM.
-T-tengo miedo mami, ¿P-porqué? Duele. Haz que pare. Mamá por favor... Quiero ser n-normal.
Duele, duele, duele.
Suplicaba un sinfín de veces pero nada daba resultado. Lloraba y gritaba mientras agitaba mis manos a mis costados. Pero... nada. Nadie estaba. Mamá no hacía más que llorar mientras decía que me quedara quieto.
Pero ella estaba allí, adentro.
-Ya pasará cariño, solo cierra tus ojos -decía en un hilo de voz, ella se arrastraba en la puerta.
No. No pasaba y tenía miedo, mucho miedo. El aire empezaba a ausentarse, todo a mi al rededor daba vueltas. Nadie ayudaba, papá no estaba nunca y empezaba a desesperarme con cada respiración.
Mis manos ardían y temblaban a la par mientras un fuerte olor a cenizas mezclado con hojas verdes y menta se extendía por el pequeño patio de nuestra casa haciendo más evidente lo que sucedía. Mis ojos no daban crédito a lo que estaba frente a mí. Era de noche y el humo que corría por el aire combinando con el vaho de mi aliento mostraban ante de mí una reluciente especie de luces boreales color lila, en el estrellado cielo.
- ¡Mamá! Mira, mamá por favor ¿Lo ves? Dime mami, ¿Lo puedes ver? -expresé al borde del llanto sin embargo ya no estaba. ¿Dónde está? Mamá se había ido y con ella la casa frente a mí. Giré mi cabeza encontrado más luces anaranjadas y rojas, cristales rotos llamas saliendo de las ventanas y todo un manto de ferviente fuego envolviendo lo que una vez fue mi hogar.
No era cierto. No. No podía ser real era un sueño, si. Otra de mis pesadillas. Mamá dice que cuando sueño así cierre mis ojos y todo pasará, si eso es debo cerrar mis ojos y todo pasará. Caí de rodillas con mi mano en el pecho por sobre mi ropa arrugando esta en la parte izquierda, reía amargamente mientras gruesas lágrimas se deslizaban por mis mejillas, calientes. Tan calientes que quemaban de solo sentirlas en mi piel. Porque; no podía ser verdad probablemente despertaría en cualquier momento y mi madre estaría refugiándome en sus cálidos brazos mientras acaricia mis cabellos diciendo que todo estará bien como suele hacer todas las veces en las que tengo pesadillas negras. Si, todo pasará tal y cuando me cuenta historias en las noches donde el patito después de todo si se convierte en cisne, "Ya mejorará" me dice mientras deposita besos en mi frente. Entonces el sonido de algo explotando dentro de la casa hizo a mis ojos abrirse de golpe. Todo sucedió en cámara lenta después; las ventas se rompieron, los vidrios y escombros cayeron en todas partes y el potente viento mezclado con fuego se alzó ante mis ojos llenos de lágrimas. Las cenizas caían tal cual copos de nieve. Dolía. Pero seguía aquí nada había cambiado incluso si cerraba los ojos y ahora podía sentir la fuerte presión del fuego quemando mi piel, mi cara. Estaba tan cerca pero incluso así ya no dolía. Lo último que vi antes de caer inconsciente fue una luz verde envolviendo mi cuerpo y una voz resonar cuando caí de espaldas.
-Nunca debieron hacerte esto, JungKook.
Desperté de golpe hiperventilando en el sofá con una punzada en mi pecho, abrí la boca tratando de regular mi respiración y parpadeé mirando a mi al rededor, alguien habló haciéndome caer en la realidad.
-Abre tus manos lentamente, JungKook. -dijo él, yo estaba inmóvil, todo daba vueltas.
-¿Qué...?
-No hagas... Un solo movimiento, solo- abre tus manos despacio, ¿Está bien?
-¿Hyung? -él asintió y bajé mi mirada a mis manos encontrando a las mismas temblando envueltas en una flama de llama dorada. -¿Cómo es qué...?
-¿Recuerdas la vez que te encontré? -asentí -Estabas sangrando e inconsciente y no había nadie más en aquél patio en llamas. -hizo una pausa acercándose hacia mí -Eras solo un niño y pensaste que yo era el hermano de tu amigo para cuando despertaste, fue gracioso verte decir aquello y me sentí feliz porque sonrieras para mí. -tomó mis manos abriéndolas lentamente mientras de sus manos salía un pequeño manto de agua que empezó apagar el fuego que salía de las mías. -Aquél niño que jugaba contigo siempre fui yo. No fue la primera vez que te vi ese día, Kook. Yo siempre cuidé de ti desde las sombras cuando no era un niño.
Terminó de abrir mis palmas ya sin flamas en ellas y sonrió en una línea, suspiré calmado y él asintió dándome a entender que todo estaba bien, nada sucedería. Tomó de nuevo la palabra.
-¿Nunca te había pasado? -negué -. Creo que se debe al cambio tan abrupto de tus emociones, que ya los controles no quiere decir que no te puedas descontrolar estando dormido.
-Ya veo. -suspiré -. ¿Y... Porqué me dices esto ahora? Lo del día en que me rescataste, quiero decir.
-La sinceridad es algo que valoro y atesoro más que nada pero, no apliqué esto contigo y me ha estado molestando la idea de seguir cubriendo la realidad con falsedad. Perdóname... JungKook. Solo... solo quiero protegerte.
Bajó su mirada y vi relucir una lágrima esmeralda que brilló cuando se deslizó por su mejilla, la limpié con mi índice rápidamente antes de que cayera y sonreí.
-Eres más que sincero de lo que quisiera, YoonGi hyung. Lo veo en tus ojos, que me hayas ocultado cosas que para mí son aún inconexas debió tener sus razones. Eres mi mejor amigo, la única familia que me queda y por ende a quien más atesoro. Acepto tu disculpa pero acepta también la mía, nunca debí juzgarte mucho menos enojarme. -rodeé su cuerpo en un abrazo que él me correspondió al instante. El azul y el verde que envolvió nuestros cuerpos me tranquilizó un poco, después de todo la tranquilidad es lo efímero que por ahora me queda. -Creo que lo comprendo un poco mejor ahora, hyung.
Misma noche.
11:48.PM.
Había pasado el tiempo desde la última vez que recordaba haber tenido una pesadilla, claro fui un incrédulo al creer que se desvanecerían por completo, tonto. La llegada de TaeHyung me tenía confundido hasta cierto punto, no dormía bien desde hace dos noches y es que, todo pasó demasiado rápido y aunque quise oponerme ante su atrevimiento desistí cuando vi sus ojos; esos brillantes y puros zafiros en mis sueños los mismos tomaban protagonismo, esos mismos labios me habían rozado más de una vez y esa misma calidez estaba presente cuando las pesadillas me arrastraba hasta el más profundo abismo. Hacían que todo fuera menos pesado. ¿El porqué? está bien si no me siento en peligro por ahora, YoonGi está conmigo TaeHyung no me inspira desconfianza. Supongo que está bien, aunque no lo recuerde.
Los detalles de lo sucedido los guardé para mí, o al menos eso creí cuando el ahora pelimenta relató la pequeña espiada de él y el amigo de TaeHyung, no dije nada no quería alargar mucho más la conversación pero fue inevitable. Y pensar que tengo un guardián me hizo caer en la realidad; siempre supo lo que hacía en cada momento y movimiento y ahora me sentía estúpido al pensar que le mentí unas tantas veces. YoonGi relató sin muchos rodeos su posición y la de JiMin, la de HoSeok la tenía más o menos clara desde que empecé a entrenar porque vamos, no cualquiera controla lava a su merced, la de un tal SeokJin que había dicho TaeHyung y la mía exceptuando a "Tierra" o mejor dicho, NamJoon creo que ese no está de nuestro lado. Tal parece los siete éramos mágicos y bueno, ya nada podría sorprenderme. Todos contábamos con un elemento diferente hasta cierta partes.
El sonido del viento golpeando la ventana en la fría noche es la evidencia de una pequeña tormenta de nieve, mi mirada viaja a los árboles que se tambalean al compás del viento y aseguro con fuerza la ventanilla de madera y vidrio. Era casi media noche la hora pautada para encontrarnos con los demás chicos.
Suspiro profundo y sigo viendo a las afueras mientras con mis manos en mis brazos trato de entrar en calor frotando la tela de mi abrigo más una figura caminando tranquilamente en la nieve me descoloca. Frunzo el ceño y mi mirada le sigue. «Creí que éramos los únicos por aquí.» Él está allí mirándome fijamente y me siento intimidado de tener su rosada mirada en mi persona así que opto por abrir la ventana y asegurarme de que no esté congelado pero mis actos quedan en el aire cuando la persona ya no está, ha desaparecido mientras parpadeé y extrañado vuelvo a cerrar la ventana de golpe al sentir una presencia en mi espalda.
Agudizo mis cinco sentidos sin voltear aún.
-Puedo ver a ciencia cierta que se decidieron por seguir luchando, no me extraña de ti pero si de TaeHyung. -se mofó y yo di vuelta encontrándome con la sala vacía. -Tal parece los roles han cambiado, que curioso.
Se escuchó de la nada, vi a todas partes y a través de la ventana donde el mismo tipo seguía de pie afuera, nuevamente.
-No vayas a gritar si es que quieres mantener tu cuello intacto -una mano ajena rodeaba mi cuello haciendo leve presión y tragué seco. -Te queda el cambio de cabello, bonito amarillo.
-¿Quién eres? No eres el mismo tipo de antes, ¿Qué quieres?
-Divertirme. No hay mucho por hacer en estos días, ¿No crees?
-No lo creo -dije tratando de dar vuelta para verle el rostro. -Puedo prenderte fuego si así quisiera, así que más te vale que me sueltes ahora quien quiera que seas.
-Huh, que agresivo JungKook, conservas el toque -soltó una risa bastante tonta a mi parecer y aproveché para en un rápido movimiento quitar sus manos de mi cuello y ponerme en guardia con las manos al frente y las flamas saliendo de ellas. -Hey, ha pasado un tiempo, lindo.
Saludó con una mano en el aire, sus ojos eran magenta, y sus facciones perfectamente limpias. Parecía casi irreal.
-¿Y tú quién eres? ¿Que haces dentro de la cabaña? - rebatí sin quitarle la vista de encima, el tipo vestía ropas blancas y su cabello era de un rosa claro, no sentí energía negativa, aún así no bajé la guardia cuando volvió hablar.
-Cálmate lindo, no te haré daño -alzó sus manos al frente sonriendo y escuché unos pasos venir desde el fondo de la sala. -¿Quieres saber quién soy? Pues te lo diré soy el grandioso y maravilloso...
-¿SeokJin? -¿Qué? -¿Que haces aquí? Ya hablaste con JungK...
-¿JungKook? ¿Qué te pasa? -yo seguía en guardia con las flamas en mis manos casi gruñendo como un perro enojado, YoonGi bufó -Cálmate, SeokJin está de nuestro lado, no te hará daño, baja las manos. -vio a pelirosa -¿Lo asustaste, no?
Casi me mata, por Dios.
-¿¡Yo!? ¡Por supuesto que no! Solo quería darle un pequeño susto. -puchereando se quejó.
-Sabes de sobra que JungKook siempre está a la defensiva, es un defecto suyo.
¿Ah?
-¿Qué? Defecto tu cara, anciano. -dije ya de brazos cruzados
-Que me respetes que soy tu hyung, mocoso. -gruñó acercándose.
Le miré achicando los ojos y él hizo lo mismo por varios segundos que parecieron eternos hasta que alguien aplaudió.
-Oigan chicos ya dejen de discutir, ¿No ven que debemos amarnos? No matarnos. Si al amor no al odio -dijo HoSeok llegando por la puerta -¡SeokJin! ¡Oh por Dios te eché de menos!
El pelinaranja corrió abrazando a SeokJin por los hombros y empezaron a reír bastante infantiles el segundo susurró algo a la altura de su oído lo que hizo a HoSeok cubrir su boca al parecer sorprendido y después se separaron.
-Bueno, bueno. Los secretitos para después, -habló YoonGi - ¿Cómo ha ido todo SeokJin?
-Meh, no es como si una estrella pudiera darse el lujo de quejarse cuando es sellada, pero en lo que va desde que salí, bien. Por cierto -posó su mirada en YoonGi haciendo una reverencia -Gracias por hacer posible mi llamado, te lo agradezco, Agua.
-No es nada, era necesario. Luego tendremos tiempo para platicar cómodamente, ¿Viniste a buscarnos?
-En efecto mi amigo, ¿Nos vamos? TaeHyung y los demás nos esperan en el monte de piedra azul. -su mirada viajó hacia mí -¿JungKook?
-Si, si, si vamos. -asentí pasando las manos por mi cara, esto será complicado.
YoonGi POV
Enero, 17
12:00.AM
Nosotros éramos siete.
En un tiempo definido lo fuimos, cinco de nosotros tenemos el deber de proteger y cuidar a dos de las eternidades más importantes del universo; TaeHyung y JungKook. Es nuestro deber y aunque debamos morir por ellos haríamos cualquier cosa, fuimos creados por esa razón pero cuando fuimos desterrados todo se fue a la mierda y solo quedamos JiMin y yo en el mundo terrenal sin saber nuestras ubicaciones exactas. Algo interfería en tratar de contactarnos, fue tan extraño porque siempre podía encontrar sin problemas a Aire. Grande fue mi sorpresa cuando entendí sus acciones; JiMin no quería verme. Y entendí su plan también; estaba cansado de ver sufrir a los que ama. No lo busqué más pues de sobra sabía él y yo como todos los demás que nos reuniríamos en algún punto. Poco tiempo después de nuestro destierro encontré a HoSeok, quien un poco aturdido por lo sucedido decidió esperar por su lado pero sin perder comunicación conmigo y se lo agradecí visitándolo cada año.
Igualmente, el entrenamiento de JungKook no hubiese sido posible si no fuera por HoSeok; es gracias a él que JungKook puede defenderse.
Suspiro profundo y sonoro y HoSeok a mi lado lo nota sin mediar palabra me mira y se limita a darme una palmadita en el hombro que agradezco mentalmente. JungKook y SeokJin caminan adelante mientras nosotros dos le seguimos el paso en un ritmo mediado. Hace tres días que habíamos viajado al Templo de piedra blanca para encontrarnos con TaeHyung y su guardián, tal parece el pelirosa se encargó de llevarlos a ellos ayer por la mañana y hoy a nosotros quien llevábamos dos horas subiendo una empinada pendiente, seguía nevando pero gracias al manto de protección de HoSeok nos rodeaba y no moríamos de frío, por sobre todo el ahora rubio quien era a quien más afectaba.
-Hemos llegado~ -anunció un animado Jin -Henos aquí, el sagrado Templo de piedra blanca.
-Wow, esto es... Impresionante, no tenía idea de que esto pudiera existiera a tan altas alturas, literalmente -exclamó JungKook observando todo a su alrededor, sus ojos brillando, su emoción siendo palpable como si nunca antes hubiera estado aquí. Aún no recuerda, y me temo que por ahora será así.
-Eso es porque los humanos sin magia no pueden verlo, solo los mágicos y entidades sagradas podemos entrar. Para cualquiera que pasase por este lugar vería meramente rocas incoloras sin mucha gracia. -explicó HoSeok y el rubio asintió dándose a entender.
JungKook me hizo ademán para que entráramos y le seguí. El Templo de piedra blanca. Era un sitio considerado sagrado para los cuatro elementos y eternidades, por consiguiente a cualquiera que perteneciera al firmamento y la vía láctea. El monumento era un templo construido en los cimientos de polvo estelar cuya función era resguardar a cualquier ser mágico que se encontrara en la tierra, había uno de estos en cada país del mundo para mayor factibilidad de los cuatro elementos. Un enorme templo con formas alegóricas se alzaba frente a nosotros, en cada estructura se podía apreciar las diferentes y complejas formas plasmadas con acabados de cristal blanco. Cruzamos un puente que cruzaba un canal que nos llevaba a la sala y puerta principal del templo. Las dos enormes puertas que fueron abiertas de par en par apenas pisamos territorio sagrado tienen detalles en oro. En ellas se plasmaba el cinturón de Orión. Suspiré por milésima vez adentrándonos. Un JiMin de brazos cruzados y recostado a la pared en el fondo nos veía fijamente desde la Sala de Reuniones que contaba con cristales blancos y acabados en oro mientras que un TaeHyung de mirada perdida tragó en seco al percatarse de la presencia de los invitados.
-Bienvenidos sean, estrella, tres elementos y... -hizo una reverencia de noventa grados viendo a TaeHyung y JungKook -Luna, Sol. Que los astros bendigan este nuevo siglo en esta nueva era, para la próxima jugada.
-Señor Fujimoto, le agradecemos.
Me salió largo :c espero estén entendiendo. Recuerden que las letras cursivas son sueños/recuerdos. El cap lo tenía hecho hace días pero no tenía internet :(
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