VIII
"Estoy viviendo con el fin de entender el mundo pero ¿Porqué el mundo no ha intentado comprenderme"?
Always RM - BTS
Jungkook POV.
Si alguien hubiese inventado un manual donde se diga cómo vivir la vida, y las reglas y métodos estuvieran allí plasmados, la vida tal vez fuera menos complicada. Menos masoquista, sin sentirnos fuera de lugar y con menos miedo a fracasar. Sería vida y no habría miedo de intentarlo.
¿Pero acaso sería divertida?
Lo dudo. Si existieran reglas del cómo vivir en un mundo donde lo que ahora está y mañana ya no, no habrían lecciones de vida. El miedo, la felicidad, la expectativa del <<que podría pasar si>> no se sentiría y la confusión de un futuro incierto no haría que las personas dieran el salto de fe intentando cosas que no creen posibles. La mezcla de emociones y miedos del saber que podría pasar mañana más tarde no estaría en nuestro sistema y entonces lo divertido se esfumaría de nuestra vida.
Dando paso a cosas monótonas. Seríamos personas con un solo propósito en la vida, algo cotidiano y todo sería lo mismo.
¿Con o sin reglas?
Sea como sea las personas siempre pensarán y buscarán el lado negativo de la vida. Y es aquí donde entro yo.
Negativo, negativo y tan negativo que hubiera deseado no venir hoy al trabajo. ¿Porqué? Para empezar anoche no fue mi más tranquila y normal noche. Segundo, al salir de casa tropecé y caí en un charco –que no se de dónde demonios apareció porque no había llovido– y ahora que llego a lo que pienso es mi lugar de paz rodeado de libros aroma a café y polvo, mi día no podía ser más desastroso.
Él.
Aquella rectangular sonrisa que inunda mis pensamientos y tanto anhelé apareciera todas estas noches donde el insomnio era dueño de mi ser.
Mi respiración es errática y siento que en cualquier momento dejaré de respirar, mi cuerpo completo se siente pesado y mientras más pienso lo que creo acabo de alucinar yo solo, más migraña se asoma para completar mi no tan lindo día. Creí solo tener pesadillas pues son parte de mi vida, pero el creer alucinaciones ya rebasó mis límites y esto se está saliendo de control.
—Jungkook, ¿Te encuentras bien?. —Ava tocó mi hombro tratando de ver mi rostro. Desvío la mirada. —¿Qué pasó allá? ¿Porque saliste corriendo? ¿El chico te hizo algo? Dime, y te juro que…
—¡Nada! —aclaré mi garganta agitando mis manos en frente— Quiero decir, no pasó nada Ava, solo me siento un poco mareado y él dijo estar sin tiempo. —mentí. No quería preocuparla más y de eso solo hablo con Yoongi, aunque la aprecie demasiado no podría meter a nadie más en problemas. —Así que solo terminé y salí rápidamente porque sentí que iba a vomitar, ya sabes... Por que salté mis comidas.
Vi como suspiró más calmada tocando mi pecho confirmando que no mentía y ya estaba en mejor estado. Al menos la pasó.
—Solo- solo necesito descansar un poco y…
De repente todo empezó a dar más vueltas, el aire se ausentó en mis pulmones, un dolor atravesó mi cien y después caí de rodillas al suelo.
Con un rostro borroso en mi mente antes de ver todo negro.
—¡Jungkook por Dios!
Lo último que vi fue a mi jefa pidiendo ayuda.
—No puede seguir así...
—¿Y qué propones hacer?
—Decirle la verdad, sabes perfectamente que si llega a su límite él podri…
—Basta, eso no sucederá. Tengo una idea, ¿Hay rastros de Aire?
—No Hyung, pero seguiré buscando.
El sonido de unas voces lejanas hicieron que mis ojos se abrieran dando paso a la luz que lastimaba mis retinas. Parpadeé varias veces en lo que me incorporaba.
¿Dónde estoy?
Paso mi vista en toda la habitación, huele a menta lo que supongo son las sábanas en dónde ahora me encuentro sentado y el aura de... A mi costado diviso una mesilla y vaso de agua reposando sobre ésta, las paredes están pintadas de un lindo azul marino con leves tonos más oscuros. Una pequeña repisa de libros a mi derecha y varios reconocimientos de medicina en la parte superior de las paredes.
Yoongi.
Estoy en la habitación de Yoongi. Dios, ¿Cómo pude tan siquiera preguntarme dónde demonios estaba?
—Auch... Mi... Cabeza... —suspiro pesadamente sacando todo el aire de mis pulmones.
—Si te preguntas como llegaste, tu jefa me llamó no te preocupes. Y no, no dejé mi trabajo por venir, ya mi turno había acabado.
El de hebras grises, se acercó rodeando la cama y se sentó a mi lado, tocó mi frente regresó su mano y se quedó allí solo observándome, como si las respuestas del universo estuvieran en mi cara. Sonrió haciendo una mueca y yo me limité a formar una línea con mis labios desviando la mirada.
—¿Te sientes mejor? —me tendió el vaso con agua. —Tu jefa me dijo que tenias mareos. ¿Desayunaste?
Negué con la cabeza.
—¿Quieres que prepare algo para ti? —volví a negar. —Pues quieras o no comerás.
—Hyung... —hice un mohín esperando convencerlo. Estoy seguro que de comer regresaría todo lo que almorcé ayer. Él solo me reprochó con la mirada y supe que había perdido.
Bebí de un tirón todo el contenido del vaso en mis manos, luego dejándolo en su lugar. Me tiré de espaldas a la cama fijando mi mirada en aquellas pegatinas de colores en forma de planetas y estrellas pegadas en el techo. Fruncí el ceño
—¿Por qué hay fichas de colores en tu techo Hyung? ¿Y porqué nunca las había visto? —dije desviando el tema. —Y más importante ¿Cómo llegaron allí? —lo escuché resoplar y guiar su mirada en dónde apunté.
—Primero, son bonitas, me gustan. Segundo, a veces puedes ser demasiado despistado Jungkook y tercero, no me cambies el tema mocoso. Por cierto —guie la vista a sus oscuros orbes ante su suspenso —,el fin de semana iremos a un lugar. —sonrió mostrando su encía. Parecía un gatito. Meneé la cabeza.
—¿U-un lugar? Qué lugar Hyung?
—Será cálido, visitaremos a un viejo amigo. —aseguró mientras se levantaba de la cama. —Te hará bien, y tal vez despejes tu mente, tal vez puedas... Recordar
Lo último lo dijo en un susurro, no escuché su última frase. ¿Entrenar?
—¿Puedo quedarme hoy, Yoongi?
—Ve a ducharte, yo preparé la cena.
Y salió. Juraría haber escuchado a alguien más mientras dormía.
—Jungkook, ¿Puedes bajar a cenar o te llevo la comida? —escuché como Yoongi alzó la voz con el propósito de que lo escuchara.
Ya me había duchado y agradecía que Yoongi usara tallas más grandes o de lo contrario no entraría en el hoodie negro y camiseta azul que encontré en su armario. Bajé las escaleras y caminé por la sala principal mientras secaba mi cabello envuelto en una toalla. Me sentía mejor, pero pensar en lo sucedido durante la mañana hacia a mi estómago revolverse, no de disgusto, ver de nuevo a aquel chico había sido mi intención hace noches. Pero ahora, tenía más preguntas sin respuestas.
—Cenaré contigo, Hyung.
—Bien. Siéntate. —señaló el mesón donde estaba la comida. Obedecí sin decir más.
—Jungkook, ¿Hoy o mañana? - preguntó mirándome fijamente. Sé a lo que se refería.
Tae...Hyung... ¿Habrá sentido lo mismo?
—Mañana, lo prometo Yoongi.
¿Por qué su rostro se hace borroso en mis recuerdos? No. No puede ser el mismo. Tal vez si... Descarté de inmediato la idea de esperar nuevamente en el parque como un completo idiota.
Aquella pulsera...
Bajé la mirada allí donde una joyería en forma de luna descansaba rodeando a la perfección mi muñeca derecha. La acaricié.
Yoongi asintió y sin decir más empezamos a comer.
¿Porqué-mi-mente- se-siente-tan-borrosa?
Pegué la frente a la mesa. Suspiré y vi como un Yoongi con expresión confusa me veía desde arriba.
—Pensándolo bien Hyung —me reacomodé. Tomé una bocanada de aire antes de hablar. —¿Recuerdas al chico del parque? El de sonrisa geométrica.
Asintió ante mi pregunta.
—Del que no paras de hablar. —se burló él con el rostro completamente serio. Bufé. Solo le he dicho su nombre. —Si, si, lo recuerdo sigue.
—Pues... Hoy estuvo en la librería.
—Vaya casualidad. —solté el aire que había mantenido dándole una mirada extrañada. —¿Y...? —cuestionó esperando a que siguiera.
Abrí los ojos por su tranquilidad.
—Los sueños… y-yo… el roce de sus manos… una ilusión ocurrió y-y- no sé. Es confuso. No vi su rostro, pero es muy extraño, hyung. ¿Es normal que vea cosas que no parecen reales?
—Jungkook. —dijo firme. —Has estado teniendo pesadillas. Es la ausencia de sexo.
¿Eh? El color subió a mi cara.
—Es broma mocoso. Solo come, luego te informo bien.
—Hyung, pero tú-
Sonrió mostrando su encía.
Rodé los ojos, a veces este anciano podía ser tan impredecible.
¿Porqué de repente siento que el sabe algo que yo no? No. Yoongi nunca me mentiría, pienso mientras bebo de mi leche de banana.
—Y... ¿Tal vez anoche salí al parque a esperar que de casualidad pasara por allí y entregarle su abrigo? —dije todo tan rápido que podría jurar serviría para rapero.
—¡¿Qué tú qué?! —ah, pero esto si que lo impresiona. Agaché la cabeza y cerré los ojos esperando su regaño. —Jungkook, por Dios. Sabes que no estás en condiciones. Además, —tocó el puente de su nariz y alcé la cabeza enfrentando su mirada. —Agh, olvídalo ¿No sucedió nada?
Desvíe la mirada.
Entrelacé mis dedos y miré hacia suelo, a veces Yoongi puede ser intimidante cuando se enoja o preocupa. Así ha sido desde niños.
—S-solo choqué con un tipo extraño. Nada fuera de lo normal. No me peleé. —me precipité a decir antes de que supongo preguntara. No es como si me peleara en cada esquina, pero tenía mala fama si hablamos de paciencia. —Y regresé a casa solo eso. Hyung, no me regañes te juro que solo fue un ratito.
Mentí. Pues si le decía lo sucedido me haría preguntas hasta succionar cada recuerdo de mi cabeza.
—¿Seguro que no pasó nada más? —exigió saber. Negué repetidas veces. —Bien, pero prometes que si sales de nuevo así, me avisarás, ¿Okey?
—Okey. —dije en tono de soldado con una mano en mi frente.
—Ahora termina de comer. Me debes una salida a ese restaurante de costillas de cerdo. Ese será tu perdón.
Sonreí. Porque con Yoongi aquí la vida es menos complicada. Porque con él aquí es como si mi mente y cuerpo se relajara y fluyera tal cual manantial. Como su agua para mi relajación, sentirme bien solo con sus inexpresivas facciones y un poco mucho de cuidado.
Sonreí, porque a pesar de un mundo sin reglas y entre tinieblas irradió una sonrisa que tal vez podría tener mis respuestas.
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