¿Qué más esperar de alguien que te rompió el corazón? Jihoon siguió creyendo en él hasta que su alma no pudo más, tal vez el ser cegado lo hizo aferrarse a esa persona: amo hasta el último aliento sin saber que el otro lo amaba igual. La última vez que lloro fue por él, tal vez no debió pero necesitaba dejarlo. Entonces la semilla que nunca pensó que estaría ahí floreció; un hijo del dolor.

Llego a la antigua casa de sus padres con un bebe ¿De que sirvió? Fue echado incluso con escobas. Jisoo, quien en ese entonces siguió ahí, fue tan bueno en darle hogar: aunque nunca quiso mirarle los ojos, siempre evadía la mirada para no dar pena. Dos días después logro conseguir empleo, solo que en otro país, no quería encontrarse con su antiguo perjuicio, así que viajo. Sin nada, empezaría de nuevo, con un niño chiquito, una pequeña casa de renta, un nuevo idioma y un nuevo trabajo. Arreglaría lo que lo rompió.

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China era un lugar adecuado, al menos para cambiar algunas cosas. Toco su vientre abultado de un mes, aún era muy pronto pero seguiría creciendo hasta dar con un pequeño cachorro. Dejo caer las maletas al lado de la puerta, era solo dos cuartos: cocina y dormitorio. Habia un baño, casi oculto en uno de los pasillos. Las paredes blancas lo hacían recordar a un hospital como si hubiera venido a vivir en uno. Tenía un sillón viejo, una mesa que para su suerte cabrían tres personas, pero solo serán dos. La dueña de la casa fue tan amable de brindarle una cama, era chiquita, perfecta para él.

Aprender un idioma seria difícil, algo diferente al suyo; algunos libros lo ayudaron pero su pronunciación era limitada.

Esperar que venga alguien a ayudarlo sería como ser feliz en cuestión de segundos. Su ex pareja disfrutaría verlo como lo dejo: sin dinero, una cría en camino y solo. El amor que sintió dolía. Tal vez no estaba tan roto físicamente pero si mentalmente.

Quiso desaparecer por incontables desgracias en Corea del Sur. Viajo y vivirá en Beijing; comenzara una nueva vida, con un cachorro al cual preocuparse y un trabajo casi estable. Reiterará la conciencia que perdió días atrás. Unos cuantos yuanes (wons convertidos) que Jisoo le regalo servirían para mantenerlo con vida tres semanas. Saco y comenzó a acomodar sus pertenencias.

Ser padre iba a ser muy costoso: vería por la salud, la de él y del niño; alimentación y ropa del bebe. Quería llorar por sentirse sin fuerzas ni emoción de seguir en la vida, empezaría solo sin buscar ayuda. Las cuentas bancarias fueron arrebatas, lo que tenía guardado lo ayudo para viajar. Tampoco podría interrumpir en la vida de Jisoo, él no merecía hacerse cargo. Su ex pareja era un idiota, y Jihoon lo era más por tragarse las mentiras y esperanzas de que todo mejoría con el paso del tiempo, cosa que empeoro, era gracioso. Fue tan débil que cedió a ser herido.

En sus brazos ocultaba los moretones que su padre ocasiono: morados, verdes, amarillos y azules. Era como pintura incrustada en su piel. Jihoon sentía que las merecía, después de todo luchar en la espera de su hijo era su deber. Sin un lugar... ¿Qué iba a hacer?

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Amores desamores, ay, no sirvo para estas cosas ; ;

Siento tristeza escribiendo la vida de Jihoon. <\3

Gracias por leer ~