Capítulo dedicado a:

Anguie77

anonimus1501

Ale_Lecrec1999

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Salmos 90:12

Enséñanos de tal modo á contar nuestros días, Que traigamos al corazón sabiduría.

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6 meses después.

Mes de Mayo.

La biblia menciona que la vida es corta.

Salmos nos dice que es como un sueño, o como la hierba; que brota en la mañana y a la tarde se seca.

Santiago lo compara como una neblina que aparece al amanecer y luego desaparece.

Y tiene razón.

La vida es corta. Por un momento estamos y luego ya no, volvemos al sitio de donde vinimos.

Nuestra vida no es eterna en este mundo, Dios nos la ha prestado y es quien decide hasta donde nos permite vivir.

Por eso es importante cada día agradecer a Dios por un nuevo día. Y que mejor, entregarle nuestra vida a él. Y cuando le entregamos nuestra vida a él; cuando Jesús viene a morar en nuestro corazón tenemos la esperanza, de que luego de esta vida terrenal tendremos vida eterna juntamente con él.

Nuestro cuerpo físico puede morir, pero nuestra alma Vive.

Lucas sabía esto y hasta el último momento esa fue su esperanza. La muerte no era el fin, sólo era el comienzo de una nueva vida en Cristo. Una vida eterna en la presencia de Dios.

Él alcanzó la meta, terminó la carrera, se aferró a su fe y se que Dios fue fiel y le ha dado la recompensa prometida, esa corona de vida.

Y no voy a mentir. Fue muy doloroso su pérdida. El dolor era tan intenso; él significaba mucho para mí y al ver como su vida terminaba, mi corazón se rompía en mil pedazos.

El funeral fue lo más difícil para mí, ver como ponían su ataúd bajo tierra, ver a sus padres llorar por la pérdida de su hijo.

Crei que nunca me repondria de eso. Aún recuerdo todas esas noches que lloraba hasta quedarme dormida y al día siguiente me levantaba como si nada pasara, sentía que una parte de mi se hubiera ido.

Pero Dios fue fiel conmigo. Y me fortaleció para levantarme una vez más y continuar.

Lucas se había ido, su viaje aquí en este mundo había terminado, pero el mío aún continuaba y aunque fuera difícil el camino tenía que seguir, para un día verlo otra vez y ver a Dios cara a cara.

Agradezco a Dios por la vida de mis amigos que no me dejaron, estuvieron conmigo animandome, sobre todo Dan y Alin, ellos entendía lo que sentía pues habían perdido a su bebé.

Y medio año después de su muerte, decidí visitar su tumba.

Era medio día, el sol alumbraba un poco pero mayormente estaba nublado y hacía un poco de viento, según decían ese día habría lluvia.

Mientras caminaba podía sentir el viento sobre mi rostro, removiendo mi cabello.

Cuando llegué a la lápida, me senté sobre el pasto quedando de frente.

Cerré mis ojos unos instantes y recordé todos esos momentos que viví junto a él, unas cuantas lagrimas salieron de mis ojos y rodaron por mis mejillas.

Sabia que él no podía oírme, pero aún así quería venir y cerrar este ciclo, esta parte de mi vida que me había marcado de una manera especial; era momento de soltar y de avanzar.

— Hace medio año — comencé a decir mientras mis manos jugaban con el pasto — Te fuiste...Y fue difícil para mí aceptarlo...me costó mucho entenderlo...

Suspiré.

— Pero ahora comprendo esas palabras que me dijiste justo antes de morir — sonreí — Se que estas bien...y que un día te volveré a ver...

Comencé a llorar aún más. Las lagrimas corrian por mis mejillas, saqué todo lo que tenía dentro. Luego de varios minutos logré tranquilizarme.

Una paz inexplicable me inundó, y una suave brisa sopló sobre mi rostro, cerré mis ojos y sonreí sintiendo una calidez sobre todo mi ser.

Cuando abrí mis ojos me levanté del pasto y me puse de pie. Limpié mis lágrimas.

— Te amo Lucas, y siempre estarás dentro de mi corazón, siempre te recordaré como la persona que me hizo muy feliz, que me hizo creer que el verdadero amor existe y vale la pena esperar por él...

Suspiré nuevamente.

— Después de Dios, siempre serás lo mejor que me pudo haber pasado.

Me di la vuelta y comencé a caminar de regreso.

Era hora de avanzar.

Mientras caminaba a mi mente llegaron varios recuerdos. Recuerdos míos junto a Lucas, junto a mis amigos, a mi familia. Hermosos pero también tristes recuerdos. Pero en cada momento, Dios fue fiel.

Al año pasado, fue un año de muchos procesos para mi. Procesos en los cuales mi fe fue puesta a prueba, en los que aveces quería renunciar y volver atrás...pero todo eso me ayudó a ser quien soy ahora.

Miró atrás y sonrió. Porque todo lo que pasé, fue difícil pero Dios estuvo conmigo.

Estoy lejos de ser aquella chica que solía ser antes, aquella chica orgullosa que creía que sola podía hacer todo, aquella chica con un amor inmaduro, una fe fluctuante.

Porque un día tenía fe y al otro dudaba, mi vida era una montaña rusa de emociones, más en el momento en él que Lucas recayó nuevamente.

Dios fortaleció mi fe en medio de la prueba, quebrantó mi orgullo y me hizo ser totalmente dependiente de él. Mi amor hacia el creció y maduró. Yo crecí y madure espiritualmente.

Entendí que no siempre vamos a obtener lo que deseamos, pero si lo que necesitamos. Y la voluntad de Dios es siempre mejor que nuestra voluntad.

Cuando llegué a la salida del Panteón, caminé hasta donde al auto me estaba esperando.

— ¿Estas lista? — me preguntó.

— Si — respondí mientras abría la puerta y subía al asiento del copiloto — Gracias por haberme traído hasta aquí, José...

— No es nada — sonrió.

Cuando Lucas murió, José se convirtió en un gran amigo para mi. Estuvo ahí junto a mi, animandome, el día del funeral, y los días siguientes estuvo llendo a verme y llevarme alguna palabra de aliento. Estaba inmensamente agradecida por eso también, ya que se que fue Dios hablándome a través de su vida.

— ¿Quieres ir por un helado? — preguntó mientras ponía el auto en marcha.

— Si, pero yo invitó — le dije.

— No, yo te estoy invitando — dijo.

— Insisto — Reí un poco — Yo invitó, tu has sido un gran amigo para mi, déjame al menos recompensar todo lo que has hecho por mi.

José rió un poco apenado pero al final terminó aceptando.

— Esta bien...bueno cambiando de tema...¿cómo te va en la universidad?

— Bien — respondí — estoy por terminar el segundo año y ha estado bien...aunque no te niego que hubo momentos en los que pensé en la posibilidad de abandonar la carrera...pero Gracias a Dios por darme las fuerzas para continuar.

— Entiendo — sonrió — eres una chica fuerte.

Reí.

— No — dije — Es su gracia actuando en mi vida...No es por mi esfuerzo, es por su gracia...sin Dios no se que hubiera sido de mi...— sonreí — ¿Y a ti como te va en el trabajo?

— Genial — contestó — Ha estado bien...pero estoy en un momento en él que estoy considerando otras opciones...

— ¿así? — volteé a verlo.

— Si, Del instituto bíblico — comenzó a decir — bueno tú padre, me ha hecho la invitación de formar parte de ellos, es decir...impartiendo algunas de las clases...

— ¿¡Qué!? — exclamé sorprendida — ¡Eso es maravilloso! ¿Vas a aceptar?

— estoy orando por eso, si es la voluntad de Dios aceptaré — sonrió.

Era una excelente noticia, y una gran oportunidad. Servir a Dios en el mismo lugar donde estudiaste, ¡wow!

Cuándo llegamos a la heladería, nos bajamos y entramos al local. Luego de comprar los helados decidimos caminar un poco.

Pronto comenzó a llover a pesar de que el sol aún podía verse. Corrimos a refugiarnos a las afueras de una tienda.

Miré el cielo y debido a la lluvia y el sol, un arcoíris se había formado. Recordé la historia de Noé y el arca y de como luego que salieron Dios colocó el arcoíris en las nubes como un recordatorio y una promesa de su pacto con ellos; y en ese momento pude sentir como Dios hablaba a mi vida y me decia:

— Yo siempre permanezco fiel a mis promesas, sin importar las tormentas que vengan...

N/A

Penúltimo capítulo😭❤

Y les dejaré las fotos de los personajes que faltaron y alguna que otra imagen referente a la historia.

Pero aún faltan cosas por venir!💙

Dios los bendiga!

Atte: Paola