Capítulo dedicado a:

VanessaSnchz

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Salmos 90:14

Sácianos cada mañana con tu amor inagotable,
    para que cantemos de alegría hasta el final de nuestra vida.

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— Hola amor — Dan saludó a su esposa con un beso en la mejilla en cuanto llegó del trabajo, ingresó a su casa y la encontró sentada en el sofá.

— Hola — respondió ella con dulzura.

— ¿Cómo estuvo tu día? — preguntó mientras se sentaba a su lado y pasaba su mano sobre sus hombros.

— Bien, Solo ya te extrañaba...

— ¿En serio? Nos vimos en la mañana.

— Siento que han pasado años — ambos rieron.

— Te amo — le dijo mientras se acercaba a ella y depositaba un tierno beso en sus labios.

— Yo a ti — le respondió una vez que terminaron de besarse.

Dan miró directo a los ojos a Alin. Y ella sonrió al verlo, ver ese azul tan hermoso de sus ojos hacia que se enamorara más y más de él.

Parecía que fue ayer cuando lo vio por primera vez en aquella tienda y quedo encantada, pero ya habían pasado años y aún no podía creer que hoy aquel chico que pensaba que nunca se fijaría en ella era su Esposo.

— ¿Qué piensas? — le preguntó Dan.

— En el día en que te conocí.

— ¿En serio? — sonrió.

— Si, y en que tienes los ojos más lindos que haya visto.

Dan sonrió.

— Tú también tienes los ojos más lindos — le dijo — De color café que hace que pierda el sueño.

Alin bajó la mirada sonrojada. Nunca se acostumbraria a los cumplidos que le hacía. Dan era tan lindo con ella y eso le encantaba.

— Te amo tanto Alin, y me has cautivado desde el primer día en que te vi...

— Yo también te amo a ti.

Dan volvió a besarla.

— Me hubiera gustado ver a nuestro bebé con el mismo color de ojos que tú — le dijo Alin, luego de varios segundos de silencio mientras unas cuantas lagrimas salían de sus ojos.

— Algún día tendremos otros hijos — le dijo para animarla.

— No lo sé, ahora me da miedo...pensar que vuelva a ocurrir lo mismo...

— No pienses eso Aly. Dios sabe por qué no pudimos tener a nuestro hijo con nosotros pero confiemos en que un día nos permitirá tener una familia.

Alin se acercó y lo abrazó. Él la rodeó con sus brazos también.

.....

Horas después.

El viento soplaba ligero. El sol se estaba poniendo ya, pintando el cielo de hermosos tonos.

Un atardecer precioso. Un atardecer lleno de esperanza.

— Todo se ve tan lindo — Dijo Alin a Dan una vez que ambos se bajaron del auto.

— Lo se — respondió el chico — es tan hermoso como Dios crea todo...

Alin sacó su celular y tomó una foto del bello panorama que se encontraba frente a sus ojos.

Dan se quedó parado mirando todo a su alrededor, disfrutando también del paisaje.

Alin sonrió y le pareció lindo verlo tan concentrado admirando todo. Sin que Él se diera cuenta le tomó una foto pero inmediatamente Dan volteó.

— ¡Oh no! Le había puesto Flash...

Dan rió. Alin en cambió bajo la mirada sonrojada.

— Tan lindo soy para que me tomes fotos...— pasó una de sus manos por su cabello.

— Si, de hecho si — Llevó sus manos a sus mejillas para cubrirlas.

— Oye no te cubras...me encanta ver como te sonrojas. Te ves tan adorable.

— ¡Basta! ¡no sigas! — dijo Alin sonriendo y sintiendo sus mejillas arder.

— Bueno — dijo Dan entre risas — Sigamos caminando.

Tomados de la mano caminaron por el camino que había. Habían decidido ir a la tumba del pequeño Gabriel.

Cuando llegaron allá, se pararon frente a la lápida.

Alin soltó un suspiro.

— No puede escucharnos — dijo.

— No — negó Dan — Pero confiemos en que esta bien...

— Si lo esta — dijo Alin al borde de las lágrimas.

Dan se acercó a ella y pasó su mano por sus hombros.

El silencio invadió el lugar.

Ambos cerraron los ojos e imaginaron a su bebé. Imaginaron esos momentos que no pudieron vivir a su lado.

En ese preciso instante una brisa suave sopló sobre sus rostros y una paz inundó sus corazones de una manera inexplicable.

Dejaron salir las lágrimas que estaban conteniendo. Lloraron juntos.

Entendían que el Espíritu Santo estaba moviéndose sobre sus vidas, sanando sus corazones heridos por la pérdida que habían sufrido.

Dieron Gracias a Dios por qué a pesar de todo el sufrimiento vivido, Su amor y su gracia estaban ahí sosteniendolos como dos estrellas en una noche oscura.

La luz de Jesús brilla en medio de la oscuridad que aveces nos rodea.

Por qué así es Dios. Siempre nos sostiene y nunca nos deja caer. Su misericordia es inagotable. Su Fiel amor se deja ver en nuestras vidas siempre.

Era un momento único y hermoso el que estaban experimentando.

Luego de que pasara media hora, decidieron que era hora de volver a casa pues pronto oscureceria.

Alin limpió sus lagrimas y antes de irse, miró la lápida luego hacia el cielo mientras decia:

— Un día te veré.

Caminaron hacia la salida del Panteón. Subieron al auto cuando llegaron a donde estaba estacionado y pronto Dan se puso en marcha.

— ¿Estas bien? — preguntó Él ante el silencio de su esposa.

— Si — sonrió — Ahora lo estoy.

— Nuestro pequeño está bien. Nuestro pequeño angelito.

— Si, y ahora mi esperanza es que un día lo veremos...

— Claro. La muerte no es el final, solo el comienzo de una nueva vida en Cristo Jesús.

— Se que así es — dijo Alin mientras sonreía.

Cuando llegaron al centro de la ciudad ya había oscurecido.

La noche había llegado cubriendo el cielo con su manto negro repleto de brillantes estrellas y una hermosa Luna.

Las luces de la ciudad comenzaban a encenderse por doquier.

El viento soltaba suavemente. Era una noche agradable.

Alin y Dan decidieron pasar a cenar antes de ir a casa.

Entraron a un bonito restaurante al que siempre acostumbraban a ir. La recepcionista los recibió con gusto y los guió a una de las mesas vacías.

— Espero que disfruten su estadía en este lugar — les dijo — Es un gran privilegio tenerlos aquí. Les dejaré el menú y volveré en unos momentos.

— Muchas gracias — Dijo Dan.

Alin solo sonrió.

Poco después la mesera volvió y tomó sus pedidos. Esperaron varios minutos hasta que les trajeron la comida que habían ordenado.

Hicieron una oración y comieron.

Cuando estaban por terminar. Una chica se acercó a ellos.

— ¡Dan! ¡que gusto verte de nuevo! — sonrió, luego volteó a ver a Alin y solo dijo — Ah, Hola Alin...

Alin la miró extrañada.

— ¿Hania, que haces aquí? — le preguntó Dan.

— Es un restaurante — respondió — vine a cenar.

— Es un gusto volver a verte Hania — Habló Alin sintiendose un poco incómoda.

Hania le dedico una sonrisa fingida.

— Bueno, debo irme — habló la rubia — Solo quería decirte Dan...que — se mordió el labio inferior — Nuestra última salida fue increíble. Quizás podríamos salir y pasar otra noche juntos...

Alin abrió los ojos sorprendida.

— Hania...— Habló Dan.

— Oh, lo siento — dijo — ¿no querías que tu esposa lo supiera?

— Dan — Alin miró al mencionado con tristeza. No podía creer que la había engañado y había salido con Hania.

— Alin, nada de lo que ha dicho es cierto — le dijo.

Alin se puso de pie, tomó sus cosas y salió corriendo del restaurante.

Dan también se puso de pie e iba a correr tras su esposa pero Hania lo detuvo. Él se apartó bruscamente.

— ¡Basta Hania! — exclamó molesto — ¡Deja de tratar de meterte en mi matrimonio y destruirlo! ¡te lo he dicho! ¡No siento nada por ti, a quien amo es a Alin!

— Pero Dan...

— ¡Nada Hania! ¡No quiero volver a verte cerca!

Salió a pasos apresurados tratando de alcanzar a Alin. Cuando lo hizo ella iba llegando al estacionamiento.

— ¡Alin espera! ¡Alin! — corrió y la tomó del brazo con sumo cuidado.

— ¡Dejame Dan! — dijo entre lágrimas.

— Aly, déjame explicarte...

— No puedo creer que hayas hecho eso Dan...Tú lo prometiste...Dijiste que nada iba a pasar...

— Y no ha pasado nada Aly.

— Eso no es lo que ella dice.

— Escucha — Dan pasó su mano por su cabello sintiéndose algo frustrado — Tienes que creerme...no ha pasado nada con ella...

— Es difícil creerte cuando ya lo has hecho antes. La besaste aquella vez y ya estabas casado conmigo...¿Quién me asegura que no es cierto lo que dice? Que realmente pasaste una noche con ella.

Las palabras de Alin fueron como una puñalada directo al corazón de Dan.

— Aly, por favor — suplicó — Tienes que creerme...no ha pasado nada...Yo te amo...

Alin no dijo nada. Simplemente seguía llorando. Necesitaba un momento para pensar.

— Iré a casa de mis padres...— dijo mientras trataba de limpiar sus lagrimas.

— No hasta que hablemos y resolvamos esto — pronunció Dan firme y poniéndose frente a ella para evitar que se fuera.

— Dan...

— Luego de hablar puedes ir a ver a tus padres...Quiero que me escuches y si después insistes en creer en lo que Hania dijo...esta bien...

Alin estaba a buscando una manera de escapar de él cuando de pronto el teléfono de Dan comenzo a sonar.

Pensó que era la oportunidad para huir pero algo la detuvo y no sabía por qué.

Dan contestó la llamada sin dejar de mirar a Alin.

— ¿quién habla?...Si, dígame...¿¡Qué!?...¿pero cómo?

Por el tono preocupado de Dan, Alin entendió que algo había pasado.

— ¿pero...esta bien?...Oraremos...y tan pronto sea posible iremos a verlo...

Colgó.

— ¿Quién era? — cuestionó la castaña — ¿qué te dijo?

— Es....— Dan no podía asimilar lo que le habían comunicado — Es...