Capítulo 54: DE VUELTA👱♀️
Capítulo dedicado a:
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Proverbios 2:16
La sabiduría te librará de la mujer inmoral,
de las palabras seductoras de la mujer promiscua.
[NTV]
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19 de Junio.
Era un nuevo día. Un hermoso día Lunes. Inicio de semana.
Desde muy temprano las personas se encontraban yendo a sus trabajos, llevando a los niños a la escuela, etc...
A las afueras de la gran empresa de la familia Saucedo. Una chica caminaba con altivez haciendo resonar sus tacones en la acera. Hace unos días atrás que apenas había llegado a la ciudad luego de haberse ausentado por varios meses.
La razón de su regreso es que se había enterado de que algo terrible había ocurrido, no precisamente se sentía mal por ello sino que estaba feliz pues pensaba que debido a eso podría recuperar lo que había perdido.
Cuándo llegó a la entrada de la empresa se encontró con los hombres de seguridad.
— Identificación por favor — pidió uno de ellos.
— Hania Roque — respondió — Modelo.
— ah — comenzó a decir otro hombre vestido con un traje negro — Es la modelo que el jefe despidió.
— Así es — respondió ella recordando aquel mal momento que había pasado cuando Dan la despidió — Necesito hablar con Él, es importante.
— Me temo que eso va a ser imposible señorita — le respondió el guardia — Desdé que se fue el jefe ordenó que no se le permitía la entrada, así que le voy a pedir que se retire.
— Usted quien se cree que es — contestó Hania molesta — No es nadie, así que o me deja pasar o haré que lo despidan...
Para fortuna de Hania, Diana, la secretaria de Dan iba llegando. En cuanto la vio corrió a ella para saludarla.
— ¡Hania, que alegría tenerte de vuelta! — le dijo sonriendo.
— Diana querida, me alegro de verte también...pero lamentablemente no me dejan pasar...— miró a los guardias.
— ¿pero cómo así?...— Diana miró indignada a los guardias de seguridad — ¿Se puede saber por qué razón le han negado la entrada a la señorita Hania?
— Ordenes del jefe — se limitó a responder el hombre — Y creo que usted debería saberlo Señorita Diana.
— Eso ya ha pasado — respondió Diana — Ahora por favor, dejenla entrar tenemos algunos asuntos que tratar...
— Pero mis órdenes son...
— ¡Qué la dejen entrar! — exclamó Diana — o me encargaré de hacer que lo despidan por incompetencia.
A los guardias no les quedó otra opción que acceder a dejar entrar a Hania junto a Diana.
Las dos chicas se dirigieron al área de trabajo de la secretaria.
— ¿Dan esta aquí? — preguntó la chica rubia sin dejar de sonreír.
— No ha venido diario, solo tres veces a la semana por lo que ha ocurrido — le explicó Diana mientras encendía el computador — hoy tal vez venga porque hay una reunión importante.
— ¡Perfecto! — exclamó Hania — Es una pena que Alin haya perdido al bebé a tan solo un mes de su nacimiento.
— ¿Exactamente por qué estás aquí, Hania?
— No es obvio, Dan esta muy dolido por lo que ha pasado, es mi oportunidad para acercarme a él y consolarlo. Hare que se olvide de Alin y que vuelva conmigo — dijo con una sonrisa malvada.
— Bien, pero ¿cómo te acercaras a él si tiene prohibido tu entrada? Si se entera que estás aquí y que yo te deje pasar...
— No te preocupes — se apresuró a decir — me iré ahora mismo pero quiero que me ayudes con algo...
— Claro, con gusto.
— Te dejaré una carta que le entregaras con una dirección para que acuda a verme...¿A que horas es la reunión?
— a las 3 — contestó Diana.
— Bien, le da tiempo para ir a verme...— sonrió — me voy antes de que Dan llegue y me vea aquí...
Hania se despidió de Diana y se dirigió a la salida de la empresa con una sonrisa imborrable de su rostro.
Cuando Dan llegó cerca de las 8:30 a la empresa, Diana acudió a la oficina a entregarle el sobre que Hania le había dejado.
Dan iba aún medio adormilado pues no había logrado conciliar el sueño debido a que estaba preocupado por su esposa. La noche anterior la había descubierto en la habitación que iba a ser para su bebé, mirando la cuna y derramando lagrimas. No quiso acercarse porque sabía que iba a ser igual que los días pasados, ella no le respondería o lo dejaría ahí hablando solo y se iría.
Comenzaba a sentirse cansado por la actitud de ella, pero sabía, que debía seguir luchando, que debía seguir intentado acercarse a ella y ayudarla.
Por las mañanas cuando Dan tenia que ir a la empresa, Camila iba a su casa y se quedaba junto a su hija pues le preocupaba que si la dejaban sola pudiera cometer alguna locura.
Unos toque en la puerta le hicieron despertar pues se estaba quedando dormido en el escritorio.
— ¡Adelante! — dijo.
Diana abrió la puerta y entró caminando lentamente.
— Buenos días Señor — le dijo — le traje esto, en la mañana pasaron a entregarlo dijeron que se lo entregara...
Dan un poco extrañado miró el sobre.
— ¿Tienes idea de quién lo dejó?
— No señor — mintió Diana.
Dan le agradeció a la secretaria y esta se marchó. Cuando estuvo solo abrió el sobre que contenía un papel doblado por la mitad, como una carta.
La desdobló y comenzó a leer lo que decía.
Querido Dan.
Hace mucho que quería verte y conversar contigo.
Se que ya ha pasado un año desde la muerte de tus padres y que crees que fue un accidente pero yo se que no es así...
Si quieres saberlo, ven a verme a la cafetería hoy mismo sin falta a las 10:30 a.m.
Atte: lo sabrás cuando me veas.
Dan estaba confundido. No sabía quién era la persona que le había mandado aquel sobre. Y ¿por qué hablaba de sus padres? Si el mismo sabía que su muerte había sido un accidente.
A la hora exacta, Dan salió de la empresa sin decir nada y se dirigió al lugar donde lo habían citado.
Al llegar a la cafetería buscó con la mirada encontrarse con la persona que le había enviado el sobre aunque no sabía quién era.
Entró al local mirando a todos lados. Frunció el ceño cuando vio a Hania sentada frente a una de las mesas vacías.
— ¡Dan, ven aquí! — lo llamó, el mencionado acudió solo para no ser descortés.
— Hania, no sabia que habías vuelto.
— Llegué hace un par de días — sonrió coqueta — ¿No quieres Sentarte?
— No gracias, Espero a alguien más — respondió Dan.
— Claro, Te dejaron un sobre con la dirección...y aquí estás...
— Si — respondió Dan confundido — No se quien haya sido, espera...¿cómo es que sabes?
— Tal vez porque yo deje el sobre — sonrió.
— ¿Qué? — Dan no podía creer lo que escuchaba — ¿Por qué? ¿Y qué sabes tú de la muerte de mis padres?
— Nada — respondió Hania con cara inocente — Solo quería hablar contigo pero no sabia como acercarme a ti.
— ¿Cómo pudiste hacer algo así? ¿Cómo pudiste usar eso? Es algo serio.
— Lo siento Dan — dijo ella — Solo escúchame un momento...
— No, será mejor que me vaya.
— Vamos Dan, solo serán unos minutos...
Dan lo pensó unos segundos y al final terminó aceptando.
— Que sea rápido — le dijo.
— Bien — Hania sonrió feliz — Solo quiero decirte que lamento mucho lo que ha ocurrido. Me enteré que perdiste a tu hijo.
— Si — fue lo único que dijo Dan.
— Supongo que tu esposa a de estar muy triste por eso.
— Si, pero Dios nos dará las fuerzas para continuar.
— Entiendo, no debe ser fácil perder un hijo...pero ¿Te has preguntado porque Dios permitio eso?
Dan la miró confundido.
— Es decir, tu crees en él, ¿por qué él no impidió que tu hijo muriera? Si es tan poderoso como dicen...
— No se la razón — respondió Dan queriendo salir de ahí — pero se que aún a pesar de todo, Dios nos ama y siempre esta al pendiente de nosotros...
— Bueno, pero sabes que aquí estoy por si un día quieres salir y olvidar todo — dijo Hania insinuandose y acariciando la mejilla de Dan.
Dan se apartó y Se puso de pie.
— Me voy, no quiero seguir hablando contigo.
— ¡Espera Dan! — Hania intentó detenerlo pero él camino apresuradamente hacia la salida.
Hania se puso furiosa por no haber conseguido lo que quería.
Dan al llegar a su auto y entrar en el puso sus manos sobre el volante y comenzó a llorar y a orar.
— Dios, yo no entiendo todo esto...pero se que tú tienes el control de toda mi vida, por favor ayúdame y ayuda a Alin a que podamos superar todo esto que ha pasado....
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